Americas Society

Desayuno organizado por la Americas Society en el Hotel Waldorf Astoria

Discurso del Presidente Argentino,
Dr. Fernando De la Rúa

 

Señor presidente de la Americas Society, mister Thomas Macnamara; señor director ejecutivo, don Williams Rhodes; señores miembros del Consejo de las Américas y de la Cámara de Comercio Argentino-Estadounidense; señores miembros de la comitiva que me acompaña; señoras y señores: quiero expresar el agradecimiento del presidente de la Argentina por haber sido invitado a esta reunión en Nueva York.

 

Visito los Estados Unidos para una entrevista con el presidente Clinton mañana. En Nueva York, le doy mucha importancia a este encuentro, por la oportunidad de negocios, y con la prensa, por hablar de la realidad del mundo, de América latina y de mi país.

 

El mundo ha cambiado. La división basada en la fuerza de los ejércitos, ha sido reemplazada por la competencia, por la fuerza de las economías. Y hoy, sobre la fuerza de las economías, influye la capacidad de las comunicaciones.

 

El mundo se ha globalizado y lo que pasa en un punto del planeta repercute enseguida en otro. Así que somos parte de la misma aldea global. La Argentina es parte de ese mundo, está integrada al mundo y lucha también por la paz, por la democracia y por la libertad.

 

En América latina todos tenemos que hacer un esfuerzo para mejorar la calidad de la democracia y consolidarla, como que está vigente en todos nuestros países, pero hay que cuidarla cada día. La democracia es una obra cotidiana que debemos afirmar y fortalecer; la democracia es el sistema de gobierno que permite la libertad y permite también la equidad y la justicia para los pueblos, creando mejores condiciones de vida.

 

En el mundo la economía globalizada hace que los efectos se sientan en todas partes y en nuestro caso integramos el Mercosur, que tiene una renovada potencia y gran capacidad como objetivo estratégico que significa contar con un mercado interno ampliado, que debe superar algunas cuestiones de intercambio comercial y de las relaciones aduaneras para proyectarse en el sentido profundo del objetivo estratégico que le dé fuerza al conjunto de la región.

 

Las uniones entre países -la realidad lo muestra- son la mejor respuesta frente a los desafíos del mundo actual, sobre todo frente a la gran movilidad de capitales que caracteriza los tiempos modernos. Esa movilidad que hace que un suspiro en un extremo del mundo, produzca ondas y movimientos en la otra parte.

 

Debo decirles que en la Argentina la democracia está consolidada. He iniciado el cuarto período presidencial bajo la plena vigencia de la Constitución y de la democracia. Y a lo largo de todos estos períodos constitucionales y democráticos, ha habido la más plena seguridad jurídica, el más pleno respeto a los derechos humanos.

 

La Argentina es un bastión de la estabilidad democrática en América latina, con elecciones libres y periódicas, con la independencia efectiva del Poder Judicial, aunque como en todas partes siempre deseemos que mejore el servicio de la Justicia en rapidez y eficacia, con una seguridad jurídica inobjetable.

 

Ninguna de las inversiones extranjeras que han venido a nuestro país tiene punto de queja o ha sentido la inseguridad o la incertidumbre. La ley y los contratos han sido siempre respetados y estamos asegurando la transparencia. Porque la lucha contra la corrupción es un elemento fundamental para la competitividad y la confianza entre los países. Hay además -esto pueden testimoniarlo los periodistas- una absoluta libertad de prensa y de expresión.

 

Debo decirles también que en el plano económico me tocó asumir el Gobierno en circunstancias difíciles. Veníamos de un período de grandes transformaciones por el cambio de eje y de concepto, caracterizado por las privatizaciones y por haber puesto término a la inflación a través de la Ley de Convertibilidad, que es el sistema adoptado y del que Argentina no va a salir porque mantendremos la paridad peso-dólar y mantendremos la convertibilidad de modo firme, claro y persistente, y sobre esto no hay dudas porque la defensa de la estabilidad para mí es un factor fundamental para el desarrollo de la economía. (Aplausos).

 

A partir de la estabilidad, es necesario impulsar el crecimiento con equidad, crecimiento para todos, porque es necesario que los pueblos puedan acceder a mejores condiciones y calidades de vida. Y para esto es necesario el crecimiento. Una vez que haya crecimiento, deben darse las condiciones de una economía en desarrollo.

 

Les decía que recibí el Gobierno en circunstancias que se habían vuelto difíciles porque junto con aquellas reformas creció el gasto; creció el gasto público cuando la tendencia debe ser a racionalizarlo y disminuirlo. El crecimiento del gasto público podía financiarse con flujo de capitales y también con la venta de activos. Pero ahora no hay más activos que vender ni lo deseamos. Entonces, es necesario encauzar la administración por los principios de una economía sana. Esto es lo que estamos haciendo y, por eso, tomamos como primer problema el déficit público.

 

La verdad es que he encontrado en todo el mundo, reuniéndome con líderes de países grandes y de países emergentes, que la batalla principal que están dando es contra el déficit. Así lo están haciendo en todas partes y nosotros también, porque el déficit es un costo que después se tira sobre la gente para ver cómo lo remedian.

 

Con el Gobierno íntegro y con el ministro de Economía, José Luis Machinea, elaboramos y pusimos en marcha un programa cuyo eje central era la reducción del déficit y, al mismo tiempo, atender las urgencias sociales que había dejado una economía donde la sobre dimensión del gasto no había resuelto la problemática social. La verdad es que había crecido el número de personas y familias en situación de pobreza y el nivel de desempleo era demasiado alto para los niveles históricos de la Argentina, situado en el 14 por ciento.

 

Un objetivo central de mi gobierno es la creación de empleo, la creación de puestos de trabajo. Esto se logra con desarrollo y para que haya desarrollo no tiene que haber déficit.

 

Por eso, el discurso inicial al asumir mi gobierno tuvo su eje central en el déficit. El primer mensaje que di al país fue para que todos los argentinos tomáramos conciencia del peligro y del daño que el déficit significa y envié al Congreso un proyecto de ley. Y tuve la comprensión de los gobiernos de provincia, que por primera vez en nuestra historia asumieron que era necesario también en los estados provinciales la reducción del déficit.

 

Aquí está el gobernador de Mendoza, Roberto Iglesias, que ha hecho un enorme esfuerzo para encauzar las cuentas en su provincia y fue comprendido y apoyado por la gente; está el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, quien me sucedió en las funciones, el doctor Olivera. Cuando llegamos a la Ciudad de Buenos Aires teníamos un déficit tremendo y lo encauzamos y lo resolvimos. El secretario de Hacienda era mi canciller actual, Adalberto Rodríguez Giavarini, y hoy la ciudad tiene las más altas calificaciones de riesgo en los mercados.

 

Por otra parte, lamento que no haya llegado el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Carlos Ruckauf, que pertenece al Partido Justicialista. El quiere estar presente -hoy mismo en los diarios de Buenos Aires aparece un reportaje suyo- para subrayar con su presencia que ésta es una voluntad común de todos los partidos de la Argentina, del nuestro que gobierna y del suyo, que es el Partido Justicialista, que era el partido del anterior gobierno, que vamos a trabajar todos juntos por una economía sana.

 

De manera que también allí se está haciendo un esfuerzo en este sentido. Por eso se llegó a un acuerdo con las provincias llamado "Compromiso Federal" para ordenar las cuentas este año y reducir el déficit nacional y, al mismo tiempo, reducir y poner un límite a la coparticipación, que es la distribución de la recaudación fiscal que hace la Nación hacia las provincias.

 

En ese camino estamos y las medidas son desde luego duras, porque bajar el déficit de 10 mil millones a 4.500 significa un gran esfuerzo. Así que esto lo hicimos mediante un programa de reducción del gasto público de 1.400 millones y de un leve -siempre me gusta decir que es leve- aumento impositivo. Pero que nunca le gusta a nadie. Lo hicimos de modo que no recayera sobre los que menos tienen, sino sobre las ganancias de las personas, es decir, de los que más pueden contribuir al esfuerzo.

 

Es claro, siempre esto tiene un costo político, pero hay que tener el coraje de asumir los costos políticos si se quiere sacar un país adelante. Si yo dudara, si a mí me temblara la mano, si no tomara las medidas necesarias, provocaría en el país otra vez la crisis de la que tenemos que salir y estamos saliendo de los problemas. Porque hoy los índices son elocuentes. No digo que ya esté resuelto, pero sí que vamos en el buen sentido.

 

Quiero decirles que el programa lo hizo el Gobierno y luego, cuando vino el Fondo Monetario, se lo presentamos y lo encontraron razonable, de acuerdo con las pautas de una economía sana. Por eso, no tuvo modificaciones ni nos fue impuesto y en base al programa que presentamos, el Fondo Monetario Internacional nos otorgó un crédito contingente por 7 mil millones, crédito contingente que es como un reaseguro, una reserva y una vuelta a la confiabilidad de la economía argentina.

 

Cuando visito el mundo o vengo a reuniones como esta, encuentro que en este respaldo que con su presencia ustedes expresan, con el interés que ustedes muestran, hay confianza en la Argentina y la confianza es fundamental para el desarrollo de la economía y el movimiento de los mercados.

 

Que quede claro que es una decisión y una voluntad del Gobierno avanzar en este sentido y que esta voluntad está respaldada más allá de discusiones políticas, que naturalmente pueden darse, incluso por la oposición, aunque en algunos casos discrepe en particular con alguna medida, pero el sentido es claro: una economía sana que genere crecimiento, que permita crear empleo y que mejore las condiciones de vida de la gente. En esto nos diferenciamos de la política anterior, porque nosotros ponemos el acento en el crecimiento y también en la equidad. El crecimiento tiene que ser para todos, para el conjunto de la población, y no concentrarse en unos pocos.

 

Por eso este desarrollo del conjunto de la economía debe ser para los pueblos y así entiende mi gobierno que debe funcionar y que ése es el camino en el que estamos.

 

El viernes, antes de partir, el ministro de Economía dio una conferencia de prensa para mostrar ante la prensa argentina algunos indicadores, porque es muy importante saber cómo está respondiendo la economía y él me ha dado ahora una copia de algunos de estos indicadores principales, que es útil compartirlos con ustedes porque significa saber cómo está respondiendo el conjunto de la economía.

 

Es difícil verlo desde lejos, pero tengo acá cómo está bajando el riesgo país; como se está recuperando la producción industrial, en un 5 por ciento en lo que va del año; cómo han aumentado las ventas en los supermercados, que es un indicador que tomo simplemente. Sólo que como tuvo un efecto de deflación de precios, no se tradujo en la misma magnitud en la recaudación, pero sí creció el conjunto.

 

Un dato que interesa el sector financiero, pero sobre todo aquí, como hombre político, me interesa porque hace al derecho al acceso a la vivienda de la gente: los préstamos hipotecarios en dólares están creciendo el 12 por ciento anual y a baja tasa de interés, tasa de interés que bajó al bajar el riesgo país.

 

Aumentó el ritmo de crecimiento de los depósitos, 24 por ciento anual, y ha crecido la recaudación de los impuestos, que esto siempre es importante para el administrador. El último mes tuvimos un incremento de más de 400 millones de pesos respecto a igual mes del año anterior. La recaudación del Impuesto al Valor Agregado ha crecido también a 7,6. Han crecido las exportaciones y no sólo las tradicionales de commodities, sino también las exportaciones de bienes industriales.

 

Algo muy importante, porque es importante para todos: la recuperación de Argentina está acompañada por la recuperación de la región. Está creciendo Chile, está creciendo Uruguay, está creciendo Brasil y esto se refleja en esta recuperación del mercado brasileño, que para nosotros es muy importante también porque el 30 por ciento de las exportaciones está yendo al mercado brasileño y, a pesar de la devaluación que nos afectó el año pasado, hemos mejorado la competitividad, estamos en condiciones de exportar y de mantener el flujo de exportaciones hacia Brasil.

 

De manera que estamos teniendo superávit récords en el comercio internacional, que es muy importante cuando se miden las relaciones de las cuentas. La balanza comercial de abril registró el mayor superávit: 426 millones en 4 años. El crecimiento de las exportaciones impulsó un superávit comercial de 264 millones para el primer cuatrimestre del año. La economía argentina no registraba un superávit de balanza comercial en ese período desde 1991.

 

Con estos datos quiero decirles que las cosas van mejorando, porque la preocupación de los observadores debe ser si se sube o se baja, si se mejora o se empeora. Y yo les digo que con el esfuerzo vamos mejorando porque está mejorando la movilidad de la economía en su conjunto. Esto es muy importante porque estoy convencido que mi país cuenta con las capacidades necesarias para enfrentar exitosamente los desafíos de este nuevo siglo. Mi tarea es liderar este proceso y pondré todo mi esfuerzo en ello.

 

Por eso, trabajamos en consolidar las instituciones de derecho donde la iniciativa privada encuentre el marco apropiado para su eficiente desarrollo. Nadie puede señalar a la Argentina como que la iniciativa privada ha tenido riesgos, ha sufrido discriminación o ha tenido inseguridad jurídica.

 

Mi acción de gobierno quiere responder a las necesidades de las nuevas condiciones de la economía, que es la manera de asegurar el bienestar tanto económico como social de las generaciones venideras.

 

La estabilidad es altamente apreciada por todos los argentinos, que hemos sufrido décadas de experiencias traumáticas. Por eso insisto en que el régimen de convertibilidad es el apropiado y es el que vamos a mantener.

 

Como puedo decir que hay salud en las finanzas aunque estamos en medio del esfuerzo, quiero decir también que estamos pensando y el centro de nuestra acción de gobierno es la puesta en escena de Argentina en la plena modernización que nos demandan los tiempos actuales, el nuevo milenio, el siglo XXI. Esto, como ustedes ven, irá para adelante.

 

Las últimas medidas que debimos tomar para la reducción del déficit son del orden de entre los 600 y 900 millones de pesos. No es algo extraordinario, sólo que hubo que tomar una decisión, aunque siempre es penoso para un gobernante reducir los sueldos más altos del sector público, de los empleados públicos estatales de la Nación.

 

Desde luego eso provoca reacciones y es natural que así sea. Como al mismo tiempo tomé una medida de reforma estructural relativa al sistema de salud que afectaba a las obras sociales que manejan la atención de salud por parte de los sindicatos, esto produjo una reacción que es este paro de actividades que ustedes han visto y que yo no quisiera que quede como la imagen de Argentina.

 

No es así, la imagen de Argentina es esta otra. Se han mostrado, me dicen, algunas imágenes de gente en la calle o gomas quemadas, pero no fue la situación en el país. Puede haber sido eso en dos o tres puntos previamente señalados pero, en general, la convocatoria de los gremios fue un paro que transcurrió en forma pacífica que, en definitiva, después del paro lo que queda abierto son los caminos del diálogo, la discusión sensata y este es el mensaje tanto desde el Gobierno como desde la oposición, de modo que la estabilidad democrática, la confianza, la actitud pacífica y constructiva es lo que caracteriza en realidad este tiempo argentino.

 

Quería decirles que mi visión, mi programa de gobierno, apunta no sólo a resolver estas urgencias de la coyuntura, porque si no siempre estamos en América latina dando explicaciones en el mundo sobre la estabilidad democrática o sobre la estabilidad financiera. Y nosotros queremos pensar en el futuro, queremos estar en el mundo con visión de futuro y por eso la modernización.

 

Hoy me acompañan un conjunto de empresarios argentinos, todos tienen mi apoyo. Yo parto del concepto que el Estado debe acompañar el esfuerzo del sector privado, estar junto a todo el que quiera trabajar y producir.

 

Pero me acompañan también de manera especial, porque les he pedido que vengan conmigo en este viaje, un grupo de jóvenes empresarios exitosos en el campo de la informática y especialmente de la internet, que son como embajadores de la nueva visión de la Argentina que se proyecta hacia el futuro. Así, me acompañan Martín Varsavsky, un empresario argentino que viene de España donde en este momento está desarrollando un proyecto y nos ha regalado una idea transformadora para el Gobierno que es hacer un sitio educativo, un portal educativo que se llama Educ-ar, y está ayudándonos en el desarrollo de los contenidos. Este portal educativo permitirá dotar de computadoras no sólo a cada escuela sino a cada aula de Argentina, porque cooperará en la obtención de recursos a través de la propaganda del sitio con un vasto público de acceso al sitio y él -quiero destacarlo porque es un gesto que compromete a nuestro agradecimiento- para subrayar su compromiso hizo la donación personal de 11 millones de dólares al Gobierno argentino para el desarrollo del programa.

 

Está también Wenceslao Casares, que ha desarrollado el proyecto Patagon.com, que evoca el nombre de nuestra querida Patagonia austral y que también ha tenido un éxito extraordinario. Tiene 26 años y ha desarrollado este proyecto cuya comercialización de acciones en el mercado ha sido de 700 millones de dólares.

 

Por otro lado, está Charly Alberti, que ha sido un músico extraordinario en uno de los conjuntos más conocidos y ha desarrollado un sitio de música conocido en todo el mundo.

 

Y también está Roberto Cibrián Campoy, que representa el sitio de Buenos Aires y Javier Timmerman, hijo de nuestro recordado Jacobo Timmerman, que vive en Estados Unidos y nos está acompañando en esta visita.

 

Esto es el signo de la innovación y de la renovación. Lo señalo porque este es uno de los campos de más dinámico desarrollo en la Argentina y ahora estará acompañado por la desregulación de las comunicaciones telefónicas, cuyo decreto ya he firmado, y de la cual me interesa que participen los mayores inversores, los que tengan mejor tecnología y capacidad operativa en el mundo para un mercado desregulado que ofrece amplias posibilidades de inversión.

 

Pero no es lo único el portal educativo y la evolución transformadora en la educación que estamos llevando adelante. Quiero decirles que en la ciudad de Buenos Aires, pensando en el problema del tiempo libre de los jóvenes, instalamos sitios gratuitos de acceso a internet para que los jóvenes puedan ir libremente. Y fíjense que extraordinario, no sólo fueron los jóvenes que llenaron las salas donde estaban las computadoras de acceso gratuito, sino que se produjo la gran competencia de los viejos. Porque los jubilados fueron los que vinieron y ocuparon todo el lugar para empezar a conectarse ellos a todo el mundo. Realmente esto es maravilloso.

 

Esto lo acompañamos con un programa de incentivo de la lectura en la escuela, porque sé que la transformación en la educación no viene sólo de brindar a los chicos una computadora, se precisan maestros y se precisa la lectura.

 

Pero esta gran transformación educativa es el signo del cambio, como lo es también en materia de salud el programa de telemedicina que estamos poniendo en marcha. Estoy convencido que el mundo se va a conectar todo a través de la telemedicina para aprovechar al máximo la capacidad hospitalaria instalada en el planeta, porque ésta es una de las maneras efectivas de ayudar los países que tienen mayor desarrollo a los que tienen menos desarrollo, de modo de facilitar el asesoramiento y la consulta.

 

Pusimos en marcha un programa de médicos de cabecera o médicos de familia, para que los que no tengan cobertura en mi país puedan acceder al propio médico familiar, lo cual asegura la protección de salud para todos y se puede hacer sin costo excesivo y con un mejor aprovechamiento de los recursos. Porque este es nuestro concepto básico: no se trata de gastar más sino de gastar mejor. El Estado que tenemos es deficitario porque gasta mal y queremos un Estado eficiente, el Estado necesario, y utilizando bien los recursos se pueden atender a todas estas necesidades.

 

Por eso también el programa de lucha contra la corrupción. La transparencia es fundamental. En la ciudad de Buenos Aires salimos adelante porque combatimos la corrupción y le cerramos la puerta a los corruptos o a los que vienen con intención de arreglar las cosas de malas maneras o con malas prácticas. Y en el Gobierno nacional lo mismo y esto genera inmediatamente ahorro, porque se compra por mucho menos y los recursos de que se disponen rinden muchísimo más.

 

Todo esto va acompañado por reformas estructurales profundas. Hemos logrado la sanción de una ley de reforma laboral que no pudo lograr el anterior gobierno y nosotros obtuvimos en cambio su aprobación. ¿Cuál es la clave de esta ley? Que posibilita la creación de empleo estable, empleo para las pequeñas y medianas empresas. El programa va acompañado por un vasto desarrollo de las pequeñas y medianas empresas que fueron muy debilitadas y cuya crisis fue el origen del alto desempleo a que llegamos y que está teniendo un alto nivel de recuperación por el apoyo que les brinda el Banco Nación.

 

Nosotros queremos que el conjunto del sistema financiero vuelva a prestarles a las pequeñas y medianas empresas, por la eliminación del riesgo, sistemas de garantías recíprocas o el respaldo del propio Estado.

 

Además, dicté la norma que permite desregular las obras sociales, de modo que el beneficiario tenga la libre elección del prestador y no sea un cliente cautivo de la obra social, que no puede elegir el médico que prefiere, con la institución de atención de la salud que mejor lo atienda. Esta es una modificación trascendental que por años quiso hacerse en el país pero que nunca se hacía y ha sido desde luego uno de los factores del paro del viernes pasado. Pero avanzar en esto tiene una extraordinaria importancia porque significa un cambio estructural y de fondo.

 

Un último dato anecdótico: di instrucciones al Banco Nación para que habilite una línea de crédito por mil millones de dólares para la compra de computadoras familiares a baja tasa de interés, lo que permitirá que 2 millones o dos millones y medio de familias puedan comprar computadoras y tener acceso a internet, con lo cual prácticamente 10 millones de personas más tendrán acceso a la red.

 

Esto, sumado al programa Educ-ar, está mostrando el signo del cambio transformador de una Argentina que quiere ponerse en la avanzada del cambio y de la modernización para estar comunicados con todo el mundo, integrados a todo el mundo, defender nuestro derecho de decisión nacional, promover nuestro comercio, mejorar la capacitación de nuestros recursos humanos y mostrarle al mundo que estamos en la avanzada de la transformación.

 

Esto es lo que les quería decir porque me parece importante transmitirles esta visión de nuestro país que quiere tener con los Estados Unidos relaciones de mutuo respeto y beneficio. Estoy convencido que se inicia una nueva etapa de relación entre la Argentina y los Estados Unidos, relación que debe distinguir las áreas de cooperación, las de coordinación e identificar los temas de conflicto de tal manera de encararlos rápida y eficientemente. La demora siempre es perjudicial, las cosas deben empezar y terminar, trazado un camino hay que seguirlo.

 

Creo que tenemos las mejores relaciones entre nosotros y que podemos crear áreas de cooperación muy fecundas. En definitiva, en el siglo XXI los desafíos de los países son similares: luchar por mejor calidad de vida para mi gente.

 

Nosotros tenemos muchas familias en situación de pobreza y, por lo tanto, los desafíos son similares, claro que partimos de situaciones muy distintas. La tasa de desempleo aquí es muy baja, el nivel de equilibrio presupuestario en este país es enorme y nosotros tenemos un largo camino por recorrer.

 

Pero créanme que mi objetivo es asegurarles a los argentinos un país sin déficit, con crecimiento con equidad, con un sistema educativo transformador que llegue a todos y eleve el nivel de vida de nuestra gente, que todos tengan acceso a la salud, fortalecer la democracia, contribuir a la paz del mundo y vivir en paz nosotros mismos, en libertad y con el respeto a los derechos humanos, asumiendo los problemas de la agenda internacional que hoy nos convoca, como son los desafíos que plantea el terrorismo o el narcotráfico para terminar con este flagelo y ayudarnos los unos a los otros a fin de erradicarlo definitivamente.

 

Este es el mensaje que les traigo, el saludo de una Argentina que tiene una sincera amistad con los Estados Unidos, hacia ustedes, muchos de los cuales tienen inversiones en la Argentina y saben de la seguridad jurídica que han tenido las inversiones en nuestro país, otros que piensan en la posibilidad de hacerlas y pueden conocer los campos en que ellas pueden realizarse, desde la minería al turismo, desde la internet a las telecomunicaciones, desde el turismo al comercio, al petróleo o el gas, inmensas posibilidades de un país que tiene todas las potencialidades y que está de pie; que a pesar de las dificultades transitorias de esta lucha por el déficit, que la vamos a ganar, está de pie para ser un gran país que forme parte del mundo en condiciones de crecimiento, de desarrollo, de justicia y de libertad. Porque junto al crecimiento, los valores son importantes, porque es importante todo lo que hace a la dignidad de la vida en la Tierra.

 

Muchas gracias.