G8
Comunicado de la Cámara Júnior del G8, Okinawa 2000
Yuimaru 2000
Okinawa, 25
de julio de 2000
Nosotros,
los presidentes nacionales de las Cámaras Júnior de ocho grandes democracias,
nos hemos reunido en Okinawa para la celebración de la primera Cumbre de la
Cámara Júnior. Hemos considerado con toda seriedad y franqueza nuestra
aportación al mundo en estos momentos —a raíz de la declaración de la Cumbre
del G8 del año 2000 en Kyushu, Okinawa— y las medidas que serán necesarias en
un futuro.
El rápido movimiento hacia la globalización promueve la
unificación de sistemas económicos y de mercados, lo que a su vez reduce
diversos costos del comercio mundial, pero también pone en peligro las
características particulares de países o regiones. Estimamos que, a fin de
resolver este problema, es menester que antes de aceptar la globalización se
estudien cuidadosamente sus repercusiones. Cada generación en la Cámara Júnior
asume la responsabilidad de forjar un mundo mejor para la próxima y, fieles a
esa tradición, nos consagramos a desempeñar un papel aún más activo en la
celebración de la diversidad cultural en la era de la globalización.
Declaramos asimismo que los países que integran el G8 de
la Cámara Júnior, con la colaboración de otras naciones representadas en la
organización, deben tomar la iniciativa para concebir y aplicar nuevas reglas,
nuevos conceptos éticos y nuevos valores en la comunidad internacional de cara
al Siglo XXI, el siglo de la globalización.
La revolución en la tecnología de la informática y las
comunicaciones fomenta un intenso desarrollo económico, facilita las
actividades comerciales y multiplica las oportunidades que ofrece el mercado.
Tiene la fecunda capacidad de ofrecer una vida cómoda y desahogada a todos los
pueblos del mundo. No obstante ello, ese preciso salvar sin demora la
"Barrera Digital" (ese foso que separa a las personas, compañías y
países que ya se benefician con la tecnología de la informática de las que aún
no han comenzado a cosechar sus frutos). Por consiguiente, nosotros, los
representantes de las Cámaras Júnior de ocho países importantes, declaramos
nuestra intención de concentrar nuestros esfuerzos en la forja de una sociedad
en que todos puedan aprovechar plenamente la tecnología de la informática; de
formular reglas internacionales para esa tecnología; y de combatir delitos
tecnológicos tales como el terrorismo cibernético. Deseamos respaldar a los
países en vías de desarrollo en su empeño por capacitar el personal y crear la
infraestructura imprescindible para salvar la "Barrera Digital".
Estamos dispuestos a colaborar en todo lo relacionado
con los sistemas educativos en la era de la globalización, la erradicación de
enfermedades infecciosas (como el SIDA), y la protección del ambiente y los
sistemas ecológicos mediante la definición de las responsabilidades de los
países desarrollados y los que están en vías de desarrollo, y la conducta
consecuente con esa definición.
Estamos de acuerdo en la necesidad de establecer
relaciones más estrechas entre las Cámaras Júnior de todo el mundo y con otras
organizaciones no gubernamentales internacionales con el ánimo de hacer frente
a las cuestiones más urgentes del mundo actual.
Hemos ratificado nuestra voluntad de promover la
cooperación entre todas las Cámaras Júnior de manera de seguir brindando una
fuente de inspiración y orientación a los jóvenes del mundo en el Siglo XXI.
Inspirados por nuestras deliberaciones en Okinawa,
aprobamos ahora las declaraciones siguientes; seguiremos siendo motores de
cambio positivo en el mundo.
1. Habida cuenta de que es el sector privado el
que marcha a la vanguardia del desarrollo de esta tecnología, estimamos que el
papel del sector público debe ser complementario de las iniciativas de la
empresa privada y concentrarse en el elemento humano, los protocolos y la
multiplicación de las oportunidades.
2. Trabajaremos personalmente, como capítulos y
como organizaciones nacionales a fin de contribuir a un ambiente en que la
tecnología de la información se comparta ampliamente. Este ambiente brindará
oportunidades a mayores y niños y hará hincapié en la promoción de la
cooperación pacífica, la aceptación cultural, el equilibrio adecuado en la
vida, y la mejora de las relaciones humanas y la aptitud de vida para beneficio
de las generaciones venideras.
3. Nos comprometemos a crear una infraestructura
de la tecnología de la informática, conscientes de que las relaciones interpersonales
son de importancia fundamental para la superación y capacitación de nuestros
miembros. Se prestará especial atención al establecimiento de protocolos y
procedimientos que impidan el abuso o el uso indebido de la tecnología de la
informática.
4. Mediante nuestra red mundial de países
afiliados a la Cámara Júnior crearemos una mayor conciencia de las
oportunidades de la tecnología de la informática y de la importancia de la
educación, que fomentan las empresas comerciales creativas y promueven el
espíritu empresarial en todo el mundo.
5. Prometemos observar el principio de que todo
miembro merece las mejores oportunidades de capacitación y de superación
empresarial que nuestra organización global es capaz de ofrecerle. El buen desarrollo
educativo genera superación personal, lo que, a su vez, repercute positivamente
en el rendimiento económico y el crecimiento de la comunidad. Ratificamos
asimismo nuestro compromiso con el "aprendizaje vitalicio" y con los
beneficios que supone para nosotros y para nuestras comunidades. Instamos muy
especialmente a todos los que laboran en el sector de la educación en los
países del G8 a que redoblen sus esfuerzos en este campo.
6. Nos comprometemos, pues, a no cejar en nuestro
empeño de implantar las más exigentes prácticas educativas y empresariales en
nuestra organización. Nos esforzaremos por brindar oportunidades al mayor
número de miembros, y programas educativos al público en general, todo con la
finalidad de promover cambios positivos en la sociedad.
7. Exhortamos además a los países de nuestro G8 a
que en nuestros sistemas educativos se reconozcan y aprecien el valor y el
papel de los hombres de empresa, ya que son ellos los que crean la riqueza de
que disfruta la sociedad. Por último, todos convenimos en reconocer y promover
el valor y el papel de las Cámaras Júnior de todo el mundo, que sirven de
puente entre el mundo de la educación y el mundo del trabajo.
8. Estamos de acuerdo en que la buena salud es
necesaria para la prosperidad económica, el desarrollo educativo y el buen
éxito de las comunidades. La pobreza es el caldo de cultivo en que medran las
enfermedades —el SIDA, la tuberculosis, el paludismo y otras enfermedades
infecciosas— y una amenaza para generaciones futuras. El trabajo incesante y la
cooperación internacional son los únicos medios que nos permiten hacer lo
necesario para romper ese círculo vicioso de la enfermedad y la pobreza.
9. Nos comprometemos, pues, a exhortar a nuestros
miembros y a dirigirles en la puesta en práctica de programas y proyectos
destinados a combatir esos males. Prometemos robustecer nuestros vínculos con
el UNICEF, la OMS, las Naciones Unidas y otras ONGs para hacer frente a estas
importantísimas cuestiones de salud pública.
10. Nos comprometemos a promover
programas de asistencia económica a los pobres.
11. Debemos trabajar todos hombro
con hombro para legar un medio ambiente limpio y seguro a nuestros hijos y
nietos. Reconocemos la necesidad apremiante de proteger los bosques y selvas de
la tierra, el agua potable, las criaturas y el aire. Todos estamos interesados
en ese patrimonio y tenemos la obligación de velar por el bienestar de los
delicados sistemas ecológicos del mundo.
12. Instamos, pues, a los países
miembros de la JCI a dar prelación a la identificación de proyectos y
soluciones que garanticen la pureza del aire y el agua, el aprovechamiento
prudente de los recursos renovables, y la protección de los recursos naturales
y las especies amenazadas, recalcando la importancia de la educación como medio
de asegurar el éxito de estas actividades ecológicas.
13. Debemos realizar un esfuerzo
especial para demostrar cómo las empresas comerciales pueden beneficiarse con
medidas destinadas a proteger el medio ambiente. Estamos de acuerdo con el
principio de que las personas y las compañías que causan contaminación deben
afrontar las consecuencias de sus actos.
14. La Cámara Júnior Internacional
ha marchado a la vanguardia de la globalización durante 56 años. Fundada en
1944 —un año antes que la Organización de las Naciones Unidas—, la JCI ha
descollado especialmente en la formación de los jóvenes, preparándoles para ser
líderes en el gobierno y en el sector privado y fomentado así los cambios
positivos en sus respectivas comunidades. Nos enorgullecemos del hecho de que
tres de los gobernantes reunidos en la cumbre del G8 fueron miembros de la
Cámara Júnior Internacional (el primer ministro Mori y los presidentes Chirac y
Clinton).
15. Resolvemos continuar y
redoblar esa función orientadora en el campo de la globalización; promoverla
mediante la diversidad cultural de nuestros miembros y con estructuras
directivas que sirvan de guía a todos; y considerar la diversidad como elemento
de fuerza y medio de transformar la competencia en colaboración.
16. Creemos que la hermandad de
los hombres trasciende la soberanía de las naciones y nos comprometemos, pues,
a proteger todas las culturas; a aprovechar las ventajas de la globalización y
el dinamismo económico para crear mejores sistemas educativos y de atención
médica para todos; y a aprovechar las oportunidades de la globalización para
enriquecer la vida humana y proteger el medio ambiente.
17. Como lo dice la palabra
japonesa "Yuimaru", ratificamos la promesa de solidaridad y ayuda
mutua basadas en la comprensión y el respeto de las circunstancias culturales,
espirituales y económicas.
18. La globalización inspira y
acrecienta nuestra interacción transcultural y —lo que es aún más importante—
ofrece al mundo auténticas oportunidades de buscar y garantizar la paz global y
duradera.
19. Hemos aceptado la invitación
del presidente de la Cámara Júnior de Italia para reunirnos en su país el año
próximo.