Anuario de Relaciones Internacionales, Año 1997

 

ONU
Agenda para la paz

Mantenimiento de la Paz

Informe de 13 países bajo la dirección de Dinamarca.

(New York, 29 de febrero de 1996)

 

Introducción: Apreciación de las necesidades en materia de mantenimiento de la paz y de la acción humanitaria.

Las actividades de las Naciones Unidas concernientes al mantenimiento de la paz y de la seguridad registran actualmente una evolución tanto de orden cuantitativo como cualitativo. La cantidad de operaciones humanitarias y de mantenimiento de la paz se ha más que triplicado entre los años 1988 y 1994, pasando de 5 a 17. Dichas operaciones se inscriben ahora cada vez más en el contexto de los conflictos que tienen lugar en el interior de los estados y no entre ellos y que afrontan una amalgama de soldados, milicianos y civiles armados cuya disciplina y cadenas de mando son algo borrosas, caracterizándose por el caos y la anarquía. Además la amplitud de dichas operaciones se vio modificada: esencialmente militares en su. comienzo, adquieren un carácter polivalente al implicar componentes civiles, militares y humanitarios. Entre 1988 y 1994, los efectivos militares desplegados se multiplicaron por siete, pasando de alrededor de 10.000 hombres a más de 70.000, lo cual demuestra claramente la complejidad. creciente de los conflictos en cuestión. Por eso mismo los gastos para el mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas se incrementaron: pasando de 200 millones a 3.000.610 millones de USS (dólares norteamericanos) por año.

Paralelamente, la mayoría de los miembros vieron reducido su presupuesto militar y en muchos casos los medios disponibles lo cual limita su posibilidad de proporcionar contingentes a la Organización. Además dado que las operaciones implican con frecuencia despliegues a largo plazo con efectivos importantes, loa estados al proveer los contingentes tratan también de reducir en la medida de lo posible tanto la duración de los despliegues como la cantidad de las tropas requeridas.

A causa de esta evolución, las fuerzas y los materiales militares ya no responden, en cantidad. y calidad, a las necesidades de las Naciones Unidas. Dado que los riesgos de conflicto en el mundo permiten prever que las necesidades futuras de fuerzas de mantenimiento de la paz se mantendrán en el nivel actual, o quizás aumenten, es preciso buscar medios que permitan hacer frente a esta situación.

Una importante lección se desprende del tratamiento de los conflictos en el transcurso he estos últimos años y es que a veces se pierden preciosas oportunidades a causa del tiempo que se deja pasar entre la decisión tomada por el Consejo de Seguridad de emprender una acción y el tiempo que tarda en llegar y actuar la fuerza de mantenimiento de la paz en la zona de la misión. Recientes conflictos han demostrado las terribles consecuencias que acarrea la lentitud. en la acción en cuanto a la pérdida de vidas humanas y los sufrimientos de la población.

Consideramos que el despliegue preventivo de fuerzas de mantenimiento de la paz podría lograr que cierta situación crítica se estabilice y así evitar que degenere en una violencia generalizada. Con el objeto de evitar que se deteriore aun más una situación que ya puede calificarse de grave o para estabilizar dicha situación , sería extremadamente útil disponer de una capacidad de despliegue rápido de fuerzas de mantenimiento de la paz que lleguen antes de que los medios con los que cuentan las Naciones Unidas logren movilizarse plenamente para lograr una acción a más largo plazo.

Además de las evidentes ventajas que tendría la posibilidad de un rápido despliegue preventivo de las fuerzas de mantenimiento de la paz, debería ejercer un efecto positivo sobre los efectivos necesarios a más largo plazo y sobre la seguridad personal comprometida. El recurso a las fuerzas de mantenimiento de la paz en el momento de la aparición o del agravamiento de un conflicto permitiría evitarlo o estabilizar una situación mediante un despliegue relativamente limitado en comparación con los medios a los que habría que recurrir en una etapa posterior. Al mismo tiempo, la calidad. de las fuerzas de mantenimiento de la paz será mejorada a través de los diferentes dispositivos y preparativos requeridos para asegurar una capacidad de despliegue rápido. Así el despliegue precoz permitía mejorar la viabilidad financiera de las acciones humanitarias y de mantenimiento de la paz. Si este despliegue se acompaña de las medidas adecuadas en el plano político, económico y humanitario, se podría prevenir el conflicto y llegar a una solución duradera.

 

Las necesidades de las Naciones Unidas

La Organización de las Naciones Unidas está plenamente conscientes de la evolución de las necesidades en materia de mantenimiento de la paz y de la acción humanitaria. En el «Suplemento de la Agenda para la paz» de enero de 1995, el Secretario General recomienda que la Organización considere la idea de una fuer a de despliegue rápido. Dicha fuerza debería estar compuesta por unidades que provendrían de un cierto número de países miembros. Recibirían la misma instrucción, operarían según los mismos procedimientos, estarían equipadas con material interoperable y participarían regularmente en maniobras comunes, a fin de poder desplegarse con la mayor rapidez.

Para crear dicha fuerza se podrían utilizar distintos métodos, una de ellas consistiría en afectar unidades de las Naciones Unidas en forma permanente. Sin embargo esta sería una solución a largo plazo debido por un lado, a los costos y a otros problemas que acarrearía el reclutamiento y la creación de nuevas unidades permanentes específicamente destinadas a tal fin, y por otro lado la reticencia de los estados miembros a poner sus unidades nacionales a disposición permanente de las Naciones Unidas. Habrá que estudiar a corto plazo, otros medios capaces de responder a las necesidades de la Organización. Consideramos que podría ser oportuno reforzar el sistema de fuerzas en disponibilidad que ya está allí.

 

Sistema de fuerzas en disponibilidad de las Naciones Unidas

En enero de 1993, un grupo de estudio fue encargado por la ONU de implementar un sistema de fuerzas disponible que pudieran ser desplegadas en todo o en parte en cualquier lugar del mundo, a solicitud del Secretario General y en los plazos convenidos, para cumplir con la misión confiada a la Organización por el Consejo de Seguridad. Fue así como surgió el sistema de módulos de fuerzas en disponibilidad.

Este sistema parte del principio de que los estados miembros se comprometen a suministrar en los plazos convenidos los medios específicos para las operaciones de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas. El 14 de agosto de 1995, 47 estados miembros declararon estar dispuestos a participar con fuerzas en disponibilidad y 30 de ellos habían presentado una lista de sus capacidades.

La idea es que alrededor de 70,000 militares puedan ponerse a disposición de la Organización. Las fuerzas convenidas permanecerán en su territorio nacional, estarán bien entrenadas y listas para cumplir con las misiones o ejercer las funciones según las directivas de la ONU. A pedido del Secretario General y con la aprobación de los estados que provean los contingentes, las fuerzas serán desplegadas para las operaciones que decida el Consejo de Seguridad.

Si bien una considerable cantidad de efectivos fueron puestos a disposición del sistema, este presenta ciertas limitaciones. Muchas contribuciones no responden a los criterios de disponibilidad operacional y de autonomía previstos originariamente. Algunas fuerzas afectadas ya están comprometidas en las operaciones, en tanto que otras no están bien preparadas. Por lo tanto, el sistema de fuerzas en disponibilidad no provee actualmente a la ONU de una capacidad de despliegue rápido.

 

Consideraciones de los estados que proveen los contingentes

No hay que olvidar que los gobiernos de los estados miembros están supeditadas al marco de su legislación nacional y que para poder proveer de tropas a las misiones humanitarias y de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas., ellos deben contar con el aval del Parlamento y, en muchos casos de la opinión pública. En el momento de embarcarse en una nueva misión, los estados que provean contingentes deberán tener presentes los siguientes factores:

– la convergencia de la misión con su política exterior y la seguridad nacional;

– la aceptabilidad del mandato;

– la actitud de las partes en pugna;

– la viabilidad de la operación;

– la adecuación de los contingentes a las necesidades de la operación;

– la seguridad del personal afectado;

– el lapso previsible en que serán afectados los contingentes;

– los recursos disponibles;

el nivel de compromiso en las operaciones;

– otros varios aspectos económicos.

Por otra lado que los diferentes estados que proveen contingentes incurren con frecuencia en gasto considerables para hacer frente a las necesidades de las operaciones humanitarias y de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas, será preciso tratar de limitar la necesidad de recurrir a dichas fuerzas y a emplear los recursos obtenidos de la manera más económica posible.

Buscando una solución

Reconociendo que la creación de una fuerza de reacción permanente constituye más bien una solución a largo plazo por razones de soberanía nacional y de costos, algunos estados miembros con visiones convergentes, que tienen una gran experiencia en el dominio del mantenimiento de la paz y aplican normas elevadas en la materia decidieron constituir un grupo de trabajo para estudiar la posibilidad de implementar una fuerza de despliegue rápido dentro del marco del sistema de las fuerzas en disponibilidad de las Naciones Unidas. El grupo de trabajo llegó a la conclusión que este sistema permitiría efectivamente crear una fuerza de esta clase cuidando de salvaguardar la soberanía nacional.

Basándose en la experiencia adquirida en las recientes operaciones, el grupo de trabajo llegó a la conclusión he que una fuerza de despliegue rápido del tamaño de una brigada. Cubriría la mayor parte de las necesidades en el plano de las capacidades orgánicas así como de los aspectos referidos al carácter multinacional de la fuerza, el mando y la conducción de las operaciones, la resistencia, la viabilidad. logística y su capacidad de colaborar con las autoridades civiles y las organizaciones no gubernamentales a partir de la implementación de una nueva misión de las Naciones Unidas.

El grupo de trabajo estudió los factores esenciales de la creación de tal fuerza y elaboró el concepto y la envergadura de una fuerza de intervención rápida de las Naciones Unidas.

 

Recomendaciones Concernientes a la creación de una brigada de intervención rápida de fuerzas en disponibilidad de las Naciones Unidas.

Conclusiones.

El Grupo de Trabajo llegó a las siguientes conclusiones:

- el sistema de las fuerzas en disponibilidad de las Naciones Unidas puede dar lugar a la creación de una fuerza de intervención rápida;

- es posible crear una brigada multinacional de intervención rápida de fuerzas en disponibilidad de las Naciones Unidas manejando con prudencia las consideraciones sobre la soberanía nacional si los países participantes ponen en común tropas en cantidad apropiada que puedan ser afectadas al sistema de fuerzas en disponibilidad de las Naciones Unidas y reunidas en una reserva de unidades de la brigada y si organizan la brigada en una estructura combinada con

vistas el empleo de Dichos contingentes.

- la brigada multinacional de intervención rápida de las fuerzas en disposición de las Naciones Unidas sólo deberían ser empleadas en operaciones de mantenimiento de la paz conforme a lo establecido en el Capítulo VI de la Carta de las Naciones Unidas, comprendidas en las misiones humanitarias;

- el despliegue de la brigada multinacional de intervención rápida de las fuerzas en disposición de las Naciones Unidas debería limitarse a una duración máxima de seis meses;

- se requiere una planificación permanente para sostener la brigada.

 

Trabajos suplementarios

Cada uno de los países participantes debe ante todo tomar esa decisión en el plano político para poder así participar en la creación de una brigada multinacional de intervención rápida de acuerdo a las modalidades descriptas en este informe. Una vez concluido el acuerdo político, será necesario realizar trabajos suplementarios en ciertas áreas.

La siguiente etapa consistiría en crear un grupo encargado de la realización del proyecto. Dicho grupo determinaría en que medida los contingentes propuestos por los países participantes responden a la organización recomendada para conformar una brigada, y si fuera necesario invitaría a otros países con experiencia en cuestiones de mantenimiento de la paz a participar en el proyecto.

Se podría constituir sub-grupos especializados en áreas específicas, como por ejemplo en logística, en cuestiones jurídicas, etc.

 

Recomendaciones

El Grupo de Trabajo recomienda que cada país representado en su seno:

- se compenetre del informe;

- considere su participación en la creación de una brigada multinacional de intervención rápida de fuerzas en disponibilidad de las Naciones Unidas;

y si decide participar:

- acepte formar parte del grupo que implementa el proyecto.

El Grupo de Trabajo recomienda además que los países representados en su seno realicen trabajos preparatorios antes de pasar a formar parte del grupo ejecutivo.