Declaración
de Leipzig sobre la Conservación y la Utilización Sostenible de los Recursos
Fitogenéticos para la Alimentación y la Agricultura
(Leipzig, Alemania, el día 23 de junio de 1996)
1. Reconociendo la importancia fundamental de los recursos fitogenéticos
para la alimentación y la agricultura, en particular para la seguridad
alimentaria de las generaciones presentes y futuras, los representantes de 150
Estados y 54 organizaciones nos hemos reunido en Leipzig, por invitación de la
Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, en
la Cuarta Conferencia Técnica Internacional sobre los Recursos Fitogenéticos.
La finalidad es afirmar y renovar nuestro compromiso para la conservación y la
utilización sostenible de estos recursos y la distribución justa y equitativa
de los beneficios derivados de la utilización de los recursos fitogenéticos
para la alimentación y la agricultura, reconociendo la conveniencia de
compartir equitativamente los beneficios que se derivan de la utilización de
los conocimientos tradicionales, las innovaciones y las prácticas pertinentes
para la conservación de los recursos fitogenéticos para la alimentación y la
agricultura y su utilización sostenible. Estamos convencidos de que estos
esfuerzos pueden ser una contribución esencial para alcanzar los objetivos y
facilitar la aplicación del Convenio sobre la Diversidad Biológica y el
Programa 21.
2. Reconociendo que los Estados tienen derechos soberanos sobre sus
recursos fitogenéticos para la alimentación y la agricultura, confirmamos
también nuestra responsabilidad común e individual con respecto a estos
recursos.
3. Estos recursos constituyen la base de la evolución natural y dirigida
de las especies vegetales más imprescindibles para la supervivencia y el
bienestar de las personas. Todos los países necesitan recursos fitogenéticos si
quieren aumentar el suministro de alimentos y la producción agrícola de manera
sostenible y hacer frente a los desafíos correspondientes que plantean los
cambios del medio ambiente, incluidos los cambios climáticos. Somos conscientes
del valor intrínseco de esta diversidad biológica y de su importancia
ecológica, social, económica, científica, educativa, cultural y estética.
4. Los recursos fitogenéticos para la alimentación y la agricultura son
el producto de la evolución natural y de la intervención humana. Reconocemos la
función desempeñada por generaciones de campesinos y campesinas y de
fitomejoradores, así como por las comunidades indígenas y locales, en la
conservación y el mejoramiento de los recursos fitogenéticos. Gracias a sus
esfuerzos, se ha conseguido mucho, y se sigue todavía consiguiendo, en la
recolección, la conservación, la mejora y la utilización sostenible de los
recursos fitogenéticos para la alimentación y la agricultura.
5. Somos conscientes, sin embargo, de las graves amenazas que se ciernen
sobre la seguridad de los recursos fitogenéticos y reconocemos que los
esfuerzos para la conservación, el fomento y la utilización sostenible de la
diversidad genética se deben mejorar. Esta diversidad se está perdiendo en los
campos y en otros ecosistemas prácticamente de todos los países, e incluso en
los bancos de germoplasma. Aunque el número de bancos de germoplasma ha
aumentado con rapidez en los últimos decenios, muchos no se ajustan a unas
normas internacionales mínimas. Hay un número alarmantemente elevado de
muestras almacenadas que necesitan regeneración, lo cual indica que una gran
parte del material recolectado y conservado en el pasado está ahora en peligro.
6. Existen lagunas y deficiencias importantes en la capacidad nacional e
internacional para conservar, caracterizar, evaluar y utilizar de manera
sostenible los recursos fitogenéticos con el fin de aumentar la seguridad
alimentaria mundial y contribuir a un desarrollo sostenible. La conexión, que
es fundamental, entre la conservación y la utilización debería mejorarse. No se
utiliza en toda la medida posible la diversidad existente en las especies
cultivadas para aumentar la producción de alimentos y mejorar la sostenibilidad
de los sistemas de producción. Hay que revisar la capacidad institucional, las
estructuras y los programas para hacer frente a esas deficiencias. Es necesario
aumentar la capacidad nacional, sobre todo en los países en desarrollo.
7. Reconocemos la interdependencia de los países y las poblaciones con respecto
a los recursos fitogenéticos para la alimentación y la agricultura. El acceso a
los recursos genéticos y las tecnologías y la participación en ellos son
imprescindibles para conseguir la seguridad alimentaria mundial y satisfacer
las necesidades de una población mundial en aumento, por lo que se deben
favorecer tal acceso a las tecnologías y su reparto con los países en
desarrollo, deberá proporcionarse y/o facilitarse en las condiciones más justas
y favorables posibles, incluidas las preferenciales y de favor, tal como hayan
sido mutuamente acordadas por todas las partes de la transacción el caso de la
tecnología objeto de patentes y de otros derechos de propiedad intelectual. Al
acceso a la tecnología y su transferencia deberá proporcionarse en condiciones
que reconozcan la protección apropiada y efectiva de los derechos de propiedad
intelectual y se adecuen a los mismos.
8. En particular, reconocemos la necesidad imperiosa de mantener las
colecciones ex situ y los hábitats in situ existentes de recursos
fitogenéticos. Es importante que esta diversidad adquiera más utilidad y valor
para los mejoradores, los agricultores y las comunidades indígenas y locales,
proporcionando una documentación de mayor calidad y más accesible. Reconocemos
la necesidad de apoyo y de incentivos sustanciales a largo plazo para los
programas nacionales e internacionales de fitomejoramiento en particular con
iniciativas para adaptar y mejorar el material genético vistas a su ulterior
aprovechamiento por parte de los fitomejoradores. Hacemos un llamamiento en pro
de una asociación nueva y más productiva entre los científicos y los
agricultores para aprovechar los esfuerzos que están realizando los segundos en
la ordenación y la mejora de sus recursos fitogenéticos, especialmente en las
zonas marginales.
9. Nuestro objetivo primordial debe ser aumentar la seguridad
alimentaria mundial mediante la conservación y la utilización sostenible de los
recursos fitogenéticos. Esto exigirá la aplicación de enfoques integrados que
combinen lo mejor de los conocimientos tradicionales y de las tecnologías
modernas. Es preciso encontrar medios para determinar, aumentar y compartir de
forma justa y equitativa los beneficios derivados de la conservación y la
utilización sostenible de los recursos fitogenéticos.
10. En la Cuarta Conferencia Técnica Internacional sobre los Recursos
Fitogenéticos, a fin de contribuir a alcanzar nuestros objetivos, hemos
aprobado un Plan de acción mundial para la conservación y la utilización
sostenible de los recursos fitogenéticos para la alimentación y la agricultura.
Este Plan proporciona un marco coherente para las actividades relacionadas con
la conservación in situ y ex situ y la utilización sostenible de los recursos
fitogenéticos, así como la creación de instituciones y de capacidad.
Contribuirá a facilitar la sinergia entre las actividades en curso y una
utilización más eficaz de los recursos disponibles. Estamos convencidos de la
extraordinaria importancia de los compromisos nacionales a largo plazo para la integración
de los programas y planes nacionales y para la indispensable cooperación
nacional, regional e internacional.
11. Este Plan de acción mundial es un elemento importante del Sistema
mundial de la FAO para la conservación y utilización de los recursos
fitogenéticos. El Sistema mundial comprende en la actualidad, entre otros
elementos, un Compromiso Internacional sobre los Recursos Fitogenéticos, ahora
en fase de revisión. Creemos que es importante completar la revisión del
Compromiso Internacional sobre los Recursos Fitogenéticos y ajustar el Sistema
mundial de acuerdo con el Convenio sobre la Diversidad Biológica.
12. Nos comprometemos a respetar nuestros compromisos adoptando las
medidas necesarias para aplicar el Plan de acción mundial, de acuerdo con
nuestras capacidades nacionales.
13. Nos hemos reunido en Leipzig, conscientes de nuestras
responsabilidades y de las dificultades que se plantean, pero con la confianza
de que se puede y debe progresar. Insistimos en la necesidad de integrar la
conservación y la utilización sostenible de los recursos fitogenéticos para la
alimentación y la agricultura en las políticas agrícolas como elemento esencial
de la seguridad alimentaria. Invitamos a que se preste atención al Plan de
acción mundial en la próxima Cumbre Mundial sobre la Alimentación, que se
celebrará en noviembre de 1996. Invitamos a todos a que se unan a nosotros en
esta causa común.