Anuario de Relaciones Internacionales, Año 1996 La Décima Primera Conferencia de Jefes de Estado o de Gobierno del Movimiento de los Países No Alineados

La Décima Primera Conferencia de Jefes de Estado o de Gobierno del Movimiento

de los Países No Alineados

 

(Cartagena de Indias, Colombia del 18 al 22 de octubre de 1995)

 

El llamamiento desde Colombia

 

Los Jefes de Estado o de Gobierno de los Países Miembros del Movimiento No Alineado, reunidos en la heroica ciudad de Cartagena de Indias, Colombia, hacemos un ferviente llamado a la Paz y al desarrollo de nuestros pueblos.

Destacamos los importantes cambios que se han experimentado en el marco Internacional durante los últimos años. Muchos de los conflictos que surgieron en las décadas anteriores se han venido resolviendo, mientras que se observa un notable incremento del comercio y un dinámico desarrollo de mecanismos de integración a nivel regional y subregional.

Se han registrado progresos significativos en el camino científico. Se ha aumentado la expectativa de vida, a tiempo que se experimenta una mayor cobertura en la alfabetización y una notable disminución de la tasa de mortalidad infantil en los países en desarrollo.

Existe una renovada mentalidad favorable al cambio de la confrontación por la cooperación y un interés manifiesto hacia el desarrollo social y económico de los pueblos.

No obstante, observamos con preocupación el desvanecimiento progresivo de las expectativas creadas tras el fin de la Guerra Fría. Los problemas que hemos enfrentado durante mucho tiempo, y que considerábamos se solucionarían en forma gradual con la distensión de la confrontación bipolar, en muchos casos se han agudizado y son más evidentes que en el pasado.

Aún cuando se afirma que la situación económica general se ha recuperado notablemente, en muchos casos este mejoramiento sólo ha beneficiado a unos pocos que han acumulado cantidades excesivas de riqueza y de poder, mientras que en varias regiones el desempleo adquiere proporciones alarmantes y la pobreza se extiende inexorablemente, dando lugar a serios desequilibrios de carácter social.

El hambre ha aumentado vertiginosamente y el analfabetismo continúa siendo uno de los mayores obstáculos al mejoramiento de las condiciones de vida de nuestros pueblos. Más aún, amplios sectores de nuestras sociedades continúan careciendo de servicios médicos básicos, inclusive de agua potable, para satisfacer sus necesidades primarias de supervivencia.

A riesgo de generar perturbaciones internas, estamos trabajando por la apertura de nuestras economías. Sin embargo, con diferentes pretextos, algunos países desarrollados han continuado imponiendo barreras comerciales, financieras y tecnológicas que impiden y obstaculizan seriamente los procesos que estamos llevando a cabo.

Para muchos países en desarrollo, y en particular para los menos desarrollados, el problema de la deuda se ha constituido en uno de los mayores obstáculos para el despegue de sus economías y en un drástico impedimento para su desarrollo social.

La discriminación racial y la xenofobia que considerábamos superadas han cobrado nuevo ímpetu. Los nacionales de muchos países en desarrollo continúan siendo marginados y minorías étnicas o religiosas están peligrosamente amenazadas en muchos países desarrollados, mientras que las protestas derivadas de esta situación son ahogadas en muchas oportunidades por la indiferencia.

Veinticuatro millones de personas, incluidos ancianos, mujeres y niños, que han sido forzados a dejar sus lugares de residencia y deambulan como refugiados a consecuencia de la intolerancia política, racial o religiosa, guardan la esperanza de una solución a su difícil situación.

Han surgido nuevas modalidades para desestabilizar a los gobiernos de los países en desarrollo, siendo cada vez más frecuente el uso de la difamación y la tergiversación de la información, a los que dificilmente puede responder en forma eficaz con los precarios medios a nuestra disposición.

Los grandes exportadores de armas se han aprovechado de la nueva situación internacional para aumentar sus ventas a los países en desarrollo, en tanto que los Estados donde operan tales empresas no toman medidas eficaces para restringir su comercio ilícito y tráfico de armas a los grupos de terroristas, de mercenarios y de delincuentes comunes, que tienen fácil acceso a dicho armamento gracias a la permisividad de quienes toleran y promueven ese rentable negocio, resultando beneficiados con esta indolente conducta.

No obstante la existencia del nuevo marco de las relaciones internacionales, nos preocupa la persistencia de la amenaza nuclear y el riesgo de los ensayos nucleares que exponen a nuestros países a desastrosos efectos. Simultáneamente, miles de armas nucleares siguen constituyendo una peligrosa amenaza para el mundo.

Sobre nuestros pueblos persisten las amenazas por los crecientes riesgos resultantes del manejo, movimiento, transbordo y disposición irresponsable de materiales radioactivos y desechos tóxicos generados en los países industrializados. El problema se agrava porque los países de origen, al reconocer el peligro que ofrecen tales materiales en sus respectivos territorios, buscan removerlos a los espacios oceánicos o a zonas terrestres de los países en desarrollo.

La globalización y la interdependencia han beneficiado principalmente a los países industrializados. Muchos de nuestros Estados permanecen en cambio marginados ampliando la brecha existente entre países ricos y pobres. La globalización también ha ocasionado problemas y riesgos para muchos de los Países No Alineados que son obligados a enfrentar fenómenos tales como la degradación ambiental y el problema de las drogas ilícitas que se originan en la permisividad prevaleciente en ciertos países desarrollados.

Estas consideraciones nos llevan a ratificar que:

El No Alineamiento y sus principios fundamentales conservan su vigencia y, bajo las circunstancias actuales, constituye hoy más que nunca un foro que proporciona un marco de referencia básico para coordinar nuestros intereses y posiciones en el ámbito internacional.

Frente a las nuevas realidades de este momento histórico, el Movimiento busca promover sus objetivos a través del diálogo sobre la base del beneficio y el interés mutuos, la interdependencia genuina y la responsabilidad compartida.

El Movimiento No Alineado continuará luchando a toda costa por la paz, la independencia, la igualdad soberana de los Estados y la No Intervención en sus asuntos internos, que algunos ahora pretenden ignorar. Al mismo tiempo, continuaremos trabajando sin descanso en el mejoramiento de la condición económica y social, el fortalecimiento de la democracia y la libre determinación de los pueblos.

Convencidos, por consiguiente, de que nuestra posición activa y concertada permitirá el logro de nuestros propósitos comunes, adoptamos los siguientes compromisos que denominaremos:

 

El llamamiento desde Colombia

 

Continuaremos promoviendo la reestructuración, revitalización y democratización de las Naciones Unidas sobre la base de los principios contenidos en su Carta, al igual que la reestructuración del sistema financiero internacional, incluidas las instituciones de Bretton Woods, sobre la base del principio de igualdad soberana de los Estados.

Intensificaremos nuestras acciones encaminadas al logro de un desarme general y completo, que comprendió también el desarme nuclear y la eliminación de las armas de este tipo.

Consideramos indispensable el casi cumplimiento de los compromisos acordados en la Cumbre de la Infancia en Nueva York, en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y Desarrollo en Río de Janeiro, en la Asamblea Mundial del Grupo de Educación para todos en Jon-Tien, en la Conferencia Mundial sobre Derechos Humanos en Viena, en la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo de El Cairo, en la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social de Copenhague y en la IV Conferencia Mundial sobre la Mujer en Beijing, así como aquellos acordados en la Ronda Uruguay.

Lucharemos conjuntamente contra todo tipo de condicionalidades, medidas, reglas y políticas coercitivas y unilaterales que se pretenda imponernos o nos sean impuestas, así como a la imposición de la adopción de modelos ajenos a las particularidades religiosas, históricas y culturales de nuestros países.

Fomentaremos la erradicación de los remanentes del colonialismo y de la ocupación foránea y actuaremos concertadamente contra nuevas tendencias intervencionistas.

Perseveraremos en nuestro llamado para un arreglo definitivo del problema de la deuda de los países en desarrollo, incluyendo en particular la multilateral, y la cancelación de la deuda de los países menos desarrollados y de menor ingreso más severamente afectados.

Promoveremos la plena aplicación de los principios de la Carta de la Naciones Unidas y de las normas del derecho internacional, en particular los atinentes a la soberanía, la independencia y la integridad territorial.

Adicionalmente, los suscritos Jefes de Estado o de Gobierno

 

1. Nos abstendremos de recurrir al uso o amenaza del uso de la fuerza en contra de cualquier Estado, y nos valdremos de los medios contemplados por el derecho internacional para dirimir pacíficamente toda controversia.

2. Procederemos a reducir el gasto militar con el propósito de dedicar tales recursos al desarrollo económico y social de nuestros pueblos.

3. Nos comprometemos a erradicar el analfabetismo y la pobreza.

 

Solicitamos al Presidente de Colombia, Ernesto Samper, en su calidad de Presidente de nuestro Movimiento, que emprenda las siguientes acciones:

1. Transmitir a los Jefes de Estado o de Gobierno del "Grupo de los Siete", en las reuniones que dicho Grupo realice, las posiciones e inquietudes de los países miembros del Movimiento, expresadas en nuestra Declaración.

2. Adelantar las acciones indispensables para promover dentro de los Miembros del Movimiento la cooperación Sur-Sur como uno de los objetivos fundamentales de nuestra acción con miras a lograr mayor autosuficiencia colectiva.

3. Formular las recomendaciones aprobadas con el objeto de revisar el funcionamiento, procedimientos y acciones del Movimiento dentro del marco de los principios que nos rigen.

4. Adelantar el estudio e implementación de acciones del Movimiento con miras al mejoramiento efectivo de la condición social de nuestros pueblos.

Finalmente, los Jefes de Estado o de Gobierno de los Países No Alineados, expresamos al Presidente Ernesto Samper, al pueblo y al Gobierno de Colombia nuestro incondicional y absoluto respaldo en la valiente y denodada lucha que decididamente vienen enfrentando contra el flagelo del narcotráfico, dentro del marco de su ordenamiento jurídico interno y de los compromisos internacionales de que es parte. Manifiestan igualmente su decidido apoyo a la iniciativa de Colombia y de otros países en desarrollo, de convocar dentro del marco de las Naciones Unidas una conferencia mundial sobre el problema de las drogas ilícitas.

 

Documento final

 

Preámbulo

 

I. La Décima Primera Conferencia de Jefes de Estado o de Gobierno del Movimiento de los Países No Alineados se celebró en Cartagena de Indias, Colombia del 18 al 2 de octubre de 1995.

II. Estuvo precedida de una reunión preparatoria a nivel de Embajadores y Altos Funcionarios, celebrada los días 14 y 15 de octubre, y de una reunión preparatoria; nivel Ministerial, celebrada los días 16 y 17 de octubre.

III. Participaron en la Conferencia los siguientes miembros del Movimiento: Afganistán, Angola, Arabia Saudita, Argelia, Bahrein, Bangladesh, Barbados, Belice Benin, Bhutan, Bolivia, Botswana, Brunei Darussalam, Burkina Faso, Burundi, Cabo Verde, Camboya, Camerún, Colombia, Congo Coté D'lvoire, Cuba, Chad, Chile, Chipre, Djibouti Ecuador, Egipto Emiratos Arabes Unidos, Eritrea, Etiopía, Filipinas, Gabón, Gambia, Ghana, Grenada, Guatemala, Guinea, Guinea Bissau, Guinea Ecuatorial Guyana, Honduras, India, Indonesia, Irán, Iraq, Jamahiriya Arabe Libia, Jamaica, Jordania, Kenya, Kuwait, Lesotho, Libano, Liberia, Madagascar, Malasia, Malawi, Maldivas, Mali, Malta, Marruecos, Mauricio, Mauritania, Mongolia, Mozambique, Myanmar, Namibia, Nepal, Nicaragua, Niger, Nigeria, Omán, Palestina, Panamá, Papua, Nueva Guinea, Paquistán, Perú, Qatar, República Centroafricana, República Democrática Popular Lao, República Popular Democrática de Corea, República Arabe Siria, República Unida de Tanzania, Rwanda, Senegal, Seychelles, Sierra Leona, Singapur, Sri Lanka Sudáfrica, Sudán, Suriname, Swazilandia, Tailandia, Togo, Trinidad y Tobago, Túnez, Uganda, Uzbekistán, Venezuela, Viet Nam, Yemen, Zaire, Zambia y Zimbabwe.

IV. Asistieron a la Conferencia en calidad de observadores los siguientes países movimientos de liberación nacional y organizaciones internacionales: Armenia, Azerbaiyán, Brasil, China (República Popular), Costa Rica, Croacia, El Salvador, Kyrguistán, México, Uruguay.

También como observadores participaron las siguientes organizaciones y movimientos de liberación nacional: Organización de las Naciones Unidas, Organización de la Unidad Africana, Liga de Estados Arabes, Organización de la Conferencia Islámica, Organización de la Solidaridad de los Pueblos Afro-Asiáticos, Movimiento Independentista de Puerto Rico.

V. Asistieron a la Conferencia en calidad de invitados los siguientes países y organizaciones:

Alemania, Australia, Austria, Bosnia-Herzegovina, Bulgaria, Canadá, Eslovenia, España, Federación Rusa, Finlandia, Grecia, Hungría, Italia, Noruega, Nueva Zelandia, Países Bajos, Polonia, Portugal, República Checa, República Dominicana, República Eslovaca, Rumania, Santa Sede, Suecia, Suiza, Ucrania. También participaron como invitados las siguientes organizaciones: Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), Comité Especial de las Naciones Unidas del Océano Indico, Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Programa Mundial de Alimentos (PMA), Instituto Internacional de Estudios No Alineados, Secretaría del Commonwealth, Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Sistema Económico Latinoamericano (SELA), Comité de las Naciones Unidas sobre el Ejercicio de los Derechos Inalienables del Pueblo Palestino, Organización de las Naciones para el Desarrollo Industrial (ONUDI), Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), Comité Especial de las Naciones Unidas encargado de examinar la situación con respecto a la aplicación de la Declaración sobre la concesión de la independencia a los países y pueblos coloniales, Organización Mundial de la Salud (OMS), Organización de las Naciones Unidas para la Educación y la Cultura (UNESCO), Grupo de los 77, Centro Sur.

VI. Como invitados del Gobierno de Colombia estuvieron presentes los siguientes países y organizaciones: Japón, Organización de Estados Americanos, Organización Internacional de Trabajo, Greenpeace, la Federación Islámica Internacional de Organizaciones Estudiantiles, Comisión de Juristas para la No Proliferación Nuclear.

VII. Los Jefes de Estado y Gobierno dan la bienvenida a Turkmenistan como nuevo miembro del Movimiento. Asimismo dan la bienvenida a Ucrania como invitado del movimiento.

 

Introducción

 

1. Los Jefes de Estado o de Gobierno de los países Miembros del Movimiento de Países No Alineados se reunieron en Cartagena de Indias, Colombia, con el propósito de concretar una serie de acciones tendientes a promover la paz, la seguridad y el desarrollo, lo que ha de conducir al logro de un nuevo sistema de relaciones internacionales fundamentando en los principios de justicia, igualdad y democracia.

 

Capítulo primero: asuntos globales

 

Reseña de la situación internacional

 

2. Los Jefes de Estado o de Gobierno se congregaron en un momento de excepcional trascendencia. Si bien comienzan a apreciarse en su auténtica dimensión las consecuencias de la terminación de la guerra fría en varias situaciones y la economía mundial se encamina hacia la nueva dinámica de la globalización, las esperanzas de que la humanidad alcance, dentro del marco general de paz y convivencia, un nuevo sistema internacional más justo y equitativo basado en el respeto y la igualdad entre las naciones, parecen estar todavía muy lejos.

3. En muchas naciones, la riqueza y el comercio han crecido aceleradamente. La esperanza de vida y el acceso a la enseñanza primaria han aumentado en buena parte de los Estados, en tanto que la tasa media de mortalidad infantil se ha reducido notablemente. Sin embargo, la pobreza y el hambre han alcanzado proporciones dramáticas en muchos de los Países No Alineados y de otros en desarrollo, creando una de las mayores paradojas de nuestro tiempo. Más de quinientos millones de personas sufren de hambre y muchas mueren a consecuencia de ella. El desempleo ha crecido en forma acelerada. El planeta y sus habitantes son víctimas del inexorable deterioro del medio ambiente y de los patrones insostenibles de consumo que se registran en algunos países industrializados.

4. Aún cuando el fantasma de un holocausto nuclear parece cada vez más remoto y algunos gobiernos han decidido recortar sus presupuestos militares para dedicar esos recursos a las necesidades del desarrollo social y económico de sus pueblos, las grandes potencias continúan poniendo en peligro el futuro de la humanidad mediante la acumulación y el desarrollo injustificados de armas nucleares y de otras armas de destrucción masiva, mientras el tráfico desenfrenado de armamentos continúa atentando contra la seguridad y la estabilidad de vastas regiones del planeta.

5. Si bien observan con satisfacción que varios de los conflictos que afectan la estabilidad de los países de Africa, Asia y América Latina y el Caribe, han sido resueltos mediante acuerdos de trascendencia histórica con repercusiones importantes a nivel regional y mundial y que la democracia y las instituciones democráticas se han fortalecido y tornado más participativas, los Jefes de Estado o de Gobierno expresaron su profunda preocupación ante la agravación de conflictos y diferencias ya existentes y el surgimiento de nuevos conflictos, así como la reaparición de viejas rivalidades étnicas, religiosas, económicas y sociales, que se creían ya superadas. Entre tanto, observaron que la desintegración de una de las superpotencias ha conducido a la desaparición del equilibrio de poder y a una inestabilidad latente a nivel mundial.

Subrayaron que el mundo de hoy está todavía lejos de ser un lugar justo, pacífico y seguro. Tensiones a punto de estallar, conflictos violentos, agresión y ocupación extranjera, injerencia en los asuntos internos de los Estados, políticas de hegemonía y dominación, luchas étnicas, intolerancia religiosa, xenofobia, nuevas formas de racismo y nacionalismos concebidos con mentalidad estrecha, se cuentan entre los obstáculos mayores y más peligrosos para la coexistencia armónica entre Estados y pueblos, y, han conducido incluso a la desintegración de naciones y de sociedades. También tomaron nota con repulsión de las masivas violaciones de los derechos humanos y del derecho humanitario, entre los que cabe señalar los actos de genocidio y los delitos perpetrados contra la humanidad en varias regiones de mundo.

6. En América Latina y el Caribe, los acontecimientos políticos y económicos han dado impulso a la consolidación de la paz, al fortalecimiento de la democracia y al progreso económico. La región avanza decididamente hacia la cooperación. En América Central se ha logrado con éxito solucionar conflictos de vieja data y se avanza firmemente hacia la consolidación de la paz. En Haití, por primera vez tras más de un siglo y medio de vida independiente, un mandatario legítimamente elegido se encuentra en el poder.

En Africa se han registrado hechos que habrían parecido inconcebibles hace apenas algunos años. Una vez desmantelado el aberrante sistema del apartheid, Sudáfrica estableció un gobierno democrático y no racial bajo la presidencia de Nelson Mandela. Mozambique ha abierto un nuevo capítulo de su historia, al celebrar sus primeras elecciones generales multipartidistas en octubre del año pasado, preparando el terreno para la consolidación de la paz, la estabilidad y la reconciliación nacional y emprender el proceso de desarrollo económico del país. En Angola, el progreso logrado en la aplicación del Protocolo de Lusaka y el despliegue de UNAVEM III de acuerdo con la Resolución 976 (1995) ha creado un clima propicio para lograr una paz duradera y la estabilidad en el país; Eritrea, después de una prolongada y sangrienta guerra de liberación, ha ganado su independencia como nación y, su pueblo, a pesar de las dificultades que enfrenta, se encamina con confianza hacia los retos del futuro. En Europa, la reciente iniciativa de paz lanzada en Bosnia-Herzegovina despierta grandes esperanzas de un arreglo definitivo, justo y equitativo de un conflicto cuyas atrocidades han marcado el final de este siglo. Asia ha registrado tendencias positivas hacia la cooperación para la paz y el desarrollo: en Asia del Sudeste, el ingreso de Vietnam a ASEAN constituye un paso significativo en el proceso de integración regional, mientras Camboya, después de las elecciones de 1993 avanza por el sendero del desarrollo social y económico y de la democracia, y en el Asia del Nordeste la República Democrática Popular de Corea ha concluido decisivos acuerdos con los Estados Unidos de América. En el Medio Oriente, el Presidente Yasser Arafat ha celebrado en nombre de Palestina acuerdos históricos con Jordania e Israel, mientras Siria se empeña en la búsqueda de una solución pacífica al problema de la ocupación de su territorio por Israel sobre la base de las Resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y de la fórmula de la "tierra para la paz". A pesar de estos hechos positivos y alentadores, los Países No Alineados no tienen la garantía de que se atenderán sus necesidades en materia de seguridad y desarrollo.

7. Si bien varios compromisos sobre desarrollo se han alcanzado en el pasado, y más recientemente en varias conferencias internacionales sobre desarrollo, son muchos los que quedan por cumplir.

8. Los Jefes de Estado o de Gobierno expresaron su preocupación por el adverso clima económico externo que continúa ejerciendo un impacto negativo en las economías de los países en desarrollo. Las exportaciones de estos países siguen siendo obstaculizadas por el proteccionismo en todas sus formas y sus esfuerzos siguen siendo menoscabados por los lastres excesivos del endeudamiento extremo y las corrientes financieras de corto plazo, limitadas y fugaces, que han resultado en la transferencia neta y general de recursos hacia los países desarrollados, así como por la falta de acceso adecuado a la tecnología. Esta situación se complica aún más con la secular caída de los precios de los productos básicos y el deterioro general de los términos comerciables de los países en desarrollo. Desde este punto de vista, Africa, que abarca una cuarta parte de la superficie de la tierra, con recursos naturales considerables, y que a finales del siglo tendrá una quinta parte de la población mundial, merece mayor atención en vista de la crítica situación económica por la que atraviesa, habiendo sido particularmente golpeada en muchos aspectos del desarrollo económico y social.

9. Los Jefes de Estado o de Gobierno expresaron su determinación por hacer lo que sea necesario para cambiar esta situación de modo que se atentan los intereses y se cumplan las verdaderas aspiraciones de los países en desarrollo.

10. Los Jefes de Estado o de Gobierno observaron que a pesar de haber finalizado la Guerra Fría y haberse resuelto los conflictos internos en varios Estados, el comercio y el tráfico ilícitos de armas han aumentado considerablemente. Esta situación ha contribuido a la aparición de nuevas zonas de conflicto armado y a que se hayan alcanzado niveles sin precedentes de violencia como resultado del crimen organizado, el terrorismo y la subversión, tanto en las zonas rurales como urbanas. Observaron que la comunidad internacional debe emprender una acción vigorosa y concertada para poner fin a la circulación y el tráfico de armas de corto alcance, y continuar con sus esfuerzos encaminados a la solución de conflictos en las regiones afectadas.

11. Los Jefes de Estado o de Gobierno expresaron su profunda preocupación ante el grave problema humanitario que ocasiona la presencia de minas y otros dispositivos sin estallar, a las poblaciones de países infestados de minas y el alto número de víctimas de éstas, en especial entre las poblaciones civiles.

12. Los Jefes de Estado o de Gobierno, al tiempo que subrayaron la importancia de que se apliquen todas las resoluciones y mandatos del Consejo de Seguridad correspondientes a las operaciones para el mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas, observaron con preocupación la tendencia manifiesta, cada vez mayor, de parte de algunos Estados a promover sus intereses nacionales por conducto del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Consideraron que los esfuerzos desplegados en favor de la conservación de la paz y la seguridad internacionales, mediante las operaciones para el mantenimiento de la paz, deben ceñirse a los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas y no deben conducir a la implantación de un nuevo sistema de injerencia en los asuntos internos de los Estados.

13. Algunos Estados pretenden imponer unilateralmente sus políticas y criterios culturales y sociales los países en desarrollo, y ejercer su poder e influencia en los organismos internacionales. En efecto, la experiencia de algunos Estados miembros del Movimiento de los Países No Alineados muestra como algunos miembros poderosos de la comunidad internacional siguen insistiendo en imponer sus modelos y percepciones como normas de conducta universal. Por esa razón, los países del Movimiento de los No Alineados son cada vez más objeto del intervencionismo unilateral o multilateral en sus asuntos internos, con varios pretextos. En este contexto, los Jefes de Estado o de Gobierno expresaron su preocupación ante los continuos intentos por socavar los principios de soberanía y de no ingerencia en los asuntos internos de los países del Movimiento, y la renuencia cada vez mayor de varios países desarrollados por reiterar esos principios en los instrumentos y negociaciones internacionales y respaldar su vigencia y aplicabilidad permanentes.

14. Los Jefes de Estado o de Gobierno consideraron que el derrumbe del sistema bipolar, si bien alienta las esperanzas todavía por cumplirse de llegar a una paz universal, justa y duradera, podría resultar en un preocupante y nocivo unipolarismo que podría llevar a una mayor desigualdad, injusticia, y, por lo tanto, a una situación mundial más compleja e inquietante. Subrayaron la necesidad de trabajar juntos por la creación de un nuevo sistema de relaciones internacionales que esté caracterizado por la ausencia de escasez, miedo y todas las formas de intolerancia y que, por el contrario, se base en la paz, la justicia, la equidad, la democracia y el respeto de todos los principios consagrados en la Carta de las Naciones Unidas y el derecho internacional. En este contexto, reiteraron su convicción de que el movimiento debe seguir desempeñando un papel activo y eficaz en el logro de ese objetivo.

15. En estas circunstancias es, por lo tanto, más urgente que nunca que el Movimiento se esfuerce por lograr la cooperación y el espíritu de plena asociación en el ámbito internacional en favor de la paz y el desarrollo social y económico.

16. Los Jefes de Estado o de Gobierno reiteraron la validez y la pertinencia de los principios y objetivos de la independencia, la integridad territorial y la soberanía de los Estados, el logro del desarme general y completo bajo un control internacional eficaz, el derecho de autodeterminación de los pueblos que se encuentran bajo el dominio colonial u otras formas de ocupación extranjera, la igualdad entre las naciones, el pleno respeto al derecho internacional, la solución pacífica de los conflictos, la democratización de las relaciones internacionales, el desarrollo económico y social, el orden económico internacional equitativo, el desarrollo de los recursos humanos, la protección y promoción de todos los derechos humanos y las libertades fundamentales incluido el derecho al desarrollo y la coexistencia entre diferentes sistemas, culturas y sociedades. En este contexto, subrayaron la necesidad de lograr sus objetivos mediante una adaptación dinámica a las nuevas realidades así como de las estrategias, iniciativas y proyectos apropiados.

17. Los Jefes de Estado o de Gobierno recalcaron que para que el papel de Movimiento tenga un mayor realce a nivel internacional debe continuar con su labor de ampliar y fortalecer su habilidad capacidad de iniciativa, representación y negociación, así como de su fuerza ética, política y moral, como la tribuna que representa los intereses y aspiraciones del mundo en desarrollo. Reiteraron, a este respecto que su compromiso moral y político irrevocable radica en el pleno respeto de los principios fundadores del movimiento adoptados en Bandung y de los principios establecidos en la Carta de las Naciones Unidas. Consideraron que el papel del Movimiento en el logro de sus objetivos depende fundamentalmente de solidaridad de sus miembros, de su unidad y cohesión, basados en una cultura de paz y desarrollo, y exige la conjugación de esfuerzos para dirimir desacuerdos y solucionar conflictos de manera pacífica.

 

Cooperación económica internacional para el desarrollo

 

18. Si bien el final de la Guerra Fría debería haber atraído mayor atención y preocupación hacia los temas del desarrollo económico y social por parte de la comunidad internacional, no han alcanzado aún la prelación que requieren, ni el grado de compromiso necesario para resolver los serios problemas que enfrentan países como los del Movimiento. Es un hecho que en estos últimos años han disminuido los recursos disponibles para la cooperación internacional para el desarrollo; la aparición del paradigma de desarrollo basado en el mercado también ha estado acompañada por intentos de trasladar al sector privado toda la carga de la cooperación del desarrollo internacional. Los Jefes de Estado o de Gobierno reafirmaron el papel del Estado en el desarrollo y en la cooperación internacional para el desarrollo.

19. Además, los Jefes de Estado o de Gobierno han presenciado la aparición de una tendencia en los países desarrollados a desatender sus compromisos anteriores y marginar los aspectos relacionados con el desarrollo de las negociaciones internacionales, estableciendo nuevas condiciones y menoscabando conceptos tradicionales en detrimento de los Países No Alineados y de otros países en desarrollo. Por lo tanto, subrayaron la necesidad de que el Movimiento mantenga una presencia activa en las negociaciones económicas y comerciales internacionales, adoptando posiciones fuertes, concertadas y comunes.

20. La situación internacional continúa siendo muy inestable. El clima de incertidumbre persiste, así como la tendencia a concentrarse primordialmente en los intereses y preocupaciones de un limitado número de países desarrollados; recientes compromisos en algunas de las principales esferas de la cooperación internacional siguen sin cumplirse. Los intereses de los países en desarrollo continúan siendo marginados. La inversión privada extranjera tiende a concentrarse en algunos países en desarrollo y una gran parte de estos recursos es de carácter especulativo y fugaz. La infraestructura social y económica en los países en desarrollo está rezagada y frena las posibilidades de crecimiento. Es urgente corregir este estado de cosas en forma prioritaria. La necesidad fundamental del desarrollo debe reflejarse en las nuevas prioridades de cooperación internacional.

21. Los Jefes de Estado o de Gobierno subrayaron que la brecha entre los países desarrollados y en desarrollo, especialmente de los países menos adelantados, continúa ampliándose, y reiteraron que los problemas derivados de la pobreza y el atraso social lejos de estar superándose se han agravado de manera significativa. Expresaron su particular preocupación por la situación económica de los países menos adelantados, la mayoría de los cuales se encuentran en Africa. Observaron, además, que el subdesarrollo económico, la pobreza y la injusticia social son fuente de frustración y causa de nuevos conflictos, y que la estabilidad, la seguridad, la democracia y la paz, no pueden consolidarse sin que se corrijan las crecientes desigualdades internacionales. Consideraron, por lo tanto, que era urgente regenerar las economías de los países menos adelantados con el fin de que alcancen el crecimiento sostenido y el desarrollo sostenible.

22. Los Jefes de Estado o de Gobierno hicieron particular hincapié en que el alto costo social del ajuste estructural y la apertura de las economías de los países del Movimiento no deben ser asumidos únicamente por los países en desarrollo, en especial por los sectores más pobres de su población. Son las grandes naciones desarrolladas las que han obtenido las mayores ventajas de este cambio de la economía mundial mientras que la alarmante concentración de la riqueza en pocas manos, como consecuencia de la economía de mercado desenfrenada, constituye un preocupante presagio de inestabilidad social. Encontraron por ello inaceptable que naciones ricas y poderosas establezcan condicionalidades unilaterales al intercambio comercial abierto que ellas mismas han promovido, para obtener de los países del Movimiento ventajas de diverso orden o, lo que es peor, para imponer criterios o forzar actitudes, en atención a sus necesidades políticas internas. Declararon que el hecho de exigir a los países del Movimiento la apertura de sus economías y de establecer simultáneamente restricciones y trabas arancelarias para sus productos, constituye una conducta moralmente reprochable.

23. Los Jefes de Estado o de Gobierno resaltaron que la globalización de la economía, coadyuvada por la revolución en las comunicaciones y en la informática, ha creado nuevos desafíos y oportunidades. Sin embargo, para la mayoría de países en desarrollo este proceso de globalización se ha traducido en una creciente marginación.

24. Mientras los beneficios de la creciente interdependencia entre economías son claros en los países desarrollados, en los países en desarrollo son frágiles o incipientes. Los Jefes de Estado o de Gobierno hicieron un llamado a la comunidad internacional para que aplique medidas con miras a crear un sistema de relaciones económicas internacionales más equilibrado y participativo, en el que dicha interdependencia beneficie a todas las naciones.

25. Los Jefes de Estado o de Gobierno hicieron un llamamiento para que se fomente una cooperación más estrecha con los países desarrollados, así como con las agrupaciones económicas regionales y subregionales, con miras a promover un enfoque bien coordinado e integrado de las relaciones económicas internacionales basado en la equidad y la justicia y la mutualidad de intereses y beneficios. Consideraron, además, que el Movimiento debe emprender activamente la cooperación Sur-Sur en todos sus aspectos. Decidieron que los Países No Alineados deben poner en marcha programas y proyectos sobre la cooperación Sur-Sur, con el fin de complementar sus economías y proseguir el camino hacia la autosuficiencia.

26. Los Jefes de Estado o de Gobierno observaron que la integración de los países con economías en transición a la economía mundial ha tenido el efecto de absorber recursos considerables que en otra época hubiesen sido asignados a los países en desarrollo. En este respecto, no se han cumplido las expectativas con relación a los beneficios previstos para los Países No Alineados. Expresaron preocupación acerca de las nuevas prioridades establecidas por los países desarrollados que favorecen las economías en transición.

Recalcaron que el Movimiento debe abordar este problema en todos los foros apropiados reiterando, entre otras cosas, la urgente necesidad de que la comunidad internacional cumpla cabalmente con todos los compromisos actuales sobre desarrollo, asumidos en varias Conferencias y Reuniones internacionales sobre desarrollo, en particular mediante el suministro de recursos nuevos y adicionales.

27. Es evidente que la solución de los problemas sociales y el logro de un crecimiento económico sostenido no pueden ser el resultado automático del libre funcionamiento del mercado. El desarrollo social y el desarrollo económico constituyen procesos interdependientes que deben reforzarse mutuamente. La libre iniciativa y la creatividad son una base importante para el progreso. Sin embargo, se requieren intervenciones apropiadas para mitigar el impacto negativo de las fuerzas del mercado, corregir sus fallas, complementar sus mecanismos y lograr condiciones de estabilidad económica y social. Por lo tanto, ya que no se pueden imponer los modelos de desarrollo, fomentaron enfoques alternativos de desarrollo acordes con las necesidades y prioridades nacionales de cada país No Alineado.

El Legado de Bandung

 

28. Al conmemorarse su cuadragésimo aniversario, los Jefes de Estado o de Gobierno exaltaron la histórica Conferencia de Bandung, en cuyo seno se desarrollaron los principios de la No Alineación y de la coexistencia pacífica entre los Estados con diferentes sistemas económicos o políticos. Los Jefes de Estado o de Gobierno reiteraron que la Declaración expedida en esa memorable ocasión constituyó un hito en el surgimiento de una corriente de pensamiento independiente, expresión de los legítimos anhelos de libertad y progreso de los pueblos y de las aspiraciones de los países en desarrollo.

29. Los Jefes de Estado o de Gobierno reiteraron que el papel que cabe al Movimiento para promover un orden internacional justo depende en gran medida de su solidez, unidad y cohesión internas. En consecuencia, corresponde a todos los Estados miembros esforzarse por la promoción de la solidaridad y unidad del Movimiento. Para ello será preciso tomar medidas para resolver los desacuerdos entre los Estados miembros y solucionar pacíficamente sus controversias.

30. Los Jefes de Estado o de Gobierno destacaron el papel histórico y el aporte constructivo del Movimiento a la promoción de la paz en el mundo y las relaciones de cooperación entre los Estados.

Además, la médula de esta filosofía se ha mantenido y sus principios básicos siguen inmutables. La validez de sus principios y objetivos es indiscutible. Estos comprenden, entre otros, la salvaguardia de la independencia, la soberanía e integridad territorial de los Estados, el ejercicio de la autodeterminación y la soberanía de los países no alineados y otras naciones en desarrollo, el desarme, especialmente el desarme nuclear, el fin del colonialismo y toda forma de sometimiento, la erradicación del racismo y todo tipo de discriminación racial, la coexistencia pacífica entre los Estados, la democratización de las relaciones entre éstos, la solución pacífica de conflictos regionales, el logro de los objetivos de crecimiento de todos los países en desarrollo y la protección de los derechos humanos, especialmente los de índole socioeconómica. Los Jefes de Estado o de Gobierno encomiaron el valioso aporte del Movimiento de Países No Alineados a la lucha encaminada al logro del desarme general y la prohibición de producir, probar y utilizar armas de destrucción masiva. Reconocieron su visionario aporte a la promoción del desarrollo y la cooperación Sur-Sur.

31. Los Jefes de Estado o de Gobierno destacaron que la posición decidida que mantuvo el Movimiento en los últimos 34 años ha impulsado muchos de los logros alcanzados en los últimos tiempos en el ámbito internacional, incluida la independencia de muchos territorios sometidos al yugo colonial y la expresión de las necesidades sentidas de los pueblos de los Países No Alineados, que individual y aisladamente ni siquiera eran escuchadas. Resaltaron que la No Alineación constituyó y seguirá representando la expresión colectiva de naciones con identidades y necesidades comunes. El papel que cabe al Movimiento para promover un orden internacional justo depende en gran medida de su solidez, unidad y cohesión internas. Corresponde a todos los Estados miembros esforzarse por la promoción de la solidaridad y unidad del Movimiento. Para ello será preciso tomar medidas para resolver los desacuerdos entre los Estados miembros y solucionar pacíficamente sus controversias.

 

El papel del Movimiento de Países No Alineados

 

32. Los Jefes de Estado o de Gobierno expresaron su satisfacción por la tendencia actual a revitalizar las actividades del Movimiento de Países No Alineados desde la Cumbre de Yakarta en 1992, la Undécima Conferencia Ministerial de El Cairo en 1994 y la Reunión Ministerial del Buró de Coordinación de los Países No Alineados, celebrada en abril de este año en Bandung, e hicieron hincapié en que en adelante el Movimiento debe mantener y fomentar esa tendencia. Al respecto, estuvieron de acuerdo, especialmente, en diseñar un mecanismo para dar mayor realce al papel del Movimiento de Países No Alineados, de conformidad con los cambios en la situación internacional, de manera que, como vocero de los intereses de los países No Alineados y otros países en desarrollo, el Movimiento puede reaccionar eficaz y rápidamente ante los desafíos actuales, sobre la base de las posiciones convenidas por sus miembros.

33. Los Jefes de Estado o de Gobierno subrayaron que el Movimiento debe afianzar su unidad y cohesión y coordinar las posiciones de los países miembros con respecto a los principales asuntos internacionales, con miras a fortalecer su poder negociador frente a los países desarrollados. En este contexto, consideraron que para el Movimiento, el nuevo orden internacional debe descansar en los principios de justicia, igualdad y democracia en las relaciones internacionales y, a tal fin, debe adoptar una estrategia común. Reafirmaron también que es necesario mejorar el mecanismo de coordinación de la posición entre sus miembros, como los actuales grupos de estudio de las Naciones Unidas y los organismos especializados, y fomentar el proceso encaminado al logro de un denominador común de posiciones e intereses de los Países No Alineados y así tener una sola voz en las negociaciones internacionales.

34. Los Jefes de Estado o de Gobierno subrayaron la necesidad de reactivar el Movimiento, y para esto aprobaron conmemorar el Trigésimo Quinto aniversario de la fundación del Movimiento de Países No Alineados con ocasión de la reunión de los Ministros de Relaciones Exteriores del Movimiento de Países No Alineados que tendrá lugar en Nueva York en septiembre de 1996. Encomendaron al Buró de Coordinación en Nueva York el área de efectuar las consultas necesarias con miras a realizar los preparativos para dicha conmemoración, incluida la escogencia del lugar de celebración del aniversario y la preparación de los temas a tratar.

35. Los Jefes de Estado o de Gobierno reconocieron que es fundamental incrementar la fuerza interna para ampliar el papel del Movimiento. Decidieron introducir un sistema de acuerdo con el cual presidencias del Comité Ministerial de Metodología será rotativa y durará tres años, lo que en su opinión daría un nuevo ímpetu al mejoramiento de los métodos de trabajo y la eficiencia del Movimiento. En sentido, recordaron la pronta adopción de criterios para la admisión de nuevos miembros, observadores e invitados. Reiteraron que la ampliación del papel del Movimiento debería ser un proceso constante consideraron que el Comité Ministerial sobre Metodología debería continuar intensificando sus actividades de análisis profundo y extenso de diversos aspectos vinculados a la estructura y las modalidades del Movimiento de los No Alineados. Recomendaron al Comité Ministerial reunirse a principios de 1996 para discutir las formas y medios de ampliar el papel del Movimiento a la luz de los recientes cambios acaecidos en la situación internacional.

36. Los Jefes de Estado o de Gobierno recalcaron la importancia de que se ponga en vigor la recomendación formulada por la Undécima Conferencia Ministerial de El Cairo de 1994 para poner marcha el sistema de apoyo establecido en la Décima Conferencia Ministerial de Accra en 1991 y que fuera adoptada por la Cumbre de Jakarta en 1992.

37. Los Jefes de Estado o de Gobierno, luego de examinar la situación internacional y reafirmar importancia de los principios y objetivos del Movimiento, decidieron buscar nuevas formas de acción colectiva con el fin de ampliar su influencia y su participación en los asuntos mundiales. Una de las razones fundamentales que suscitan dicha necesidad es promover el cumplimiento de los principios de la Carta de las Naciones Unidas y el Derecho Internacional como base fundamental para la coexistencia pacífica entre Estados. Expresaron su satisfacción por el importante y activo desempeño del Buró Coordinador en Nueva York, así como de sus Grupos de Trabajo y Grupos de Redacción. También expresaron su convicción de que dicho papel debe intensificarse para cumplir con las necesidades en rápida evolución en el contexto internacional, incluido el surgimiento de nuevos temas de gran interés para el Movimiento. Por lo tanto los Jefes de Estado o de Gobierno confiaron al Buró de Coordinación la tarea de intensificar sus acciones para fortalecer aún más la coordinación y la cooperación mutua entre los países no alineados, incluida una acción unificada en las Naciones Unidas y otros foros internacionales sobre temas de interés común. Opinaron también que cuando sea necesario, el Buró de Coordinación debe convocar sus reuniones a nivel ministerial sobre un tema específico de interés mayor para el Movimiento, tal como se ha hecho hasta ahora.

38. Los Jefes de Estado o de Gobierno reconocieron la importancia de la coordinación y la cooperación entre el Movimiento de los países No Alineados y el Grupo de los 77 en promover el interés de los países en desarrollo en los foros internacionales. En este contexto, acogieron la adopción por parte del Movimiento de los No Alineados y el Grupo de los 77 de los términos de Referencia del Comité Mixto de Coordinación (CMC) del Movimiento de los países No Alineados y el Grupo de los 77, e particular su carácter operativo. Asimismo, observaron con beneplácito el progreso logrado por el CM en perseguir los intereses de los países en desarrollo tal y como aparecen en la presentación conjunta hecha tanto por los Presidentes del MNA y del Grupo de los 77 en su calidad de co-Presidentes del CM del mensaje del Presidente de MNA al Presidente de la Cumbre de los Siete en Halifax y en las negociaciones de la resolución de la Asamblea General sobre el fortalecimiento del Sistema de las Naciones Unidas, la cual fue adoptada por consenso. El hecho de que los países en desarrollo posean ahora un mecanismo mediante el cual puedan forjar su solidaridad sobre varios temas, es un buen augurio. Por lo tanto, decidieron valerse de estos éxitos y encomendaron al CMC para que desempeñe un papel más activo de acuerdo con su mandato, contenido en los términos de Referencia del CMC.

39. Los Jefes de Estado o de Gobierno observaron con satisfacción la coordinación emprendida por el Presidente del Buró de Coordinación del Movimiento en Nueva York y el Grupo de Países del Movimiento de los No Alineados en el Consejo de Seguridad para abordar puntos de particular importancia para los miembros del Movimiento según lo solicitado por las anteriores Cumbres del Movimiento de los Países Alineados. Por lo tanto, subrayaron la necesidad de continuar e intensificar la coordinación, así como explorar los medios que faciliten dicha coordinación en la forma más apropiada, incluida la posibilidad de celebrar consultas periódicamente entre los miembros del Grupo de Países del Movimiento NOAL en el Consejo de Seguridad y los miembros del Movimiento por intermedio del Buró de Coordinación.

 

El papel de las Naciones Unidas

 

40. Los Jefes de Estado o Gobierno reafirmaron su constante compromiso con los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas. Reiteraron su convicción de que las Naciones Unidas representan el foro internacional más apropiado para mantener la paz y la seguridad internacionales, solucionar pacíficamente los conflictos, lograr las libertades y garantizar el derecho a la autodeterminación de los pueblos sujetos a un régimen colonial u otras formas de dominación u ocupación extranjera, establecer relaciones económicas justas y equitativas y lograr la emancipación social, permitir el pleno goce de todos los derechos humanos y libertades fundamentales, así como el fortalecimiento de relaciones amistosas y la coexistencia pacífica entre naciones. Son indisputables la función y el valor irreemplazables de la Organización en su calidad de foro multilateral único para abordar los problemas mundiales.

También lo son los aportes hechos por dicho órgano mundial y sus organismos especializados al adelanto económico, social y cultural de todos los países y pueblos.

41. El Movimiento, que compone dos terceras partes de la membrecía de las Naciones Unidas, está decidido a consolidar sus logros y exhorta a sus miembros a utilizar el potencial del organismo de una manera mucho más resuelta y racional, para de esta forma asegurar sus aspiraciones comunes, tales como la paz, la seguridad mutua y la prosperidad para todos. El Movimiento debe reafirmarse en las Naciones Unidas como el vocero colectivo y eficaz del mundo en desarrollo.

42. Los Jefes de Estado o de Gobierno reafirmaron su convicción de que las Naciones Unidas son el vehículo más importante para encauzar el aporte del Movimiento de Países No Alineados a la conformación de un nuevo sistema de relaciones internacionales basado en la justicia y la equidad y en los otros principios del Movimiento de Países No Alineados. Por lo tanto, reiteraron la determinación del Movimiento de desempeñar un papel determinante en la revitalización, reestructuración y democratización del sistema de las Naciones Unidas. En este contexto, reafirmaron el papel del Grupo de Trabajo de Alto Nivel del Movimiento de Países No Alineados para la reestructuración de las Naciones Unidas con el fin de democratizar y aumentar la eficacia de la Organización, de acuerdo con los principios y propósitos de la Carta, y garantizar la participación del Movimiento en este importante proceso.

43. Al conmemorarse el Quincuagésimo Aniversario de la creación de la Organización de las Naciones Unidas, los jefes de Estado o de Gobierno destacaron el papel de la misma en la transformación de la sociedad internacional, la promoción del desarrollo económico y social, el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales, el fomento de una mejor comprensión entre los pueblos, el proceso de descolonización en curso y el respeto universal del principio de igualdad de derechos. Resaltaron las numerosas y complejas transformaciones ocurridas en el mundo durante la segunda mitad del presente siglo. De una Organización integrada por 51 Estados fundadores, se ha pasado a 185 Estados Miembros, muchos de los cuales lograron su independencia en las últimas cuatro décadas.

44. Los jefes de Estado o de Gobierno reiteraron la necesidad de democratizar las Naciones Unidas, para lo cual el Quincuagésimo Aniversario debe ser un eje fundamental. Si bien estuvieron de acuerdo con la necesidad de poner la Organización a tono con las nuevas realidades, manifestaron claramente, que las acciones adoptadas en este proceso no pueden servir como base para aumentar aún más los actuales desequilibrios políticos, ni como una forma de eludir el respeto fiel a los principios generales, en particular los principios de imparcialidad, soberanía, independencia nacional, integridad territorial y no ingerencia en los asuntos internos de los Estados, señalados hace más de medio siglo y cuya validez ha sido plenamente justificada. En este contexto, expresaron asimismo su convicción de que no se puede seguir socavando el papel de los Países No Alineados y de los otros países en desarrollo, miembros de la Organización, como tampoco relegar sus intereses en beneficio de las políticas externas de las grandes potencias.

45. Los jefes de Estado o de Gobierno consideraron que la tarea prioritaria y el mayor reto para las Naciones Unidas en la nueva era es la promoción del desarrollo social y económico. A este respecto, subrayaron la necesidad de recuperar la primacía del papel de las Naciones Unidas en la reestructuración de las relaciones económicas internacionales sobre la base de justicia y equidad.

 

Fortalecimiento, Reestructuración, revitalización y democratización de las Naciones Unidas

 

46. Los Jefes de Estado o de Gobierno reiteraron la importancia de la reforma y reestructuración de las Naciones Unidas. En este contexto, reafirmaron el papel de la Asamblea General como órgano deliberativo y decisorio del más alto nivel en el Sistema de las Naciones Unidas. A este respecto, elogiaron el papel realizado por el Grupo de Trabajo de Alto Nivel del Movimiento de Países No Alineados para la Reestructuración de las Naciones Unidas en su tarea de consolidar una posición unificada y sólida del Movimiento y contribuir positivamente en el proceso de negociación que llevó a la adopción por consenso, de las resoluciones pertinentes de las Naciones Unidas. Acogieron con beneplácito las importantes medidas adoptadas para revitalizar la Asamblea General, incluida la decisión de continuar con el uso de los mecanismos actuales y crear los organismos que fueren necesarios y consideraron que estas medidas deben ser cumplidas a cabalidad, y desarrolladas y perfeccionadas aún más. Reiteraron, además, el llamado a observar escrupulosamente las disposiciones de la Carta sobre las respectivas funciones de la Asamblea General y el Consejo de Seguridad y subrayaron la necesidad de establecer relaciones más eficaces entre los dos órganos, basadas en la responsabilidad necesaria del Consejo ante la Asamblea General.

47. Los jefes de Estado o de Gobierno confiaron al Buró de Coordinación en Nueva York la tarea de estudiar los recientes informes y proyectos de algunas entidades, incluidas instituciones no gubernamentales, referentes a la reestructuración de las Naciones Unidas que tienen implicaciones de largo alcance para los No Alineados y otros países en desarrollo con miras, inter-alia, a determinar la posición del MNA sobre los asuntos tratados. En este contexto, tomaron nota sobre el establecimiento del Grupo de Trabajo de Alto Nivel de la Asamblea General sobre el Fortalecimiento del sistema de las Naciones Unidas. A este respecto, reiterando la necesidad de la reforma y reestructuración del sistema de las Naciones Unidas para aumentar su efectividad, recalcaron que el trabajo y las contribuciones de este grupo de trabajo no deben debilitar las actividades de desarrollo de las Naciones Unidas, así como tampoco traslapar los trabajos de otros grupos de trabajo existentes. En este contexto, acordaron que el Movimiento debe participar activamente en el proceso de negociación con posiciones unificadas.

48. Los jefes de Estado o de Gobierno recalcaron que la democratización de las Naciones Unidas y sus organismos debe llevarse a cabo dentro del espíritu de igualdad soberana de los Estados. Hicieron un llamado a los Estados más importantes para que acepten este inevitable proceso en el más amplio interés de la humanidad.

49. Los jefes de Estado o de Gobierno mostraron su satisfacción por los esfuerzos en marcha encaminados a reformar y mejorar algunos procedimientos y mecanismos de las Naciones Unidas como elemento esencial para fortalecer el multilateralismo con miras a asegurar la participación equitativa, una representación más pareja y un mayor equilibrio de conformidad con los principios y objetivos de las Naciones Unidas. En este sentido, hicieron hincapié en la necesidad de democratizar a las Naciones Unidas para que se refleje mejor la naturaleza universal de la Organización y se cumpla el principio de igualdad soberana de los Estados. Recalcaron particularmente la necesidad de democracia y transparencia plenas en el trabajo del Consejo de Seguridad, habida cuenta de las prácticas y desempeño de este órgano en los últimos tiempos. Manifestaron su decisión de tener una participación constructiva en el proceso de revitalización y reforma, ya que tengan la firme convicción de que las Naciones Unidas es un foro indispensable que debe apoyarse y fortalecerse. Sin embargo, la democratización de las Instituciones Internacionales políticas y económicas inherente a dicho proceso sigue viéndose obstaculizada por quienes procuran mantener su posición privilegiada de poder. En esta labor, la finalidad principal debe ser que la Organización sea más flexible ante el cambio de la realidad y los desafíos incipientes de paz y desarrollo en un contexto dinámico.

50. Los jefes de Estado o de Gobierno, en vista de la creciente tendencia de algunos países a ejercer influencia indebida en el Consejo de Seguridad y el papel privilegiado y predominante que el derecho de veto asegura a los Miembros Permanentes del Consejo de Seguridad, lo que es contrario al objetivo de democratizar las Naciones Unidas, reiteraron la posición que adoptaron en las Quinta, Sexta y Décima Cumbres con respecto al privilegio especial de los Miembros Permanentes del Consejo de ejercer el derecho de veto, y se comprometieron a hacer lo posible por restringirlo con miras a su eliminación.

Asimismo, si bien se mostraron complacidos con las medidas adoptadas por el Consejo con respecto a su transparencia y métodos de trabajo, consideraron que ellos seguían siendo insuficientes e instaron a la Asamblea General a recomendar al Consejo otras medidas para asegurar su plena democratización.

51. Los jefes de Estado o de Gobierno tomaron nota del informe del Grupo Abierto de Trabajo sobre el tema de la representación equitativa, el aumento del número de miembros del Consejo de Seguridad y otros asuntos relacionados con el Consejo de Seguridad, que refleja el acuerdo de ampliar el Consejo de Seguridad, revisar sus métodos de trabajo y abordar otras cuestiones relativas a su funcionamiento a fin de fortalecer su capacidad y eficacia y realizar su carácter representantivo. Como siguen existiendo diferencias importantes, es preciso ahondar el estudio de estas cuestiones. Hicieron referencia al hecho de que los países no alineados participaron en las deliberaciones del Grupo Abierto de Trabajo y expresaron su determinación de que el Movimiento siga la labor de dicho Grupo concertada y activamente.

51 bis. Confirmaron que la reforma y la ampliación del Consejo de Seguridad deben considerarse parte integral de un conjunto de medidas que tenga en cuenta el principio de igualdad soberana de los Estados y una distribución geográfica equitativa, así como la necesidad de transparencia, responsabilidad y democratización de los métodos y procedimientos de trabajo del Consejo de Seguridad, incluidos los procesos decisorios. Tomaron nota con satisfacción de la propuesta presentada por el Movimiento de Países No Alineados ante el Grupo Abierto de Trabajo acerca de la reforma del Consejo de Seguridad, que abarca cuestiones relativas al número de miembros, la transparencia y los métodos de trabajo del Consejo. Hicieron hincapié en que la propuesta de ampliar el Consejo de Seguridad debe ser integral, con el objeto de darle mayor credibilidad y reflejar de esa manera el carácter universal de la organización mundial. Consideraron que es esencial aumentar considerablemente la proporción de países miembros del Movimiento que integran el Consejo y a tal fin instaron a que los países no alineados se esfuercen por aumentar la representación de los países en desarrollo de Africa, Asia y América Latina y el Caribe en el Consejo de Seguridad. Todo intento de excluir a los países no alineados de la ampliación del número de miembros del Consejo de Seguridad sería inaceptable para el Movimiento. En consecuencia convinieron en la necesidad de que los miembros del Movimiento adopten un enfoque coherente y coordinado.

52. Los jefes de Estado o de Gobierno destacaron la importancia de aumentar la eficacia del funcionamiento del Consejo de Seguridad mediante la adopción de medidas específicas orientadas a mejorar la relación de trabajo del Consejo con la Asamblea General otros órganos de las Naciones Unidas y los países que no son miembros del Consejo de Seguridad. También subrayaron la necesidad de poner en práctica las disposiciones del Artículo 50 de la Carta, sobre todo mediante la institucionalización de las consultas contempladas en este artículo, y de adoptar otras medidas eficaces para permitir a los países que no son miembros del Consejo llamar la atención de aquéllos que si lo son a los problemas y dificultades de los primeros con miras a encontrarles una solución.

53. Si bien reconocieron la importancia adquirida por las reuniones cerradas oficiosas de los miembros del Consejo, los jefes de Estado o de Gobierno confirmaron su convicción que esas consultas oficiosas no deben reemplazar las disposiciones de la Carta y las normas provisionales de procedimiento del Consejo, ni restringir la transparencia con que debe desarrollarse su labor.

54. Con el objeto de alcanzar el objetivo de que con la reestructuración de las Naciones Unidas se logre la democratización, transparencia y eficiencia del Consejo de Seguridad y un mayor equilibrio en las funciones de los principales órganos de las Naciones Unidas, los jefes de Estado o de Gobierno estudiaron varios mecanismos, incluida la posible convocatoria de la Conferencia General para la revisión de la Carta, como se prevé en el Artículo 109 de la Carta de las Naciones Unidas en la ocasión adecuada.

55. Los jefes de Estado o de Gobierno tomaron nota del hecho de que la quincuagésima sesión de la Asamblea General está estudiando las funciones del Consejo Fiduciario como parte del proceso integral orientado a revitalizar y aumentar la eficacia de las Naciones Unidas, especialmente de sus principales órganos.

56. Los jefes de Estado o de Gobierno tomaron nota del Suplemento de una Agenda para la Paz presentado por el Secretario General de las Naciones Unidas, y de la convocatoria del Grupo Oficioso de Trabajo de la Asamblea General para tratar la Agenda para la Paz. Al respecto, manifestaron su disposición a considerar el Suplemento y las propuestas contenidas en él, y a tal efecto encomendaron al Grupo de Trabajo de Alto Nivel del Movimiento de Países No Alineados para la Reestructuración de las Naciones Unidas la tarea de continuar su labor con el fin de lograr una posición común del Movimiento en el proceso de negociación y garantizar la consecución del objetivo de fortalecer el sistema de las Naciones Unidas dentro del marco y de acuerdo con las disposiciones de la Carta.

57. Los Jefes de Estado o de Gobierno reiteraron que para el imperio de la democracia dentro de la familia de naciones haría falta la consulta, participación y el compromiso plenos de todos los Estados, grandes y pequeños, en la labor de la Organización. Subrayaron además que la labor preventiva de orden diplomático y la de afianzamiento de la paz después de los conflictos deben realizarse sobre la base de los principios contemplados en la Carta de las Naciones Unidas.

58. Los Jefes de Estado o de Gobierno consideraron que la Asamblea General debe realizar un estudio exhaustivo de los problemas vinculados con la reestructuración de la Secretaría de las Naciones Unidas, especialmente teniendo en cuenta el informe presentado por la Secretaría General al respecto ante la Cuadragésima Novena sesión ordinaria de la Asamblea, que consta en el documento as/49/336, habida cuenta de la discusión que se generó respecto de este tema.

59. Los Jefes de Estado o de Gobierno apoyaron la recomendación del Secretario General de que el Consejo de Seguridad establezca un mecanismo para estudiar, inclusive dentro del contexto de la aplicación del Artículo 50 de la Carta, todos los aspectos relacionados con las sanciones y sus repercusiones efectivas. Coincidieron en que las sanciones previstas en la Carta tienen grandes consecuencias, no sólo en los países a los que se aplican, sino también en los Estados vecinos y en los que mantienen relaciones comerciales con ellos. Los problemas económicos que ocasione a dichos Estados la aplicación de sanciones a cualquier otro Estado deben abordarse con prontitud mediante la pertinente indemnización. Señalaron que las sanciones deben levantarse tan pronto como se alcancen sus objetivos, y que todo intento por imponer o prolongar su aplicación en aras del logro de algunos objetivos políticos debe rechazarse. Además, consideraron que deben aclararse muchos aspectos cruciales antes de imponerse las sanciones.

Expresaron que a tal fin deben estudiarse concienzudamente la manera de minimizar los posibles efectos no previstos a largo plazo en los países a los que se aplican las sanciones y reducir al mínimo todo perjuicio o impacto en los países vecinos o terceros. En el estudio se debe analizar la necesidad de fijar claramente objetivos y metas, y tener en cuenta consideraciones de orden humanitario, como los efectos en la población civil.

60. Los Jefes de Estado o de Gobierno coincidieron en que es importante que las Naciones Unidas, y en particular el Consejo de Seguridad, incrementen sus esfuerzos y recursos en favor de la solución pacífica de las diferencias, lo cual ayudará, por una parte, a acabar con el sufrimiento humano causado por la profundización de las crisis internacionales y, por la otra, a canalizar recursos de la comunidad internacional hacia la satisfacción de necesidades económicas y sociales urgentes, para lo cual no existe actualmente un financiamiento adecuado.

 

Operaciones de las Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz

 

61. Los Jefes de Estado o de Gobierno ratificaron que la principal responsabilidad para el mantenimiento de la paz y la seguridad recae en las Naciones Unidas.

62. Los Jefes de Estado o de Gobierno reconocieron la importancia de las operaciones de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas y reafirmaron su convicción de que estas operaciones deben ajustarse estrictamente a los principios y propósitos consagrados en la Carta de las Naciones Unidas. Resaltaron que estas operaciones de mantenimiento de la paz deben guiarse por los principios adoptados en la XI Conferencia Ministerial del Movimiento de Países No Alineados (NOAL) celebrada en El Cairo en 1994.

63. Los Jefes de Estado o de Gobierno expresaron su preocupación por el desequilibrio existente ente los gastos conexos del gran número de operaciones para el mantenimiento de la paz y los recursos disponibles para actividades de desarrollo de las Naciones Unidas, así como por la complejidad de las funciones y tareas que les han sido asignadas. Así mismo expresaron sus reservas ante la reciente tendencia mediante la cual las operaciones de mantenimiento de la paz se convierten en operaciones militares que no están contempladas en las disposiciones de la Carta. En este sentido, reiteraron la necesidad de diferenciar entre operaciones de mantenimiento de la paz y operaciones de asistencia humanitaria.

64. Los Jefes de Estado o de Gobierno resaltaron la necesidad de establecer con urgencia una escala uniforme de compensaciones de las Naciones Unidas en caso de muerte o incapacidad del personal encargado del mantenimiento de la paz.

65. Los Jefes de Estado o de Gobierno recalcaron que la contribución de los países en desarrollo constituye un importante factor para asegurar el éxito de las operaciones de mantenimiento de la paz. Por lo tanto, es necesario abordar los problemas de las demoras en el reembolso de los costos de las tropas y del uso de equipos propiedad de las mismas a los países participantes, sobre todo a los países no alineados y otros países en desarrollo.

66. Los Jefes de Estado o de Gobierno señalaron que el mantenimiento de la paz constituye una medida ad-hoc utilizada para evitar la intensificación de conflictos mientras se buscan formas de resolverlo en forma pacífica. En este sentido, manifestaron que no debe recurrirse a las operaciones de mantenimiento de la paz como medio para refrenar los conflictos, y por lo tanto deben desplegarse todos los esfuerzos necesarios para resolverlos tempranamente.

67. Los Jefes de Estado o de Gobierno encomiaron las valiosas contribuciones de los miembros del NOAL a las diversas operaciones de mantenimiento de la paz de la ONU. Alabaron los sacrificios realizados por las tropas de países no alineados que participan en diversas operaciones de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas.

 

Situación financiera de las Naciones Unidas

 

68. Los Jefes de Estado o de Gobierno expresaron su preocupación por la situación financiera que atraviesa la Organización de las Naciones Unidas y destacaron que la causa fundamental de dichas dificultades es el incumplimiento por parte de algunos Estados desarrollados, en el pago pleno y oportuno de sus cuotas al presupuesto ordinario y para las operaciones de mantenimiento de la paz. Exhortaron a estos Estados a cumplir sus obligaciones pendientes sin imponer condición alguna, como prueba de su voluntad política de honrar sus obligaciones en el marco de la Carta, aplicables a todos los miembros.

69. Los Jefes de Estado o de Gobierno reiteraron que el principio de la capacidad de pago debe seguir siendo el criterio fundamental de cualquier análisis de la metodología para el reparto de los gastos de la Organización. Subrayaron también, que cualquier análisis de la metodología debe fundarse en el consenso y la consulta y no sobre la base de las medidas unilaterales.

70. Los Jefes de Estado o de Gobierno recordaron, además, la obligación de los Estados Miembros de asumir los gastos de la Organización según la cuota establecida por la Asamblea General, de acuerdo a lo estipulado en el Artículo 17 de la Carta. En este sentido reafirmaron además, que los principales contribuyentes deben llevar a efecto sus compromisos para con la Organización y tomar la iniciativa para cumplir en forma oportuna con el pago total de sus cuotas con ocasión del Quincuagésimo Aniversario de las Naciones Unidas.

71. En este sentido, los Jefes de Estado o de Gobierno tomaron nota del progreso alcanzado por el Grupo Abierto de Trabajo de Alto Nivel sobre la situación financiera en las Naciones Unidas y expresaron la esperanza de que los resultados de sus deliberaciones permitan a la Asamblea General tomar las medidas adecuadas con el fin de colocar a la Organización en una posición económicamente viable para hacerse cargo de los desafíos a los que se encuentra enfrentada.

72. Los Jefes de Estado o de Gobierno reiteraron también su opinión de que deben adoptarse de manera permanente los principios contenidos en la escala especial de cuotas establecida en la Resolución 3101 (XXVIII) para la repartición de los gastos de las operaciones de mantenimiento de la paz. A este respecto convinieron en la necesidad de que la escala para la financiación de dichas operaciones deber reflejar claramente las responsabilidades especiales de los Miembros Permanentes del Consejo de Seguridad, así como la situación económica que enfrentan los países o grupos de países.

 

Organizaciones regionales

 

73. En tanto que reafirmaron que la responsabilidad primaria por la paz y la seguridad internacionales recae en las Naciones Unidas, los Jefes de Estado o de Gobierno recalcaron que el papel de los organismos y convenios regionales no debe en forma alguna sustituir el papel legado por las Naciones Unidas ni podrá eludir la plena aplicación de los principios rectores de la Carta y del derecho internacional.

74. Los Jefes de Estado o de Gobierno reafirmaron que es útil contar con un proceso de consultas, cooperación y coordinación entre las Naciones Unidas y los acuerdos u organismos regionales, de acuerdo a lo estipulado en el Capítulo VIII de la Carta, así como en sus mandatos, alcance y composición, ya que puede contribuir al mantenimiento de la paz y la seguridad a nivel internacional.

75. Los Jefes de Estado o de Gobierno afirmaron que los convenios regionales sobre cooperación económica pueden contribuir al crecimiento y al desarrollo de la economía mundial mediante, inter-alia, el fomento del comercio, la inversión y la transferencia de tecnología. Destacaron la necesidad de un firme compromiso para mejorar la cooperación económica entre los países en desarrollo dentro del marco de un sistema comercial multilateral abierto, equitativo y no discriminatorio.

76. Los Jefes de Estado o de Gobierno resaltaron el importante papel que pueden jugar los convenios y organismos regionales, integrados por países no alineados y otros países en desarrollo, en la promoción de la paz y seguridad regionales, la cooperación económica y el desarrollo económico y social.

 

Derecho a la auto-determinación y a la descolonización

 

77. Los Jefes de Estado o de Gobierno reiteraron la validez sostenida del derecho fundamental de todos los pueblos a la libre determinación, cuyo ejercicio, en el caso de los pueblos sometidos a la dominación extranjera o colonial o que están bajo ocupación extranjera, es esencial para asegurar la erradicación de todas estas situaciones y para garantizar el respeto universal de los derechos humanos y las libertades fundamentales. Los Jefes de Estado o de Gobierno condenaron firmemente la actual represión brutal de las aspiraciones legítimas de alcanzar la autodeterminación por parte de los pueblos bajo dominación extranjera o colonial y ocupación extranjera en diversas regiones del mundo.

78. Los Jefes de Estado o de Gobierno observaron con satisfacción el acceso a la condición de Estados soberanos e independientes de pueblos antes sometidos a la ocupación colonial, extranjera o foránea. Recalcaron el derecho inalienable de los pueblos de territorios que no cuentan con su propio Gobierno, a la libre determinación e independencia en el marco de la Resolución 1514 (XV) de la Asamblea General del 14 de diciembre de 1960 independientemente del tamaño, ubicación geográfica, población y recursos naturales limitados del territorio en cuestión. Renovaron su compromiso de acelerar la completa eliminación del colonialismo y apoyaron la aplicación efectiva del plan de acción para el Decenio para la Erradicación del Colonialismo. En este sentido, el principio de libre determinación con respecto a los demás territorios en el marco del Programa de Acción debe ejecutarse en concordancia con los deseos de los pueblos, de acuerdo a las resoluciones de la Asamblea General de las Naciones Unidas y a la Carta de esta organización.

79. Los Jefes de Estado o de Gobierno exhortaron a la aplicación plena de las resoluciones y decisiones pertinentes de la UNESCO relativas a la restitución de la propiedad cultural de los pueblos antiguamente bajo régimen colonial e instaron al pago de las compensaciones correspondientes.

80. En el contexto de la aplicación de la Resolución 1514 (XI), los Jefes de Estado o de Gobierno reiteraron que cualquier intento orientado a la perturbación parcial o total de la unidad nacional y la integridad territorial de un país es incompatible con los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas.

 

Mercenarios

 

81. Los Jefes de Estado o de Gobierno alarmados por la persistencia de las actividades delictivas de mercenarios internacionales, reafirmaron que el reclutamiento, el financiamiento, el entrenamiento, el tránsito, la utilización o el apoyo a mercenarios son violatorios de los propósitos y principios consagrados en la carta de las Naciones Unidas. Han puesto en peligro la seguridad nacional de los Estados, especialmente de los Estado pequeños, al igual que la seguridad y estabilidad de los Estados multiétnicos e impedido el ejercicio del derecho de los pueblos a la libre determinación. En consecuencia, los Jefes de Estado o de Gobierno instaron a que se acojan las disposiciones contenidas en la Resolución 49/150 de la Asamblea General de las Naciones Unidas, en especial el llamado que ella hace a los Estados a considerar la posibilidad de firmar o ratificar el Convenio Internacional contra el reclutamiento, la utilización, el financiamiento y el entrenamiento de mercenarios.

 

Desarme y seguridad internacional

 

82. Al desaparecer la confrontación Este-Oeste, los asuntos relacionados con el desarme, la limitación y el control de las armas y la seguridad internacional han adquirido una dimensión totalmente nueva. Los escenarios de disuasión nuclear del pasado ya no son pertinentes. En la era posterior a la guerra fría, no existe ninguna justificación, si es que alguna vez la hubo, para mantener los arsenales nucleares, y mucho menos para crear otros nuevos, en continuación de la carrera armamentista. Ha llegado la hora de destruir definitivamente todas las reservas de estas armas mortíferas de destrucción masiva. El régimen de la no proliferación no tendrá éxito si no se cuenta con una perspectiva clara de desarme nuclear. Los Jefes de Estado o de Gobierno instaron a renunciar a las doctrinas estratégicas basadas en el uso de armas nucleares y a adoptar un plan de acción para la eliminación de todas las armas nucleares en un período de tiempo limitado. Reiteraron su creencia en que lograr el desarme general y completo bajo un control internacional efectivo continúa siendo el objetivo último, para lo cual es preciso adoptar un enfoque de seguridad internacional global no discriminatorio y equilibrado.

83. Los Jefes de Estado o de Gobierno reafirmaron su convicción de que el nuevo entorno mundial ofrece hoy en día mejores oportunidades para abordar, de manera efectiva, todos los problemas relacionados con el desarme y la seguridad internacional y para promover un mundo más seguro, libre de armas de destrucción masiva. Como objetivo último que debe alcanzarse dentro de un período de tiempo razonable, reafirmaron la necesidad de buscar un desarme general y completo bajo un control internacional efectivo mediante la eliminación de todos los arsenales nucleares y de todas las demás armas de destrucción masiva, así como reducciones graduales y equilibradas de las armas convencionales.

84. Los Jefes de Estado o de Gobierno invocaron la Conferencia sobre Desarme para que, como asunto prioritario, establezca un comité ad-hoc que inicie a comienzos de 1996 las negociaciones sobre un programa de desarme nuclear por fases y para la eventual eliminación de las armas nucleares en un período de tiempo limitado, tal como se contempla en el párrafo 50 del documento final del primer período extraordinario de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre Desarme, y con tal fin decidieron someter a consideración un proyecto de resolución ante el 50 período de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas.

85. Los Jefes de Estado o de Gobierno expresaron su preocupación por el limitado y lento progreso de las negociaciones destinadas a reducir y finalmente eliminar los arsenales nucleares de conformidad con los objetivos del desarme general y completo. Urgieron a todos los demás Estados poseedores de armas nucleares a unirse a los esfuerzos encaminados en los dos Países dueños de los arsenales de armas nucleares más grandes para acelerar el proceso de eliminación completa de esta categoría de armas.

86. Los Jefes de Estado o de Gobierno reiteraron la seriedad e importancia de la eliminación de las armas de destrucción masiva, y consideraron la creación de zonas libres de armas nucleares como el primer paso necesario para alcanzar este objetivo. Instaron a los Estados a la concertación de acuerdos con miras a la creación de zonas libres de armas nucleares en las regiones donde aún no existen, de conformidad con las disposiciones del Documento Final de SSOD-1. Estas zonas libres de armas nucleares deberían extenderse a todos los territorios que forman parte de cada Estado en dichas zonas de acuerdo con la integridad territorial de cada Estado. Acogieron con satisfacción el actual proceso de consolidación del régimen establecido en virtud del Tratado de Tlatelolco en América Latina y la Región del Caribe.

También recibieron con beneplácito la adopción por parte de la OUA, el 23 de junio de 1995, del Tratado de Pelindaba sobre la creación de una zona libre de armas nucleares en Africa. Solicitaron el apoyo de los Estados poseedores de armas nucleares miembros de este Tratado a, entre otras cosas, adherir los protocolos que les atañen, así como otros tratados regionales para garantizar su éxito. Además, alentaron la unificación de las zonas ya creadas por los tratados de Tlatelolco, Rarotonga y el Tratado Antártico, con la zona que se establecerá en Africa. Recibieron con beneplácito la declaración unilateral por parte de Mongolia de su territorio como zona libre de armas nucleares y manifestaron que su acción es un aporte encomiable a la estabilidad regional y a la consolidación de un clima de confianza.

87. Los Jefes de Estado o de Gobierno reiteraron su apoyo a la creación en el Medio Oriente de una zona libre de toda clase de armas de destrucción masiva. Con ese fin, los Jefes de Estado o de Gobierno reafirmaron la necesidad de establecer con prontitud una zona libre de armas nucleares en el Medio Oriente, acorde con las resoluciones pertinentes de la Asamblea General adoptadas por consenso.

Hicieron un llamado a todas las partes involucradas para que adopten medidas urgentes y prácticas con miras a crear dicha zona, entre tanto, instaron a Israel a que renuncie a la posesión de armas nucleares, adhiera el Tratado sobre la No Proliferación de Armas Nucleares y coloque todas sus instalaciones nucleares bajo las garantías integrales de la OIEA. Los Jefes de Estado o de Gobierno manifestaron su profunda preocupación ante la adquisición, por parte de Israel, de capacidad nuclear, lo que plantea una amenaza seria y permanente a la seguridad de los Estados vecinos y otros países, y condenaron a Israel por continuar desarrollando y acumulando arsenal nuclear. Adicionalmente, acogieron con beneplácito la iniciativa de S.E. Mohammed Hosni Mubarak, Presidente de la República Arabe de Egipto, relativa al establecimiento de una zona libre de armas de destrucción masiva en el Medio Oriente. Consideraron que deben darse los pasos necesarios en distintas instancias internacionales para el establecimiento de esta zona.

También hicieron un llamado por la total y absoluta prohibición de la transferencia de todo tipo de equipos, información, materiales e instalaciones, recursos y dispositivos nucleares y la prestación de asistencia a Israel en materia de ciencia y tecnología nucleares.

88. Los Jefes de Estado o de Gobierno observaron con preocupación las crecientes limitaciones impuestas al acceso a materiales, equipos y tecnología de energía nuclear con fines pacíficos por parte de los países desarrollados mediante la imposición de regímenes ad-hoc de control de exportaciones. Ello podría entorpecer el desarrollo económico y social de los países en desarrollo. Adscribieron la mayor prioridad a la búsqueda de mecanismos que posibiliten la transferencia de tecnología y la cooperación para los usos pacíficos de la energía nuclear, con miras a hacer efectivas y a fortalecer las políticas de desarrollo económico de los países miembros del Movimiento.

89. Los Jefes de Estado o de Gobierno consideraron que mientras los Estados continúen acumulando armas nucleares y persista la posibilidad de fabricar y utilizar este tipo de armamento, continuarán existiendo tensiones en todo el mundo y serias amenazas a la paz mundial. En tal contexto, saludaron la decisión de Sudáfrica de desmantelar sus armas nucleares, descontinuar la totalidad de sus programas de armas nucleares y ajustarse a las salvaguardias internacionales.

90. Los Jefes de Estado o de Gobierno condenaron de manera categórica toda clase de ensayos nucleares, los cuales se llevan a cabo no obstante sus graves implicaciones ambientales y sus efectos contrarios a la paz, a la seguridad y a la estabilidad internacional. Deploraron la reanudación y continuación de los ensayos nucleares e hicieron un llamado a todos los Estados poseedores de armas nucleares a actuar de manera compatible con las negociaciones y objetivos de un tratado general de prohibición de ensayos nucleares y a suspender cualquier tipo de prueba nuclear. Manifestaron su apoyo a la total eliminación de todos los ensayos nucleares. Se mostraron complacidos por los esfuerzos efectuados por culminar las negociaciones de un Tratado General de Prohibición de Ensayos Nucleares (CTBT) para 1996 y subrayaron que cualquier nueva actividad relacionada con investigación y desarrollo en arsenales nucleares, o su producción, sería contraria al espíritu del CTBT. Reafirmaron que para que el CTBT tenga sentido como tratado de desarme, debe ser considerado como un paso importante en el camino hacia la completa eliminación de todas las armas nucleares en un plazo específico.

91. Los Jefes de Estado o de Gobierno de los Países No Alineados Partes del TNP señalaron que, para el momento de su prórroga, el proceso de revisión quinquenal previsto por dicho Tratado no había sido concluido por segunda vez, lo que refleja serias dificultades sobre la manera de alcanzar la universalidad de este acuerdo. Esto se suma a las dudas sobre la posibilidad de lograr la definición de prioridades por consenso en materia de desarrollo nuclear.

92. Los Jefes de Estado o de Gobierno, a la luz de la Resolución 984 (1995 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas adoptado unánimamente el 11 de abril de 1995, y de la declaración de los países poseedores de armas nucleares relativas a las garantías de seguridad tanto positivas como negativas, urgieron a los Estados poseedores de armas nucleares a dar nuevos pasos para dar garantías a los Estados No Nucleares Partes del Tratado contra el uso o amenaza de uso de armas nucleares. Estos pasos deberían adoptar la forma de un Instrumento Internacional con fuerza obligatoria.

93. Los Jefes de Estado o de Gobierno Partes del Tratado de la No Proliferación (TNP) deploraron fuertemente que hasta ahora los Estados poseedores de armas nucleares no hayan cumplido con las obligaciones del Artículo VI del TNP y reiteraron la necesidad urgente de lograr la eliminación total de todas las armas nucleares existentes, como paso indispensable hacía el desarme general y completo bajo un estricto y efectivo control internacional. Hicieron un llamado a los Estados poseedores de armas nucleares para que con determinación desplieguen esfuerzos sistemáticos y progresivos en este sentido. También instaron a los Estados poseedores de armas nucleares a poner fin de inmediato al desarrollo, producción y mejora cualitativa de armas nucleares.

94. Los Jefes de Estado o de Gobierno Partes del TNP consideraron que es esencial que los Estados poseedores de armas nucleares den muestras de voluntad política necesaria para atender las preocupaciones de los Estados No Nucleares y para lograr una base mutua aceptable para el desarme universal que garantice la utilización de la energía nuclear para fines pacíficos. Con este propósito, el Movimiento de No Alineados respalda la creación de zonas libres de armas nucleares de destrucción masiva. Debe reconocerse la particular importancia de garantizar el ejercicio del derecho inalienable de todas las Partes del TNP de realizar investigación, producir y utilizar la energía nuclear para fines pacíficos sin discriminación. Deberán instrumentarse cabalmente medidas para facilitar la participación en el mayor intercambio posible de equipos, materiales e información científica y tecnológica para el uso de la energía nuclear con fines pacíficos.

95. De conformidad con las decisiones adoptadas por la Conferencia de Revisión y Extensión del Tratado de No Proliferación de 1995, los Jefes de Estado o de Gobierno de los Estados Partes del TNP instaron a todos los Estados y, sobre todo, a los Estados poseedores de armas nucleares, a cumplir cabalmente con sus compromisos, a saber a) logro de la universalidad del Tratado; b) la firma del Tratado de Prohibición Completa de Ensayos Nucleares, antes de la finalización de 1996; c) el acuerdo sobre instrumentos legalmente vinculantes que aseguren a los Estados No Nucleares el no uso o amenaza de uso de las armas nucleares; d) la prohibición de materiales fisibles y otros artefactos nucleares para propósitos bélicos; e) la eliminación de armas nucleares y otras armas de destrucción masiva; f) el establecimiento de zonas libres de armas nucleares, y g) la transferencia de tecnología nuclear libre y no discriminatoria para fines pacíficos a todos los Estados Partes sin excepción.

96. Los Jefes de Estado o de Gobierno recalcaron que de conformidad con la Resolución 388 de la Conferencia General, se invita a la AIEA a llevar a cabo sus principales actividades, en particular la instrumentación de salvaguardas y la cooperación técnica con el mismo énfasis. En este sentido, también subrayaron la necesidad de tomar en cuenta los cambios fundamentales y estructurales que se han registrado en la comunidad nuclear mundial, particularmente con relación a los usos de la energía nuclear para fines pacíficos en las diferentes esferas del desarrollo socioeconómico. Por consiguiente, declararon su convicción de que el Artículo VI de la carta de la AIEA debe reformarse a más tardar para el 40 Aniversario de dicho organismo, con el fin de ampliar el tamaño y la composición de su consejo rector de modo de incrementar su representatividad y eficacia. A tal sentido, acogieron con beneplácito la propuesta formal presentado por el Reino de Marruecos (contenida en el documento gov/2814/rev1) con el objeto de lograr un consenso sobre la misma en la 49 Conferencia General de la AIEA.

97. Los Jefes de Estado o de Gobierno instaron a negociar un convenio internacional que prohiba el uso de la amenaza de uso de armas nucleares bajo cualquier circunstancia, y tomaron nota de la Resolución 49/75K, "Solicitud de Asesoría a la Corte Internacional de Justicia sobre la Legalidad de la Amenaza o Uso de Armas Nucleares", adoptada por la Asamblea General en su 49 período ordinario de sesiones.

98. Los Jefes de Estado o de Gobierno signatarios del Tratado tomaron nota del trabajo realizado por el Comité Preparatorio de la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (PrepCom del OPAQ), y expresaron su preocupación por la falta de progreso en sus negociaciones sobre diversos asuntos. Entre ellos se incluye el retraso de los principales poseedores de arsenales de armas químicas en adelantar la radicación del Artículo 11 del Convenio relativo a la cooperación económica y técnica en el sector químico. Estos retrasos conllevarían implicaciones negativas para el futuro del Convenio sobre Armas Químicas, Inter-alia, su efectiva instrumentación, adhesión universal y oportuna entrada en vigor. En consecuencia, reiteraron la necesidad de que los Países No Alineados signatarios del Convenio sobre Armas Químicas participen activamente y adopten una posición más coordinada en las reuniones de la OPAQ, así como también en el transcurso de las sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas.

Asimismo, solicitaron a los países desarrollados promover la cooperación internacional mediante la transferencia de tecnología, materiales y equipos para fines pacíficos en el campo químico, y eliminar todas las restriciones discriminatorias existentes, tanto a nivel nacional como multilateral que sean contrarias a los principios y espíritu del Convenio.

99. Los Jefes de Estado o de Gobierno registraron las continuas deliberaciones que se han adelantado en relación con el establecimiento de un mecanismo de verificación para el Convenio sobre Armas Biológicas.

Subrayaron que los recientes avances en el campo de la biotecnología son de vital importancia para el desarrollo económico de los Países No Alineados, especialmente en los sectores de la agricultura y la salud. En este contexto, demandaron la adopción de medidas específicas para garantizar la implementación plena y eficaz de las disposiciones de la Convención sobre uso pacífico y retiro de todas las restricciones sobre transferencia de material, equipo y tecnología para fines pacíficos a todos los Estados partes, sin excepción, y reiteraron que nada de lo dispuesto en esta Convención será interpretado de modo que imponga restricciones en el uso pacífico de la biotecnología. Expresaron su convicción de que los compromisos en este sentido constituyen parte esencial de todo régimen de verificación voluntaria.

100. Los Jefes de Estado o de Gobierno hicieron énfasis en la necesidad de frenar la excesiva producción, el desarrollo y la concentración de armas convencionales, habida cuenta de las necesidades legítimas de los Estados para su autodefensa y las características especiales de cada región. En este contexto, subrayaron que la solución pacífica de los conflictos regionales e interestatales es indispensable para crear las condiciones que permitan a los Estados desviar los recursos que dedican al armamento, hacia el desarrollo y el crecimiento económicos.

101. Si bien reconocen que existe un desequilibrio importante en la producción, la posesión y el comercio de armas convencionales entre los países industrializados y los países no alineados, los Jefes de Estado o de Gobierno demandaron una reducción significativa en la producción y posesión de armas convencionales por parte de las naciones con mayores arsenales, tendiente a incrementar la paz y la seguridad regionales e internacionales.

102. Los Jefes de Estado o de Gobierno instaron a los estados de diferentes regiones del mundo a negociar un acuerdo que propicie un mayor equilibrio en el armamento convencional y que límite la producción y adquisición de armas convencionales y, cuando fuere necesario, a reducirlas de manera continua y equilibrada con miras a incrementar la paz y la seguridad regionales e internacionales. Se opusieron a las medidas discriminatorias y unilaterales que algunos Estados industrializados han impuesto para prevenir la transferencia y la adquisión de material de defensa a los Países No Alineados y a otros países esenciales para sus necesidades de autodefensa.

103. Los Jefes de Estado o de Gobierno instaron a los Estados a garantizar la creación de un cuerpo legislativo adecuado que maneje eficazmente el problema de la transferencia ilegal de armas. Exhortaron a los Estados a cooperar a nivel internacional en el intercambio de información, mecanismos y formas posibles para afrontar el tráfico ilícito de armas.

104. Los Jefes de Estado o de Gobierno también pusieron énfasis en la conveniencia de fomentar la adopción y eficaz aplicación de medidas conducentes a crear confianza y lograr transparencia tanto a nivel global como regional. En el empeño de promover eficazmente medidas de este tipo, consideraron importante que el funcionamiento de los Centros Regionales de las Naciones Unidas para Desarme y Desarrollo, que podrían desempeñar un papel excepcional, sea revitalizado mediante programas eficaces y de fondo.

105. Los Jefes de Estado o de Gobierno expresaron seria preocupación por el uso indiscriminado de minas antipersonal que, contraviniendo el derecho humanitario internacional, ha causado innumerables víctimas civiles. Registraron la decisión de varios países de imponer un plazo a la producción de cierto tipo de minas terrestres antipersonal. También registraron los últimos resultados alcanzados en la Conferencia de Revisión de la Convención de 1980 sobre Prohibición y Restricción al Uso de Ciertas Armas Convencionales. Reiteraron su apoyo a la creación del fondo de las Naciones Unidas para la eliminación de las minas y demandaron la provisión urgente de recursos para el fondo, en particular por parte de los países exportadores de estos artefactos. Expresaron la esperanza de que la sesión de la Conferencia que continuará en Ginebra adopte medidas adicionales relacionadas con la prohibición y el uso de cierto tipo de minas antipersonal, así como limitaciones y restricciones adicionales en el uso de armas amparadas por la Convención, junto con medidas específicas que garanticen el acceso pleno y sin obstáculos al equipo y tecnología necesarios para la erradicación de las minas.

106. Los Jefes de Estado o de Gobierno observaron que los países desarrollados están restringiendo el acceso a la tecnología mediante la imposición de regímenes de control de exportaciones ad hoc de afiliación exclusiva y no transparentes, so pretexto de preocupación por la proliferación. Estas restricciones tienden a impedir el desarrollo económico y social de los países en desarrollo. Con el fin de afrontar eficazmente el tema de la proliferación, estos regímenes de control a las exportaciones deben ser transparentes y distinguir entre aplicaciones civiles y no civiles de tecnología. Los Jefes de Estado o de Gobierno recalcaron que las necesidades para un rápido desarrollo económico y social demandan acuerdos de transferencia de tecnología delicada que sean multilateralmente negociados, universales, integrados, y no discriminatorios. Hicieron hincapié, además, en que los Estados partes que posean las tecnologías del caso deben cumplir cabalmente con las obligaciones que los instrumentos internacionales pertinentes les imponen, como el TNP y el RCM. Los ministros reiteraron que todos los Estados tienen derecho a ser plenamente representados y a participar en todos los acuerdos que tengan que ver con dichos empeños.

107. Los Jefes de Estado o de Gobierno acogieron la creación, por parte del Buró de Coordinación del Movimiento No Alineado en Nueva York, de un Grupo de Estudio sobre Desarme, cuya función sea la de coordinar una posición común en todos los asuntos relacionados con desarme, de forma tal que el Movimiento pueda formular una postura unificada para lograr un desarme completo y general, bajo un control internacional eficaz.

108. Los Jefes de Estado o de Gobierno apoyaron la convocatoria al Cuarto Período Extraordinario de Sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas para el Desarme en 1997, que brindaría una oportunidad para revisar, desde una perspectiva acorde con la actual situación internacional, los aspectos más críticos por los que atraviesa el proceso de desarme, y para movilizar a la comunidad internacional y a la opinión pública en favor de la eliminación de las armas de destrucción masiva y del control y de la reducción de las armas convencionales.

109. Los Jefes de Estado o de Gobierno reiteraron su preocupación por el hecho de que la carrera armamentista absorbe una parte importante de recursos humanos, financieros, materiales y tecnológicos en el mundo de hoy, impone una pesada carga a las economías de todos los países, en particular a las de los Países No Alineados y de otros países en desarrollo, y afecta al comercio internacional y a los flujos financieros y tecnológicos. También expresaron su preocupación por el extraordinario contraste entre el gasto militar a nivel mundial y el impacto del subdesarrollo, con sus secuelas de miseria y pobreza que afectan a más de dos terceras partes de la humanidad. Los Jefes de Estado o de Gobierno urgieron a la comunidad internacional a que dedique parte de los recursos que han quedado disponibles como resultado de la aplicación de los convenios sobre desarme y limitación de armas, al desarrollo económico y social, con miras a reducir la brecha cada vez mayor entre los países desarrollados y los países en desarrollo.

110.Los Jefes de Estado o de Gobierno solicitaron que se amplíe, a la mayor brevedad, el número de miembros de la Conferencia sobre Desarme, y acogieron la reciente declaración que en este sentido hizo el Presidente marroquí de la Conferencia sobre Desarme.

 

Océano Indico

 

111. Los Jefes de Estado o de Gobierno registraron con beneplácito la labor que ha venido desarrollando el Comité Ad Hoc sobre el Océano Indico y requirieron a los miembros permanentes del Consejo de Seguridad y a los principales usuarios marítimos del Océano Indico que participen en las labores del Comité, con el fin de contribuir al fortalecimiento de la paz, la seguridad, la estabilidad y la cooperación en la región, a la luz de las Resoluciones 48/82 y 49/82 de la Asamblea General de las Naciones Unidas.

 

Terrorismo

 

112. Los Jefes de Estado o de Gobierno expresaron su viva preocupación por los actos de terrorismo y subversión que, con diversos pretextos y fachadas, incurren en la flagrante violación de los derechos humanos y pretenden desestabilizar el ordenamiento constitucional vigente y la unidad política de los Estados soberanos.

113. Los Jefes de Estado o de Gobierno recibieron con beneplácito la adopción, por parte de la Asamblea General de la Declaración sobre Medidas para eliminar el Terrorismo Internacional (UNGA Resolución 49/60) y urgieron su aplicación. Reiteraron su condena a todos los actos, métodos y prácticas de terrorismo por tener, entre otras, consecuencias adversas sobre la economía y el desarrollo social de los Estados. Declararon que el terrorismo también afecta la estabilidad de las naciones y la base misma de las sociedades, especialmente de las pluralistas. Asimismo demandaron la urgente culminación y aplicación eficaz de un convenio internacional integral para combatir el terrorismo.

114. Los Jefes de Estado o de Gobierno urgieron además a todos los Estados a afianzar la cooperación internacional en la lucha contra el terrorismo, donde quiera, por quien quiera y contra quien quiera que ocurra a los niveles nacional, regional e internacional, y a observar e implementar los instrumentos bilaterales e internacionales pertinentes, teniendo en cuenta el documento final de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Prevención del Crimen, realizada en El Cairo en 1995.

115. Los Jefes de Estado o de Gobierno manifestaron que los actos criminales intencionados o calculados para provocar un estado de terrorismo entre la población en general un grupo de personas o determinadas personas para cualquier fin, no se justifican bajo ninguna circunstancia, independientemente de las consideraciones o factores que se invoquen para justificarlos.

116. Los Jefes de Estado o de Gobierno reafirmaron que todos los Estados están obligados por los propósitos y principios y demás disposiciones de la Carta de las Naciones Unidas y de otros instrumentos internacionales, códigos de conducta y otras normas de derecho internacional pertinentes, a abstenerse de organizar, ayudar o participar en actos terroristas en los territorios de otros Estados, o de coadyuvar o propiciar actividades dentro de los territorios tendientes a la comisión de dichos actos, incluida la autorización para utilizar los territorios nacionales y los territorios bajo su jurisdicción para la planeación y entrenamiento para ese propósito. Los Jefes de Estado o de Gobierno reafirmaron solemnemente su condena inequívoca a toda forma de apoyo político, diplomático, moral o material al terrorismo.

117. Los Jefes de Estado o de Gobierno reafirmaron la posición del Movimiento, consagrada por el derecho internacional, en el sentido de que la lucha de los pueblos bajo dominio colonial o dominación extranjera por su liberación nacional y su autodeterminación contra la ocupación por otros países, es legítima y no constituye terrorismo.

118. Los Jefes de Estado o de Gobierno demandaron una vez más el apoyo en principio al llamamiento para definir el terrorismo y diferenciarlo de la lucha legítima que los pueblos bajo dominio colonial o extranjero y otra clase de ocupación foránea tienen para su autodeterminación y liberación nacional.

119. Los Jefes de Estado o de Gobierno hicieron énfasis en la necesidad de combatir el terrorismo en todas sus formas y manifestaciones, independientemente de la raza, la religión o la nacionalidad de las víctimas o de los mismos terroristas.

La Décima Primera Conferencia de Jefes de Estado o de Gobierno del Movimiento de los Países No Alineados se celebró en Cartagena de Indias, Colombia del 18 al 2 de octubre de 1995.

 

Derecho internacional

 

120. Los Jefes de Estado o de Gobierno coincidieron en que el respeto y fomento del estado de derecho es requisito indispensable para la paz y armonía entre las naciones y los pueblos. Por tal razón, se comprometieron a conducir sus relaciones internacionales sobre la base de las obligaciones estipuladas en el derecho internacional. Coincidieron en que sólo una sociedad internacional regida por el derecho podría asegurar la paz y la seguridad para todos sus integrantes.

121. Los Jefes de Estado o de Gobierno reiteraron su respaldo a la resolución 44/23 de la Asamblea General y su decidido apoyo al MNA. También manifestaron su respaldo al programa de la Década del Derecho Internacional de las Naciones Unidas, así como a la recomendación de celebrar una Tercera Conferencia Internacional de Paz tras concluir la década, en ocasión del 100 aniversario de la Primera Conferencia Internacional de Paz, celebrada en La Haya.

122. Es menester progresar aún más en pos del pleno respeto al derecho internacional y a la Corte Internacional de Justicia, así como al fomento de la solución pacífica de las diferencias y de un sistema de justicia penal internacional para aquellos casos de crímenes cometidos contra la humanidad, amén de otras ofensas internacionales.

123. La Carta se refiere a la Corte Internacional de Justicia como el principal órgano judicial de la Organización. El Consejo de Seguridad debería recurrir con mayor frecuencia a la Corte como fuente de asesoría, y en el caso de controversias, valerse de la Corte como fuente interpretativa de las normas pertinentes de derecho internacional y considerar el posible sometimiento de las decisiones a la consideración de la Corte.

124. Los Jefes de Estado o de Gobierno recalcaron la necesidad de mantener el derecho internacional por encima de las exigencias políticas. Por lo tanto, es esencial mantener la autonomía de los órganos judiciales que se creen. Estos órganos deben estar separados y ser independientes de los órganos políticos de las Naciones Unidas, los cuales no pueden asumir el papel de un Tribunal de Justicia superior o paralelo.

125. Los Jefes de Estado o de Gobierno hicieron hincapié en la necesidad de mantener la integridad de los instrumentos legales adoptados por los Estados Miembros.

126. Concluida la Guerra Fría, han surgido muchas nuevas áreas de preocupación que justifican la renovación del compromiso de la comunidad internacional de sostener y defender los principios de la Carta de las Naciones Unidas y del derecho internacional así como la utilización más cabal del mecanismo y los medios para la solución pacífica de las diferencias, tal como lo prevé la Carta de las Naciones Unidas.

127. Los Jefes de Estado o de Gobierno recordaron la iniciativa adoptada en el Cuadragésimo Cuarto Período de Sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas, de proclamar el período 1990-1999 como la Década del Derecho Internacional, la cual fue respaldada por la Novena Cumbre del Movimiento de Países No Alineados realizada en Belgrado en 1989.

 

El Derecho del Mar

 

128. Los Jefes de Estado o de Gobierno celebraron la entrada en vigor del Convenio de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar y el establecimiento de la Autoridad Internacional sobre el Lecho Marino en Jamaica. Instaron a aquellos países que aún no lo han hecho a ratificar el convenio y sus acuerdos habilitantes. Reiteraron que el Convenio y sus acuerdos representan logros significativos de la comunidad internacional, a través de los esfuerzos multilaterales desplegados para crear un orden legal para los mares y océanos, lo que, entre otras cosas, facilitará las comunicaciones internacionales, promoverá el uso pacífico de los mares y océanos, la explotación equitativa y eficiente de sus recursos, la conservación de sus componentes vivos, así como la protección y preservación del medio ambiente marino.

 

Solución Pacífica de Diferencias

 

129. Los Jefes de Estado o de Gobierno subrayaron la necesidad de renovar el compromiso de la comunidad internacional de enarbolar y defender los principios consagrados en la Carta de las Naciones Unidas y el derecho internacional, al igual que los medios estipulados en la Carta para la solución pacífica de las diferencias. El papel del Movimiento en promover un orden internacional justo dependería en gran parte de su fuerza interna, su unidad y su cohesión. Por lo tanto, corresponde a todos los Estados Miembros trabajar formalmente para fomentar la solidaridad y la unidad del Movimiento.

130. A tal fin, los Jefes de Estado o de Gobierno reiteraron su decisión de encomendar al Buró de Coordinación que estudie con mayor detenimiento la creación de un mecanismo para la solución de diferencias entre los Estados Miembros, incluidas las propuestas formuladas y opiniones expresadas en la Cumbre. El Buró ha de elevar sus conclusiones a la consideración del Comité sobre Metodología.

 

Medio Oriente

 

Palestina

 

131. Los Jefes de Estado o de Gobierno manifestaron su irrestricto apoyo a la legítima lucha del pueblo Palestino por garantizar el respeto de su derecho inalienable de autodeterminación e independencia, y reiteraron su demanda de que Israel se retire de todos los territorios palestinos y árabes ocupados, incluida Jerusalén.

132. Los Jefes de Estado o de Gobierno señalaron que la responsabilidad de las Naciones Unidas en esta materia debe continuar hasta lograr que el pueblo Palestino ejerza su derecho inalienable a la autodeterminación, se establezca un Estado independiente y soberano en su territorio nacional y se resuelva el problema de los refugiados de conformidad con las resoluciones pertinentes de las Naciones Unidas. Insistieron, por lo tanto, en la necesidad de que la Asamblea General, en ocasión de su quincuagésimo período de sesiones, ratifique su posición sobre los principales aspectos de un arreglo definitivo de paz, incluidos el status de Jerusalén, los asentamientos ilegales y los refugiados. Lamentaron la decisión de Israel de confiscar propiedades y tierras palestinas en Jerusalén y sus tentativas de modificar el carácter religioso e histórico de la Ciudad Santa. En este sentido, ratificaron todas las resoluciones del Consejo de Seguridad y de la Asamblea General sobre Jerusalén y consideraron nulas e inválidas todas aquellas acciones israelíes contrarias a dichas resoluciones. Exhortaron a la aplicación plena y meticulosa de los acuerdos, y en particular de las disposiciones contempladas en las resoluciones 242, 338, 465 y 478 del Consejo de Seguridad. Subrayaron la necesidad de que el mecanismo que tiene que ver con la cuestión de Palestina y que fuera establecido por la Asamblea General continúe funcionando de manera efectiva. Los Jefes de Estado o de Gobierno expresaron su apoyo al llamado que hiciera el Comité de Jerusalén, reunido en Ifrane, Marruecos, del 16 al 17 de enero de 1995, al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, y en especial a los dos copatrocinadores de la Conferencia de Paz, para que se tomaran las medidas necesarias con el fin de exigir a Israel que desista de efectuar cualquier asentamiento y judaización en la Ciudad Santa de Jerusalén, así como de cualquier otro cambio geográfico o demográfico en la misma; igualmente, se le solicitó cumplir con los acuerdos y convenios relativos a la preservación de las instituciones palestinas y de los lugares islámicos y cristianos sagrados en la Santa Ciudad de Jerusalén, de conformidad con las resoluciones pertinentes del Consejo de Seguridad.

133. Los Jefes de Estado o de Gobierno manifestaron que la Declaración de Principios firmada en Washington el 13 de septiembre de 1993, el Acuerdo Provisorio sobre la Margen Occidental y Franja de Gaza del 20 de septiembre de 1995 y el establecimiento de la Autoridad Palestina de Gobierno Autónomo constituyen un nuevo avance en los esfuerzos de palestinos e israelíes

134. Los Jefes de Estado o de Gobierno consideraron que las disposiciones relativas al establecimiento de un Gobierno autónomo Palestino provisional deben ampliarse con rapidez, de modo que la Declaración de Principios se aplique lo más pronto posible a la totalidad de los territorios ocupados, con miras a hacer efectivo el derecho inalienable del pueblo Palestino a su autodeterminación y al establecimiento de un Estado Palestino.

135. En este contexto, los Jefes de Estado o de Gobierno acogieron con beneplácito la conclusión del Acuerdo sobre la Margen Occidental y la Franja de Gaza alcanzado en Taba, Egipto, y suscrito en Washington por el Presidente Arafat y el Primer Ministro de Israel como un paso esencial e importante hacia el cumplimiento de los derechos nacionales del pueblo Palestino. Expresaron su esperanza de que se pongan en marcha nuevas acciones vigorosas con el fin de llevar a término el retiro israelí de todos los territorios árabes ocupados en 1967 y así lograr que prevalezcan la paz integral y la prosperidad común en toda el área.

136. Los Jefes de Estado o de Gobierno coincidieron con el Secretario General de las Naciones Unidas en que, para mantener el apoyo a la Declaración de Principios y al Acuerdo Provisional sobre la Margen Occidental y la Franja de Gaza, es indispensable promover el desarrollo económico y social de los territorios palestinos ocupados. En tal sentido, hicieron un llamado a los participantes en la Conferencia de Apoyo a la Paz en el Medio Oriente, que tuvo lugar en Washington el 1 de octubre de 1993, a que cumplan con la asistencia ofrecida, por ser indispensable para el establecimiento de la paz.

137. Los Jefes de Estado o de Gobierno enfatizaron la necesidad de que Palestina participe plenamente en la Reunión Conmemorativa Extraordinaria de las Naciones Unidas en Nueva York, de conformidad con las condiciones y facilidades que rigen para los Estados observadores de las Naciones Unidas en sus reuniones.

 

El Proceso de Paz

 

138. Los Jefes de Estado o de Gobierno reafirmaron su respaldo al proceso de paz iniciado en la Conferencia de Paz celebrada en Madrid en octubre de 1991, que aspira a lograr una paz integral, justa y duradera en el Medio Oriente sobre la base de las Resoluciones 242, 338 y 425 del Consejo de Seguridad y del principio de tierra para la paz, los cuales garantizan el retiro total de Israel de los territorios palestinos y de otros territorios árabes ocupados.

139. Los Jefes de Estado o de Gobierno expresaron su complacencia por los encomiables esfuerzos de los Gobiernos de Siria y El Líbano en favor del progreso de su pleno compromiso con la paz en el Medio Oriente; igualmente, demandaron el retiro total de Israel de los territorios sirios del Golán y del Líbano, en ejecución de las resoluciones pertinentes del Consejo de Seguridad y de conformidad con el derecho internacional y el principio de inadmisibilidad de la adquisición de territorios por la fuerza.

140. Los Jefes de Estado o de Gobierno tomaron nota de la declaración de Washington del 25 de julio de 1994, suscrita entre Jordania e Israel y la cual puso fin al estado de beligerancia entre estos países e inició el camino hacia la devolución de los territorios jordanos ocupados y la restitución del derecho a los recursos hídricos, contribuyendo con ello a la normalización de las relaciones. Tomaron nota también de la conclusión del Tratado de Paz Jordania-Israel firmado el 26 de octubre de 1994, que a su juicio constituye un paso transcendental hacia el logro de una paz integral, justa y duradera en el Medio Oriente.

141. Los Jefes de Estado o de Gobierno consideraron que medidas y acciones adoptadas por Israel -la potencia ocupante-; tales como su decisión ilegal del 14 de diciembre de 1981 que pretende cambiar el status jurídico del Golán sirio ocupado, son nulas e inválidas, constituyen una violación flagrante del derecho internacional y de los Convenios de Ginebra del 12 de agosto de 1949, por lo que no tienen efecto legal alguno. Exhortaron a Israel a acatar la resolución 497 (1981) del Consejo de Seguridad y a retirarse completamente del Golán sirio ocupado hacia a las líneas de frontera del 4 de junio de 1967, en cumplimiento de las resoluciones 242 y 338 del Consejo de Seguridad.

142. Los Jefes de Estado o de Gobierno reiteraron el principio de que la adquisición o el control de áreas terrestres o la marítimas por la fuerza es inadmisible, contradice los principios del derecho internacional y no genera derecho alguno.

143. Los Jefes de Estado o de Gobierno exhortaron a respetar cabalmente la independencia, soberanía e integridad territorial del Líbano, y condenaron la ocupación israelí de la parte sur de su territorio y del Valle de Bekaa; igualmente, expresaron su apoyo a los esfuerzos dirigidos, entre otras cosas, a la liberación de estos territorios. Reafirmaron la necesidad de aplicar pronta e incondicionalmente la Resolución 425 (1978) del Consejo de Seguridad, como prerequisito para la paz y la seguridad de la región y la liberación de todos los libaneses detenidos en los campos israelíes.

 

 

 

Europa

 

Bosnia y Herzegovina

 

144. Los jefes de Estado o de Gobierno condenaron los actos de agresión de genocidio y la limpieza étnica contra la República de Bosnia y Herzegovina y sus habitantes. Recibieron con beneplácito la iniciativa de paz del Grupo de Contacto y el Acuerdo sobre los Principios Básicos concluido en Ginebra el 8 de septiembre de 1995, amén del convenio suscrito en Nueva York el 26 de septiembre de 1995. En este sentido resaltaron que deben preservarse la soberanía, la independencia e integridad territorial de Bosnia-Herzegovina dentro de sus fronteras reconocidas internacionalmente. También subrayaron que el proceso de paz debe garantizar la devolución de todas las áreas pobladas confiscadas mediante el uso de la fuerza durante la aplicación de la política de limpieza étnica. Acogieron el compromiso contraído por los miembros del Grupo Internacional de Contacto sobre Bosnia, en el sentido de que Sarajevo debe ser mantenida como una ciudad indivisible y unificada. En este contexto, los Jefes de Estado o de Gobierno exigieron el cese inmediato del sitio a Sarajevo. Enfatizaron que debe conservarse la pluralidad cultural y religiosa de Bosnia-Herzegovina, y que debe respaldarse la Federación de Bosnios y Croatas. Reiteraron que debe haber una garantía internacional para la protección de los derechos humanos, la celebración de elecciones democráticas, la libertad de movimiento y el derecho de los refugiados a regresar a sus hogares y reafirmaron que deben tomarse acciones adecuadas que garantizen el seguimiento del trabajo del Tribunal Internacional de Crímenes de Guerra en La Haya.

145. Los Jefes de Estado o de Gobierno subrayaron la necesidad de que el Consejo de Seguridad ejecute plenamente sus resoluciones y decisiones sobre Bosnia y Herzegovina. Destacaron que debe mantenerse y consolidarse el papel de las Naciones Unidas en Bosnia y que este organismo ha de asumir la supervisión general de todas las actividades realizadas con miras a lograr el restablecimiento y la observancia de la paz en Bosnia. Afirmaron que el Gobierno de Bosnia y Herzegovina no puede verse privado de su derecho inherente a la autodefensa, y señalaron además que si el actual proceso de paz colapsa, debe levantarse el embargo de armas.

146. Los Jefes de Estado o de Gobierno manifestaron su complacencia con la celebración de la Reunión Ministerial Conjunta del Grupo de las Cinco Naciones y el Grupo de Contacto OIC en París el 7 de septiembre, reunión iniciada por Su Majestad el Rey Hassan II de Marruecos, así como la reunión que sostuvieran en Nueva York los dos Grupos de Contacto el 28 de septiembre de 1995. En tal sentido reiteraron su pleno respaldo a la cooperación iniciada entre los dos Grupos de Contacto con miras a lograr el éxito de los actuales esfuerzos de paz en Bosnia-Herzegovina. Igualmente expresaron su esperanza de que la Reunión Ministerial Conjunta de los dos Grupos de Contacto, pautada para celebrarse dentro de poco tiempo, constituya un paso decisivo en la dinámica de la paz y en sus esfuerzos colectivos en favor de una solución justa, equitativa y duradera en este conflicto.

147. Los Jefes de Estado o de Gobierno expresaron su reconocimiento y respaldo a la iniciativa tomada por Su Excelencia el Sr. Soeharto, Presidente de Indonesia y Presidente del Movimiento de Países No Alineados, de esforzarse por contribuir al proceso de paz y por explorar todos los caminos posibles para lograr una solución integral, justa y duradera a los conflictos de los Estados en la antigua Yugoslavia. Destacaron la necesidad de que el Movimiento de los No Alineados continúe contribuyendo con el proceso de paz.

 

Chipre

 

148. Los Jefes de Estado o de Gobierno reiteraron todas las posiciones y declaraciones anteriores del Movimiento de Países No Alineados sobre la cuestión de Chipre, y expresaron su profunda preocupación ante la falta de progreso en la búsqueda de una solución justa y viable. Ratificaron su respaldo a la soberanía, independencia e integridad territorial de la República de Chipre y su solidaridad con el pueblo y Gobierno chipriotas. Demandaron nuevamente el retiro de todas las fuerzas de ocupación y de los colonizadores, el regreso de los refugiados a sus hogares bajo condiciones de seguridad, el restablecimiento de los derechos humanos de todo el pueblo chipriota y el rendimiento de cuentas por los desaparecidos. Partiendo de la posición de que el statu quo en Chipre, que ha sido creado y mantenido por el uso de la fuerza, es inaceptable, los Jefes de Estado o de Gobierno hicieron énfasis en la necesidad de garantizar el cumplimiento y la ejecución de todas las resoluciones de las Naciones Unidas sobre Chipre. Para tal fin, reafirmaron la necesidad de que el Consejo de Seguridad tome acciones vigorosas y las medidas que se requieran, incluida la realización de una Conferencia Internacional y acciones dirigidas a la desmilitarización de Chipre, tal como lo propuso el Presidente de dicha nación. Además, al expresar su preocupación por la continua falta de voluntad política de Turquía, como se confirma en el Informe del Secretario General de las Naciones Unidas (Documento S/194/629 del 30 de mayo de 1994), reafirmaron su respaldo a los esfuerzos realizados por éste en favor de una solución justa y viable, tal como lo dispone la Resolución 939 (1994) del Consejo de Seguridad, que llama a la constitución de una federación bizonal y bicomunal, con una sola soberanía, ciudadanía y personalidad internacional, y con la igualdad política que describen las resoluciones pertinentes del Consejo de Seguridad. En tal sentido, decidieron solicitar al grupo de contacto de los Países No Alineados seguir y respaldar activamente los esfuerzos de las Naciones Unidas por solucionar el problema de Chipre.

 

Seguridad en el Mediterráneo

 

149. Los Jefes de Estado o de Gobierno pasaron revista a los acontecimientos acaecidos en la región del Mediterráneo desde la Cumbre de Yakarta y recordaron las reuniones ministeriales de los países No Alineados del Mediterráneo celebradas en Valletta en 1984, Brioni en 1987 y Argel en 1989. Reiteraron su determinación a llevar adelante iniciativas dirigidas a promover una cooperación amplia y equitativa en la región. Los Jefes de Estado o de Gobierno manifestaron su apoyo a las iniciativas de los países del Mediterráneo que apuntan a la adopción de medidas eficaces de fomento de la generación de confianza y seguridad y estabilidad en la región mediante la eliminación de todas las causas de tensión y la consiguiente amenaza a la paz y la seguridad.

150. Los Jefes de Estado o de Gobierno recordaron que los últimos veinticinco años, los miembros del Movimiento provenientes del Mediterráneo han dado muestras de su disposición a promover y ampliar la seguridad y la cooperación en la región en la formulación de propuestas que han sido presentadas ante las Naciones Unidas y otras organizaciones regionales. En este contexto, los Jefes de Estado o de Gobierno expresaron su apoyo a los esfuerzos de revitalización del Grupo 5 + 5, el cual representa una contribución importante y tangible a la cooperación y seguridad en la región. También reiteraron su respaldo a la propuesta de convenir una Conferencia sobre Seguridad y Cooperación. Al respecto, recordaron la propuesta que formulara Argelia en mayo de 1972 de convocar dicha reunión. Los Jefes de Estado o de Gobierno saludaron la iniciativa de S.E. Mohamed Hosni Mubarak, Presidente de Egipto, de establecer un Foro del Mediterráneo. Tomaron nota de las reuniones sostenidas en Egipto y Malta para ampliar la cooperación en la región. Recibieron con beneplácito el llamado hecho por el Parlamento Europeo en junio de 1993 y por S.E. Zune Ei Abidini Ben Ali, Presidente de la República de Túnez, en favor de la celebración de una Conferencia Europeo-Mediterránea. También acogieron la propuesta que hiciera S.E. El Rey Hassan II de Marruecos en la Reunión Ministerial del CSCE celebrada en Roma en diciembre de 1993, para que su país fungiera de sede de una Reunión Ministerial sobre Seguridad y Cooperación en el Mediterráneo. También celebraron la iniciativa de la República de Malta de crear un Consejo del Mediterráneo y tomaron nota de la propuesta de dicho país, formulada en marzo de 1995, en favor de la formulación de un Pacto de Paz para el Mediterráneo. Los Jefes de Estado o de Gobierno destacaron con beneplácito la convocatoria, para noviembre de 1995, de la Segunda Conferencia de la IPU sobre Seguridad y Cooperación en el Mediterráneo, a celebrarse en Malta.

151. Los Jefes de Estado o de Gobierno manifestaron su complacencia ante la convocatoria de la Conferencia Europeo-Mediterránea, a celebrarse en Barcelona, España, en noviembre de 1995. En este contexto, tomaron nota de los resultados de la Reunión Ministerial del Foro del Mediterráneo que tuvo lugar en Tabarica, Túnez, en julio de 1995, así como la reunión de los países arábigo-mediteráneos sostenida por iniciativa de Argelia en Aipeis, en septiembre de 1995, como actividad de preparación para la Conferencia Euro-Meditarránea. Los Jefes de Estado o de Gobierno afirmaron que este tipo de conferencias beneficiarán a todos los Estados mediterráneos como parte del proceso de fortalecimiento de la cooperación en la región.

152. Los Jefes de Estado o de Gobierno subrayaron que el respeto por el derecho a la autodeterminación, la terminación de la ocupación extranjera, la remoción de bases militares y flotas foráneas, así como la no intervención en los asuntos internos de los Estados y el respeto de su soberanía, son condiciones esenciales para garantizar la paz y la seguridad en la región.

153. Los Jefes de Estado o de Gobierno tomaron nota de los esfuerzos de los países mediterráneos miembros del Movimiento de los No Alineados por fortalecer aún más su cooperación para enfrentar las actividades terroristas, las cuales plantean una seria amenaza a la paz, la seguridad y estabilidad de la región y, por lo tanto, al mejoramiento de la actual situación política, económica y social.

 

Africa

 

Rwanda

 

154. Los Jefes de Estado o de Gobierno elogiaron los continuos esfuerzos del Gobierno de Rwanda para conducir el país hacia la normalidad. Expresaron su honda preocupación por la inestabilidad de la región como consecuencia de la existencia e armas ilegales en manos de los perpetradores de genocidio, y condenaron vehementemente a aquellos países que apoyan a éstos tanto política como militarmente.

155. Los Jefes de Estado o de Gobierno hicieron un llamado por la separación de los genocidas de lado de los refugiados inocentes retenidos como rehenes en la mayoría de los campos y urgieron al desarme de aquellos bajo los auspicios del Alto Comisionado para los Refugiados y la OUA, con el fin de facilitar la repatriación voluntaria de los refugiados de conformidad con las resoluciones adoptadas en la Cumbre de Nairobi y las decisiones de la Conferencia de Buiumbura, así como lo estipulado en los diversos acuerdos tripartitas firmados entre el Alto Comisionado para los Refugiados y los países de la región.

156. Los Jefes de Estado o de Gobierno instaron al Movimiento a condenar a los genocidas e Insistieron en que se les juzgue y que las resoluciones ad hoc adoptadas en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas sean llevadas a la práctica. A tal fin, solicitaron la puesta en marcha de la Corte Internacional.

157. Los Jefes de Estado o de Gobierno invitaron a la comunidad internacional a asistir a Rwanda en su proceso de reconstrucción, e hicieron un llamado a los donantes a hacer bueno el compromiso que adquirieron en la Mesa Redonda de Donantes reunida en Ginebra.

158. Los Jefes de Estado o de Gobierno acogieron con beneplácito el llamado del órgano central de la OUA para la Prevención, el Manejo y la Solución de Conflictos, que se reunió en Túnez el 20 de abril de 1995, en particular su convocatoria a una conferencia internacional sobre la rehabilitación y reconstrucción de la región.

 

 

Burundi

 

159. Los Jefes de Estado o de Gobierno instaron a todas las partes a propiciar la reconciliación, bajo el Gobierno de Coalición establecido en la Convención de Gobierno del 10 de septiembre de 1994, y a perseverar en el camino de la paz y el desarrollo económico y social, y recomendaron firmemente a todos los signatarios de la Convención, es decir, al Presidente de la República, el Primer Ministro y los partidos políticos, a que la observen de una manera fiel y eficaz, toda vez que la han adoptado como la base de participación en el poder, administración conjunta y co-responsabilidad dentro del sistema estatal de Burundi insistieron en la necesidad de desarmar a todos los grupos terroristas que portan armas ilegales, sobre todo en la región de los Grandes Lagos, en cuyos terrenos depositan desechos y ponen en serio peligro la paz y la seguridad. Sometieron a negociación el tema de los lugares de origen y de asilo con el fin de garantizar la repatriación expedita y voluntaria de refugiados desarmados y el retiro, de las áreas de frontera común, de aquellos exiliados que se nieguen a regresar a su país en los términos estipulados en las convenciones internacionales sobre refugiados. Destacaron la importancia de ejecutar el Programa de Acción adoptado por la conferencia que sobre la asistencia a los refugiados, retomados y desplazados de la región de los Grandes Lagos se realizara entre el 14 y el 17 de febrero de 1995 en Bujumbura (Burundi). Asimismo, renovaron su urgente llamado a la comunidad internacional para que preste de manera oportuna su asistencia al Gobierno y al pueblo de Burundi. Condenaron enérgicamente la estación radial autodenominada "Democrade" por sus programas incendiarios que incitan al pueblo de Burundi a cometer genocidio, siguiendo los pasos de la estación de radio y televisión de Mille Collines de Rwanda. Apoyaron firmemente el urgente llamado hecho de manera oficial y conjunta por el Presidente y el Primer Ministro de Burundi al Secretario General de las Naciones Unidas y a la comunidad internacional para silenciar y desmantelar dicha estación.

160. Los Jefes de Estado o de Gobierno encomiaron los esfuerzos del Gobierno de Burundi por lograr la reconciliación nacional. Destacaron las iniciativas de los líderes de la subregión, la OUA, y las misiones recientes de buena voluntad del consejo de seguridad así como la asistencia humanitaria ofrecida al Gobierno de Burundi para superar sus dificultades. Hicieron el debido reconocimiento al positivo papel desempeñado por la OUA y la ONU como mediadores en Burundi e instaron a estas dos organizaciones internacionales a que prosigan con sus misiones respectivas y complementarias para el restablecimiento de la paz, la seguridad y la armonía entre los dirigentes políticos y el pueblo de Burundi en general. Además, registraron con interés el nombramiento, por parte del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, de una Comisión Internacional de Investigación Judicial en Burundi. Urgieron al Consejo a cumplir esta noble misión de manera objetiva e imparcial, y a identificar y localizar a los responsables del asesinato del Presidente Melchior Ndadaye y de la masacre de decenas de miles de inocentes ciudadanos desde octubre de 1993. Reiteraron su llamado a la comunidad internacional a intensificar el apoyo al Gobierno de Burundi en sus esfuerzos por alcanzar la reconciliación nacional y la estabilización del país.

 

Somalía

 

160. Los Jefes de Estado de Gobierno destacaron los positivos acontecimientos que han tenido lugar en Somalía, especialmente la conclusión del acuerdo de paz, el 21 de febrero de 1995, y el acuerdo alcanzado entre las distintas facciones, después del retiro de UNISOM 11, sobre el control de las instalaciones de los puertos marítimos y aeropuertos. No obstante, dejaron sentada su preocupación ante el hecho de que el problema Somalía no se haya resuelto aún, y que el país continúe sin un Gobierno central. Reiteraron que la solución al problema Somalía esta en manos del pueblo de Somalía e instaron a sus líderes a lograr una paz y una estabilidad duraderas en el país, con la necesaria voluntad política para promover la paz y la estabilidad perdurables en su país. Asimismo, tomaron nota con satisfacción de los esfuerzos de la Organización de Unidad Africana, y en particular de los países vecinos, por encontrar soluciones al problema Somalía.

162. Los Jefes de Estado o de Gobierno encomendaron al Grupo de Trabajo de los No Alineados mantenerse al tanto de la situación en Somalía. Igualmente, subrayaron que la Organización de Unidad Africana, la Liga de Estados Arabes, y la Organización de la Conferencia Islámica desempeñan un papel importante en los esfuerzos encaminados a ayudar al pueblo Somalía a restaurar la paz, la estabilidad y la reconciliación en su nación. Hicieron un llamado a la comunidad internacional para que suministre ayuda humanitaria y asistencia para la rehabilitación del pueblo de Somalía, y expresaron su confianza en que, por su parte, los Somalía les garantizarán que en su país se den las condiciones propicias para la realización de actividades humanitarias.

 

Libia

 

163. Los Jefes de Estado o de Gobierno urgieron al Consejo de Seguridad a levantar el embargo aéreo y las otras medidas impuestas contra Libia, como respuesta a las decisiones y resoluciones adoptadas por organizaciones regionales sobre la controversia entre Libia y Francia, el Reino Unido y los Estados Unidos. Expresaron su solidaridad con Libia e hicieron un llamado a los demás países involucrados a responder positivamente a las iniciativas en favor del diálogo y la negociación que conduzcan a una solución aceptable para las partes. Expresaron su honda preocupación por las pérdidas humanas y materiales sufridas por el pueblo árabe libio y los países vecinos como resultado de las sanciones impuestas de conformidad con las resoluciones 748 (1992) y 883 (1993) del Consejo de Seguridad. Afirmaron que la escalada de la crisis, la amenaza de imposición de sanciones adicionales y el uso de la fuerza como vías para conducir las relaciones entre los Estados constituyen una violación de la Carta de las Naciones Unidas y de los principios del Movimiento de los No Alineados, así como del derecho y las normas internacionales, e instaron a los tres países occidentales involucrados a responder a las iniciativas positivas en favor del diálogo y a la negociación, así como a la celebración de un juicio justo y equitativo para los dos sospechosos en un país neutral, a ser escogido por todas las partes. A menos que los países occidentales involucrados respondan a las solicitudes de las organizaciones regionales, a las propuestas de solución pacífica de la crisis y a la flexibilidad demostrada por la Jamahiriya Arabe Libia, los Estados Miembros del Movimiento de los No Alineados no estarán en capacidad de continuar acatando las resoluciones de sanciones, especialmente porque estas han causado grandes pérdidas humanas y económicas no sólo al pueblo libio, sino a varios pueblos de Estados Miembros del Movimiento de los No Alineados.

 

Sáhara Occidental

 

164. Los Jefes de Estado o de Gobierno tomaron nota de los últimos hechos dirigidos a resolver la cuestión del Sáhara Occidental y reiteraron el respaldo del Movimiento a los esfuerzos emprendidos por las Naciones Unidas para organizar y supervisar un referendo imparcial, libre y justo acorde con el Plan de Asentamiento y las resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.

 

Sierra Leona

 

165. Los Jefes de Estado o de Gobierno expresaron su preocupación por los serios problemas que enfrenta Sierra Leona debido a los continuos conflictos armados en el país, en particular el sufrimiento de la población civil los desplazados al interior del país y aquellos que se han visto obligados a huir del país en calidad de refugiados. Sierra Leona ha empezado a sufrir hambre como consecuencia del prolongado conflicto. Recalcaron que la paz, incluida la paz a nivel regional, es el elemento central para lograr la solución definitiva del problema en Sierra Leona. Hicieron un llamado a la comunidad internacional para que redoble sus esfuerzos diplomáticos con miras a resolver la crisis y a aumentar su asistencia económica, material y técnica a Sierra Leona, particularmente a la población civil afectada por la guerra.

 

Liberia

 

166. Los Jefes de Estado o de Gobierno manifestaron su beneplácito ante los recientes y positivos acontecimientos acaecidos en Liberia tras la firma de los Acuerdos de Abuja y el inicio de labores del Consejo de Estado del Gobierno Nacional de Transición de Liberia (LNTG), conformado por líderes de las partes en conflicto. Manifestaron su convicción de que la plena ejecución de los acuerdos conducirá a una resolución final del conflicto e instaron a la nueva dirigencia liberiana a trabajar mancomunadamente en favor de la paz, la reconciliación nacional y la restauración de la estabilidad en el país. Rindieron homenaje a los Estados Miembros de la Comunidad Económica de Africa Suroccidental (ECOWAS) y otros países de Africa por los muchos sacrificios que han hecho y continúan haciendo por lograr una paz duradera en Liberia, y exaltaron la contribución hecha por la OUA y las Naciones Unidas en apoyo a la iniciativa de la ECOWAS. Dejaron sentado su respaldo a la resolución de OUA que insta a la comunidad internacional a reconocer y conceder toda su fe y confianza en el actual Gobierno de Transición Nacional de Liberia y sus sucesores. También hicieron un llamado a la comunidad internacional para que continúe prestando a Liberia la asistencia requerida para la repatriación y el reasentamiento de sus refugiados y contribuya con el Fondo Fiduciario de las Naciones Unidas para Liberia.

167. En este sentido, destacaron que el Secretario General de las Naciones Unidas y el Presidente de la ECOWAS convocarán dentro de poco una Conferencia sobre Promesas de Contribuciones para Liberia en la sede de las Naciones Unidas, dirigida a captar fondos para asistir a la ECOWAS en el cumplimiento de su mandato y facilitar la desmovilización y rehabilitación de combatientes, así como la reconstrucción de Liberia. Hicieron un llamado a la comunidad internacional para que participe plenamente en la conferencia y brinde el apoyo material y financiero necesario con miras a lograr el cumplimiento cabal de los objetivos mencionados.

 

Angola

 

168. Los Jefes de Estado o de Gobierno registraron con beneplácito los avances positivos en la aplicación de las disposiciones del Protocolo de Lusaka dirigidas a la restauración de la paz y la estabilidad en Angola. Instaron al Consejo de Seguridad a ejecutar lo dispuesto en la resolución 976 (1995), que estipula el envío de componentes militares de UNAVEM III, por ser ahora propicias las condiciones para su despliegue. Exhortaron a los Estados miembros a dar una respuesta positiva al llamado del Secretario General a contribuir con la ejecución completa del Protocolo de Lusah. Encomiaron la Resolución de la Asamblea Nacional de Angola relativa a la revisión de la Constitución para otorgar al Sr. Jonas Savimbi, líder de UNITA, una de las vicepresidencias de la República, e hicieron un llamado a ambas partes a honrar los compromisos por ellas suscritos en el Protocolo de Lusaica, con el fin de poder instaurar la paz y la estabilidad en Angola. Felicitaron a la Conferencia de Ginebra sobre la Ayuda Humanitaria a Angola y a la Mesa Redonda de Bruselas sobre el Programa Nacional para la Rehabilitación y la Reconciliación Comunitarias, e instaron a la comunidad internacional a aportar los fondos prometidos de manera previsible y oportuna.

 

 

Sudáfrica

 

169. Los Jefes de Estado o de Gobierno extendieron su más cordial bienvenida a Sudáfrica por su reintegro a la comunidad de naciones con su ingreso al Movimiento de Países No Alineados, hecho que tuvo lugar en la Conferencia Ministerial de El Cairo en julio de 1994. Resaltaron el papel fundamental que desde sus inicios desempeñó el Movimiento en la lucha contra el régimen racista de Sudáfrica. Rindieron un sentido y especial homenaje al Presidente Mandela por su infatigable lucha y por su capacidad para conducir por la vía pacífica a su pueblo y a su país hacia la democracia bajo un Gobierno de unidad nacional. Asimismo, felicitaron al pueblo de Sudáfrica por su empeño en superar el legado del apartheid y en reconstruir esta nación bajo nuevas realidades multirraciales y políticamente pluralistas.

 

Mayotte

 

170. Los Jefes de Estado o de Gobierno reiteraron la indiscutible soberanía de la República Federal Islámica de las Comoras sobre la isla de Mayotte y la necesidad de cumplir con los compromisos adquiridos con anterioridad al referéndum del 22 de diciembre de 1974 en lo relativo al respeto a la unidad e integridad territorial de las Comoras. Instaron al Gobierno de Francia a acelerar el proceso de negociaciones con miras asegurar el efectivo y pronto retomo de la isla de Mayotte a las Comoras, de conformidad con la Resolución 49/18 de la Asamblea General de las Naciones Unidas, del 6 de diciembre de 1994, y otras resoluciones adoptadas sobre esta materia.

 

Archipiélago de Chagos

 

171. Los Jefes de Estado o de Gobierno reiteraron el respaldo del Movimiento de Países No Alineados a la soberanía de la Isla de Mauricio sobre el Archipiélago de Chagos, incluido Diego García, y solicitaron a la anterior potencia colonial continuar los diálogos con el Gobierno de la Isla de Mauricio para la pronta devolución del archipiélago. A este respecto, observaron con satisfacción la iniciación de algunas medidas adoptadas por ambas partes para generar confianza entre sí.

 

Asia

 

La situación entre Iraq y Kuwait

 

172. Los Jefes de Estado o de Gobierno revisaron la situación entre Iraq y Kuwait y enfatizaron que todos los Estados Miembros del Movimiento están comprometidos con el respeto a la soberanía, integridad territorial e independencia política tanto de Iraq como de Kuwait. Destacaron igualmente que la plena aplicación de todas las resoluciones pertinentes del Consejo de Seguridad constituye el medio para alcanzar la paz, la seguridad y la estabilidad en la región. En este sentido, los Jefes de Estado o de Gobierno resaltaron la importancia de que Iraq termine de poner en práctica las resoluciones pertinentes del Consejo de Seguridad. Los Jefes de Estado o de Gobierno tomaron nota del trabajo realizado por el Comité Tripartita de Ginebra, establecido bajo los auspicios del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) para resolver los problemas de todos los prisioneros, detenidos y desaparecidos de Kuwait y otros países. Recalcaron la importancia de dar una rápida solución a estos problemas de conformidad con los documentos finales de la Cumbre de Yahrta. Reconocieron, además, la necesidad de resolver el problema de todos los desaparecidos en acción a través de una cooperación seria y sincera con el CICR a fin de alcanzar a una solución a este asunto. Tomaron nota del progreso registrado en los trabajos de la Comisión Especial, UNSCOM y la IDEA en Iraq dirigido a efectuar la disposición de la Sección C de la Resolución 687 del Consejo de Seguridad. A la luz de los últimos informes disponibles, los Jefes de Estado o de Gobierno instaron a Irak a cumplir cabalmente con el requerimiento de aportar información completa sobre todos sus armamentos de acuerdo a lo estipulado en las resoluciones pertinentes del Consejo de Seguridad y a cooperar totalmente con UNSCOM. Tras estudiar el problema del sufrimiento de la población en Iraq, destacaron la resolución adoptada por el Consejo de Seguridad en esta materia, la cual constituye un paso importante en este proceso.

 

Turquía-Iraq

 

173. Los Jefes de Estado o de Gobierno rechazaron la violación de la integridad territorial de Iraq por parte de las fuerzas turcas, que con el pretexto de combatir a grupos guerrilleros localizados en territorio Iraquí, traspasaron las fronteras establecidas entre los dos Estados. Repudiaron la denominada "persecución en caliente" Invocada por Turquía para violar el territorio Iraquí. Semejante práctica, ajena al derecho internacional es el reflejo de una política intervencionista caduco que se apoya en el uso de la fuerza y que en muchos casos obedece a problemas de carácter interno que no han logrado resolverse mediante el diálogo y la concertación.

 

Península de Corea

 

174. Los Jefes de Estado o de Gobierno expresaron su preocupación ante el hecho de que aún se encuentra dividida la Península de Corea, a pesar del deseo y las aspiraciones del pueblo coreano, y reafirmaron su respaldo a los esfuerzos realizados por el pueblo coreano para volver a reunir a su patria sobre la base de los principios estipulados en la Declaración Conjunta Norte-Sur el 4 de julio de 1972, así como el acuerdo concluido en febrero de 1992. Los Jefes de Estado o de Gobierno resaltaron la importancia de garantizar una paz y una seguridad duraderas en la Península de Corea para bien de la prosperidad común del pueblo coreano, así como de la paz y la seguridad del Noreste Asiático y el resto del mundo. Manifestaron sus esperanzas de que el problema nuclear en la Península de Corea, dada su naturaleza política y militar, sea resuelto por medios pacíficos a través del diálogo y las negociaciones entre todas las partes involucradas, así como la instrumentación plena del Acuerdo Marco de Ginebra y la Declaración de Kuala Lumpur entre la República Democrática Popular de Corea y los Estados Unidos de América, amén de otros documentos pertinentes, habida cuenta de la necesidad de mantener la cooperación con la AIEA.

 

Afganistán

 

175. Los Jefes de Estado o de Gobierno hicieron un llamado a todos los Estados para que se respete la soberanía e integridad territorial del Estado Islámico de Afganistán y se abstengan de interferir en sus asuntos internos. Expresaron su preocupación ante la continuación de las hostilidades en el Estado Islámico de Afganistán. No obstante, manifestaron su deseo de alentar los pasos dados hacia la reconciliación nacional de conformidad con lo estipulado en la Resolución 49/140 de la Asamblea General de Diciembre de 1994, y los ingentes esfuerzos realizados por el enviado especial del Secretario General de las Naciones Unidas para Afganistán, junto a los esfuerzos del Secretario General de la OIC y su Representante Especial. Se mostraron convencidos de que los problemas de Afganistán sólo pueden ser resueltos por los afganos de manera soberana y reiteraron que corresponde a la comunidad internacional asistir a éstos en el logro de la paz y participar activa y generosamente en la reconstrucción de Afganistán, así como en el incremento de la asistencia humanitaria y financiera para el regreso expédito, voluntario y seguro, en condiciones de seguridad y dignidad, de los refugiados afganos a su patria.

 

Turkmenistán

 

176. Los Jefes de Estado o de Gobierno dieron la bienvenida a Turkmenistán como nuevo miembro del MNA y expresaron su apoyo y total comprensión del compromiso de dicho país de desempeñar un papel constructivo y pacífico en el logro de la estabilidad y el entendimiento mutuo entre los estados sobre la base del principio de neutralidad positiva. Expresaron su esperanza de que las iniciativas de Turkmenistán reciban el respaldo de todos los miembros de las Naciones Unidas y de la comunidad internacional.

 

Sureste Asiático

 

177. Los Jefes de Estado o de Gobierno reconocieron el papel de la ASEAN en el mantenimiento de la paz, la estabilidad y la prosperidad en la región y en el incremento de la cooperación en la región del Asia-Pacífico en general. En este sentido, aplaudieron el progreso alcanzado en el fomento del diálogo y la cooperación para la paz y la seguridad en el Sureste Asiático a través del Foro Regional de ASEAN, que en su sesión inaugural celebrada en Bangkok brindó su respaldo a los propósitos y principios del Tratado de Amistad y Cooperación en el Sureste Asiático. En este sentido, acogieron con beneplácito el resultado de la Segunda Reunión del Foro Regional de la ASEAN realizada en Bandar Seri Begawan el 1 de agosto de 1995, el cual constituye la base de su trabajo futuro dirigido a facilitar el diálogo abierto y las discusiones sobre asuntos políticos y de seguridad que son de interés y preocupación comunes en la región de Asia-Pacífico. Esta segunda reunión del Foro fue considerada un paso más en el proceso evolutivo hacia la promoción de medidas generadoras de confianza a nivel regional, el desarrollo de la diplomacia preventiva y la definición de enfoques ante la resolución de conflictos.

178. Los Jefes de Estado o de Gobierno acogieron el progreso de los continuos esfuerzos de ASEAN para establecer la Zona de Paz, Libertad y Neutralidad en el Sureste Asiático (ZOPFAN). Igualmente, tomaron nota con satisfacción de los avances realizados hasta ahora para el establecimiento de una zona libre de armas nucleares en la región como componente esencial de la ZOPFAN.

179. Los Jefes de Estado o de Gobierno resaltaron la necesidad de resolver todos los conflictos de soberanía y jurisdicción relacionados con el Mar Meridional de China a través de medios pacíficos y sin tener que recurrir a la fuerza, e instaron a todas las partes a tener moderación con miras a crear un clima positivo para la solución eventual de todos los asuntos en conflicto. Expresaron su preocupación ante los acontecimientos recientes, los cuales pueden conducir al deterioro de la paz y la estabilidad en la región. En este sentido, los Jefes de Estado o de Gobierno apoyaron los principios contenidos en la Declaración de ASEAN de 1992 sobre el Mar Meridional de China y el Pronunciamiento de 1995 de la ASEAN sobre los hechos recientemente acaecidos en el Mar Meridional de China y subrayaron la necesidad de que todas las partes involucradas apliquen a cabalidad tales principios. Expresaron la esperanza de que las partes involucradas se abstengan de ejecutar más acciones que puedan socavar la paz, la estabilidad y la confianza en la región, incluida la posibilidad de menoscabar la libertad de navegación y aviación en las áreas afectadas. Igualmente, urgieron a los reclamantes a afrontar el problema en distintos foros bilaterales y multilaterales, por lo que reiteraron la importancia de fomentar todo tipo de medidas encaminadas a generar confianza entre todas las partes. Para este fin, los Jefes de Estado o de Gobierno acogieron la iniciativa de Indonesia de patrocinar un taller sobre el manejo de posibles conflictos en el Mar Meridional de China y otras medidas emprendidas en la región por las partes involucradas con el fin de incrementar la cooperación y garantizar la solución pacífica de todos los asuntos pendientes.

 

América Latina y el Caribe

 

Cumbre Iberoamericana

 

180. Los Jefes de Estado o de Gobierno tomaron nota de los acuerdos alcanzados en el marco de la Quinta Cumbre Iberoamericana, celebrada en Bariloche, Argentina.

 

Asociación de Estados del Caribe

 

181. Los Jefes de Estado o de Gobierno expresaron su beneplácito por la entrada en vigor del Convenio Constitutivo de la Asociación de Estados del Caribe, que se instituye como organismo de consulta, conciliación y cooperación y concertación con miras al desarrollo cultural, económico, social, científico y tecnológico sostenido de los Estados de la región. Reconocieron que la Declaración de Principios y el Plan de Acción en materia de Turismo, Comercio y Transporte adoptado en la Cumbre Inaugural realizada en Puerto España en agosto de 1995 representó un paso importante para el logro de los objetivos de la Asociación.

 

Haití

 

182. Los Jefes de Estado o de Gobierno registraron con especial satisfacción el regreso del Presidente Jean Bertrand Aristide a su país y el restablecimiento de la democracia en un espíritu de reconciliación nacional. Al tomar nota del establecimiento de UNMIH, destacaron la necesidad de que la comunidad internacional brinde a Haití la cooperación técnica, económica y financiera urgentemente requerida para su reconstrucción material. Consideraron que la vigencia de la democracia y la libertad en ese país depende fundamentalmente de la capacidad de la comunidad internacional para contribuir a su desarrollo económico y social.

 

Cuba

 

183. Los Jefes de Estado o de Gobierno hicieron un llamado al Gobierno de los Estados Unidos de América para que ponga fin a las medidas y actos económicos, comerciales y financieros contra Cuba los cuales, además de ser unilaterales y contrarios a la Carta de las Naciones Unidas y al derecho internacional y al principio de buena vecindad, causan enormes pérdidas materiales y daños económicos. Exhortaron a los Estados Unidos de América a resolver sus diferencias con Cuba mediante negociaciones celebradas sobre la base de la igualdad y el respeto mutuos y pidieron dar estricto cumplimiento a las Resoluciones 47/19, 48/16 y 49/9 de la Asamblea General de las Naciones Unidas. Expresaron honda preocupación con respecto a los nuevos proyectos de ley presentados al Congreso de los Estados Unidos, los cuales intensificarían el embargo en contra de Cuba y ampliarían su naturaleza extraterritorial. Instaron también para que el Gobierno de los Estados Unidos devuelva el territorio ocupado actualmente por la base Naval de Guantánamo a la soberanía de Cuba y que ponga fin a las agresivas transmisiones por radio y televisión contra Cuba.

 

Puerto Rico

 

184. Los Jefes de Estado o de Gobierno, en el contexto de su compromiso con la autodeterminación, reiteraron el derecho inalienable del pueblo puertorriqueño a la autodeterminación y la independencia, de conformidad con la Resolución 1514 (XV) de la Asamblea General de las Naciones Unidas.

 

 

Centroamérica

 

185. Los Jefes de Estado o de Gobierno tomaron nota de los importantes progresos realizados por los pueblos y los Gobiernos de los países de Centroamérica en ejecución de los compromisos adquiridos por los Presidentes centroamericanos en virtud de los "Procedimientos para Establecer una Paz Firme y Duradera de Centroamérica", aprobados en Esquipulas II, Guatemala (1987), y las subsiguientes reuniones cumbres.

186. Los Jefes de Estado o de Gobierno reconocieron que en Centroamérica no puede haber paz sin desarrollo sostenible ni democracia, objetivos fundamentales para satisfacer las aspiraciones de los países centroamericanos de que dicha región pueda constituirse en una región de paz, libertad, democracia y desarrollo sostenible. Exhortaron a la comunidad internacional a continuar apoyando estos esfuerzos con miras a lograr la consolidación de la paz y la aplicación de una estrategia de desarrollo sostenible en la región centroamericana.

187. Los Jefes de Estado o de Gobierno se mostraron complacidos con los esfuerzos realizados por los países centroamericanos para fomentar el crecimiento económico en un contexto de desarrollo humano, así como con el progreso logrado en el fortalecimiento del sistema de integración centroamericano y exhortaron a la comunidad internacional a continuar prestando su apoyo a estas acciones.

 

El Salvador

 

188. Los Jefes de Estado o de Gobierno expresaron su satisfacción ante la permanente evolución de El Salvador, que pasó de ser un país devastado por los conflictos a convertirse en una nación democrática y pacífica. También señalaron su beneplácito ante el renovado compromiso del Gobierno y pueblo de El Salvador con la consolidación del proceso de paz.

189. Los Jefes de Estado o de Gobierno manifestaron además su respaldo a la Resolución 49/21 J de la Asamblea General, "Asistencia para la Reconstrucción y el Desarrollo de El Salvador", en virtud de la cual se solicita a todos los Estados e instituciones internacionales de financiamiento y desarrollo continuar contribuyendo con la consolidación de la paz en El Salvador y se les insta a responder en forma expedita y generosa a los esfuerzos desplegados conjuntamente por los signatarios de los acuerdos de paz dirigidos a reunir los recursos necesarios para el pleno cumplimiento de los mismos, junto a otros programas prioritarios de desarrollo que desemboquen en el establecimiento de una paz sólida y duradera en El Salvador.

 

Guatemala

 

190. Los Jefes de Estado o de Gobierno tomaron nota con satisfacción de los recientes acuerdos concluidos entre el Gobierno de Guatemala y la Unión Revolucionaria Nacional de Guatemala (URNG), y expresaron su esperanza de que el Acuerdo de Paz definitivo se firme durante el presente año. Manifestaron su beneplácito por la valiosa contribución de las Naciones Unidas en el proceso de paz de Guatemala.

191. Los Jefes de Estado o de Gobierno hicieron manifiesta su esperanza de que Guatemala y Belice reanuden y culminen con éxito sus negociaciones a la brevedad posible, con el fin de encontrar una solución definitiva al conflicto.

 

Nicaragua

 

192. Los Jefes de Estado o de Gobierno tomaron nota de los esfuerzos realizados por el Gobierno de Nicaragua para fomentar una reconciliación nacional amplia como el mejor medio para consolidar la paz, la reconciliación nacional, la democracia y el desarrollo sostenible con justicia social. También expresaron su apoyo a la Resolución 49/16 de la Asamblea General del 17 de noviembre de 1994, "Asistencia Internacional para la Rehabilitación y Reconstrucción de Nicaragua: Consecuencias de la Guerra y los Desastres Naturales", en la cual se reconocen las excepcionales circunstancias que ha enfrentado Nicaragua.

193. Asimismo, los Jefes de Estado o de Gobierno tomaron nota de los avances del Gobierno de Nicaragua en la promoción sostenida de su reactivación económica, la inversión social y los programas de desarrollo, para lo cual solicitaron el apoyo de las organizaciones financieras y de la comunidad internacional.

 

Panamá

 

194. Los Jefes de Estado o de Gobierno registraron con satisfacción los significativos progresos realizados en la ejecución del Tratado del Canal de Panamá y del Tratado Concerniente a la Neutralidad Permanente y al Funcionamiento del Canal de Panamá de 1977, conocidos como los Tratados Torrilos-Carter, entre la República de Panamá y los Estados Unidos de América. Dichos tratados aseguran el ejercicio efectivo de la jurisdicción y la soberanía de Panamá sobre la totalidad de su territorio y culminarán con la plena transferencia a Panamá del Canal y sus instalaciones al mediodía del 31 de diciembre de 1999, mediante un proceso de transición fluído que actualmente desarrollan los dos países.

195. Los Jefes de Estado y de Gobierno reconocieron la importancia que para el comercio y la navegación mundiales tiene el acceso al Canal, así como el manejo adecuado de su cuenca hidrográfica. Hicieron un ferviente llamado a los Estados para que consideren su adhesión al Protocolo del Tratado, el cual declara la neutralidad permanente de la vía interoceánica.

196. Los Jefes de Estado o de Gobierno expresaron su solidaridad con los planes del Gobierno panameño de realizar, en septiembre de 1997, un Congreso Universal sobre el Canal de Panamá, con la participación de Gobiernos, organizaciones internacionales, instituciones académicas públicas y privadas, usuarios marítimos y de las empresas internacionales de transporte, para examinar conjuntamente el papel que debe desempeñar el Canal de Panamá en el Siglo XXI, sobre la base del pleno respeto de la integridad territorial y la soberanía de la República de Panamá y el control del canal por parte de dicho país. Además, instaron a los organismos especializados y demás organizaciones y programas del sistema de las Naciones Unidas a que colaboren en ese propósito con el gobierno panameño.

 

Diferendo entre Guyana y Venezuela

 

197. Los Jefes de Estado o de Gobierno destacaron la continuación de la controversia entre Guyana y Venezuela. También señalaron el estado de las relaciones entre ambos países y expresaron su satisfacción ante los avances logrados en pos de una solución pacífica, mediante los buenos oficios del Secretario General de las Naciones Unidas y su Representante Especial. Reiteraron la necesidad de que las Partes continúen el proceso de diálogo con miras a alcanzar una solución definitiva sobre la base de los principios establecidos de derecho internacional y en el Acuerdo de Ginebra de 1966.

 

Capítulo tercero: Asuntos económicos

 

El nuevo contexto de la cooperación económica internacional

 

198. Al examinar la evolución de la situación económica internacional desde la Cumbre de Yakarta de 1992, los Jefes de Estado o de Gobierno observaron que, aunque se han registrado signos de progreso en algunos países, no hay señales de que vaya a producirse una recuperación rápida y sólida de la economía mundial. Observaron también que algunas tendencias positivas registradas en los últimos años en los países en desarrollo respecto de las tasas de crecimiento económico, el incremento del comercio y la inversión extranjera, así como un cierto alivio de los problemas de la deuda externa, sólo se han experimentado en un grupo reducido de países. Llegaron a la conclusión de que no se han cumplido las expectativas de alcanzar un orden económico internacional más justo, no discriminatorio y equitativo.

199. Los Jefes de Estado o de Gobierno señalaron que el fin de la guerra fría, así como la mayor interdependencia y globalización de la economía internacional, están dando lugar a nuevas tensiones, desequilibrios y estancamiento, y a la creciente marginalización de la gran mayoría de países en desarrollo. La brecha entre países ricos y pobres continúa ampliándose. Las inestabilidades son transmitidas más rápidamente de un país a otro, sobre todo hacia los países en desarrollo, los cuales son ahora más vulnerables y sensibles a los factores externos. La liberalización y globalización de los mercados financieros se han convertido en fuente de inestabilidad y desequilibrios.

200. Los Jefes de Estado o de Gobierno expresaron su preocupación por las implicaciones que tiene el cambio de prioridades de los países desarrollados en favor de las economías en transición y de los bloques comerciales del Norte, mientras que muchos de los países del Movimiento siguen agobiados por el estancamiento económico y el atraso social.

201. Los Jefes de Estado o de Gobierno reconocieron, al mismo tiempo, que el período posterior a la Guerra Fría presenta oportunidades y desafíos para el diálogo sobre la cooperación económica internacional. Reiteraron su decisión de asignar prioridad al tema del desarrollo, con especial atención al crecimiento económico y a la erradicación de la pobreza, en la agenda del Movimiento.

202. Ello demandará una mayor coordinación entre los países en desarrollo para fortalecer su capacidad de acción y abordar los nuevos problemas con una visión integrada. El Movimiento, si bien se suscribe a los valores de protección ambiental, normas laborales, propiedad intelectual, sólida gestión macroeconómica y fomento y protección de los derechos humanos, rechaza todo intento por utilizar estos temas como condicionalidades y pretextos para restringir el acceso al mercado o los flujos de ayuda y tecnología para los países en desarrollo.

203. Los Jefes de Estado o de Gobierno subrayaron que la cooperación internacional para el desarrollo debe orientarse a crear un entorno económico internacional más favorable y dinámico, como condición indispensable para facilitar los esfuerzos de los Países No Alineados y otros países en desarrollo en su lucha por erradicar la pobreza, alcanzar el progreso económico y social y lograr condiciones de crecimiento económico sostenido y de desarrollo sostenible. Para lograr este objetivo, reafirmaron la necesidad prioritaria de poner en marcha los acuerdos adoptados en las principales conferencias internacionales en el campo del desarrollo. Reiteraron que tales acuerdos deben ser implementados de manera coherente e integrada.

204. Los procesos y mecanismos decisorios vigentes en las instituciones internacionales para abordar los principales temas de la economía mundial no abarcan a los países en desarrollo ni tienen en cuenta sus intereses y preocupaciones. La democratización de las relaciones económicas internacionales es ahora una necesidad más apremiante que nunca. Los Jefes de Estado o de Gobierno reiteraron la necesidad de la democratización y transparencia en la toma de decisiones económicas y financieras a nivel internacional en todos los foros y en todos los niveles, con la plena participación de los países en desarrollo, para garantizar que sus intereses en el desarrollo se tomen plenamente en cuenta.

205. Los cambios observados en los últimos años en el ordenamiento de las instituciones económicas internacionales han producido el debilitamiento de los organismos más universales y representativos como las Naciones Unidas, lo que genera desventajas adicionales para los países en desarrollo y reduce aún más su capacidad de influencia en los principales organismos de decisión.

206. Con ocasión del Quincuagésimo Aniversario de la creación de las Naciones Unidas, el Movimiento reconoce el papel que esta Organización ha desempeñado para brindar una perspectiva universal democrática y cabal sobre la cooperación internacional para el desarrollo y para contribuir a la formulación de políticas en esta esfera. El Movimiento se compromete a apoyar los esfuerzos destinados a convertir la cooperación para el desarrollo en el centro del mandato, papel y funciones de las Naciones Unidas. El fomento del desarrollo social a largo plazo y el desarrollo y crecimiento económico universal más equilibrado deben ser el centro primordial de atención de las Naciones Unidas. Para que esto se convierta en realidad, es necesario que las Naciones Unidas inicien el proceso de reforma de la Organización para abordar la situación de la nueva economía mundial de manera más idónea.

207. Los Jefes de Estado o de Gobierno consideraron que es urgente que las Naciones Unidas, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y la Organización Mundial de Comercio (OMC), desempeñen un papel eficaz con el objeto de corregir los desequilibrios económicos mundiales. A tal fin, reiteraron la necesidad de fortalecer la cooperación y la coordinación entre las Instituciones de Bretton Woods, la OMC y las Naciones Unidas a efectos de alcanzar una mayor transparencia y coherencia en las políticas comerciales, monetarias y financieras. En este sentido celebraron el hecho de que, en virtud de la propuesta presentada por el Rey Hassan II, se haya creado un grupo de estudio en la OMC encargado de analizar la coherencia de las políticas comerciales, financieras y monetarias. Hicieron hincapié en la necesidad de que esas instituciones adapten y ajusten sus políticas y programas a las necesidades cruciales de los países en desarrollo.

208. Los Jefes de Estado o de Gobierno también reafirmaron la necesidad de que todos los miembros de la comunidad internacional ajusten sus políticas económicas y financieras a los requerimientos de una economía internacional cada vez más interdependiente.

209. Para consolidar una nueva etapa de asociación para el desarrollo, superando la confrontación y fortaleciendo la cooperación, no existe otra alternativa que el diálogo constructivo entre países desarrollados y países en desarrollo. El diálogo deberá basarse en Intereses comunes, beneficios mutuos, interdependencia auténtica y responsabilidades compartidas.

210. En este contexto, los Jefes de Estado o de Gobierno resaltaron el significado de la coordinación de las políticas macroeconómicas para reducir las incertidumbres vinculadas al comercio, los flujos financieros, la transferencia de tecnología y la inversión en todo el mundo. Reafirmaron asimismo la urgente necesidad de crear un entorno económico internacional propicio, basado en un mayor acceso al mercado de los países desarrollados, la eliminación de las prácticas comerciales desleales, políticas comerciales predecibles y no discriminatorias, un mayor fomento de la inversión extranjera y la reducción de la carga de la deuda. En el ámbito de la asistencia para el desarrollo, es imperativo que los países desarrollados proporcionen recursos financieros nuevos y adicionales y que se promueva la transferencia de tecnología en condiciones preferenciales y concesionarias. El diálogo también debe concentrarse en proyectos y programas de prioridad para el desarrollo y en su gestión y ejecución, de manera de obtener resultados concretos y efectivos.

211. En este sentido, los Jefes de Estado o de Gobierno acogieron el llamado que hiciera el Presidente de la República de Túnez, S.E. el Señor Zine-EI-Abidine BEN ALI, ante la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1989, por un contrato para la paz y el progreso entre los países en desarrollo y países desarrollados.

212. Resulta indispensable que los Países No Alineados y otros países en desarrollo tracen una estrategia común acorde con las profundas transformaciones del entorno internacional, con el fin de mejorar su capacidad de negociación en el diálogo con los países desarrollados, ello teniendo en cuenta las conclusiones de la Comisión del Sur y el cambio de la situación mundial. Los Jefes de Estado o de Gobierno acordaron convocar un grupo abierto de expertos de alto nivel con la función de formular propuestas específicas relativas a la estrategia común. Acordaron además que las recomendaciones correspondientes sean presentadas al Presidente del Movimiento y sometidas a consideración en una futura Reunión de Ministros de Relaciones Exteriores del Movimiento.

213. Los Jefes de Estado o de Gobierno también convinieron en crear un foro abierto de expertos de alto nivel con miras a diseñar enfoques integrados y bien coordinados con respecto a la cooperación internacional en el siglo XXI, mediante el establecimiento de vínculos más estrechos con el Grupo de los 77 y otras instituciones regionales y subregionales.

214. Los Jefes de Estado o de Gobierno solicitaron al Presidente Ernesto Samper, en su calidad de Presidente del Movimiento de Países No Alineados, que siga reuniéndose con los dirigentes de los países desarrollados, incluidos los del Grupo de los 7, con el fin de fomentar el diálogo y lograr una mayor comprensión de las aspiraciones, opiniones y posiciones de los países en desarrollo sobre cuestiones económicas y de desarrollo internacional. También solicitaron el apoyo del Presidente del Buró de Coordinación del Movimiento de Países No Alineados para la preparación de dichas reuniones, en estrecha cooperación y coordinación con el Presidente del Grupo de los 77.

 

Agenda para el desarrollo

 

215. Los Jefes de Estado o de Gobierno reafirmaron su convicción de que sin la erradicación de la pobreza y el logro del desarrollo y el crecimiento económico sostenido de los países en desarrollo, será imposible asegurar una paz y una seguridad duraderas. Debido a la creciente interdependencia de los países, es imperativo garantizar el logro de respuestas y soluciones eficaces a través de la cooperación económica internacional, con el fin de que se puedan hacer progresos significativos a los niveles nacional, regional y mundial.

216. Los Jefes de Estado o de Gobierno asignaron alta prioridad a la Agenda para el Desarrollo, la cual brinda una oportunidad única para emprender un proceso de diálogo constructivo con miras a crear una genuina asociación para abordar los problemas del desarrollo y revitalizar la cooperación internacional para el desarrollo. Con ello se pondrá a prueba la voluntad política para la reanudación efectiva del diálogo entre los países en desarrollo y los países desarrollados. Para que el diálogo y la asociación sean eficaces, es imprescindible que la Agenda refleje una nueva actitud y un mayor grado de compromiso para abordar los desequilibrios fundamentales existentes en esferas básicas como el comercio internacional, la inversión, el financiamiento externo, la deuda externa, la ciencia y la tecnología, y los recursos externos para el desarrollo, incluidos los recursos del sistema de las Naciones Unidas para el desarrollo.

217. En la Agenda también se debe prestar la debida atención al ser humano, al mejoramiento de la calidad de vida, a la erradicación del hambre, las enfermedades, el analfabetismo, el hacinamiento y el desempleo. En vista de los resultados de la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social, en la Agenda deberán contemplarse las medidas prácticas necesarias para erradicar la pobreza, satisfacer las necesidades básicas y generar empleo. El mejoramiento de la educación y la condición de la mujer resultan igualmente esenciales para el desarrollo.

218. La Agenda debe fundamentarse en varias medidas precisas y específicas, orientadas al desarrollo social y al crecimiento económico acelerados y sostenidos. Debe tener como base inicial la efectiva implementación de los compromisos y acuerdos internacionales ya existentes en el área del desarrollo económico y social, así como la incorporación de las acciones y medidas que fueran necesarias para encarar los nuevos desafíos y oportunidades. Debe basarse, además, en el principio fundamental de que el desarrollo es un requisito indispensable para la paz y la seguridad.

219. La Agenda para el Desarrollo debe encarar la necesidad de especificar, subrayar y fortalecer claramente el papel que cabe a las Naciones Unidas en el desarrollo, incluida la formulación de políticas economías y la coordinación internacionales, así como la promoción del crecimiento económico, teniendo en cuenta el carácter universal y los principios democráticos de la Organización. Debe rechazarse cualquier intento por apartar a las Naciones Unidas de su misión original en lo referente al desarrollo. La UNCTAD y los organismos especializados, en particular la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI), deben desempeñar un papel clave como puntos focales del sistema de las Naciones Unidas en esferas como las de comercio y desarrollo y el progreso industrial de los países en desarrollo, entre otras. En la Agenda deben especificarse claramente los medios para intensificar la relación entre las Naciones Unidas, los organismos especializados y otras organizaciones, incluidas las Instituciones de Bretton Woods, la Organización Mundial de Comercio y otras instituciones multilaterales, con el fin de aumentar la cooperación y asegurar una mayor coherencia tendiente al logro de los objetivos de la agenda para el desarrollo, tal como se indicó anteriormente.

 

Comercio internacional y productos básicos

 

220. Los Jefes de Estado o de Gobierno asignaron importancia vital al comercio internacional como medio para acelerar el crecimiento económico mundial y el desarrollo, y como instrumento eficaz para la cooperación internacional. Coincidieron en que la expansión del comercio redundará en beneficio mutuo de los países en desarrollo y los países desarrollados. Es necesario dar mayor ímpetu a los esfuerzos por liberalizar y ampliar el comercio en beneficio de todos los países, especialmente de los países en desarrollo, pero al mismo tiempo estar alerta ante cualquier riesgo que puedan plantear las restricciones discriminatorias, acciones unilaterales y/o condicionalidades gravosas al sistema de comercio multilateral.

221. Los Jefes de Estado o de Gobierno expresaron su satisfacción por la firma de los acuerdos de la Ronda Uruguay en Marrakech (Marruecos). Resaltaron que los nuevos compromisos y procedimientos definidos en esos acuerdos deben traducirse en un mayor acceso a los mercados, la expansión del comercio mundial y el aumento de los ingresos y las oportunidades de empleo en todo el mundo, sobre todo en los países en desarrollo. Expresaron su confianza en que con la entrada en vigor de la Organización Mundial de Comercio, se avance rápidamente para garantizar la aplicación plena de los principios y compromisos multilaterales, y se impidan o corrijan las medidas unilaterales de naturaleza proteccionista.

222. Los Jefes de Estado o de Gobierno señalaron que algunos de los análisis y proyecciones ya habían indicado que aunque la puesta en marcha de la Ronda Uruguay trae consigo nuevas oportunidades comerciales, podría afectar los intereses de los países en desarrollo, sobre todo de los países menos adelantados, los que son importadores netos de alimentos y los que gozan de preferencias comerciales.

223. Los Jefes de Estado o de Gobierno expresaron que la Organización Mundial de Comercio debe contribuir al logro y expansión de un sistema multilateral de comercio abierto, previsible, equitativo, no discriminatorio, seguro y basado en normas claras y transparentes, así como en la protección de los derechos y los intereses de los países en desarrollo. Consideraron igualmente que debe regirse por principios de universalidad en sus deliberaciones y de equidad en la participación y en el trato preferencial y diferenciado para los países en desarrollo. También reviste importancia fundamental que se determine pronto la relación entre el sistema de las Naciones Unidas y esa Organización, incluidos los mecanismos de coordinación entre ambas instituciones.

224. Los Jefes de Estado o de Gobierno hicieron un llamado a la Organización Mundial de Comercio para que analice la factibilidad de poner en marcha actividades específicas, incluidas las que son objeto de cooperación con las Naciones Unidas con el fin de contribuir a la aplicación del Programa de Acción de Copenhague.

225. La puesta en vigencia de los acuerdos de Marrakech debe ser objeto de una evaluación constante, para propiciar un acceso creciente a los mercados por parte de los países en desarrollo en lo referente a productos básicos, manufacturas y servicios de exportación y para la expansión del comercio internacional.

En este sentido, consideran que la Conferencia a Nivel Ministerial de la OMC que se celebrará en Singapur en 1996 debería constituir una buena oportunidad para evaluar el cumplimiento de los compromisos contraídos para beneficiar a los países en desarrollo con el objeto de analizar el consiguiente impacto sobre el comercio, sobre todo en lo que respecta a la agricultura. Adicionalmente, decidieron convocar una Conferencia de Países en Desarrollo bajo los auspicios de la UNCTAD, para llevar a cabo una evaluación de la aplicación de los acuerdos de la Ronda Uruguay. Subrayaron la necesidad de tomar las medidas adecuadas, compatibles con el Acta Final de la Ronda Uruguay, en favor de los países menos adelantados (PMA) y de los países en desarrollo importadores netos de alimentos, aplicando cabalmente la Decisión Ministerial adoptada en Marrakech al concluir la Ronda Uruguay de Negociaciones Comerciales Multilaterales con el fin de prestar a estos países atención especial a objeto de poder ampliar su participación en el sistema multilateral de intercambio y mitigar cualquier efecto adverso de la puesta en práctica de la Ronda Uruguay. Recalcaron la importancia de los compromisos relacionados con las medidas especiales y diferenciadas en favor de los países en desarrollo, así como aquéllas dirigidas a mitigar cualquier efecto adverso que sobre esos países pueda originar la aplicación de los acuerdos.

226. Los jefes de Estado o de Gobierno observaron con preocupación que algunos países desarrollados continúan haciendo caso omiso de las reglas comerciales multilaterales acordadas, mediante la aplicación de medidas unilaterales de carácter proteccionista, haciendo prevalecer las políticas internas sobre los compromisos comerciales multilaterales. Deploraron el hecho de que esa actitud se produzca luego de los enormes esfuerzos desplegados para concluir la Ronda Uruguay y del nuevo contexto en el cual los países en desarrollo avanzaron sustancialmente en la liberación de sus regímenes comerciales y en la integración de sus economías al comercio mundial. Estos esfuerzos deben ser compensados por el reconocimiento de la consolidación de aranceles emprendido por los países en desarrollo. Recalcaron la importancia de aumentar el acceso de los productos de los países en desarrollo a los mercados no discriminatorios de los países desarrollados y la necesidad de oponerse y desmantelar todas las formas de proteccionismo directo o indirecto.

227. Los Jefes de Estado o de Gobierno declararon que la aplicación de los Acuerdos de Marrakech debe tomar en cuenta las restricciones impuestas por las medidas de liberalización de las instituciones financieras internacionales en los países en desarrollo. Resulta paradógico esperar que los países abran sus mercados y eliminen sus restricciones en el ámbito del comercio internacional, incluidas las medidas no arancelarias, mientras que los países desarrollados adoptan medidas proteccionistas que impiden a los países en desarrollo cumplir plenamente sus compromisos con las instituciones financieras internacionales.

228. Los Jefes de Estado o de Gobierno expresaron su preocupación por la creciente tendencia a adoptar nuevos tipos de proteccionismo surgidos en los mercados de los principales países desarrollados. Esta tendencia se debe corregir, para beneficio tanto de los países desarrollados y los países en desarrollo, como del sistema de comercio multilateral. A la vez que reconocieron que para promover un crecimiento económico y un desarrollo sostenibles, el comercio y el medio ambiente deben apoyarse mutuamente y las medidas unilaterales deben concordar con las normas comerciales internacionales, advirtieron que la introducción del etiquetado con indicaciones ecológicas o de las cláusulas de carácter social en el régimen de comercio internacional tendría un impacto negativo sobre el crecimiento económico y el desarrollo y transferirla una injustificada carga económica y social a los países en desarrollo. En este contexto también expresaron su preocupación por las tentativas de recargar la agenda de la naciente Organización Mundial de Comercio, ya que ello podría desintegrar el paquete de derechos y obligaciones que fue equilibrado cuidadosamente, antes de poner en marcha los Acuerdos de la Ronda de Uruguay y de que la nueva OMC haya tenido tiempo y espacio para establecerse y consolidarse con miras a vigilar la aplicación del paquete. Declararon que la política comercial debe basarse en el principio fundamental de la ventaja comparativa y no debería utilizarse como una panacea para resolver todos los problemas. También tomaron nota con preocupación del creciente uso por parte de los países desarrollados de medidas "antidumping" y de derechos compensatorios con objetivos meramente proteccionistas, así como medidas unilaterales Incompatibles con las reglas del comercio Internacional.

229. Los Jefes de Estado o de Gobierno manifestaron la necesidad que tienen los países en desarrollo de recibir asistencia técnica y financiera de los países desarrollados, los organismos internacionales y las instituciones de comercio, con el fin de aprovechar las nuevas oportunidades del sistema multilateral de intercambio y promover la diversificación de sus exportaciones. Resaltaron que los países desarrollados deben desempeñar un papel más activo en el fortalecimiento de la capacidad de los países en desarrollo para que éstos puedan participar eficazmente en el sistema como actores de pleno derecho.

230. Los Jefes de Estado o de Gobierno resaltaron la importancia de permitir que la UNCTAD desempeñe a cabalidad su papel como punto focal esencial del sistema de las Naciones Unidas, para que, entre otras cosas, promueva el comercio y el desarrollo en los países en desarrollo. Reconocieron que la UNCTAD es el único foro dentro de las Naciones Unidas en el cual los temas de desarrollo son discutidos de manera integral y se abordan las interconexiones entre temas y sectores, así como entre países y regiones. Por lo tanto, reafirmaron el fuerte compromiso del Movimiento de Países No Alineados para fortalecer a la UNCTAD, incluidas sus acciones para la dotación de recursos adecuados por parte de los países desarrollados y expresaron su firme determinación de oponerse a cualquier tentativa que debilite o socave los aportes de la UNCTAD al proceso de desarrollo de los países en desarrollo.

231. Los recientes acontecimientos y cambios institucionales en el mundo, entre ellos la creación de la Organización Mundial de Comercio, han reforzado la necesidad de que la UNCTAD sea un foro orientado hacia la formulación de políticas con una sólida perspectiva de desarrollo. Consideraron necesario que los resultados de las deliberaciones intergubernamentales de ese organismo estén mas orientados hacia las políticas y la acción, y que los países en desarrollo tengan una mayor participación en la planificación de este organismo. Convinieron en que la formulación de políticas no debe ser monopolizada por un pequeño grupo de países, y resaltaron que la UNCTAD, en su carácter de foro internacional, puede ayudar a corregir estos desequilibrios, al ofrecer a los países en desarrollo una selección más amplia de políticas, con lo cual se fomenta el diálogo referente al desarrollo. En la formulación y dirección de nuevas políticas es vital adoptar un enfoque equilibrado para su análisis, que tome en cuenta la capacidad limitado de los países en desarrollo para adaptarse a las nuevas responsabilidades multilaterales, así como las limitaciones a que se enfrentan.

232. Los Jefes de Estado o de Gobierno reafirmaron el papel primordial de la UNCTAD como foro internacional para las deliberaciones y negociaciones Intergubernamentales, para fomentar políticas y consolidar el consenso, así como para la supervisión, ejecución, seguimiento y cooperación técnica, con miras a acelerar el crecimiento económico y el progreso, sobre todo en los países en desarrollo. Señalaron que la UNCTAD representa un foro idóneo para forjar un consenso sobre temas nuevos y sentar las bases para las negociaciones de otros acuerdos comerciales en foros apropiados. Reafirmaron su apoyo al mandato de la UNCTAD para el tratamiento integral de temas relativos al desarrollo y vinculados a este, incluido el comercio, los productos básicos, las finanzas, las inversiones, la deuda externa, los servicios, la tecnología y el medio ambiente. Recalcaron la importancia fundamental de permitir a la UNCTAD cumplir cabalmente su mandato.

233. Los Jefes de Estado o de Gobierno hicieron un llamado a la UNCTAD, dentro del ámbito de los preparativos para la UNCTAD-IX, a prestar mayor atención a los temas prioritarios para el desarrollo y a identificar formas de identificar al máximo el impacto que tiene el desarrollo sobre la globalización y la liberalización, a la vez que reduce los peligros de la inestabilidad y la marginalización. Solicitaron a la UNCTAD estudiar las tendencias y los problemas de la economía mundial, sobre todo aquéllos que tienen un impacto sobre los países en desarrollo y proponer políticas y medidas, que aborden los temas previstos, tanto a nivel internacional como nacional. Instaron a la UNCTAD a fortalecer su papel como generador de ideas para los países en desarrollo en el contexto de un entorno económico mundial cambiante y a identificar, examinar y presentar rumbos alternos hacia el desarrollo.

234. Los Jefes de Estado o de Gobierno exhortaron a la UNCTAD a cumplir las siguientes tareas en el ámbito del desarrollo

- desarrollar un trabajo conceptual a través de análisis y pronósticos objetivos; analizar ideas y conceptos con miras a identificar sus implicaciones para los países en desarrollo y sugerir las medidas correctivas;

- reactivar y fortalecer su papel en el campo del comercio, el desarrollo y temas conexos, tales como normas de inversión, políticas de competencia, flujos financieros, medio ambiente, promoción del sector de servicios en países en desarrollo, ciencia y tecnología, transferencia tecnológica y cooperación e integración regionales;

- evaluar el impacto de la aplicación de los acuerdos de la Ronda Uruguay, identificando las oportunidades de acceso al mercado y sugiriendo medidas para mitigar los posibles efectos negativos;

- fortalecer su papel en las áreas del Sistema Generalizado de Preferencias y en la agilización del comercio;

- apoyar a los países en desarrollo en la formulación de políticas y estrategias dentro de áreas específicas, incluidos el desarrollo de la infraestructura y la expansión de pequeñas y medianas empresas.

235. Los Jefes de Estado o de Gobierno expresaron su satisfacción por el ofrecimiento de la sede de la novena sesión de la UNCTAD por parte del Gobierno de la República de Sudáfrica en Johanesburgo, del 26 abril al 11 mayo de 1996, y esperan que UNCTAD IX sirva como medio para consolidar el mandato y el papel de la UNCTAD en materia de comercio y desarrollo y ofrezca directrices de política importantes para el logro del desarrollo global. Se comprometieron a poner en marcha un programa exitoso de preparación y ejecución de la UNCTAD IX.

236. Los Jefes de Estado o de Gobierno declararon que es indispensable contar con una coordinación efectiva de las posiciones del Movimiento para renovar y mejorar el esquema del Sistema Generalizado de Preferencias (SGP), con miras a estimular significativamente un acceso mayor y estable a los mercados de los países desarrollados para sus exportadores de productos básicos, manufacturas y servicios. Reafirmaron su oposición a las restricciones del SGP como herramientas de coerción que reflejan tendencias proteccionistas en los países desarrollados. Acordaron que existía una urgente necesidad de mejorar los esquemas del SGP mediante la ampliación de la cobertura de productos, reducción o eliminación de aranceles SGP en detrimento de las cláusulas de Nación Más Favorecida (NMF) de la Ronda Uruguay, ampliación de los esquemas para incluir nuevos productos de interés para los países en desarrollo y el establecimiento de criterios objetivos para la graduación. Expresaron su preocupación de que se debiliten los esquemas al someterlos a nuevas condicionalidades. En este contexto, también hicieron un llamado a los donantes del SGP a simplificar y armonizar las normas de origen.

237. Los Jefes de Estado o de Gobierno condenaron el hecho de que algunos países, haciendo uso de su posición predominante en la economía mundial siguen intensificando la adopción de medidas coercitivas unilaterales contra los países en desarrollo contrarias al derecho internacional, como son las restricciones del comercio, bloqueos, embargos, congelación de bienes, con el fin de evitar que estos países ejerzan su pleno derecho a determinar su sistema político, económico y social y expandir libremente su comercio internacional. Consideraron que dichas medidas son inaceptables y demandaron su cese inmediato.

238. Los Jefes de Estado o de Gobierno hicieron un llamado urgente a los países desarrollados para que pongan fin a todas las condicionalidades políticas al comercio internacional, la asistencia para el desarrollo y las inversiones, ya que ellas constituyen una clara contravención a los principios universales de autodeterminación, soberanía nacional y no injerencia en los asuntos internos.

239. Los Jefes de Estado o de Gobierno reconocieron que en muchos países en desarrollo, y en particular los países menos avanzados, el sector de productos básicos sigue siendo la principal fuente de ingresos por concepto de exportaciones, empleos, ingresos y ahorros, a la vez que contribuye significativamente a alcanzar la meta de desarrollo. Sin embargo el deterioro de los precios y la desorganización de ciertos mercados de productos básicos han socavado enormemente los esfuerzos de esos países en pro del desarrollo, así como su capacidad para cumplir con los pagos de la deuda externa. Hicieron un llamado para que se eliminen las distorsiones de la oferta y la demanda que agravan tan incierta situación.

240. Los Jefes de Estado o de Gobierno resaltaron la importancia de aumentar al máximo la contribución de los productos básicos al crecimiento económico y al desarrollo, en particular en países que dependen de los mismos. En este sentido, subrayaron la necesidad de mejorar el funcionamiento de los mercados internacionales de productos básicos a través de la determinación eficaz, transparente, estable y adecuada de los precios. Solicitaron también apoyo internacional a los esfuerzos realizados por los países en desarrollo para modernizar y diversificar sus sectores de productos básicos, con el fin de aumentar el ingreso de divisas y mejorar su competitividad a la luz de la persistente inestabilidad de precios y el deterioro general de los términos del comercio.

241. Los Jefes de Estado o de Gobierno se comprometieron a robustecer la cooperación internacional en la esfera de los productos básicos. Exhortaron a la comunidad internacional a apoyar los esfuerzos de los países en desarrollo por mejorar el procesamiento, la comercialización, la distribución y el transporte de sus productos básicos y en este contexto, aprovechar los nuevos avances de la ciencia y la tecnología. Instaron a los países desarrollados a mejorar el acceso a sus mercados mediante el desmantelamiento de las barreras arancelarias y no arancelarias, y la abolición de los subsidios que obstaculizan la exportación de productos básicos de los países en desarrollo.

242. Los Jefes de Estado o de Gobierno recalcaron la necesidad de poner en marcha los acuerdos y convenios vigentes sobre productos básicos y concertar otros. Acogieron con beneplácito las políticas adoptadas por la UNCTAD en relación con la participación plena y activa de consumidores y productores en los acuerdos y convenios internacionales sobre productos básicos. Consideraron que el Programa Integrado de Productos Básicos y el Fondo Común para los Productos Básicos, aprobados tras intensas negociaciones, pero casi abandonados en la actualidad, merecen ser reexaminados. Asimismo, señalaron que deben promoverse medidas complementarias como la diversificación de las exportaciones y el mejoramiento de la calidad y competividad de los productos básicos. El financiamiento compensatorio de los déficit causados por caídas en los ingresos por concepto de exportación de productos básicos de los países en desarrollo deben considerarse como parte integrante y complementaria de las medidas internacionales en esta materia. Encontraron apropiado que la UNCTAD reinicie las consultas relativas a la propuesta de convocar una conferencia internacional sobre productos básicos.

 

Temas financieros y monetarios

 

243. Los Jefes de Estado o de Gobierno afirmaron que la ejecución de los compromisos adoptados por diversas conferencias internacionales en los campos económico y social requieren la movilización de un volumen sustancial de recursos nuevos y adicionales hacia los países en desarrollo. No basta recurrir al reordenamiento de las prioridades o a la reasignación de los presupuestos nacionales ni a la Asistencia Oficial para el Desarrollo. Instaron a los países desarrollados que aún no lo hayan hecho, a cumplir, antes del año 2000 con el compromiso de destinar el 0,7% de su PNB a la asistencia oficial para el desarrollo.

244. Los Jefes de Estado o de Gobierno expresaron su apoyo al "concepto 20/20" acordado en la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Social, por medio del cual se convoca a un compromiso mutuo entre países desarrollados y países en desarrollo interesados, con el fin de asignar en promedio un 20 por ciento de la Asistencia Oficial para el Desarrollo y un 20 por ciento de los presupuestos nacionales, respectivamente, a los programas sociales básicos.

245. Los Jefes de Estado o de Gobierno hicieron constar su preocupación ante el hecho de que las corrientes financieras se estén desviando cada vez en mayor medida de los países en desarrollo hasta los países con economías en transición. Las necesidades de estos países deben ser cubiertas con recursos adicionales, sin detrimento de los recursos asignados para los países en desarrollo.

246. Los Jefes de Estado o de Gobierno hicieron notar como los flujos financieros privados hacia los países en desarrollo se han concentrado en unos pocos países y sectores, y no compensan los efectos del largo período de corrientes negativas. Dichos flujos son hoy principalmente de corto plazo, de carácter especulativo y en muchos casos han generado serios desequilibrios cambiarios. Urgieron a la comunidad internacional a diseñar un mecanismo de vigilancia multilateral para el monitoreo de los flujos de capital privado de corto plazo de los países desarrollados y para salvaguardar a los países en desarrollo de los efectos adversos producidos por la volatilidad de esos flujos.

247. Los Jefes de Estado o de Gobierno resaltaron que, no obstante los esfuerzos de los Países No Alineados y de otros países en desarrollo por crear un clima propicio para inversión extranjera directa, los flujos actuales de dicha inversión resultan insuficientes para las necesidades del desarrollo; se hace necesario garantizar su incremento y su diversificación. El logro de este objetivo debe facilitarse con la ayuda de los países desarrollados, especialmente a través de la apertura de sus mercados, y con la participación de los organismos económicos y financieros internacionales.

248. Los Jefes de Estado o de Gobierno se mostraron preocupados por el impacto que el nuevo proteccionismo de los países desarrollados tendrá sobre los flujos de inversión extranjera directa (IED) hacia los países en desarrollo. Se requiere de un nuevo estímulo y respaldo estratégico a los flujos de IED por parte de los países donantes a los países en desarrollo, con el fin de complementar los esfuerzos hechos por los países receptores con miras a atraer inversiones.

249. Los Jefes de Estado o de Gobierno pusieron de presente que las medidas adoptadas por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional a través de sus diversos mecanismos concesionarios han resultado insuficientes frente a los requerimientos del desarrollo. También han sido insuficientes la cuarta reposición de recursos del Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola y la Reestructuración y Reposición de Recursos del Fondo para el Medio Ambiente Mundial. Exhortaron a los países desarrollados donantes a cumplir con sus compromisos adquiridos en el contexto de la décima reposición de recursos de la Asociación Internacional para el Desarrollo (AID) y a acelerar las negociaciones para la undécima reposición de fondos de la Agencia Internacional de Fomento; mostrándose confiados en que ésta se traduzca en un aumento significativo de los mismos.

250. Los Jefes de Estado o de Gobierno subrayaron la necesidad de aumentar la base de capital del Banco Mundial y de los bancos regionales de desarrollo con el fin de contribuir más eficazmente a movilizar el ahorro mundial y canalizarlo hacia proyectos y programas de países en desarrollo. Con este fin, también urgieron a los países desarrollados acreedores a aumentar los recursos del FMI, incluida la asignación de nuevos Derechos Especiales de Giro orientados al desarrollo.

251. Los Jefes de Estado o de Gobierno hicieron un llamado a los países desarrollados para que aumenten, en términos reales, los recursos del Servicio de Ajuste Estructural (SAE) y del Servicio Reforzado de Ajuste Estructural del Fondo Monetario Internacional, como medio para suministrar flujos de recursos a mediano plazo en condiciones concesionarias a los países de bajos ingresos. Respaldaron también la transformación del ESAF en un servicio financiero permanente del FMI.

252. Los Jefes de Estado o de Gobierno manifestaron que una vez se acuerden los Programas de Ajuste Estructural (PAE), éstos deberán ser totalmente financiados e incluir objetivos de desarrollo social, en particular, la erradicación de la pobreza, la promoción del empleo pleno y productivo y el logro de una mayor integración social.

253. Los Jefes de Estado o de Gobierno destacaron la importancia de fortalecer los fondos, los programas y las agencias especializadas del sistema de las Naciones Unidas, como canal adecuado de asignación de recursos para la cooperación internacional. Hicieron un llamado para que se adopten las medidas que resulten necesarias para garantizar la financiación de las actividades operativas de las Naciones Unidas sobre una base estable, predecible y segura. Consideraron que debe corregirse, asimismo, el desbalance generado entre el volumen de recursos destinados a las operaciones de mantenimiento de la paz y a las actividades de asistencia humanitaria de emergencia, frente a aquéllos destinados al desarrollo.

254. Los Jefes de Estado o de Gobierno pusieron de presente que el sistema monetario y financiero internacional imperante no ha logrado satisfacer los requerimientos de los Países No Alineados y de otros países en desarrollo, estimular un crecimiento económico mundial estable, ni crear un clima financiero propicio para el desarrollo y el crecimiento económico sostenidos. Las consultas y los procesos de adopción de decisiones en las instituciones monetarias y financieras multilaterales deben democratizarse. La participación limitada de los países en desarrollo en dichas consultas y procesos ha determinado que sus intereses y necesidades queden en gran parte desatendidos.

255. Los Jefes de Estado o de Gobierno observaron que la globalización de los mercados de capital y la volatilidad de los flujos de capital, las tasas de interés y los tipos de cambio -que tienen un impacto especialmente adverso en los países en desarrollo- exigen, entre otras cosas, la reforma al sistema monetario y financiero internacional. Destacaron que todo estudio acerca del funcionamiento de dicho sistema y la adopción de toda medida encaminada a su reforma, deben hacerse con la participación de los países en desarrollo. En este contexto, consideraron imperativo hacer un examen intergubernamental completo de las instituciones de Bretton Woods. Se debe hacer un análisis integrado de las normas y funciones del FMI, el Banco Mundial y los bancos regionales, dentro del marco global de las Naciones Unidas. Este estudio debe realizarse sobre una base verdaderamente multilateral y a través de un proceso democrático.

256. Los Jefes de Estado o de Gobierno propiciaron la idea de crear un Grupo Ministerial con participación de ministros de los países en desarrollo y de los países desarrollados para examinar conjuntamente el funcionamiento del sistema monetario y financiero internacional y formular recomendaciones tendientes a su reforma. Esta reforma deberá estar orientada, entre otras cosas, a apoyar las necesidades de los países en desarrollo y a fomentar una mayor interacción y cooperación entre las instituciones de Bretton Woods y el sistema de las Naciones Unidas. Apoyaron asimismo la iniciativa de convocar una conferencia internacional sobre el financiamiento del desarrollo para abordar los problemas relativos a los flujos de capital, la movilización de recursos, las restricciones y los riesgos que encaran los países en desarrollo.

 

Deuda externa

 

257. Los Jefes de Estado o de Gobierno observaron con preocupación que la carga de la deuda y el servicio pendiente de muchos países en desarrollo, especialmente de las naciones con mayor endeudamiento, han aumentado significativamente en el último decenio y están lejos de ser resueltos. La reiterada reestructuración de la deuda de estos países desvía los recursos ya escasos que estarían destinados a atender los problemas de desarrollo económico y de alivio de la pobreza. Lamentaron que, a pesar de algunas medidas adoptadas como parte de los compromisos acordados durante ese período, la mayoría de los países en desarrollo continúe afectada por la crisis de la deuda. Expresaron su profunda preocupación por los efectos negativos de la deuda externa excesiva que socavan la capacidad de los países en desarrollo para generar crecimiento económico y emprender programas de desarrollo.

258. Los Jefes de Estado o de Gobierno manifestaron que la solución al problema de la deuda sólo podrá derivarse de una concertación entre deudores y acreedores que tenga en cuenta todas las dimensiones de este problema y que vaya más allá de adoptar nuevas medidas de alivio, garantizando una transferencia neta de recursos financieros a los países deudores, impulsando de esta manera el crecimiento económico. A tal fin, se debe tratar de asegurar la existencia de un medio económico internacional propicio, mediante el fortalecimiento de la cooperación internacional a través de, entre otras cosas, la mejora del acceso al mercado, la relación de intercambio, el acceso a la tecnología, el sistema monetario y financiero internacional en términos de estabilidad y de mayor liquidez, así como la transferencia de recursos nuevos y adicionales para el desarrollo y el crecimiento económico sostenidos de los países en desarrollo.

259. Los Jefes de Estado o de Gobierno hicieron hincapié en que la aplicación de medidas que puedan poner en peligro la estabilidad política y las posibilidades de desarrollo económico y social de los Países No Alineados y de otros países en desarrollo no constituye alternativa viable a una solución duradera del problema de la deuda. Cualquier enfoque deberá cubrir todos los tipos de deuda, incluida la deuda multilateral, y a todos los países en desarrollo deudores, y contemplar medidas orientadas a un arreglo definitivo que tenga por objeto la reducción de la carga de la deuda a un nivel que permita a dichos países reanudar el desarrollo y el crecimiento económico, mediante una reducción significativa de todas las categorías de la deuda por parte de los grandes grupos de acreedores, incluidos los acreedores multilaterales. Exhortaron a que se apliquen más ampliamente mecanismos que han arrojado resultados positivos, tales como la conversión de deuda en capital, en medidas de protección a la naturaleza y en medidas de desarrollo social, sin perjuicio de una solución más duradera como la reducción y/o la cancelación de la deuda.

260. Los Jefes de Estado o de Gobierno consideraron que para aliviar la carga de la deuda comercial, los países acreedores deberán, entre otras medidas, aumentar los recursos asignados a las instituciones financieras internacionales para la reducción del servicio de la deuda. Destacaron la necesidad de que los países desarrollados acreedores cancelen la deuda bilateral de los países de ingresos bajos muy endeudados, los países menos adelantados y otros países que encaran dificultades especiales. Exhortaron asimismo a los países desarrollados acreedores a que reduzcan sustancialmente la deuda bilateral de los demás países en desarrollo.

261. Los Jefes de Estado o de Gobierno subrayaron la necesidad de que el Club de París continúe aplicando medidas orientadas a reducir la deuda bilateral, incluida la cancelación u otras medidas de alivio, y que amplíe el alcance de esas medidas a los diferentes países en desarrollo e incremente los flujos concesionales de recursos a los países que enfrentan dificultades especiales.

262. Los Jefes de Estado o de Gobierno recomendaron que, con el fin de reducir la deuda multilateral de los Países No Alineados y de otros países en desarrollo, se considere seriamente la posibilidad de utilizar los Derechos Especiales de Giro y las reservas de oro del FMI (sin ningún perjuicio de los países en desarrollo productores de oro) y otras modalidades de reducción de dicho tipo de deuda. Recomendaron además consolidar la asistencia financiera del Fondo Monetario Internacional y su conversión en asistencia financiera de largo plazo en términos concesionales, y reescalonar los préstamos de ajuste estructural del Banco Mundial convirtiéndolos en préstamos de largo plazo y adoptar medidas similares a las aplicadas por el Club de París.

263. Los Jefes de Estado o de Gobierno invitaron a los países desarrollados acreedores a otorgar incentivos a aquellos países que, a un gran costo social y político, siguen cumpliendo sus obligaciones en materia de deuda externa. Señalaron la necesidad de que el problema de la deuda externa de los países en desarrollo de mediano ingreso también sea enfrentado con medidas eficaces de alivio. Manifestaron que, en el caso de la deuda comercial de estos países, deben aplicarse de manera más flexible las medidas contempladas en la iniciativa Brady.

Ciencia y tecnología

 

264. Los Jefes de Estado o de Gobierno expresaron ante todo su sincero agradecimiento a la República de Colombia por la valiosa donación de este país a la Humanidad, de la vacuna colombiana contra la malaria desarrollada por el Profesor Manuel Elkin Patarroyo Murillo y ofrecida a la Organización Mundial de la Salud (OMS) para su distribución y uso en los países en desarrollo. Recalcaron que esta valiosa iniciativa constituye un claro ejemplo de solidaridad y cooperación Sur Sur, que aporta grandes beneficios a los países del Movimiento de los No Alineados y en particular a los pueblos más afectados de Africa al Sur del Sáhara.

265. Los Jefes de Estado o de Gobierno destacaron que el progreso de los países en desarrollo depende de su acceso a la tecnología y del nivel de su capacidad endógena para desarrollarla. Los Países No Alineados y otros países en desarrollo están marginalizados por hallarse impedidos de participar en el proceso de revolución tecnológica. La adquisición de tecnologías y la decisión sobre la escogencia de aquellas que se ajusten a las necesidades particulares es un derecho legítimo de los países en desarrollo. Exhortaron a los países desarrollados a promover y aumentar la transferencia de nuevas tecnologías y conocimientos técnicos a los países en desarrollo. Se debe permitir que los países en desarrollo tengan acceso a los avances tecnológicos esenciales para su desarrollo agrícola e industrial y la competitividad de las exportaciones. No se les debe impedir el acceso a estas tecnologías y su utilización con fines pacíficos y de desarrollo so pretexto de que tienen doble aplicación.

266. Los Jefes de Estado o de Gobierno adscribieron especial importancia a la transferencia de tecnologías ambientalmente sanas y seguras. Consideraron que las negociaciones en este sentido deberán orientarse a garantizar la adquisición de tecnologías nuevas, en términos preferenciales y concesionarios, acompañada del fortalecimiento de la capacidad de los países en desarrollo para su plena utilización.

267. Los Jefes de Estado o de Gobierno destacaron la necesidad de promover la cooperación tecnológica mediante nuevos mecanismos de asociación entre países proveedores y consumidores, mejorar la capacidad endógena para impulsar el desarrollo científico y facilitar el acceso de pequeñas y medianas empresas al desarrollo de la tecnología. Recomendaron la adopción de medidas para facilitar el acceso a tecnologías de propiedad pública y fortalecer los mecanismos de las Naciones Unidas, en particular la UNCTAD, con el fin de que pueda cumplir satisfactoriamente sus mandatos en estas materias. Subrayaron que la transferencia de tecnología no puede dejarse solamente en manos del mercado o del sector privado. El Estado debe desempeñar un papel importante en la promoción de la cooperación internacional en esta área.

268. Los Jefes de Estado o de Gobierno manifestaron su preocupación ante las medidas tendientes a obstaculizar, con fines políticos, la transferencia de tecnología hacia los países en desarrollo. Los controles impuestos por países altamente industrializados sobre las exportaciones de tecnologías de doble aplicación y otros tipos de tecnología delicada no deben utilizarse para impedir el exceso de los países en desarrollo a la tecnología para fines pacíficos o de desarrollo. Recalcaron que sólo los países en desarrollo están en condiciones de decidir el tipo de tecnologías que mejor se adapten a su dotación de recursos y a sus necesidades.

269. Los Jefes de Estado o de Gobierno subrayaron que la aplicación de los procedimientos de protección a los derechos de propiedad intelectual debe tener en cuenta las necesidades de los países en desarrollo de forma tal que no afecte adversamente los intereses financieros, comerciales, tecnológicos y de desarrollo de nuestros países. Expresaron que la protección de la propiedad intelectual debe ser complementada con acciones dirigidas a estimular la creación de nuevas tecnologías endógenas y emergentes en condiciones favorables.

270. Los Jefes de Estado o de Gobierno instaron a poner cabalmente en práctica el Programa de Acción de Viena sobre Ciencia y Tecnología para el Desarrollo y exhortaron a todos los países, especialmente a los países desarrollados, así como a las instituciones internacionales, a examinar medidas para vigorizar el Sistema de Financiamiento de las Naciones Unidas para la Ciencia y la Tecnología para el Desarrollo, según lo previsto en el Programa de Acción de Viena. En este contexto, también destacaron el importante papel que desempeña la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Ciencia y Tecnología para el Desarrollo e instaron a su fortalecimiento.

271. Los Jefes de Estado o de Gobierno reconocieron también la necesidad de apoyar más aún los esfuerzos de los países en desarrollo en materia de ciencia y tecnología, a través, entre otras medidas, de las instituciones financieras multilaterales, la transferencia de tecnología entre empresas pequeñas y medianas de los países en desarrollo y de los países desarrollados, los flujos de inversión extranjera directa y el fortalecimiento de los sistemas de información referentes a tecnologías cónsonas con el medio ambiente.

 

Industrialización

 

272. Los Jefes de Estado o de Gobierno coincidieron en que la industrialización sigue siendo un componente esencial del desarrollo económico y que, en la economía globalizada de hoy, el éxito económico es sinónimo de la competitividad industrial y tecnológica. Consideraron que la relevancia y significación de la ONUDI reside en que siga prestando a sus miembros servicios que se consideren esenciales para su desarrollo industrial. Su singular capacidad para hacer análisis imparciales e independientes de los problemas mundiales, regionales, nacionales y sectoriales que afectan el desarrollo industrial constituye una fuente de información y asesoría de incalculable valor para los gobiernos. Su caudal de información sobre tecnologías y procesos industriales es un activo valioso para la labor de establecimiento y modernización de fábricas en los países en desarrollo.

273. Los Jefes de Estado o de Gobierno expresaron su satisfacción ante los esfuerzos constantes de la ONUDI por concentrar sus recursos y actividades en los problemas que revisten prioridad para los países en desarrollo, por ejemplo, abordar las necesidades de los pobres -como oportunidades de empleo y reducción de la pobreza mediante el desarrollo industrial-; promover el desarrollo industrial ecológicamente sostenible mediante una producción limpia y segura y eficiencia energética; mejorar la competitividad de las industrias de los países en desarrollo a nivel internacional en el marco de la liberalización del comercio y la globalización de la producción y los flujos de capital; capacitar los recursos humanos con miras al crecimiento industrial sostenido, y promover la cooperación internacional en materia de inversiones industriales y tecnología.

274. Los Jefes de Estado o de Gobierno reconocieron la necesidad, a la luz de la crítica situación actual de la Organización, de apoyar el mandato y la existencia de la ONUDI y que el proceso de reestructuración de la misma se lleve a cabo de manera tal que no comprometa los programas referentes a los países en desarrollo en los niveles nacional y regional. Conscientes de los nuevos apremios financieros que afectan el presupuesto ordinario de la Organización, hicieron un llamado a los países desarrollados para que cumplan con sus obligaciones a ese respecto. Igualmente, se comprometieron a asumir su parte de responsabilidad en su calidad de contribuyentes. Instaron a todos los Países No Alineados miembros de la ONUDI a participar activamente en la Conferencia General de dicho organismo (Viena, diciembre de 1995) y contribuir positivamente a la adaptación viable de sus programas de dotación de personal y de presupuesto.

 

Alimentación y agricultura

 

275. Los Jefes de Estado o de Gobierno expresaron su profunda preocupación por el deterioro de la situación mundial en materia de alimentación y agricultura en los países en desarrollo. Consideraron su deber el conceder alta prioridad en la agenda internacional a la solución de los problemas de alimentación y agricultura, y propugnar por que los países miembros del Movimiento adopten medidas de cooperación para coadyuvar a la solución de los problemas del hambre en el mundo. Afirmaron que lograr obtener una seguridad alimentaria debe ser un objetivo fundamental del desarrollo. Encontraron paradójico que a pesar del incremento sustancial registrado en la producción mundial de alimentos, el número de personas afectadas por el hambre y la desnutrición haya aumentado abrumadoramente en los últimos años. La nueva situación mundial ofrece la oportunidad de manejar los recursos en forma más productiva para lograr la seguridad alimentaria, en particular la de los más pobres y vulnerables. En tal sentido, instaron a los países en desarrollo a prestar su apoyo a la elaboración, por parte de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), del código de conducta para la pesca responsable, con miras a preservar los recursos y administrar y desarrollar recurso bioacuáticos, tomando sobre la base de la preservación de los ecosistemas y la biodiversidad. Hicieron un llamado a la FAO, otros organismos especializados pertinentes de las Naciones Unidas y a las instituciones financieras multilaterales a conceder a los Países No Alineados y a otros países en desarrollo asistencia prioritaria para fortalecer sus programas de seguridad alimentaria.

276. Los Jefes de Estado o de Gobierno reafirmaron que el derecho a la alimentación es un derecho humano fundamental y que su promoción constituye un imperativo moral por parte de la comunidad internacional. Por lo tanto, rechazaron enfáticamente el uso de los alimentos como instrumento de presión económica o política.

277. Los Jefes de Estado o de Gobierno pusieron de presente que a pesar de los avances registrados al culminar la Ronda Uruguay, los acuerdos sobre agricultura tan solo conducirán a una liberalización parcial del comercio y que, aún después de su plena aplicación, persistirán serias distorsiones en los mercados de productos agrícolas. Manifestaron su profunda preocupación ante los efectos negativos de estos acuerdos sobre los países menos adelantados y las naciones importadores netas de alimentos. Por consiguiente, consideraron necesario emprender estudios en torno al impacto del nuevo sistema multilateral de intercambio sobre la oferta de alimentos y sus posibles consecuencias sobre la seguridad alimentaria, particularmente en los países en desarrollo.

278. Los Jefes de Estado o de Gobierno apoyaron decididamente la convocatoria de una Cumbre Mundial sobre Alimentación para promover la cooperación internacional en este campo y formular un programa de acción sobre seguridad alimentaria. Afirmaron que el Movimiento deberá mantener una posición conjunta frente a esta iniciativa, para lo cual los Ministros de Agricultura de los países miembros deberán actuar coordinadamente en el marco de la Cumbre y en su proceso preparatorio.

 

Medio ambiente y desarrollo

 

279. Los Jefes de Estado o de Gobierno reafirmaron que el desarrollo económico y social constituye una prioridad y un derecho fundamental de los países. El desarrollo sostenible debe ser por tanto examinado dentro del contexto más amplio del crecimiento económico sostenido. Los Estados tienen el derecho soberano de explotar sus recursos con arreglo a sus propias políticas ambientales y de desarrollo.

280. La protección ambiental el crecimiento económico sostenido y el desarrollo sostenible requieren de la cooperación internacional, basado en el principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas. Los Jefes de Estado o de Gobierno pusieron de relieve que, mientras los problemas ambientales de los países desarrollados están asociados a patrones insostenibles de consumo y producción, los que aquejan a los países en desarrollo son en gran medida secuelas de la pobreza y del subdesarrollo y de sus limitaciones técnicas y financieras. Por lo tanto, afirmaron que la protección del medio ambiente y el crecimiento económico deben reforzarse mutuamente. Si bien la Declaración de Río de Janeiro, la Agenda 21 y otros instrumentos internacionales sobre temas ambientales dan fe de un nuevo espíritu de asociación y de cooperación en materia ambiental, los Jefes de Estado o de Gobierno mostraron su preocupación por el hecho de que, tres años después de haberse celebrado la Cumbre de la Tierra, no se hayan asignado aún los recursos necesarios para que esos compromisos se hagan realidad.

281. Los Jefes de Estado o de Gobierno se comprometieron a efectuar los preparativos, en plena colaboración con el Grupo de los 77, para el período extraordinario de sesiones de la Asamblea General para examinar el cumplimiento de los compromisos, las recomendaciones y los acuerdos del Programa de Acción de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo programado para 1997.

282. Los Jefes de Estado o de Gobierno acogieron con beneplácito la celebración de la Primera Conferencia de las Partes del Convenio Marco sobre el Cambio Climático y de la Primera Conferencia de las Partes en el Convenio sobre la Biodiversidad. Expresaron su agradecimiento al Gobierno de Indonesia por acoger, en calidad de anfitrión, la Segunda Conferencia sobre la Biodiversidad, a celebrarse en Yakarta del 6 al 17 de noviembre de 1995, e instaron a los Países Miembros a que participen activamente. Exhortaron también a todos los Países Miembros a que apoyen la adopción de un protocolo sobre bioseguridad en el marco del Convenio sobre Biodiversidad.

283. Los Jefes de Estado o de Gobierno observaron con satisfacción la conclusión, en junio de 1994, de las negociaciones relativas al Convenio Internacional de Lucha contra la Desertificación, en Aquellos Países con Serios Problemas de Sequía y/o Desertificación, particularmente en Africa, así como la decisión de la Asamblea General de declarar el 17 de junio el Día Mundial de Lucha contra la Desertificación. Además, exhortaron a la comunidad internacional a tomar medidas tendientes a la aplicación cabal y efectiva de este Convenio y sus anexos regionales, así como la adopción de una resolución sobre medidas urgentes para Africa, sobre todo mediante la provisión de recursos financieros nuevos y adicionales, y a participar activamente en el primer período de sesiones de la Conferencia de las Partes que tendrá lugar en junio de 1997. Hicieron un llamado a los países signatarios que aún no lo hayan hecho, a adherir o ratificar el Convenio con miras a su pronta aplicación.

284. Los Jefes de Estado o de Gobierno apoyaron las decisiones adoptadas en el marco del Convenio de Basilea de prohibir, para fines de 1997, todos los movimientos transfronterizos de desechos peligrosos provenientes de países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) hacia terceros países y urgieron su estricta y severa aplicación. Declararon que los países pobres no deberán convertirse en depositarios de los desechos tóxicos generados por los patrones insostenibles de producción y consumo de los países miembros de la citada Organización.

285. Los Jefes de Estado o de Gobierno exhortaron a la comunidad internacional, en particular a los países desarrollados, a adoptar las acciones necesarias para aplicar la Agenda 21, mediante la asignación de recursos financieros nuevos y adicionales y la adopción de medidas que permitan, a través de la cooperación científica y técnica y de la apropiada difusión de información, la transferencia de tecnologías ambientalmente racionales en condiciones concesionarias y preferenciales.

286. Los Jefes de Estado o de Gobierno observaron con particular atención los acontecimientos vinculados con la reestructuración del Fondo para el Medio Ambiente Mundial. Consideraron que los recursos asignados a este mecanismo deben incrementarse significativamente, con el fin de asegurar la plena realización de sus objetivos. Resaltaron la necesidad de que las decisiones del Fondo se tomen en forma transparente y democrática. Se comprometieron a continuar reforzando la participación conjunta de los países en desarrollo en las actividades del Fondo, para salvaguardar así sus intereses comunes, tanto en la orientación de las políticas de ese mecanismo como en la asignación de los recursos financieros.

287. Los Jefes de Estado o de Gobierno afirmaron que el Fondo para el Medio Ambiente Mundial no debe constituirse en el único mecanismo para el financiamiento del desarrollo sostenible y pusieron de presente la necesidad de insistir en la identificación de otras fuentes de recursos financieros nuevos y adicionales.

288. Los Jefes de Estado o de Gobierno expresaron su preocupación por el hecho de que los países desarrollados, ya sea directamente o a través de instituciones internacionales, recurren a pretextos ambientales para aumentar los obstáculos al comercio, intervenir en los asuntos internos de los países en desarrollo e imponer condicionalidades a la asistencia oficial y al financiamiento del desarrollo, mientras que sus patrones insostenibles de producción y consumo continúan afectando severamente el medio ambiente. Enfatizaron que, en ningún caso, la adopción de medidas unilaterales que bajo estos pretextos restringen el comercio internacional contribuye a la conservación del medio ambiente; por el contrario, debilita gravemente el sistema multilateral de comercio.

289. Los Jefes de Estado o de Gobierno resaltaron la importancia de la biodiversidad como una riqueza estratégica de los países en desarrollo, tanto por sus valores actuales como potenciales, y coincidieron en afirmar que su adecuado manejo y conservación son fundamentales para el desarrollo sostenible, especialmente en las áreas primordiales para las economías nacionales de los países, como son el aprovechamiento forestal, la agricultura, la pesca, la salud, la industria y el turismo. Reconocieron que el Gobierno de Guyana donó un millón de acres de selva tropical virgen para la investigación científica internacional, que será propiedad de toda la comunidad mundial.

290. A este efecto, los Jefes de Estado o de Gobierno exhortaron a los Miembros de nuestro Movimiento a trabajar en favor de la puesta en práctica de los resultados de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre la Conservación y el Manejo de las Poblaciones Compartidas y Altamente Migratorias.

291. Los Jefes de Estado o de Gobierno subrayaron la importancia de la tecnología aplicada a la biodiversidad, como instrumento necesario para obtener los beneficios derivados de los incrementos de productividad en la agricultura o de productos nuevos y mejores, de manera que se constituyan en fuente de seguridad económica y alimentaria para las generaciones futuras. Encontraron primordial lograr el desarrollo de un marco adecuado que permita garantizar a los países proveedores de recursos genéticos una participación justa y equitativa en los proyectos de investigación y desarrollo, y en los resultados y beneficios que se deriven de este proceso.

292. Los Jefes de Estado o de Gobierno subrayaron que de acuerdo con el Convenio sobre Biodiversidad Biológica, Transferencia de Tecnología y los esfuerzos dirigidos a establecer un sistema internacional para la protección de los derechos de propiedad intelectual, incluidos aquéllos relacionados con bienes y procesos, deben garantizar una distribución equitativa de los beneficios provenientes del uso de los recursos genéticos. En este sentido, recordaron que los países en desarrollo son propietarios de la mayor proporción de la diversidad biológica del planeta. Los Jefes de Estado o de Gobierno enfatizaron también que las reglas y los hábitos de las comunidades locales deben ser respetados e incorporados dentro de las normas del derecho de propiedad intelectual. El acceso a los mercados no debe constituir un mecanismo para la imposición de dichas normas.

293. Los Jefes de Estado o de Gobierno observaron que debido, entre otras cosas, a la falta de suficiente infraestructura para la prevención, la preparación, la mitigación y el socorro en caso de desastres, los países en desarrollo seguirán siendo las principales víctimas de los desastres naturales. Recomendaron que los Países No Alineados apliquen la Estrategia de Yokohama para un Mundo más Seguro e intensifiquen la cooperación recíproca en el área. Asimismo señalaron que el progreso en el desarrollo económico contribuiría a crear la infraestructura necesaria para reducir los efectos de los desastres naturales en los países en desarrollo, y que los recursos concesionales, junto con la transferencia de tecnología son fundamentales para fortalecer sus esfuerzos en este respecto.

294. Los Jefes de Estado o de Gobierno reconocieron que el problema del agua en el mundo es de carácter estratégico y global. Las reservas hídricas del mundo están disminuyendo constantemente mientras los requerimientos humanos de este líquido crecen enormemente. De no corregirse esa situación, la escasez aguda de recursos hídricos y agua potable podría convertirse en la causa de conmociones sociales y conflictos internacionales. En este contexto, es necesario que las organizaciones internacionales competentes, particularmente la Organización Internacional de Energía Atómica (OIEA), intensifiquen sus esfuerzos por movilizar y generalizar el uso de técnicas apropiadas, tales como tratamiento de aguas servidas y desalinización del agua de mar en las condiciones económicas mas competitivas. En el ámbito de la cooperación internacional, el problema del agua debe ser objeto de gran prioridad, igualmente deben asignarse recursos suficientes para el proceso de elaboración de los programas y presupuestos de las organizaciones internacionales interesadas.

 

Cooperación Sur-Sur

 

295. Los Jefes de Estado o de Gobierno reiteraron que la Cooperación Sur-Sur es un mecanismo esencial para fomentar el desarrollo y el crecimiento económico acelerados, imprimir un mayor dinamismo a la economía internacional y promover la reestructuración de las relaciones económicas internacionales. La Cooperación Sur-Sur brinda nuevas oportunidades para la expansión del comercio y las inversiones, el acceso a recursos financieros, la transferencia de tecnologías, el desarrollo de los recursos humanos y otras formas de cooperación económica, técnica y científica. Aseveraron que sólo el cultivo de un espíritu de autosuficiencia colectiva y la adopción de estrategias comunes les permitirá aplicar con eficacia programas socioeconómicos basados en sus propias iniciativas políticas. Por lo tanto, reafirmaron firmemente su compromiso de intensificar la cooperación Sur-Sur con miras a lograr mayor autosuficiencia colectiva de los países en desarrollo.

296. Los Jefes de Estado o de Gobierno manifestaron su satisfacción por los logros alcanzados en materia de cooperación e integración bilateral subregional y regional entre los países del Movimiento. El nuevo ímpetu de la cooperación y de la integración, sumado a la creación y al fortalecimiento de organizaciones e instituciones subregionales y regionales, contribuirá a construir una plataforma más sólida de negociación y de diálogo con los países desarrollados. Observaron, sin embargo, que las posibilidades y el potencial de la Cooperación Sur-Sur distan mucho de haberse aprovechado plenamente.

297. Los Jefes de Estado o de Gobierno acogieron con beneplácito la aprobación por consenso de la Resolución 49/96 de la Asamblea General de las Naciones Unidas, copatrocinada por el Movimiento de Países No Alineados y el Grupo de los 77, en la cual se propone convocar a una conferencia de las Naciones Unidas sobre Cooperación Sur-Sur, y expresaron su firme respaldo para que la Conferencia se celebre, a más tardar, en 1997. Exhortaron al Comité Conjunto de Coordinación (CCC) del Movimiento de Países No Alineados y del Grupo de los 77 a preparar un proyecto de programa de acción que sirva de base de negociación en la Conferencia.

298. Los Jefes de Estado o de Gobierno acogieron con beneplácito la adopción de "Las Nuevas Directrices para la CTPD" por parte de la Reunión de Alto Nivel sobre Cooperación Técnica entre Países en Desarrollo (CTPD) en su noveno período de sesiones llevado a cabo en junio de 1995, en respuesta a la Resolución 49/96 de la Asamblea General. En las nuevas directrices se exhorta a la reorientación de la CTPD con el fin de que se pueda concentrar en las iniciativas estratégicas que tengan un impacto importante en el desarrollo de un gran número de países en desarrollo. Al hacerlo, habría que concentrarse en importantes temas de desarrollo, tales como el comercio y la inversión, la deuda, el medio ambiente, la atenuación de la pobreza, la producción y el empleo, así como la coordinación y el manejo macroeconómicos. Acordaron que los vínculos operativos entre la CTPD y la Cooperación Económica entre Países en Desarrollo (CEPD) constituyen un elemento central para la exitosa adaptación de "Las Nuevas Directrices para la CTPD". En tal sentido, hicieron un llamado al Comité Conjunto de Coordinación del Movimiento de Países No Alineados y del Grupo de los 77 a formular recomendaciones, con insumos del Centro Sur, para la instrumentación de "Las Nuevas Directrices para la CTPD".

299. Con el fin de facilitar e intensificar la promoción de los programas y proyectos Sur-Sur, los Jefes de Estado o de Gobierno reiteraron su convicción de que deben explorarse y aplicarse intensamente enfoques evolutivos y tripartitas, cuya eficacia ya ha sido demostrada. También hicieron hincapié en que al promover esos programas y proyectos, se deberían considerar el apoyo y la asistencia que podrían prestar los países desarrollados y las instituciones multilaterales pertinentes, incluido el suministro de recursos financieros con arreglo a los objetivos de la cooperación Sur-Sur.

300. Los Jefes de Estado o de Gobierno expresaron su respaldo a la decisión de imprimir un nuevo ímpetu al Programa de Acción sobre Cooperación Económica (PACE) del Movimiento de Países No Alineados. Las actividades adelantadas en el marco del mismo se han visto afectadas por la escasez de recursos financieros y la pérdida de Interés de los países miembros. Consideraron necesario establecer prioridades, orientar las acciones hacia objetivos más definidos, fijar plazos puntuales para la ejecución de los proyectos y simplificar sus actividades. Coincidieron en que las instituciones y mecanismos creados por el Programa son particularmente importantes y por ello merecen todo su apoyo. Además, pusieron de manifiesto la necesidad de que se establezcan vínculos sólidos y eficaces entre estas instituciones y mecanismos, con el fin de facilitar el establecimiento de redes efectivas para el intercambio de información mediante, entre otras medidas, ejercicios comparativos de las capacidades y necesidades de los países en desarrollo en materia de asistencia técnica e intercambio de experiencias.

301. Los Jefes de Estado o de Gobierno subrayaron la necesidad de ampliar el comercio entre los Países No Alineados. El sistema global de preferencias comerciales (SGPC) entre países en desarrollo constituye un medio importante para promover y ampliar el comercio mutuo. Los Jefes de Estado o de Gobierno instaron a los países que aún no hayan firmado o ratificado el acuerdo que ampara dichas preferencias a que lo hagan lo antes posible, e invitaron a otros países en desarrollo a adherirse a él. Urgieron la finalización de la segunda ronda de negociaciones del sistema de preferencias. Tomaron nota con reconocimiento del ofrecimiento de la República de Cuba de servir como anfitrión de la Reunión Ministerial del Comité de Negociación, una va terminada la ronda.

302. Los Jefes de Estado o de Gobierno indicaron que para aprovechar plenamente las preferencias del sistema generalizado y lograr una mayor participación en los mercados, los países en desarrollo deberán modernizar y hacer más competitivos sus sectores productivos. Es conveniente, además, que sus bancos centrales, sus ministerios de finanzas y sus instituciones financieras busquen una mayor interacción con el fin de promover el comercio y otras actividades de cooperación económica Sur-Sur, en particular lo tocante a nuevas formas de financiamiento del comercio y al fortalecimiento de los arreglos de pagos bilaterales y multilaterales entre dichos países.

303. Al reconocer la evolución de las capacidades financieras de algunos países en desarrollo, los Jefes de Estado o de Gobierno señalaron la necesidad de promover, mediante la conclusión de acuerdos laterales y multilaterales estipulados en términos favorables y competitivos, los flujos de inversión directa entre países en desarrollo, lo que a su vez generarla mayores mercados en los ámbitos bilateral, subregional, regional e interregional.

304. Los Jefes de Estado o de Gobierno manifestaron su convicción de que la cooperación e integración económica regional y subregional puede desempeñar un importante papel en la promoción de la cooperación Norte-Sur y Sur-Sur y contribuir a la paz y seguridad mundiales. Invitaron a la comunidad internacional a prestar su total apoyo a los esfuerzos de los países en desarrollo dirigidos a incrementar la cooperación regional y subregional, y a profundizar el desarrollo. En tal contexto, tomaron nota de la venidera Conferencia Cumbre Económica, a celebrarse en Amman del 30 de octubre al 1° de noviembre de 1995, y manifestaron su esperanza de que esta cumbre contribuya a la promoción de la cooperación económica regional e interregional en el Medio Oriente y Africa del Norte, de conformidad con la reunión de la Cumbre de Casa Blanca de octubre de 1994.

305. Los Jefes de Estado o de Gobierno expresaron su satisfacción por el éxito de la Reunión Ministerial de Países No Alineados sobre Deuda y Desarrollo: Intercambio de Experiencias, celebrada en Yakarta en agosto de 1994. Reconocieron que el poder de negociación de los países afectados por la deuda podría reforzarse considerablemente si estuvieren en capacidad de cooperar en los diversos aspectos del problema de la deuda. Con este fin, acordaron continuar realizando reuniones, como la celebrada en Yakarta, para examinar periódicamente la situación de la deuda e intercambiar puntos de vista y experiencias y adoptar una posición común; fortalecer la cooperación técnica entre los países en desarrollo en materia de gestión de la deuda y técnicas de negociación; y mejorar los convenios de cooperación bilaterales que se celebran entre estos países en el ámbito de la deuda y el desarrollo.

306. Los Jefes de Estado o de Gobierno destacaron la importancia de la cooperación Sur-Sur en el campo de la ciencia y la tecnología, expresaron su satisfacción por la adopción del programa ampliado de cooperación por parte del Centro de Ciencia y Tecnología de los Países No Alineados y señalaron que en cumplimiento del mismo y con miras a su aplicación se realizaron varias reuniones, talleres, programas de capacitación y proyectos de colaboración y se publicaron trabajos en esferas prioritarios, como la teleobservación para la agricultura, la lucha contra la malaria y el cultivo comercial de tejidos y biotecnología, telecomunicaciones rurales, tecnologías para la pequeña y mediana empresa y técnicas de reemplazo de las sustancias que agotan la capa de ozono. Sin embargo, pusieron de relieve que el Centro de Ciencia y Tecnología del Movimiento de Países No Alineados necesita un nivel suficiente de compromiso y de contribuciones financieras para poder desempeñar adecuadamente su papel y sus funciones. Por lo tanto, instaron a los Países No Alineados y a otros Países en desarrollo que aún no lo hayan hecho, a suscribir el Estatuto del Centro y a efectuar aportes en calidad de miembros.

307. Los Jefes de Estado o Gobierno indicaron que el establecimiento de centros regionales de ciencia y tecnología y la creación de una red entre las instituciones especializadas de los países en desarrollo pueden dar nuevo impulso a la cooperación tecnológica Sur-Sur. En este contexto estiman que es recomendable convocar una reunión de expertos en ciencia y tecnología para intercambiar experiencias e identificar las recomendaciones que deben hacerse a los miembros del Movimiento. Pusieron de relieve la importancia de apoyar los acuerdos existentes entre países en desarrollo para el intercambio de información y experiencias en el campo de la biotecnología e instaron a otros países en desarrollo a sumarse a esas iniciativas.

308. Los Jefes de Estado o de Gobierno manifestaron su satisfacción por la creación de la Comisión de Ciencia y Tecnología (COMSTEC) como resultado de las primeras reuniones de expertos de varios países en desarrollo en Islamabad en octubre de 1994. La Comisión ayudaría a ampliar el sistema de red de cooperación Sur-Sur en el campo de la ciencia y la tecnología.

309. Los Jefes de Estado o de Gobierno se mostraron complacidos con los resultados de la Conferencia de Ministros de Alimentación y Agricultura del Movimiento de Países No Alineados sobre Seguridad Alimentaria que se celebró en Ball, Indonesia del 7 al 11 de octubre de 1994. Señalaron que la Conferencia analizó la magnitud de la escasez de alimentos, así como los indicadores futuros sobre la escasez continua de productos alimenticios, y definió las soluciones para este problema, las cuales dependen sobre todo de la movilización de una acción colectiva con miras a utilizar los recursos inexplotados en aquellos Países No Alineados que poseen un elevado potencial de producción de alimentos. Al respecto, subrayaron la necesidad de intensificar la aplicación de la Declaración de Ball y el Programa de Acción sobre Seguridad Alimentaria del Movimiento de Países No Alineados y de otros países en desarrollo, que fue aprobada en la Conferencia.

310. Los Jefes de Estado o de Gobierno resaltaron que la información y las comunicaciones constituyen un medio esencial para la ejecución eficaz de los proyectos y programas de Cooperación Sur-Sur. Se comprometieron a facilitar la ampliación y el afianzamiento de los vínculos entre los países en desarrollo en estas áreas, mediante la promoción de la cooperación entre los respectivos centros de intercambio de datos y en particular a través del Centro del Sur de Intercambio de Datos sobre Inversión, Comercio y Tecnología (SITTDEC) con sede en Kuala Lumpur para fomentar el comercio, la inversión y las redes de cooperación.

311. Los Jefes de Estado o de Gobierno reafirmaron su compromiso con la cooperación Sur-Sur en el campo de la información y la comunicación sobre la base del principio de autoconfianza colectiva. Exhortaron a la habilitación de las funciones y el papel del Pool de Agencias Noticiosas No Alineadas (NANAP) y de las Organizaciones Transmisoras de los Países No Alineados (BONAC), así como la aceleración de la puesta en marcha de los Nuevos Centros de Información Internacional recomendados por COMINAC-IV.

312. Los Jefes de Estado o de Gobierno pusieron de relieve que la Cooperación Técnica entre Países en Desarrollo (CTPD) es un catalizador importante para el proceso de desarrollo. En este contexto, apoyaron los resultados y las recomendaciones de la Reunión Conjunta de Expertos y de las Personas Encargadas de Formular Decisiones sobre la Estrategia de Crecimiento Autoimpulsado (SPS) realizada en Yakarta, Indonesia, del 12 al 15 de junio de 1995. Encontraron indispensable promover y fortalecer los programas de CTPD para fomentar el intercambio sistemático de información y de experiencias en materia de desarrollo, así como el financiamiento y el apoyo técnico provenientes de los países donantes y de las organizaciones internacionales.

313. Los Jefes de Estado o de Gobierno dieron su respaldo a la creación del Centro para la Cooperación Técnica Sur-Sur en Indonesia, como uno de los medios vitales y eficaces para fomentar y acelerar el desarrollo en los países en desarrollo. Manifestaron asimismo que el Centro es un ente complementario de los centros existentes en el Movimiento de Países No Alineados y forma parte integral de los esfuerzos del Movimiento para consolidar la cooperación Sur-Sur. Reafirmaron que el país anfitrión del Centro debe mantener los convenios financieros vigentes de la CTPD en calidad de modelo de financiamiento operativo del Centro y urgieron a los países en desarrollo y a los países desarrollados, así como a las organizaciones multilaterales e internacionales, a que aprovechen los servidos que ofrece el Centro.

314. Los Jefes de Estado o de Gobierno destacaron la importancia de una mayor cooperación entre los países del Movimiento en los campos de la educación y la capacitación, factores claves para el desarrollo económico y social. Se comprometieron a promover los programas de becas y de intercambio estudiantil y a fomentar la creación de centros de excelencia en los países en desarrollo.

315. Los Jefes de Estado o de Gobierno solicitaron convocar, para 1996, una conferencia de los Ministros de Cultura de los Estados Miembros con miras a fomentar la cooperación entre ellos. Hicieron hincapié en la necesidad de fortalecer aún más la cooperación de los Países No Alineados y de otros países en desarrollo en las áreas de la cultura, y en este sentido acogieron la propuesta de realizar el Quinto Festival de Cine de los Países No Alineados y de otros países en desarrollo por parte del Gobierno de la República Democrática Popular de Corea, en Pyongyang, en septiembre de 1996, de acuerdo con el programa de acción en las áreas de educación y cultura.

316. Los Jefes de Estado o de Gobierno expresaron su satisfacción por los resultados de la Quinta Conferencia de Ministros de Trabajo de Países No Alineados y otros Países en Desarrollo celebrada a comienzos de 1995 en Nueva Delhi, en particular la decisión de emprender programas de cooperación entre países en desarrollo en diversas esferas socioeconómicas que tienen implicaciones en la mano de obra y el empleo. Apoyaron la resolución de los Ministros para movilizar y aunar las capacidades de los países en desarrollo en las áreas de cooperación identificadas en la Declaración de Delhi y en el Proyecto de Programa de Acción.

317. Los Jefes de Estado o de Gobierno acogieron con Interés la iniciativa presentada en el marco de la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo celebrada en El Cairo, denominada "Socios en materia de población y desarrollo: Una iniciativa Sur-Sur" y los progresos realizados en este campo. Consideraron fundamental que todos los países se sumen a ella, y que los Países No Alineados y otros países en desarrollo mantengan una coordinación eficaz en el proceso de aplicación de los acuerdos alcanzados en la Conferencia. Prometieron fomentar el intercambio de información y de experiencias en lo relativo a métodos, técnicas y modalidades de ejecución de políticas y programas de población.

318. Los Jefes de Estado o de Gobierno se comprometieron a buscar una mayor y más eficaz movilización de los sectores empresariales de los Países No Alineados, con el fin de aprovechar sus capacidades financieras, administrativas y tecnológicas en la promoción del comercio, las inversiones y otras formas de Cooperación Sur-Sur. A tal fin, brindarán las facilidades, el apoyo y los estímulos necesarios para fomentar la cooperación directa entre los círculos empresariales ya mencionados, mediante la celebración de seminarios, ruedas de negocios y la promoción de empresas mixtas y de otras actividades de cooperación industrial.

319. Los jefes de Estado o de Gobierno recomendaron armonizar, consolidar e integrar en las áreas en que resultaré posible, el Programa de Acción de Caracas del Grupo de los 77 y el Programa de Acción sobre Cooperación Económica del Movimiento de Países No Alineados, con el objeto de aprovechar plenamente las actividades complementarias, lograr mayor eficiencia y evitar la duplicación de esfuerzos. Estimaron que el Comité Conjunto de Coordinación entre el Movimiento de Países No Alineados y el Grupo de los 77 debe desempeñar un papel vital en tal sentido.

320. Los Jefes de Estado o de Gobierno observaron con satisfacción los avances registrados en la adopción de los Términos de Referencia y la puesta en operación del Comité Conjunto de Coordinación (CCC) y destacaron la necesidad de consolidarlo como un medio para fortalecer la coordinación y la cooperación entre el Movimiento de Países No Alineados y el Grupo de los 77 con el fin de promover los intereses y las posiciones de los países en desarrollo en las distintas negociaciones y foros internacionales. Acogieron complacidos el progreso logrado por el CCC en la consecución de los intereses de los países en desarrollo reflejados en el documento conjunto entregado por los Presidentes del Buró de Coordinación del Movimiento de Países No Alineados y del Grupo de los 77, como co-Presidentes del CCC, el cual incluye el Mensaje del Presidente del Movimiento de Países No Alineados al Presidente de la Cumbre del Grupo de los 7 realizada en Halifax, así como los esfuerzos conjuntos realizados para consolidar el sistema de las Naciones Unidas durante el 49 período de sesiones de la Asamblea General. Recalcaron que la reunión del Comité será abierta, según sea el caso, con el fin de permitir una mayor participación por parte de todos los miembros del movimiento, así como de los miembros del Grupo de los 77. Consideraron necesario establecer una coordinación similar entre el Movimiento de Países No Alineados y el Grupo de los 77 con respecto a las actividades de las Naciones Unidas fuera de Nueva York en el campo del desarrollo y de la cooperación internacional, con el fin de reforzarla solidaridad y cooperación entre los países en desarrollo.

321. Los Jefes de Estado o de Gobierno recomendaron la realización de una Reunión Ministerial de Países No Alineados y de otros países en desarrollo sobre Cooperación Sur-Sur. Invitaron también a las agrupaciones y los organismos de integración y cooperación de los países en desarrollo a reunirse en un futuro próximo con el propósito de intercambiar experiencias, explorar nuevos esquemas de cooperación y formular las propuestas respectivas con miras a la Reunión Ministerial.

322. Los Jefes de Estado o de Gobierno reconocieron la importancia del papel y de las actividades del Centro del Sur y recalcaron su compromiso para apoyar plenamente a este Centro con el fin de que pueda desempeñar sus tareas y mandatos de manera eficaz. En este sentido acogieron la entrada en vigencia del Acuerdo para crear el Centro e Invitaron a los Países No Alineados y a otros países en desarrollo que aún no lo hayan hecho a suscribir el Acuerdo. Asimismo, expresaron su satisfacción por los resultados positivos de la Primera Sesión de los representantes del Consejo del Centro del Sur para consolidar más aún la relación y la cooperación con el Movimiento de Países No Alineados. Invitaron a los Países No Alineados y a otros países en desarrollo a estudiar la posibilidad de contribuir a su fondo de capital con miras a asegurar el autofinanciamiento del Centro.

323. Los Jefes de Estado o de Gobierno Invitaron al Centro del Sur a según contribuyendo al diseño y la formulación de las posiciones y opiniones de los países en desarrollo en tomo a diversos temas mundiales en materia de economía, desarrollo, política y estrategias para las diversas reuniones y conferencias, especialmente las que se celebran bajo los auspicios de las Naciones Unidas.

 

Información y comunicación

 

324. Los Jefes de Estado o de Gobierno manifestaron su beneplácito ante los resultados de la IV Conferencia de Ministros de Información y Comunicaciones de los Países No Alineados (COMINAC-IV), celebrada en Pyongyang en junio de 1993, y analizaron la situación actual de las relaciones en materia de información y comunicaciones. Al respecto, coincidieron en que las desigualdades y desequilibrios prevalecientes en esta área distorsionan la imagen de los países en desarrollo; también señalaron la urgente necesidad de establecer un Nuevo Orden Mundial de Información y Comunicaciones basado en los principios de independencia, progreso, democracia y cooperación mutua.

325. Los Jefes de Estado o de Gobierno reconocieron el importante papel de las organizaciones internacionales, entre ellas la UNESCO, en el establecimiento de infraestructuras de información y comunicaciones de los Países No Alineados y otras naciones en desarrollo. Subrayaron la necesidad de cooperar con dichas organizaciones y coordinar de manera eficaz las posiciones de los países en desarrollo con los organismos internacionales pertinentes.

 

Crítica situación económica en Africa

 

326. Los Jefes de Estado o de Gobierno estudiaron la crítica situación económica prevaleciente en Africa. Pusieron de relieve los denomiados esfuerzos de los Gobiernos y pueblos de dicho continente por superar tan difícil situación. Sin embargo, manifestaron su profunda preocupación ante la persistente y crítica situación de la economía en Africa. Señalaron que a pesar de los numerosos acuerdos y compromisos en esta materia, los resultados continúan siendo desalentadores, lo cual indica la falta de suficiente voluntad de la comunidad internacional para enfrentar efectivamente las necesidades económicas de ese continente. Exhortaron a la comunidad internacional sobre todo a los países desarrollados y al sistema de las Naciones Unidas, a adoptar, fortalecer y ejecutar medidas eficaces para apoyar los esfuerzos de los países africanos en sus procesos de reforma económica. En este contexto, reiteraron su apoyo al llamado del Rey de Marruecos, que con el respaldo de otros Jefes de Estado o de Gobierno africanos, instaba a iniciar un plan Marshall para Africa dirigido a revitalizar el crecimiento y desarrollo económicos de dicho continente.

327. Los Jefes de Estado o de Gobierno declararon que el sistema de las Naciones Unidas debe, ante todo, proveer medios efectivos, incluidos recursos nuevos y adicionales, dirigidos al desarrollo del sector social en los países africanos, con el fin de aliviar los efectos adversos resultantes de la ejecución de los programas de ajuste estructural a un costo social muy elevado. Acogieron con beneplácito la aprobación de la resolución 49/42 de la Asamblea General e hicieron un llamado a ejecutar oportunamente el Nuevo Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo de Africa en los Años Noventa, así como a consolidar los esfuerzos dirigidos a la diversificación de las economías africanas.

328. Los Jefes de Estado o de Gobierno expresaron su preocupación ante los problemas derivados de los desastres naturales y aquéllos causados por el hombre, incluidos las sequías y la desertificación, fenómenos que agravan aún más la situación en Africa a pesar de los esfuerzos emprendidos a los niveles nacional, subregional y regional.

329. Los Jefes de Estado o de Gobierno, si bien subrayaron que el desarrollo económico y social del continente depende principalmente de los propios esfuerzos de los países africanos, reafirmaron la importancia de la asistencia externa como un complemento indispensable de apoyo. En tal sentido, respaldaron las recomendaciones contenidas en la Declaración de El Cairo sobre el Desarrollo Económico y Social de Africa, adoptada por el Consejo de Ministros de la Organización para la Unidad Africana en mano de 1995 y por otros instrumentos internacionales relacionados con el desarrollo en Africa.

330. Los Jefes de Estado o de Gobierno observaron además, que a pesar de la renegociación y la condonación de la deuda, los países africanos aún encaran un agobiante aumento en la carga de la deuda. Aunque la aplicación de los "Términos de Nápoles" representa un paso alentador hacia la solución del problema de la deuda bilateral dentro del Club de París, la deuda de los países africanos de bajos ingresos continúa siendo un grave impedimento para sus perspectivas de desarrollo. Esta situación se agrava aún más por el flujo negativo de recursos hacia instituciones financieras multilaterales. El aumento progresivo de la proporción de la deuda multilateral con respecto al total de su deuda exige la creación de modalidades adecuadas para llevar a cabo la reducción de la deuda multilateral. En consecuencia, los Jefes de Estado o de Gobierno instaron al Banco Mundial para que en cooperación con el FMI establezca mecanismos que no sólo busquen soluciones duraderas y eficaces al problema de la deuda multilateral, sino que también ofrezcan recursos concesionarios adicionales a los países involucrados.

 

Países menos adelantados

 

331. Los Jefes de Estado o de Gobierno deploraron el incumplimiento de los compromisos asumidos por la comunidad internacional para afrontar la persistente crisis de los países menos adelantados, lo que ha causado serios perjuicios a sus esfuerzos de desarrollo. En los últimos años, los países menos adelantados han visto agudizarse su marginación y aumentar su población.

332. Los Jefes de Estado o de Gobierno manifestaron su profunda inquietud ante las incertidumbres que rodean la reposición de recursos AID. Por lo tanto, hicieron un llamado a la comunidad internacional, y en especial a los principales contribuyentes, a mostrar un mayor compromiso con la asistencia para el desarrollo, ayudando a garantizar la décima reposición de fondos AID ya asumida como compromiso, y contribuyendo en mayor grado con la undécima reposición de fondos AID; también la instaron a financiar adecuadamente el Programa Especial de Asistencia para Africa.

333. Los Jefes de Estado o de Gobierno hicieron un llamado a la aplicación eficaz, completa y rápida del Programa de Acción para los Países Menos Adelantados para el Decenio de 1990, con el fin de facilitar la reactivación y la aceleración del crecimiento económico y el desarrollo sostenible en esos países. En este sentido, también acogieron los resultados de la Reunión Intergubernamental de Alto Nivel para el Análisis de Mitad de Período del Programa de Acción para los Países Menos Adelantados para el Decenio de los 90 y exhortaron a todas las partes a tomar medidas urgentes para poner en marcha las recomendaciones de la Reunión de Análisis de Mitad de Período.

334. Los Jefes de Estado o de Gobierno urgieron a los países desarrollados a cumplir el compromiso de designar por lo menos el 0,15% de su PNB a la asistencia oficial para el desarrollo en favor de los países menos adelantados (PMA) y a procurar alcanzar la meta del 0,20% para el año 2000. Hicieron un llamado a los países desarrollados, las instituciones financieras multilaterales y otros acreedores a intensificar sus esfuerzos en favor de una efectiva, plena y expedita solución a la crisis de la deuda de los PMA. En este sentido exhortaron a los países desarrollados a condonar todos los tipos de deuda de los países menos adelantados.

335. Los Jefes de Estado o de Gobierno instaron también a la comunidad internacional a dar pasos concretos para que los países menos adelantados logren un acceso más amplio y preferencial para sus exportaciones hacia los mercados de los países desarrollados y a brindar apoyo en el área del comercio de servicios, así como en la facilitación de los flujos de inversión extranjera directa. Expresaron también su respaldo a la compensación para los países menos adelantados por el posible efecto negativo resultante de la aplicación del Acta Final de la Ronda Uruguay de Negociaciones Comerciales Multilaterales; también brindaron su apoyo a la generación de capacidades para elevar al mínimo las oportunidades producto de tales acuerdos y, en este sentido, exhortaron a la comunidad internacional a poner en ejecución las disposiciones complementarias del Acuerdo de Marrakech en favor de los países menos adelantados.

 

Países en desarrollo sin salida al mar

 

336. Los Jefes de Estado o de Gobierno exhortaron a la comunidad internacional a prestar una atención y apoyo especiales a los problemas y necesidades de desarrollo específicos de los países en desarrollo y sin salida al mar, particularmente a través de la cooperación técnica y la asistencia financiera de los países desarrollados y de las instituciones financieras multilaterales, con miras a permitir a estos países participar eficazmente en una economía mundial en rápida globalización. También destacaron que los países en desarrollo de tránsito afrontan serios problemas económicos y que sus esfuerzos por desarrollar una infraestructura de tránsito viable también requieren del respaldo financiero y técnico de la comunidad internacional.

 

Pequeños Estados Insulares en desarrollo

 

337. Los Jefes de Estado o de Gobierno subrayaron la necesidad de instrumentar en forma expedita el Plan de Acción de Barbados para el Desarrollo Sostenible de los Estados Insulares Pequeños. Al respecto, hicieron un llamado al Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas, como principal actor en esta área, a intensificar sus esfuerzos de organización del apoyo del Sistema de las Naciones Unidas en favor de la generación de capacidades en los ámbitos local, nacional y regional.

338. Los Jefes de Estado o de Gobierno reconocieron el hecho de que muchos países insulares en desarrollo experimentan limitaciones comerciales y financieras específicas que se ven agravadas por la creciente frecuencia de desastres naturales, lo cual se ha traducido en vulnerabilidad económica y social.

En este sentido, destacaron la importancia de la cooperación internacional como instrumento de apoyo a las políticas y medidas de los países insulares en desarrollo dirigidas a mitigar los efectos adversos de estas limitaciones sobre su desarrollo económico y social.

 

Capítulo cuarto: Asuntos sociales

 

Desarrollo social

 

339. Los Jefes de Estado o de Gobierno registraron complacidos los resultados de la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social llevada a cabo en Copenhague, Dinamarca, en marzo de 1995. Manifestaron su determinación a adherirse a los principios y cumplir con los diez compromisos contenidos en la Declaración adoptada en la Cumbre. Los Jefes de Estado o de Gobierno recalcaron la urgente necesidad de poner en marcha el Programa de Acción que recomienda adelantar las acciones para crear, dentro de un marco de crecimiento económico sostenido y desarrollo sostenible, un entorno nacional e internacional favorable al desarrollo social, erradicar la pobreza, incrementar el empleo productivo con miras a lograr el pleno empleo, reducir el desempleo y fomentar la integración social.

340. Los Jefes de Estado o de Gobierno pusieron de relieve el hecho de que el logro de los objetivos establecidos en Conpenhague exige la consideración de propuestas relativas a la provisión de recursos nuevos y adicionales para financiar el desarrollo social de los países en desarrollo.

341. Los Jefes de Estado o de Gobierno destacaron además la imperiosa necesidad de promover el desarrollo de los países en desarrollo y afirmaron que el desarrollo social, conjuntamente con el crecimiento económico sostenido, es fundamental para colmar las aspiraciones y alcanzar el bienestar de los pueblos, por lo que es responsabilidad central de los Gobiernos y de todos los sectores de la sociedad civil llevar a la práctica las metas relativas a la erradicación de la pobreza, la alimentación, la salud, la educación, el empleo, la vivienda y la integración social que se comprometieron a alcanzar en Copenhague. Manifestaron, además, que tal acción debe ser complementada por una eficaz cooperación internacional.

342. Los Jefes de Estado o de Gobierno recordaron el compromiso contraído en la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social en el sentido de que la erradicación de la pobreza en el mundo requiere de decisivas acciones nacionales y la cooperación internacional. La erradicación de la pobreza es un imperativo ético, social, político y económico que sólo se puede lograr mediante un enfoque integrado y multidimensional que combine programas dirigidos a los pobres con políticas y estrategias que satisfagan las necesidades básicas de todos, garanticen el acceso de todos a los recursos productivos, oportunidades, servicios públicos, a la vez que aumenten la protección social y reduzcan la vulnerabilidad. El crecimiento económico sostenido es crucial para elevar los niveles de vida y eliminar la pobreza.

343. Los Jefes de Estado o de Gobierno enfatizaron la necesidad de aumentar sustancialmente el gasto público para el desarrollo social en sus países y exhortaron a la comunidad internacional en particular a los países desarrollados y a los organismos internacionales, para que asistan en la provisión de los recursos financieros y técnicos necesarios a los países desarrollados, con el fin de apoyar sus esfuerzos. Resaltaron que una inversión semejante destacaría su solidaridad y redundaría en mayor equidad, productividad y bienestar.

344. Los Jefes de Estado o de Gobierno se obligaron a facilitar y promover la prestación de servicios más modernos, de mayor cobertura y mejor calidad, y a brindar atención especial a aquellos sectores cuyo acceso a estos servidos es limitado. Alentaron la participación de la comunidad en la gestión del sector social.

345. Los Jefes de Estado o de Gobierno subrayaron el aporte del desarrollo social al progreso económico, y al logro de mayores condiciones de equidad, productividad económica, solidaridad social, participación y tolerancia políticas, y cooperación internacional. Todo lo cual debe traducirse en avances en competitividad y en índices de desarrollo social más elevados. Se comprometieron, en consecuencia, a asignarle mayor prioridad a los estratos sociales más vulnerables y a las regiones menos adelantadas en sus respectivos países.

346. La generación de empleo productivo constituye un factor vital de tal estrategia, en la cual deben conjugarse los objetivos del desarrollo social y económico. La estrategia de crecimiento económico debe conducir a la creación de más y mejores oportunidades de empleo, al tiempo que la estrategia social debe resaltar aún más el desarrollo de los recursos humanos, para de esta forma aprovechar plenamente las oportunidades.

347. Los Jefes de Estado o de Gobierno reiteraron que la educación debe ser uno de los ejes fundamentales del desarrollo económico y social. Al mismo tiempo, la cultura y la recreación son factores que enriquecen las relaciones sociales y permiten reafirmar la identidad de los pueblos.

348. Los Jefes de Estado o de Gobierno manifestaron que las políticas de desarrollo deben incorporar sistemas de seguro social que permitan ampliar la cobertura de los servicios de salud y mejorar su eficiencia, incluidos programas de seguro social para los grupos más vulnerables.

349. Los Jefes de Estado o de Gobierno declararon que un hábitat sano y seguro es indispensable para mejorar el nivel de vida de la población. Debe procurarse vivienda y servicios públicos adecuados, mecanismos idóneos de prevención y atención de desastres, rehabilitación de las áreas marginadas e instalaciones recreativas, y de otro tipo.

350. Los Jefes de Estado o de Gobierno renovaron su compromiso de promover la integración social, y luchar por el logro de niveles de estabilidad, seguridad y justicia basados en el fomento y la defensa de todos los derechos humanos, en la tolerancia, la no violencia y la no discriminación, para que todo ello conduzca, dentro de un espíritu de solidaridad, a un mayor entendimiento entre los pueblos en sociedades más justas y equitativas.

351. Los Jefes de Estado o de Gobierno apoyaron el llamado hecho por el Presidente de Guyana, S.E. Dr. Cheddi Jagan, para definir una nueva serie de relaciones entre los Estados que enfatice el logro de la paz internacional sobre la base de la atención de las necesidades humanas y la justicia social internacional.

 

Derechos humanos

 

352. Los Jefes de Estado o de Gobierno reafirmaron su decidida determinación de promover y proteger todos los derechos humanos, incluido el derecho al desarrollo conforme a la Carta de las Naciones Unidas, la Declaración Universal sobre los Derechos Humanos, así como otros instrumentos internacionales de derechos humanos, y a los compromisos contraídos en la Declaración y Programa de Acción de la Conferencia sobre los Derechos Humanos. Los Jefes de Estado o de Gobierno reafirmaron la posición del Movimiento de Países No Alineados en el ámbito de los derechos humanos de acuerdo a lo estipulado en el Documento Final de la Cumbre de Yakarta y la XI Conferencia Ministerial celebrada en El Cairo en 1994.

353. Los Jefes de Estado o de Gobierno reafirmaron que la democracia, el desarrollo, y el respeto a todos los derechos humanos y las libertades fundamentales, incluido el derecho al desarrollo son interdependientes y se refuerzan mutuamente. La comunidad internacional debe tratar a los derechos humanos en forma global y de manera justa y equitativa, por igual y con el mismo énfasis. Los Jefes de Estado o de Gobierno reafirmaron que la promoción y protección de todos los derechos humanos se debe basar por igual en los principios de objetividad, imparcialidad y no selectividad, teniendo en cuenta las características políticas, históricas, sociales, religiosas y culturales de cada país, a la vez que respeta los principios de soberanía nacional y la no injerencia en los asuntos internos de los demás países. Reiteraron que los Estados tienen el deber, independientemente de sus sistemas políticos, económicos y culturales, de promover y proteger los derechos humanos y las libertades fundamentales.

354. Los Jefes de Estado o de Gobierno resaltaron que para asegurar la plena realización de las obligaciones de los derechos humanos internacionales, la protección y promoción de esos derechos es responsabilidad primaria de los Gobiernos, con el apoyo y colaboración de las entidades y organismos pertinentes de las Naciones Unidas para asegurar de esta forma la aplicación de los instrumentos internacionales pertinentes sobre derechos humanos y las disposiciones de la Declaración de Viena y el Programa de Acción.

355. Los Jefes de Estado o de Gobierno reafirmaron que la promoción y protección de los derechos humanos y las libertades fundamentales dentro del marco de la cooperación internacional constituye una preocupación legítima de la comunidad internacional. Enfatizaron que los derechos humanos no deben utilizarse como instrumentos de presión política, sobre todo contra los Países No Alineados y otros países en desarrollo. Enfatizaron que debe rechazarse cualquier intento de utilizar los derechos humanos como una condición para otorgar asistencia comercial o económica.

356. Los Jefes de Estado o de Gobierno reafirmaron que la Asamblea General, el Consejo Económico y Social y la Comisión sobre Derechos Humanos son los organismos responsables de la formulación de políticas, la toma de decisiones, así como de la protección y promoción de los derechos humanos. Así mismo reafirmaron la necesidad de racionalizar la tarea de estas instituciones con miras a evitar la duplicación de esfuerzos y promover el consenso a través de un sistema de consulta fortalecido.

357. Los Jefes de Estado o de Gobierno resaltaron que debe existir un equilibrio entre los derechos y libertades fundamentales del individuo, por una parte, y sus obligaciones ante la sociedad y el Estado, por otra. Reiteraron su preocupación ante la tendencia a abordar los derechos humanos en forma selectiva con nuevos fines políticos y a hacer caso omiso de los derechos económicos, sociales y culturales que están más estrechamente vinculados a las necesidades humanas básicas.

358. Los Jefes de Estado o de Gobierno recalcaron que la coordinación de las actividades sobre derechos humanos debe ser llevada a cabo por los organismos, entidades y dependencias especializadas de las Naciones Unidas cuyas actividades están vinculadas a los derechos humanos.

359. Los Jefes de Estado o de Gobierno defendieron el espíritu de cooperación internacional de Viena que debe excluir la explotación del tema de los derechos humanos para fines políticos, incluyendo el señalamiento selectivo de determinados países por motivos de otra índole.

360. Los Jefes de Estado o de Gobierno reafirmaron que toda forma de racismo y xenofobia constituyen una grave violación a los derechos humanos que debe combatirse mediante todos los medios políticos y jurídicos. Expresaron su profunda preocupación por el surgimiento de rigurosas políticas de inmigración en varios países desarrollados, las cuales restringen significativamente el libre desplazamiento de las personas y generan xenofobia. En este sentido resaltaron que debe prestarse especial atención a los trabajadores migrantes y sus familias y exhortaron a todos los países a suscribir los instrumentos internacionales pertinentes.

361. Los Jefes de Estado o de Gobierno manifestaron que es responsabilidad del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos aplicar la Declaración de Viena y el Programa de Acción y en este sentido, exhortaron a la comunidad internacional a apoyar y cooperar con la labor del Alto Comisionado con el objeto de alcanzar los objetivos estipulados en estos instrumentos. Manifestaron su satisfacción por la sugerencia del Alto Comisionado de establecer un diálogo permanente con el Buró de Coordinación de los Países No Alineados, con miras a informar al Movimiento sobre las gestiones de este funcionario y a transmitir información generada por el Movimiento relativa al trabajo realizado por el mismo.

362. Al recalcar la naturaleza indivisible de los derechos humanos, los Jefes de Estado o de Gobierno hicieron especial énfasis en la importancia que tiene el derecho al desarrollo para todos los pueblos, como parte integral de los derechos humanos fundamentales. La adopción, por cualquier causa o consideraron, de medidas coercitivas y unilaterales, o de normas y políticas contra los países en desarrollo, constituye una flagrante violación de los derechos básicos de los pueblos.

363. Los Jefes de Estado o de Gobierno observaron con preocupación el escaso progreso alcanzado en las negociaciones sobre el derecho al desarrollo. Exhortaron a los organismos y entidades competentes de las Naciones Unidas a coordinar las actividades y a elaborar los programas apropiados. Destacaron asimismo los esfuerzos e iniciativas del Alto Comisionado para los Derechos Humanos para garantizar la promoción efectiva del derecho al desarrollo.

364. Los Jefes de Estado o de Gobierno reiteraron la necesidad de que el Secretario General de las Naciones Unidas siga coordinando las distintas actividades encaminadas a garantizar el derecho al desarrollo, y que el Centro para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas reciba recursos adecuados. También hicieron énfasis en la necesidad de adoptar con urgencia medidas concretas para modificar la distribución desigual de cargos en el Centro para los Derechos Humanos mediante el nombramiento de personal proveniente de los países en desarrollo.

365. Los Jefes de Estado o de Gobierno condenaron inequívocamente el terrorismo internacional como acto criminal y manifestaron que el terrorismo amenaza la integridad y seguridad territorial de los Estados, debido a los actos de terrorismo perpetrados dentro de sus fronteras, sobre todo aquéllos que violan los derechos humanos y en especial el derecho a la vida de los ciudadanos, actos éstos que destruyen la infraestructura física y económica, y atentan con desestabilizar los Gobiernos legítimamente constituidos. Expresaron su determinación de tomar medidas expeditas y efectivas para eliminar el terrorismo internacional y exhortaron a todos los Estados a cumplir sus obligaciones dentro del marco del derecho internacional, incluido el enjuiciamiento y la extradición de quienes ejecuten estos actos, cuando sea pertinente. Así mismo exhortaron a los Estados a impedir la organización e instigación del terrorismo contra otros países, tanto dentro como fuera de sus territorios. Los Jefes de Estado o de Gobierno reafirmaron su apoyo a la Resolución 46/51 de la Asamblea General del 27 de enero de 1992, que condenó firmemente todos los métodos y prácticas del terrorismo dondequiera y como quiera que se cometan, calificándolos de delictivos e injustificables, y exhortaron a todos los Estados a cumplir con sus obligaciones dentro del marco del derecho internacional, y abstenerse de organizar, instigar, asistir o participar en actos terroristas en otros Estados, o de consentir o estimular actividades dentro de su territorio encaminadas a tal fin.

366. Los Jefes de Estado o de Gobierno hicieron un llamado a todos los Estados para que apoyen en principio la convocatoria de una Conferencia Internacional bajo los auspicios de las Naciones Unidas para definir el terrorismo, diferenciarlo de las luchas de liberación nacional y diseñar medidas exhaustivas y efectivas para la acción concertada. Así mismo denunciaron como la forma más grave de terrorismo la violencia indiscriminada contra los pueblos bajo ocupación extranjera. Los Jefes de Estado o de Gobierno condenaron el uso del poder del Estado para reprimir y hostigar a civiles inocentes que luchan contra la ocupación foránea cuando estos ejercen su derecho inalienable a la autodeterminación. Recalcaron la inviolabilidad de este derecho y manifestaron que en esta época de mayor libertad y democracia debe permitirse a las personas que estén bajo ocupación foránea determinar libremente su destino. En este sentido, también reafirmaron el principio del Movimiento que indica que la lucha de los pueblos bajo dominio colonial o extranjero o contra la ocupación por otros países, no constituye terrorismo cuando se trata de la defensa de la autodeterminación de los pueblos.

367. Los Jefes de Estado o de Gobierno acogieron con satisfacción la adopción, por parte de la Asamblea General, de la Resolución 49/185 titulada "Derechos humanos y terrorismo", y renovaron su preocupación por las violaciones patentes de los derechos humanos perpetradas por grupos terroristas y reiteraron su condena a todos los actos, métodos y prácticas de terrorismo.

368. Los Jefes de Estado o de Gobierno objetaron la presencia y participación de individuos y organizaciones que no están comprometidos con los principios y objetivos de la Carta de las Naciones Unidas, en las conferencias y reuniones internacionales de este organismo relativas a los derechos humanos o temas conexos, debido al uso indiscriminado de los privilegios concedidos a las Organizaciones No Gubernamentales consultoras del Consejo Económico y Social.

 

Población y desarrollo

 

369. Los Jefes de Estado o de Gobierno expresaron su satisfacción por los resultados exitosos de la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo, celebrada en El Cairo, Egipto en 1994 y concebida para incorporar los temas vinculados a la población dentro del contexto del desarrollo.

Señalaron que desde la adopción de la resolución de la Asamblea General relativa al Informe de la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo, ya fueron tomadas las primeras acciones para implementar sus disposiciones. Hicieron un llamado a la rápida aplicación del Programa de Acción de El Cairo tal como fuera adoptado y recalcaron la importancia del papel tanto de la comunidad internacional como del sistema de las Naciones Unidas para movilizar los recursos necesarios para este fin. También manifestaron su satisfacción por la Reunión Ministerial de Países No Alineados sobre Población y Desarrollo llevada a cabo en Ball, Indonesia, en octubre de 1993.

 

Migración Internacional y Desarrollo

 

370. Los Jefes de Estado o de Gobierno expresaron su profunda preocupación por los problemas que enfrentan los trabajadores migrantes y sus familias, en especial las trabajadoras migrantes, y se comprometieron a dar atención prioritaria a este asunto y a promover la convocatoria de una Conferencia Mundial sobre Migración y Desarrollo que analice la situación y adopte las acciones pertinentes para su tratamiento y solución. Así mismo hicieron un llamado a todos los Estados, especialmente a los miembros de Países No Alineados, a hacerse partes del Convenio de las Naciones Unidas sobre la Protección de todos los Trabajadores Migrantes y sus familias. Exhortaron a los Estados que aún no han suscrito este Convenio a proceder en tal sentido.

 

Asentamientos Humanos

 

371. Los Jefes de Estado o de Gobierno apoyaron plenamente la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Asentamientos Humanos (Hábitat II) que se llevará a cabo en Estambul Turquía, en 1996, así como su proceso de preparación. Reconocieron la gran importancia de los dos temas escogidos para poner en marcha el Plan de Acción Global, a saber, "Asentamientos Humanos Sustentables en un Mundo Urbanizado" y "Vivienda adecuada para Todos". El logro de una vivienda adecuada para todos es punto central para la estabilidad socioeconómica de los asentamientos humanos y sirve de base para el desarrollo sostenible. Los Jefes de Estado o de Gobierno manifestaron su apoyo a los esfuerzos por mejorar e incorporar, de alguna forma, la estrategia Global para la Vivienda hasta el año 2000 al Programa de Acción de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Asentamientos Humanos (Hábitat II), y exhortaron a la comunidad internacional a proveer en mucho mayor grado apoyo financiero y de otra índole. Solicitaron a los Países No Alineados participar activamente, en absoluta cooperación con el Grupo de los 77, en esa importante conferencia, y a coordinar sus posiciones durante la misma y las reuniones del comité preparatorio.

372. Los Jefes de Estado o de Gobierno expresaron su optimismo de que Hábitat II produzca un plan de acción concreto que otorgue un mandato más idóneo y una capacidad más efectiva para ayudar a los Países No Alineados y a otros países en desarrollo a abordar los problemas de los asentamientos humanos y a garantizar una vivienda para todos, ya que la vivienda es uno de los derechos humanos básicos.

 

Refugiados, repatriados, desplazados internos y problemas humanitarios

 

373. Los Jefes de Estado o de Gobierno profundamente consternados por el considerable aumento del número de refugiados (de 17 millones en 1992 a 27,4 millones en agosto de 1995) y de desplazados internos (26 millones) en todo el mundo, instaron a los Estados y a la comunidad internacional a aunar esfuerzos para proteger y ayudar a las víctimas de esa dolorosa situación, en particular a las mujeres y a los niños -especialmente los no acompañados- que se encuentran en estado de vulnerabilidad y constituyen la mayoría de los refugiados y desplazados internos.

374. Los Jefes de Estado o de Gobierno destacaron la valiosa y eficiente labor humanitaria desarrollada por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), aún a cosa de la dolorosa e irreparable pérdida de sus funcionarios, y aplaudieron los constantes esfuerzos de ACNUR por aplicar los programas de repatriación voluntaria que se han puesto en marcha satisfactoriamente en varios países de Africa y Asia, con la cooperación y contribución de los países anfitriones. En este sentido, hicieron un llamamiento para que los Estados y las organizaciones internacionales interesados sigan cooperando al máximo de sus posibilidades y coordinando sus esfuerzos para garantizar la exitosa culminación de los programas de repatriación voluntaria.

375. Los Jefes de Estado o de Gobierno resaltaron la necesidad de la asistencia internacional, incluida la asistencia para el desarrollo, con el fin de encontrar soluciones duraderas y oportunas para los problemas de los refugiados y los desplazados, incluidos los desplazados internos, y para mitigar los efectos adversos sobre el entorno económico y social de los países anfitriones. Instaron a los Estados a tomar las medidas necesarias para prevenir situaciones que puedan generar nuevas olas de refugiados y de personas desplazadas.

376. Los Jefes de Estado o de Gobierno invitaron a los Estados que aún no lo han hecho a adherirse al Convenio de 1951 y al Protocolo de 1967 sobre la condición de los refugiados, y renovaron sus esfuerzos por preservar el respeto a la institución del asilo y al principio fundamental de la no expulsión.

377. Los Jefes de Estado o de Gobierno expresaron su manifiesto apoyo a la labor del Representante Especial del Secretario General de las Naciones Unidas para los Desplazados Internos, y dentro de este marco apoyaron las iniciativas tendientes a auspiciar la elaboración de una declaración internacional sobre un conjunto de principios y normas básicas de protección y trato humanitario para todos los desplazados internos en cualquier situación o circunstancia.

378. Los Jefes de Estado o de Gobierno declararon que los importantes cambios registrados en el mundo en el curso de los últimos años harían pensar en los medios e instrumentos para una posible disminución del número de víctimas de conflictos armados. Sin embargo, observaron que, paradójicamente, han recrudecido la violencia en todas sus formas y los enfrentamientos armados. La disponibilidad de armas y su bajo costo plantean un grave problema. Además, sigue siendo motivo de preocupación la fabricación permanente de nuevas armas, especialmente las que producen ceguera, así como la producción y el empleo generalizado de minas antipersonales que afectan en particular a la población civil.

379. Los Jefes de Estado o de Gobierno reiteraron que debe darse prioridad al conocimiento, respeto y observancia de las normas del derecho humanitario internacional con base en principios fundamentales y valores universales cuya instrumentación continúa siendo insuficiente. Se mostraron convencidos de que el conocimiento, el respeto y la observancia de las normas del derecho humanitario internacional no sólo contribuye a aliviar el sufrimiento de todas las víctimas y a brindarles una protección eficaz, sino que también propicia un ambiente para el diálogo y el restablecimiento de la paz.

380. Los Jefes de Estado o de Gobierno destacaron la importancia de promover el respeto al derecho humanitario internacional y a los principios humanitarios reconocidos universalmente, en particular los señalados por los cuatro Convenios de Ginebra de 1949 y sus Protocolos Adicionales de 1977. Invitaron a los Estados miembros que aún no lo han hecho, a ratificar o adherirse a los dos Protocolos adicionales al Convenio de Ginebra de 1949.

381. Los Jefes de Estado o de Gobierno recomendaron a los Estados miembros del Movimiento apoyar a las organizaciones humanitarias con miras a garantizar que la ayuda de emergencia para las víctimas de conflictos armados se preste de manera efectiva e imparcial.

382. Los Jefes de Estado o de Gobierno consideraron esencial distinguir entre los diferentes tipos de actividades operativas de las Naciones Unidas, en particular las relativas a la asistencia humanitaria y mantenimiento de la paz. También hicieron hincapié en que, con el fin de mantener la independencia, la neutralidad y la imparcialidad de la labor humanitaria, las actividades humanitarias y las acciones políticas y militares deben conservar su propia dinámica individual, además de objetivos y tareas diferenciados.

383. Los Jefes de Estado o de Gobierno reiteraron que la ayuda humanitaria no constituye una alternativa a la asistencia para el desarrollo ni para la solución duradera de los problemas que surgen de la necesidad de prestar asistencia en emergencias. En este contexto, manifestaron que los recursos financieros, materiales y humanos destinados a la asistencia en emergencias no deben provenir de los recursos destinados a la asistencia para el desarrollo.

384. Los Jefes de Estado o de Gobierno instaron a los Estados miembros del Movimiento a participar activamente en la XXVI Conferencia Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, que tendrá lugar en Ginebra entre el 3 y el 7 de diciembre de 1995.

 

Situación de la Infancia

 

385. Tras examinar los resultados de la Cumbre Mundial sobre la Infancia celebrada en Nueva York en 1990, los Jefes de Estado o de Gobierno reconocieron los importantes avances logrados desde entonces en favor de la niñez. Hicieron un vehemente llamado a los países para que emprendan con carácter prioritario y dentro de los plazos establecidos, esfuerzos encaminados a cumplir las Metas para la Infancia y el Desarrollo en la década de 1990, convenidas en el Plan de Acción para la aplicación de la Declaración Mundial sobre la Supervivencia, la Protección y el Desarrollo de la Infancia en la Década de los 90. En este contexto, exhortaron a todos los países para que concluyan e implementen sus respectivos programas de acción nacional, así como para que tomen todas las medidas necesarias para cumplir las Metas de la Mitad de la Década a finales de 1995, y las Metas del Final de la Década en el año 2000.

386. Los Jefes de Estado o de Gobierno elogiaron el papel que ha desempeñado la UNICEF desde su creación en 1946 en pro de la supervivencia, la protección y el desarrollo de la infancia en el mundo entero, y en particular en los países en desarrollo, y exhortaron a la comunidad internacional, especialmente a los países donantes, a suministrar mayores recursos para que la Organización pueda continuar con su área.

387. Los Jefes de Estado o de Gobierno expresaron su satisfacción por el hecho de que 180 Estados hayan ratificado el Convenio sobre los Derechos de la Infancia, e instaron a los pocos Estados que aún no lo han hecho a que adopten medidas tendientes a su ratificación universal a finales de 1995, como lo reiteró la Resolución 49/211 de la Asamblea General. Exhortaron a los países a tomar medidas urgentes para aplicar plena y eficazmente el Convenio tanto a nivel nacional como global y elogiaron a la UNICEF por su apoyo a este empeño.

388. Profundamente preocupados por la difícil situación de muchos niños que son víctimas inocentes de conflictos armados en diferentes partes del mundo, los Jefes de Estado o de Gobierno urgieron a los Estados y a la Organización de las Naciones Unidas a adoptar medidas concretas que alivien su dolorosa situación, de conformidad con la Resolución 49/209 de la Asamblea General de la ONU. Expresaron también su preocupación por las intolerables condiciones sociales y económicas de los niños que viven circunstancias particularmente difíciles, tales como desastres naturales, explotación, analfabetismo, desnutrición, enfermedad, hambre e incapacidad, e instaron a todos los Estados a intensificar sus esfuerzos para protegerlos.

389. Los Jefes de Estado o de Gobierno reiteraron el llamamiento hecho en la Cumbre Mundial para el Desarrollo Social para que se diseñen políticas y programas laborales que ayuden a erradicar la pobreza de la familia, causa principal del trabajo infantil, que acaben con la explotación del menor y que motiven a los padres a enviar a sus hijos a la escuela, a través inter alla de la prestación de servicios sociales y otros incentivos.

390. Los Jefes de Estado o de Gobierno condenaron enérgicamente la prácticas intolerables tales como el rapto y la venta de niños y de sus órganos, y la explotación infantil a través de la pornografía, el abuso sexual, la prostitución y el trabajo infantil, prácticas que han aumentado como resultado de su creciente demanda en diversos países. Exhortaron a todos los Estados y a la Organización de las Naciones Unidas a adoptar medidas concretas para la erradicación de esas prácticas como se establece en la Resolución 49/210 de la Asamblea General. Urgieron hacer esfuerzos especiales para tomar medidas contra el tráfico y uso de drogas ilícitas, para terminar con la explotación infantil en este comercio y proteger al niño contra el uso de estupefacientes.

391. Los Jefes de Estado o de Gobierno expresaron también honda preocupación por el reclutamiento, la organización y el empleo de niños en los conflictos armados. Condenaron esa práctica inhumana como amenaza para el desarrollo cabal y civilizado de la población infantil, y exhortaron a los Estados a educar a sus niños para que lleguen a ser los futuros líderes de un mundo donde impere la paz.

 

Progreso de la mujer

 

392. Los Jefes de Estado o de Gobierno manifestaron su satisfacción por el Mensaje de la IV Conferencia Ministerial del Movimiento de Países No Alineados realizada en Beijing el 1º de septiembre de 1995, así como la Declaración y el Plan de Acción de la IV Conferencia Mundial sobre la Mujer. Estos actos constituyen la expresión del compromiso real de los países del Movimiento dirigido a la adopción de medidas eficaces, la inclusión de las perspectivas del género, la remoción de los principales obstáculos para el logro de los objetivos de igualdad entre el hombre y la mujer, el desarrollo y la paz, y sobre todo la erradicación de la pobreza, el acceso insuficiente y equitativo a la educación y a los servicios de salud, y la participación en el proceso de la toma de decisiones, todo ello con el debido respeto a las creencias religiosas y valores culturales.

393. Los Jefes de Estado o de Gobierno, convencidos de que la mujer puede desempeñar un papel decisivo en la búsqueda y el logro de la paz, recalcaron la necesidad de continuar dando el debido reconocimiento a los derechos humanos de la mujer y de hacer énfasis en la importancia de un acceso equitativo a todos los aspectos de las actividades de desarrollo, en particular la educación y la capacitación, la salud, el empleo, el acceso al crédito y el acceso preferencial a la tenencia de tierras y a la utilización de nuevas tecnologías. Esta contribución también debe incluir disposiciones relativas a esfuerzos para desarrollar un entorno político, económico, social y cultural conducente a la plena integración de la mujer al desarrollo, y a tomar las medidas necesarias para aumentar la cooperación entre los países en desarrollo y con los países desarrollados en el fortalecimiento del papel de la mujer en el desarrollo, lo que le permitirá participar con el hombre, plena y equitativamente, en todas las actividades de desarrollo, incluido el proceso de toma de decisiones. Convencidos de que la mujer tiene el derecho de desempeñar un papel decisivo en todas las esferas de la vida natural, los Jefes de Estado o de Gobierno hicieron hincapié en la necesidad de seguir promoviendo la condición de la mujer, así como el disfrute pleno de éstas a todos los derechos humanos.

394. Teniendo en cuenta que la explotación y la discriminación en contra de la mujer también se originan en la condición de la niñez en la sociedad, los Jefes de Estado o de Gobierno reafirmaron su resolución de tomar medidas eficaces y expeditas para acabar con todas las formas de discriminación contra la niñez y la mujer. En este contexto, y con carácter prioritario, se comprometieron a prestar particular atención a la educación de la niñez.

395. Ante la evidente realidad de que el aumento de la extrema pobreza, especialmente en los países en desarrollo, afecta en mayor grado el papel de la mujer, quien en muchos casos es jefe de familia, los Jefes de Estado o de Gobierno declararon que es indispensable que los esfuerzos nacionales e internacionales para erradicarla orienten prioritariamente hacia el mejoramiento de la situación de la mujer.

396. Los Jefes de Estado o de Gobierno señalaron que esta alarmante situación de la mujer es causada, inter alla, por estancamiento económico, crecimiento económico negativo, crecimiento demográfico continuado y aumento de la carga del endeudamiento externo, agravada por las reducciones del gasto público para programas sociales, principalmente de alfabetización y educación. Afirmaron también que un entorno internacional propiciador puede contribuir a acelerar el logro de la igualdad entre el hombre y la mujer.

397. Los Jefes de Estado o de Gobierno expresaron su repudio por la creciente victimización de la mujer, especialmente en situaciones de conflicto armado, y por el uso sistemático de la violación como instrumento de guerra y limpieza étnica. Hicieron un llamado para que los países tomen las medidas necesarias que pongan fin de inmediato a dichas prácticas.

398. Los Jefes de Estado o de Gobierno registraron con satisfacción que un número creciente de Estados han suscrito el Convenio sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer y de que varias de las Partes han retirado las reservas que inicialmente habían formulado, con lo cual dicho Convenio se ha convertido en uno de los instrumentos internacionales de derechos humanos con mayor grado de universalidad. Invitaron a los Estados miembros del Movimiento que aún no lo hayan hecho, a que ratifiquen dicho Convenio con el fin de cumplir con la meta de alcanzar su completa universalidad para el año 2000.

 

Juventud

 

399. Con ocasión de celebrarse en 1995 el décimo aniversario del Año Internacional de la Juventud, y preocupados por la persistencia, en algunos casos agravada, de factores que afectan a los jóvenes en el mundo actual, los Jefes de Estado o de Gobierno instaron a los Gobiernos y a los organismos especializados del sistema de las Naciones Unidas a empeñar mayores esfuerzos en el diseño, mejoramiento y desarrollo de políticas, planes y programas apropiados para que hacia el año 2000 se cumplan los propósitos que inspiraron el Programa de Acción Mundial para la juventud.

400. A ese respecto, los Jefes de Estado o de Gobierno acogieron la adopción de la Resolución 49/152 de la Asamblea General que decidió dedicar hasta cuatro sesiones plenarias en su quincuagésimo período de sesiones para celebrar, inter alla, el décimo aniversario del Año Internacional de la Juventud.

 

Racismo y discriminación racial

 

401. Conscientes del importante papel que el Movimiento de Países No Alineados ha desempeñado en la lucha contra el racismo y la discriminación racial, los Jefes de Estado o de Gobierno expresaron su preocupación por la nueva tendencia que presenta el racismo a adoptar prácticas discriminatorias basadas en la cultura, la nacionalidad, la religión o el idioma, y rechazaron enérgicamente las manifestaciones contemporáneas del racismo, la discriminación racial la xenofobia y las formas conexas de intolerancia.

402. Los Jefes de Estado o de Gobierno acogieron con beneplácito el Programa de Acción revisado para la celebración de la Tercera Década de la Lucha contra el Racismo y la Discriminación Racial, e instaron a todos los países a adoptar medidas que a nivel nacional coadyuven al logro de las metas del Programa de Acción. Recalcaron también la necesidad de convocar, tan pronto como sea posible, una conferencia mundial contra el racismo y la discriminación racial y étnica, la xenofobia y otras formas contemporáneas de intolerancia.

 

Fiscalización Internacional de drogas

 

403. Los Jefes de Estado o de Gobierno expresaron su honda preocupación por la grave amenaza que para la sociedad y para las vidas y el futuro de los niños y los jóvenes constituye el creciente uso indebido de drogas, y por los efectos desestabilizadores que el uso, la producción, el tráfico y la distribución ilícitos de narcóticos y sustancias sicotrópicas tienen para los países afectados. Renovaron su decidido compromiso de luchar contra la producción, el tráfico, la distribución y el consumo de drogas, en todas sus etapas y modalidades, así como contra el lavado de dinero, el tráfico de armas, municiones y explosivos y el desvío de precursores y sustancias químicas esenciales.

404. Los Jefes de Estado o de Gobierno rechazaron el enfoque desequilibrado, desigual y selectivo que buscan imponer algunos países desarrollados, el cual pretende asignar una mayor responsabilidad a un grupo específico de países, en especial aquéllos donde tiene lugar la fase de la producción ilícita de estupefacientes y sustancias sicotrópicas. El fenómeno de las drogas ilícitas y las organizaciones criminales que en él participan constituye una amenaza común a los países, por lo que requiere del decidido compromiso de todos los miembros de la comunidad internacional para su solución.

405. Los Jefes de Estado o de Gobierno reiteraron que la cadena de las drogas ilícitas se inicia con la comercialización insuficientemente controlada de los precursores y químicos esenciales para la producción de estupefacientes y sustancias sicotrópicas, y que se completa con el lavado de dinero a través de los canales financieros y comerciales internacionales. Consideraron por tanto que, por su naturaleza global, el problema de las drogas sólo puede enfrentarse eficazmente mediante la cooperación internacional, basada en el principio de la responsabilidad compartida donde se articulan las medidas nacionales con una respuesta global, integral y equilibrada ante el flagelo de las drogas ilícitas.

406. Los Jefes de Estado o de Gobierno manifestaron su interés por que todos los países participen en el desarrollo de principios comunes que orienten los programas de reducción de la demanda dentro de un enfoque integral y equilibrado. También pusieron de relieve la necesidad de promover la cooperación en las áreas de rehabilitación de adictos, prevención del abuso de estupefacientes y medidas de observancia.

407. Los Jefes de Estado o de Gobierno llamaron a la unidad de los pueblos y a los representantes de los Estados ante todos los foros internacionales con el objetivo de que el narcotráfico sea considerado y declarado delito de esta humanidad.

408. Los Jefes de Estado o de Gobierno expresaron su apoyo a la iniciativa del Gobierno de Colombia de promover un convenio contra el lavado de dinero. También encomiaron la propuesta de celebrar una conferencia mundial contra los estupefacientes y sustancias sicotrópicas en 1998, que evalúe, inter alla, el estado de la cooperación internacional en esta materia y estudie el diseño de mecanismos internacionales que permitan enfrentar el reto que representa el crimen organizado transnacional.

409. Por ser la pobreza y la marginalidad factores que agudizan el problema de las drogas ilícitas en los países en desarrollo, particularmente debido a que estimulan la siembra de cultivos ilícitos, los Jefes de Estado o de Gobierno hicieron un llamado para que se aumente la cooperación internacional de carácter bilateral y multilateral encaminada hacia programas de desarrollo socioeconómico en las zonas afectadas. Exhortaron también a la cooperación internacional a que apoye programas para el desarrollo alterno y para la rehabilitación ambiental en áreas donde los cultivos ilícitos han producido graves daños ambientales.

410. Los Jefes de Estado o de Gobierno reiteraron enfáticamente que la lucha internacional contra el uso y el tráfico ilícitos de drogas debe realizarse en armonía y sin menoscabo de los principios y normas del derecho internacional establecidos en la Carta de las Naciones Unidas, en particular el respeto a la soberanía y la integridad territorial de los Estados, y el no uso o la amenaza de uso de la fuerza en las relaciones internacionales.

411. Los Jefes de Estado o de Gobierno acogieron con beneplácito la propuesta del Presidente de Panamá, S.E. Ernesto Pérez Balladares, de que su país sirva de sede de un centro multilateral contra el tráfico ilícito de narcóticos y sustancias sicotrópicas y delitos relacionados con los estupefacientes.

412. Los Jefes de Estado o de Gobierno hicieron un llamado a los países que aún no han ratificado el Convenio de las Naciones Unidas contra el Tráfico Ilícito de Estupefacientes y Sustancias Sicotrópicas, suscrito en Viena, el 20 de diciembre de 1988, a que lo hagan a la mayor brevedad posible. Asimismo, instaron a la puesta en práctica de la Declaración Política de Nápoles y Acción Mundial contra el Crimen Organizado Transnacional.

413. Los Jefes de Estado o de Gobierno resolvieron fortalecer la lucha internacional contra las organizaciones delictivas internacionales de la droga que plantean graves amenazas a los esfuerzos de construcción y consolidación de la democracia. Por lo tanto, decidieron consolidar la cooperación internacional para erradicar los crecientes y peligrosos vínculos entre grupos terroristas, traficantes de drogas y sus pandillas paramilitares y demás grupos criminales armados que han recurrido a todo tipo de violencia, socavando con ello las instituciones democráticas de los estados y violando los derechos humanos básicos.