Internacional Socialista
para el Asia y el Pacífico

Reunión del Comité

Declaración de Tokio

Tokio, Japón; 5 y 6 de marzo de 2000

 

El Comité de la Internacional Socialista para Asia y el Pacífico reafirma su determinación de lograr paz y seguridad para todos los pueblos en esta región vital del mundo. Reitera asimismo su largo compromiso, en cooperación con los partidos miembros de la Internacional a través del mundo, de apoyar el establecimiento y fortalecimiento de la democracia en cada país. La paz es un requisito fundamental para el desarrollo económico, en tanto que la democracia y el respeto a los derechos humanos son condiciones indispensables para asegurar una paz duradera.

Con respecto a Corea del Sur y Corea del Norte, el Comité continúa prestando su total apoyo al proceso de reconciliación que comenzó con la histórica cumbre entre los líderes de los dos Estados en junio del año pasado. Fue especialmente grato contar con representantes de los dos partidos gobernantes participando juntos en la reunión de Tokio y sus informaciones aportaron una valiosa contribución a la discusión. Tomó nota con gran satisfacción de los recientes esfuerzos encaminados a reunificar a las familias coreanas que estuvieron separadas durante tantos años y alentó a ambos países a encontrar maneras de expandir y desarrollar de manera permanente este importante programa humanitario y de consolidación de la confianza.

Como parte de sus continuos esfuerzos por promover una mayor confianza y avances encaminados hacia la reunificación de la península coreana, la Internacional, de acuerdo con decisiones adoptadas previamente, se compromete concretamente a enviar una misión de la IS tanto a Corea del Sur como a Corea del Norte, durante la segunda quincena del próximo mes de abril. Al mismo tiempo, hace un llamamiento a los partidos miembros de la IS y a sus partidos en gobierno a apoyar la inclusión de Corea del Norte en la comunidad internacional, promoviendo activamente su participación en diferentes organismos internacionales, estableciendo relaciones diplomáticas a escala bilateral y dando asistencia para la recuperación del Norte, incluyendo la ayuda humanitaria.

A escala regional, el Comité apoya la proposición del Partido Socialdemócrata de Japón de establecer una Organización para la Seguridad del Noreste de Asia, con ocho países miembros que incluya a Japón, China, la República de Corea, la República Democrática Popular de Corea, Mongolia, Rusia, los Estados Unidos y Canadá. Este organismo podría desempeñar un activo papel en la solución de conflictos, y abordar los problemas comunes que están en la raíz de conflictos tales como la pobreza, el hambre, las enfermedades, el deterioro medioambiental y la desigualdad entre y dentro de los países. Para reforzar la capacidad de este organismo el Comité apoya la idea de incorporar y aplicar las garantías contra acciones militares contempladas en la constitución de paz del Japón. Tal organización proveería un marco para la cooperación y el diálogo entre naciones y, una vez establecida, podría servir también de modelo para reforzar las relaciones políticas y económicas entre las naciones del Sureste de Asia.

En lo que respecta a Japón en particular, reconoce que la población de Okinawa y otros en Japón han estado apelando por un cauto y gradual realineamiento y retiro de las bases de los Estados Unidos en Okinawa. El Comité apoya estas propuestas que tienen por objeto eliminar la amenaza a los derechos humanos, al medio ambiente ya la vida de los habitantes de Okinawa, y de esta manera se une a ellos en sus esfuerzos en pro de la restauración de la dignidad humana y la preservación del medio ambiente.

Reafirma asimismo el decidido compromiso de la Internacional Socialista en contra de la proliferación nuclear y mantiene su posición de evitar toda carrera armamentista que contemple armas nucleares o convencionales. A este respecto, apoya la iniciativa del Partido Socialdemócrata de Japón para lograr una zona libre de armas nucleares en el Noreste de Asia, y repite sus llamamientos anteriores para lograr reducciones de amplio alcance en la producción y venta de armas convencionales, y para la total prohibición de armas químicas y biológicas. Reconoce que asegurar una zona libre de armas nucleares requerirá de mucho trabajo y paciencia, pero ya puede observar algunos desarrollos positivos en la región y permanece confiada en que poco a poco se podrá lograr este importante objetivo.

A escala global, reconoce el importante papel desempeñado por las Naciones Unidas en la búsqueda de paz y seguridad y al abordar preocupaciones tales como la discriminación racial y religiosa, que dan origen a tanta tensión y conflicto en la región y en otras partes del mundo. A este respecto, aboga por el total respeto a las opiniones y puntos de vista de los países en desarrollo en las Naciones Unidas y, ya que constituyen una mayoría de los miembros de la ONU, por que se les incluya plenamente en la toma de decisiones del organismo. Esto promoverá una cooperación más efectiva entre naciones y acrecentará las perspectivas para la solución de conflictos.

Unas Naciones Unidas que operen de manera más equitativa es importante para asegurar que la globalización económica redunde en beneficio de los habitantes de todos los países. También significa aumentar los esfuerzos para responder a las necesidades específicas y proteger los derechos de los niños, de los adultos mayores y especialmente de las mujeres. En particular, los miembros del Comité hacen un llamamiento a desarrollar mayores esfuerzos dentro de la actual campaña de la Internacional Socialista para poner fin a la violencia contra la mujer. También hace un llamamiento a renovar la acción en apoyo a la campaña de la Internacional contra la pena de muerte. La Internacional permanece confiada en la continua lucha por la paz, la seguridad y la justicia social, ya que para la consecución de estos fines cuenta con la plena participación de la mujer en todas las esferas de sus actividades - política, económica, social y cultural. Al mismo tiempo, adquiere mayor fuerza a través de la sostenida cooperación entre los partidos socialdemócratas y sindicatos libres, incluyendo a los afiliados en la Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres -Organización Regional para Asia y el Pacífico, CIOSL-ORAP .

A medida de que la Internacional aumenta sus actividades en las áreas de la paz y de la seguridad, renueva su compromiso con la lucha por la democracia en Asia y el Pacífico. En este sentido, acoge con agrado la reciente decisión de la Corte de Apelaciones en favor de mantener la constitución de 1997 en Fiji, una confirmación de la posición asumida por el Comité en su reunión del año pasado en Wellington. Ahora hace un llamamiento a la vuelta de un Estado de Derecho democrático en Fiji, basado en la constitución.

En Birmania, el Comité toma nota de los primeros pasos hacia un diálogo entre Aung San Suu Kyi y el régimen militar. Este es un desarrollo significativo y potencialmente positivo. Sin embargo, las condiciones de represión permanecen vigentes. Por lo tanto, insiste en que la Internacional mantenga la presión, basada en previas resoluciones incluyendo la Declaración de París de 1999, para asegurar que el diálogo sea serio, única manera que podrá llevar a un cambio democrático substancial y duradero. Lanza también un llamamiento a los organismos internacionales a unirse a la IS en su demanda de libertad para todos los prisioneros políticos, incluyendo a Aung San Suu Kyi.

En Malasia, el Comité nota con preocupación los intentos del gobierno por recurrir a políticas comunales para recuperar su desgastado apoyo público. Asimismo, expresa su desaliento al observar la reciente tendencia hacia la violencia y la represión policial contra reuniones políticas pacíficas. Sin embargo, se alegra de ver que el movimiento pro democracia va ganando fuerzas cada día más y reitera su apoyo al crucial papel desempeñado por el miembro de la 15, el Partido Acción Democrática, el cual, en circunstancias difíciles, responde a las aspiraciones democráticas del pueblo de Malasia.

Deplora asimismo la continuación de un gobierno autoritario en Pakistán y repite el llamamiento de la Internacional para el restablecimiento de la democracia a la brevedad posible, mediante la celebración de elecciones libres.

En las Filipinas, la fuerza y determinación de los ciudadanos en la búsqueda de una mejor democracia e instituciones democráticas más efectivas han quedado demostradas claramente. Han creado nuevamente la oportunidad para establecer un gobierno verdaderamente responsable y sensible a SUE demandas y expectativas. El Comité respalda plenamente el papel desempeñado por el miembro de la IS, el Partido Socialista Democrático, en estos esfuerzos.

Indonesia atraviesa por una transición muy difícil y el Comité espera que la constitución continúe siendo la base tanto para asegurar un gobierno democrático como para lograr una solución pacífica de los conflictos internos que recientemente han llevado a tan graves derramamientos de sangre.

En Timor Oriental, continúa apoyando el proceso de independencia y democratización y toma nota positivamente de la emergencia de nuevos partidos políticos al aproximarse las elecciones.

También expresa su continua preocupación sobre el Pacífico Sur, incluyendo a Papúa Nueva Guinea, donde el conflicto civil en Bougainville aún sigue sin solución; Papúa Occidental, donde continúan los informes sobre abusos a los derechos humanos; y las Islas Salomón, donde las tensiones aún subsisten.

En Afganistán, sigue profundamente preocupado ante la persistencia del clima de extrema intolerancia, tanto en lo que concierne a los derechos de la mujer como al derecho fundamental al pluralismo religioso, y, por lo tanto, deplora la destrucción de las reliquias budistas.

Finalmente, el Comité reconoce que todos estos esfuerzos encaminados a lograr la paz y establecer y preservar la democracia en Asia y el Pacífico forman parte del enfoque global de la labor de la Internacional a escala mundial. Los desafíos son muchos pero sigue avanzando, confiada en que la social democracia es el único movimiento que une a la gente y que es la gente la que da al movimiento su fuerza.