Cronología
Documental
Naciones Unidas
Conclusión general sobre la protección
internacional.
El Comité
Ejecutivo afirmó que todos los miembros de la comunidad internacional deben
respetar los principios internacionales humanitarios fundamentales como
salvaguardar el derecho a solicitar asilo en otros países, no ser perseguidos y
disfrutar de este asilo; e instó a los estados a que garanticen la protección
con arreglo a los principios internacionales. Reafirmó la competencia del ACNUR
para supervisar la aplicación de los instrumentos internacionales de protección
de los refugiados e hizo hincapié en la importancia de que los estados los
interpreten y apliquen de acuerdo con su espíritu. Condenó todas las formas de
intolerancia y violencia étnica, causa fundamental de los desplazamientos
forzados y apeló a los estados a combatirlas mediante declaraciones
legislativas y políticas. Asimismo, solicitó que promuevan condiciones
favorables a la repatriación de los refugiados y que presten su apoyo a su
reintegración sostenible con el apoyo del ACNUR. Reiteró la importancia que
tiene el reasentamiento como instrumento de protección y su utilización como
solución duradera a los problemas de los refugiados.
Conclusión sobre la prevención y reducción de
la apatridia y protección de los apátridas
El Comité
Ejecutivo subrayó que tales consideraciones son elementos a tener en cuenta
para prevenir situaciones de refugiados, como así también reconoció las
responsabilidades asumidas por el ACNUR en relación con los refugiados
apátridas y lo alentó a continuar sus actividades con acciones preventivas.
Exhortó a los estados a que adopten leyes sobre nacionalidad para reducir la
apatridia, coherentes con el derecho internacional y para promover la adhesión
de los instrumentos respectivos.
Conclusión sobre las mujeres refugiadas
El Comité
Ejecutivo pidió al ACNUR que elabore un marco para la aplicación de la
Plataforma de Acción Mundial de Beijing que sirva de base para la futura
planificación, relacionada con las cuestiones de las mujeres refugiadas, como
informes al Comité Ejecutivo y a la Comisión de la Mujer.
Conclusión sobre los refugiados y el medio
ambiente
El Comité
Ejecutivo aprobó la política medioambiental reformulada y tomó nota de los
resultados operacionales que se prevén y que permitirán al ACNUR contribuir específicamente
a la solución de los problemas relacionados con los refugiados y el ambiente.
Actividades de Asistencia
Como
resultado de las actividades emprendidas por el ACNUR se hizo hincapié en las
situaciones de emergencia y en el mantenimiento y mejoramiento para situaciones
de contingencia. Se desplegaron equipos de intervención ante situaciones de
emergencia en 17 operaciones y la labor fue realizada por más de 20
funcionarios. El ACNUR continuó sus actividades regionales de capacitación para
hacer frente a situaciones de emergencia destinadas a organizaciones no
gubernamentales colaboradoras y homólogas gubernamentales. En la prestación de
dicha asistencia, se esforzó por asegurar una transición sin obstáculos del
socorro al desarrollo.
Una vez
superada la fase de emergencia, las necesidades de los refugiados se atienden
mediante las actividades de atención y manutención. El programa de mayor
magnitud fue relacionado con la antigua Yugoslavia.
Las
negociaciones y los acontecimientos en muchas regiones permiten alentar la
esperanza de que la repatriación voluntaria sea la solución duradera preferida.
En el período en examen se destinaron a estas actividades gran parte de los
recursos procedentes de las fuentes de financiación en programas generales y especiales.
El más importante fue el de Afganistán.
En
aquellas situaciones en que la repatriación voluntaria no es factible, el
asentamiento local de los refugiados en el país receptor es la posibilidad más
viable. Se ayudó a los refugiados por medio de proyectos concretos encaminados
a promover su autonomía socioeconómica y su integración local. La mayoría de
los planes organizados fueron actividades agrícolas como en China.
Prioridades de los programas
El Grupo
de Trabajo sobre Mujeres y Niños Refugiados recomendó que se contratara a
funcionarios o consultores con conocimientos específicos para abordar los
problemas especiales que afectan a estos grupos. Se subrayó la necesidad de que
el ACNUR amplíe los programas sobre cuestiones relacionadas con las
características propias de cada sexo. Se han hecho importantes intentos de
coordinar las labores de capacitación con organizaciones locales a fin de que
garanticen la expansión de los programas. Realizó un esfuerzo por llevar a buen
término las actividades del organismo con otras iniciativas de las Naciones
Unidas; especialmente con la cooperación de la Relatora Especial sobre la
Violencia contra la Mujer, el tema de la mujer refugiada tomó aspectos
destacados. Culminaron los proyectos en la publicación de directrices para el
personal que trabaja sobre el terreno de la violencia y la salud reproductiva;
como así también ha participado de las conferencias preparatorias de la
Conferencia Mundial sobre la Mujer.
Las nuevas
directrices relativas a los niños refugiados han sido objeto de amplia
promoción. La respuesta dada a las necesidades de este grupo en situaciones de
emergencia mejoró debido a la incorporación de trabajadores comunitarios
capacitados, organizados en cursos y talleres. Trabajó en la consecución de los
objetivos en estrecha colaboración con el UNICEF y el CICR.
El aspecto
ambiental de la situación de los refugiados fue objeto de atención por parte de
los países de asilo, ya que la mayoría de las poblaciones de refugiados se
encuentran en zonas ecológicamente frágiles. El ACNUR aprobó las directrices
provisionales para una gestión ecológica idónea de los programas para
refugiados en que se proponen criterios preventivos y proactivos para mitigar
los problemas ambientales asociados con los campamentos de refugiados, dándose
con ello respuesta a la resolución de la Asamblea General sobre las actividades
de la Conferencia de Río de Janeiro de 1992. Uno de los objetivos fundamentales
del ACNUR, en 1995, fue aplicar esas directrices en los proyectos en marcha y
provocar que participen las autoridades gubernamentales.
Encaminó
enérgicamente sus conversaciones con los gobiernos y organizaciones
intergubernamentales y no gubernamentales sobre la forma de lograr, en
situaciones de crisis, una mejor conexión entre las intervenciones humanitarias
y el desarrollo destinado a garantizar soluciones duraderas. Desde el punto de
vista operacional, aplicó el concepto del proceso ininterrumpido y se ocupó de
las necesidades humanitarias en un contexto comunitario. Este método puesto en
práctica mediante estrategias zonales promovió la rehabilitación de sociedades
que salen de conflictos.
En
relación a las actividades entre el ACNUR y la fuerzas armadas se han dado
situaciones en las cuales se encomendó a los militares la misión de ocuparse de
la seguridad en las operaciones humanitarias y en el mantenimiento de la paz.
Otra forma de acción surgió cuando fue necesario la realización de actividades
de socorro de emergencia o cuando determinadas capacidades técnicas exclusivas
de los militares fueron cedidas por los gobiernos para el desarrollo de los
programas, por ejemplo en Sarajevo, Croacia y Bosnia.
Conclusiones regionales
Africa
Fracasaron
todos los intentos de pacificar Liberia, y la situación era semejante al
momento de realizarse el presente informe. Las hostilidades que se iniciaron en
1994, obligaron a 56.000 liberianos a huir a Guinea y otro tanto a Costa de
Marfil. Se lanzó un programa de emergencia para atender a las necesidades
urgentes y si bien la falta de seguridad general impidió una repatriación a
gran escala se prestó asistencia a 6.700 refugiados. En la actualidad, se ocupa
de 60.000 refugiados sierraleoneses en Monrovia y alrededores. En el citado
país la situación en materia de seguridad empeoró a principios de 1995, y los
refugiados liberianos se repatriaron en febrero. Alrededor de 45.000
sierraleoneses huyeron a Guinea tras registrarse incidentes en Kambia y se
lanzó un programa de asistencia de emergencia estableciéndose una oficina oficial
en el territorio.
La guerra
de Rwanda provocó el éxodo en gran escala de rwandeses hacia los países
vecinos. En marzo de 1995 había casi 20.000 refugiados en la República Unida de
Tanzania, el Zaire y Burundi. No obstante la presencia de militares y elementos
políticos del régimen anterior entre los refugiados engendró una intensa
violencia en los campamentos de refugiados, lo que impidió que éstos regresaran
libremente. En la República Unida de Tanzania prestó apoyo al Gobierno
aumentando los efectivos del contingente de policías encargados de resolver
problemas de seguridad en los campamentos de refugiados. En el Zaire, el ACNUR
y el Gobierno firmaron un memorial relativo a la presencia del Contingente
Zairense de seguridad en los Campamentos, bajo la supervisión del Grupo de
Enlace de Seguridad Internacional, el cual tendió a mejorar el orden público en
los campamentos de refugiados rwandeses, impedir la intimidación de los
candidatos a la repatriación voluntaria, proteger las instalaciones y el personal
humanitario y escoltar los convoyes de la repatriación voluntaria.
La
Conferencia Regional sobre la Asistencia a los Refugiados, Repatriados y
Desplazados realizada en Bujumbura, suscitó en la comunidad internacional
expectativas de que la tasa de repatriación voluntaria a Rwanda pudiese
aumentar gradualmente. Se tradujo el plan de acción en un Plan de Trabajo
Concreto destinado a facilitar la repatriación voluntaria.
Entretanto,
han surgido nuevas complicaciones en los países de asilo porque la escasez de
alimentos agudizó las tensiones en los campamentos de refugiados.
En Angola,
se siguió prestando asistencia a 112.000 repatriados y desplazados internos que
vivían en las provincias de Zaire, Uige y Moxico. Los organismos tuvieron
acceso a todos los puntos del país durante la mayor parte de 1995 y pudieron
prestar asistencia. No obstante, la escalada militar registrada antes de la
firma del Protocolo de Lusaka privó el acceso de las Naciones Unidas.
Actualmente, se hace hincapié en el envío anticipado de alimentos y productos
varios a las principales zonas de repatriación prestándose fundamentalmente
apoyo a los movimientos de regreso espontáneo a Angola.
En Argelia
procedió durante todo el año 1995 el programa de asistencia a nacionales de
Malí y Níger que se refugiaron en el sur del país. Las autoridades argelinas
planearon en ese momento agruparlos en cuatro sitios y la situación de tensión
ha influido escasamente en el desarrollo de actividades de asistencia.
Centroamérica y México
Gracias al
proceso regional de paz, se han encontrado soluciones duraderas para la mayoría
de los refugiados centroamericanos. Las actividades desarrolladas, tuvieron
como eje los problemas jurídicos y la protección internacional. La Oficina se
esforzó por fortalecer la capacidad de los gobiernos de hacer frente a los
problemas de los refugiados ayudándoles a formular leyes internas en materia de
asilo y refugio y a llevar a buen término el empeño de los países que se habían
comprometido a asumir en las reuniones de seguimiento, las directrices de la
Declaración de San José.
Entretanto,
continuó la consolidación de soluciones duraderas. En Bélice, prosiguió el
proyecto de efecto rápido encaminado a facilitar la integración socioeconómica
de refugiados y personas indocumentadas. La repatriación voluntaria de los
refugiados guatemaltecos en México y su reintegración siguió siendo el
principal problema pendiente en la región. Regresaron de México 6.000
refugiados guatemaltecos, aunque no se habían resuelto los problemas de
seguridad, de escasez de tierras para los repatriados y de inexistencia de un
acuerdo de paz.
Sudamérica y el Caribe
El regreso
del Presidente Aristide a Haití, hizo disminuir la violencia y la inestabilidad
política y allanó el terreno a la repatriación voluntaria de los refugiados
haitianos que habían hallado asilo en la República Dominicana y demás países
del Caribe desde finales de 1991. Los planes desarrollados para asistir a los
repatriados se dirigieron a la asistencia técnica y capacitación que tropezaron
con la falta de interés de la comunidad internacional.
Siguieron
llegando a América Latina personas en busca de asilo procedentes de países
externos a la región, aunque disminuyó el flujo de solicitantes de asilo
africanos al Brasil. El resto de las actividades se centraron en la promoción y
conocimiento del derecho en materia de refugiados y participó activamente con
los gobiernos en la organización y puesta en práctica de cursillos
especializados sobre la protección de refugiados y repatriados destinados a los
militares que intervinieron en operaciones de mantenimiento de la paz de las
Naciones Unidas.
Asia
126.471
residentes musulmanes regresaron voluntariamente de los campamentos de
Bangladesh al Estado de Rajine, a pesar de los graves daños ocasionados a las
instalaciones de repatriación por catástrofes naturales, por lo cual se han
proporcionado a los repatriados un equipo de repatriación, dinero a cada uno de
ellos y subvenciones para alojamiento familiar más raciones de alimentos para
dos meses.
Aproximadamente
17.800 refugiados cingaleses regresaron a Sri Lanka desde Tamil Nadu durante el
período que se examina, quedando 53.000 refugiados en campamentos de la India.
El cese de las hostilidades en la región en enero de 1995, influyó
positivamente en los movimientos de repatriación.
La acción
del ACNUR se desplazó de las actividades de socorro de emergencia y
construcción de refugios a actividades de mejoramiento de la calidad de vida
tales como educación, actividades generadoras de ingresos y formación
profesional. Se ha dado prioridad a una mayor participación de los refugiados,
en particular a las mujeres en la administración de los campamentos.
Decidió
mantener su presencia en Camboya ante el empeoramiento de la situación en
materia de seguridad, en particular en las provincias noroccidentales. A
principios de 1995, el número de refugiados en China ascendía a 287.086 en su
mayoría indochinos de origen vietnamita, lao y camboyano. Aunque en el año 1994
se clausuró oficialmente el plan de repatriación voluntaria, sigue en pie la
posibilidad del regreso voluntario en casos residuales.
En virtud
de un acuerdo concertado con el Gobierno chino, el ACNUR se comprometió a
reorientar el programa de asistencia local a los refugiados vietnamitas del
país teniendo por objetivo los asentamientos más pobres a fin de promover la
autosuficiencia a largo plazo. El programa fue iniciado en 1995.
Viet nam,
país de acogida y el ACNUR concluyeron acuerdos acerca de las modalidades del
regreso de los vietnamitas no refugiados que quedaban en los campamentos. A
principios del año se negociaron acuerdos para simplificar los trámites de
regreso de todos los vietnamitas a los que no se habían reconocido la condición
de refugiados, lo que debería acelerar el ritmo de las repatriaciones.
Europa
Al haber
ingresado Austria, Finlandia y Suecia en la Unión Europea el 1 de enero de
1995, ha aumentado la importancia de la Unión y sus instituciones como
colaboradores de la Oficina, tanto en lo que se refiere a su apoyo político
como técnico. La Oficina y el presidente de la Comisión Europea subrayaron su
deseo de reforzar la cooperación existente. El diálogo en torno a la
armonización de la política de asilo se centró en las garantías mínimas en lo
tocante a los mecanismos de asilo, la definición de refugiados y el recurso a
los acuerdos de readmisión y a los terceros países seguros en los casos de
asilo.
Las
actividades en Europa central y oriental siguieron el eje de la protección,
fomento del derecho de los refugiados, creación de instituciones, capacitación
y programas de asistencia limitada a los solicitantes de asilo en los lugares
donde no existen estructuras nacionales al efecto. Los esfuerzos desplegados se
centraron en instaurar procedimientos justos y eficaces en materia de concesión
del estatuto de refugiados a los que puedan tener acceso quienes solicitan
asilo. Aunque el número de refugiados reconocidos sigue siendo reducido en
Europa Central, la mayoría de los países prestan protección temporal a un
número considerable de personas que huyen de las zonas de la antigua Yugoslavia
donde han estallado conflictos.
El ACNUR
prestó asistencia a los países cuya legislación se halla en fase de redacción.
Entretanto se han concluido gran número de acuerdos de readmisión tanto entre
la Unión Europea y los países de Europa Central como entre estos últimos.
A petición
del Gobierno Ruso y de las Naciones Unidas, brindó asistencia a gran cantidad
de personas en Chechenia desplazadas a las Repúblicas vecinas de Ingusetía,
Daguestán y Osetia. El programa forma parte de un esfuerzo interinstitucional
amplio plasmado en el Llamamiento Unificado que lanzaron las Naciones Unidas.
En Georgia, el programa de asistencia prestó atención y manutención limitada a
personas internamente desplazadas y un acuerdo cuatripartito para la
repatriación de desplazados de Abjasia confió al ACNUR la presidencia de la
Comisión Cuatripartita, llevando a buen término la repatriación planeada. En
Aserbaiyán donde uno de cada ocho habitantes son desplazados, se ha contenido
la fase de emergencia gracias al esfuerzo de las Naciones Unidas y de las
Organizaciones No Gubernamentales y a la ayuda humanitaria bilateral. La
mayoría de las personas internamente desplazadas sigue viviendo en refugios
provisionales y otros sitios precarios. Los refugiados son en la actualidad el
sector prioritario del programa de asistencia del ACNUR que abarcó también la
sanidad, el suministro de agua y el saneamiento.
Más de
cuatro millones de refugiados, personas desplazadas y personas afectadas por la
guerra estaban recibiendo asistencia humanitaria. A consecuencia de la
evolución de la situación sobre todo en Bosnia y Herzegovina, la cifra general
de planificación ha disminuido desde enero de 1995. Aunque la instauración de
la Federación entre el Gobierno de Bosnia y los croatas de Bosnia, mejoró el
acceso de asistencia humanitaria en Bosnia central, donde los suministros eran
irregulares el ACNUR prosiguió sus funciones de protección en toda la región y
un número reducido de personas consiguieron autorización y protección de
resentimiento temporal en países de fuera de la antigua Yugoslavia.
Durante
todo el año prosiguieron los combates entre facciones que habían estallado en
Afganistán, lo que hizo que se reanudaran los desplazamientos e impuso una
pesada carga a las comunidades rurales que se estaban recuperando de 15 años de
guerra. Se calcula que por lo menos un millón de personas han sido desplazadas
en el Afganistán desde la caída del Gobierno. Los proyectos de asistencia se
estructuraron en torno a los proyectos de efecto rápido y las actividades de
reintegración, en la supervivencia y necesidades inmediatas de quienes viven en
las provincias que reciben refugiados. Los proyectos tuvieron por objeto
aumentar el suministro de agua y alimentos.
Se siguió
apoyando la rehabilitación ambiental de zonas del Pakistán que han padecido la
presencia de refugiados afganos mediante la tercera fase del proyecto entre el
ACNUR y el Banco Mundial, consistente en utilizar la mano de obra refugiada
para efectuar las obras de protección ambiental.
Oriente Medio
Prestó
asistencia a los curdos iraquíes para que regresaran a su patria,
fundamentalmente desde la República Islámica del Irán. El proyecto consistente
en sufragar las necesidades de los repatriados comprendió el transporte,
alimentos y alojamiento. En enero de 1995 se realizó un plan para ampliar y
mejorar las instalaciones de los campamentos a fin de poder recibir un total de
quince mil personas procedentes del Iraq septentrional.
En Arabia
Saudita prestó asistencia a los refugiados iraquíes y desplegó esfuerzos
especiales para velar por su protección y contribuir a tramitar el
reasentamiento.