Anuario de Relaciones Internacionales, Año 1994
Presentación
AMERICA LATINA Y EL CARIBE.
SOCIEDADES EN BUSQUEDA DE EQUIDAD.
Al presentar al Departamento de América Latina y el Caribe (1), decíamos que, con esa creación, se simbolizaba el inicio de un nuevo compromiso académico, impulsado desde un sentido de pertenencia continental.
La continuidad de ese rumbo exige, en términos formales, explicitar metas; en cambio la realidad de la región indica que debe existir un gran objetivo que nace de tratar de interpretar y analizar prospectivamente los interrogantes que plantea la actual situación latinoamericana.
Los trabajos que forman parte de este anuario están guiados por esa propuesta. A partir de ellos, se pretende generar el debate sobre las consecuencias de la conjunción democracia-neoliberalismo-globalización en las sociedades del sur del continente americano.
Un debate que debe darse, no en términos dogmáticos, sino con un criterio que tenga como centro de referencia al "hombre" y su situación de bienestar. Ya, que tal como lo expresa Ana C. Logar, "la política macroeconómica continúa enfrentando el dilema de proporcionar empleo productivo y restituir poder adquisitivo a los estratos más rezagados de la población, que pagaron un alto costo por la crisis de la década pasada, o permitir que continúen avanzando los procesos de desintegración social..."
La década pasada, a que se hace referencia, para la América subdesarrollada encontró una problemática común: la deuda externa. El rumbo económico de los '90 tiende a generar otro tipo de deuda que afecta la sociedad globalmente: la deuda social.
Esa mutación en el endeudamiento encuentra un gran interrogante, ¿cuál es el límite de permisividad, que la sociedad latinoamericana, tiene para soportar el progresivo empobrecimiento?.
En esa perspectiva, el presidente de Chile, Eduardo Frei formula una reflexión que puede extenderse por todo el continente, cuando dice: "...nuestro gran desafío. Ver si este desarrollo y esta modernidad son compatibles con todo el país y no solamente con un grupo del país. Si no logramos ese cambio, aunque sea a largo plazo, la democracia no es viable" (2).
Los costos de la "modernidad excluyente" postergan a los ciudadanos en su individualidad, y también en su conjunto; así se analizan los términos del deterioro ambiental y del deterioro sanitario que sufren grandes sectores de la población americana.
La consecuencia inmediata de esa situación, no es otra, que la caída de la credibilidad social en los sectores dirigentes que conducen los procesos democráticos. Pese al innegable valor que tiene el ordenamiento de las economías nacionales la "pasión por la eficiencia, la estabilidad y las fuerzas del mercado debe ser contrabalanceada por nuestra dedicación a las metas de la innovación, la participación, la equidad y la sostenibilidad, y conjugarse con ellas para llegar a una concepción del futuro de América Latina que permita movilizar diversas fuerzas para lograr un desarrollo dinámico, en lugar de limitarse a brindar paliativos para los excesos y abusos del pasado" (3).
Los postulados de innovación y participación también deben ser aceptados por los actuales formuladores gubernamentales de los procesos de integración. La región ve con expectativas tanto la marcha del Mercosur, como la reestructuración del Pacto Andino o del Mercado Común Centroamericano, pero el interrogante planteado radica en ¿si los esquemas integrativos intergubernamentales, con absoluta concentración en su sistema decisional, generan una alternativa funcional a las necesidades de desarrollo de nuestros países?.
En definitiva, tanto la vivencia diaria como el análisis de América Latina y el Caribe, permiten afirmar que la "transformación neoliberal" comienza a encontrar sus límites. Y, con similar firmeza existe claridad en que no hay margen para retroceder en esa reestructuración, pero no se puede dudar en la necesidad de que la viabilidad del continente depende del aporte intelectual para una nueva propuesta de cambio, es decir, regenerar el compromiso con el progreso, en tanto, "es necesario superar las falencias que este proceso ha evidenciado en el período reciente. La generación de líderes democráticos, post-transiciones, debe efectivizar las percepciones comunes en acciones concertadas, que permitan a la América Latina una posición no marginal en el orden mundial en formación" (4)
Rodolfo R. Geneyro
Coord. Dpto. A. Latina y El Caribe
Notas:
(1) "Estructura jurídico institucional del Mercosur"; serie documentos nº5, Instituto de Relaciones Internacionales; La Plata noviembre de 1993
(2) cit. por GENEYRO Ruben Alberto en "Tendencias económicas indeseables o la insensibilidad del modelo", en este anuario.
(3) BRADFORD Colin I., "Orientación y pertinencia de la política económica en América Latina"; en Rev. Estudios Internacionales, nº 102 pág.185.
(4) ROJAS ARAVENA Francisco, "América Latina. El difícil camino de la concertación y la integración" en Rev. Nueva Sociedad nº125 pág 69: Caracas 1993.-