UNION
EUROPEA (UE)
Consejo
Europeo de Turín
(29 de marzo de 1996).
Introducción
El Consejo
Europeo estableció en Madrid el programa de la Unión para el final del siglo.
La convocatoria de la Conferencia Intergubernamental, que comenzará hoy el
estudio de la revisión de los Tratados con el fin de crear una unión cada vez
más estrecha entre los pueblos de Europa, supone el primer paso que se da en
tal dirección.
En una
Unión decididamente entregada a la plena aplicación de los Tratados, incluidas
sus disposiciones relativas a la unión económica y monetaria, la Conferencia
brindará la oportunidad de afrontar de manera más eficaz los desafíos tanto
interiores como exteriores que planteen los años venideros.
Esos
desafíos tienen su origen, en particular, en la modificación de la situación
internacional; la dimensión mundial de la economía y sus consecuencias para el
empleo, la competitividad y la creación de puestos de trabajo en la Unión; el
terrorismo, el tráfico de estupefacientes y la delincuencia internacional; la
presión migratoria y los desequilibrios ecológicos.
Por otro
lado, la futura ampliación de la Unión, que constituye una misión histórica y
una gran oportunidad para Europa, supone asimismo para la Unión desafío en
todos sus aspectos. Con eso a la vista, las Instituciones y su funcionamiento,
así como los procedimientos, deben mejorarse con el fin de preservar su
capacidad de actuación, manteniendo y desarrollando, al mismo tiempo, el acervo
comunitario y respetando el equilibrio entre las Instituciones. Es esencial
apoyar la propia naturaleza de la construcción europea, que debe conservar y
desarrollar sus características de democracia, eficacia, solidaridad, cohesión,
transparencia y subsidiariedad.
Los Jefes
de Estado y de Gobierno consideran que la Conferencia, a la luz del informe
elaborado por el Grupo de Reflexión y sin perjuicio de otras cuestiones que
puedan plantearse durante la misma, debería centrarse fundamentalmente en los
ámbitos que se definen a continuación.
1.Una Unión más próxima a sus ciudadanos
El Consejo
Europeo pide a la CIG que en sus trabajos tome por base el hecho de que los
ciudadanos son el núcleo de la construcción europea: la Unión tiene el deber
ineludible de dar respuestas concretas a sus necesidades y preocupaciones.
Habida
cuenta de que los Estados miembros se han comprometido a respetar los derechos
humanos, los valores democráticos, la igualdad y la no discriminación, la CIG
debe estudiar y reforzar esos derechos fundamentales y mejorar la salvaguardia
de los mismos.
Los
ciudadanos europeos prestan una atención cada vez mayor a los asuntos de Justicia
e Interior. En una zona de libre circulación de personas, bienes, capitales y
servicios como es la Unión, el ejercicio de estos derechos debe acompañarse de
la protección adecuada. A ello contribuirá el fortalecimiento de las fronteras
exteriores de la Unión. En este contexto, se pide a la Conferencia que presente
resultados adecuados ante todo sobre los siguientes puntos:
- la
mejora de la protección de los ciudadanos de la Unión, en particular, frente a
la delincuencia internacional, el terrorismo y el tráfico de estupefacientes;
- el
desarrollo de políticas coherentes y eficaces en los ámbitos de asilo,
inmigración y visados;
- resolver
las divergencias sobre el control jurisdiccional parlamentario de las
decisiones de la UE en el ámbito de la Justicia y los asuntos de Interior.
Para la
Unión y sus Estados miembros, la lucha contra el desempleo es el cometido
prioritario. El fomento del empleo convierte a las políticas económicas y
estructurales nacionales en una cuestión de preocupación común. Conseguir
mejores oportunidades de empleo requiere una política económica orientada hacia
la estabilidad, una mayor competitividad y un crecimiento sólido, sobre todo a
través de la realización del mercado único y de la aplicación de los criterios
de convergencia para lograr la unión económica y monetaria. No obstante, es
necesaria una acción coordinada suplementaria.
Por tanto,
con objeto de cumplir el objetivo de un alto nivel de empleo, al tiempo que se
garantiza la protección social, la CIG deberá examinar la forma en que la Unión
podría aportar las bases para una cooperación y coordinación mejoradas con
objeto de reforzar las políticas nacionales. Además, la CIG debe estudiar la
posibilidad y la forma de aumentar y mejorar por medio del Tratado la eficacia
y la coordinación de los esfuerzos que realizan tanto nuestros Gobiernos como
los interlocutores sociales.
La CIG
podría también afrontar la cuestión de la compatibilidad entre la competencia y
el principio de acceso universal a los servicios fundamentales en interés de
los ciudadanos.
La CIG
deberá también examinar el estatuto de las regiones ultraperiféricas, de los
territorios de ultramar, y la cuestión de las regiones insulares de la Unión.
Mantener
el medio ambiente en buen estado preocupa en extremo a nuestros ciudadanos.
Garantizar una mayor calidad del medio ambiente es uno de los retos
fundamentales de la Unión. La CIG tendrá que estudiar el modo de incrementar la
eficacia y la coherencia de la protección medioambiental a escala de la Unión,
teniendo presente el desarrollo sostenible.
La CIG
debe asegurar la mejor aplicación y cumplimiento del principio de
subsidiariedad, hacer más transparente y abierto el trabajo de la Unión y
estudiar si es posible simplificar y consolidar los Tratados.
2.Las Instituciones en una Unión más
democrática y eficaz
Con el fin
de mejorar las Instituciones de la Unión Europea y con vistas a preparar la
futura ampliación, los Jefes de Estado y de Gobierno resaltan la necesidad de
buscar los medios más adecuados para conseguir que funcionen con mayor
eficacia, coherencia y legitimidad. La Conferencia tendrá que estudiar:
- los
medios más eficaces para simplificar los procedimientos legislativos y hacerlos
más claros y transparentes;
- la
posibilidad de ampliar el alcance de la codecisión en asuntos realmente
legislativos;
- el tema
del cometido del Parlamento Europeo, además de sus poderes legislativos, así
como su composición y el procedimiento uniforme para su elección.
La CIG
deberá examinar asimismo cómo y en qué medida podrían contribuir los
Parlamentos nacionales, también de manera colectiva, a las tareas de la Unión.
En
relación con el Consejo, cuyo funcionamiento debe mejorarse, la CIG deberá
abordar los temas del alcance de las votaciones por mayoría, la ponderación de
los votos y los umbrales para las decisiones por mayoría cualificada.
La
Conferencia tendrá también que estudiar de qué manera puede desempeñar la
Comisión sus funciones fundamentales de forma más eficaz, tomando asimismo en
consideración su composición y teniendo en cuenta su representatividad.
La
Conferencia deberá examinar si debe mejorarse, y en qué forma, el cometido y
funcionamiento del Tribunal de Justicia Europeo y del Tribunal de Cuentas.
También deberá examinar cómo conseguir que la legislación sea más clara y de
mayor calidad, así como los modos y maneras de hacer más eficaz la lucha contra
el fraude.
Los Jefes
de Estado y de Gobierno piden a la Conferencia que estudie la posibilidad de
introducir normas de carácter general o bien en ámbitos específicos para
permitir que un determinado número de Estados miembros puedan desarrollar una
cooperación más estrecha, abierta a todos, compatible con los objetivos de la
Unión, preservando al mismo tiempo el acervo comunitario, evitando la
discriminación y las distorsiones de la competencia y respetando el marco
institucional único.
3.Refuerzo de la capacidad de actuación
externa de la Unión
La
situación internacional hace que aumenten las responsabilidades de la Unión y
la necesidad de reforzar su identidad en el panorama internacional con miras a
fomentar la paz y la estabilidad. El peso político de la Unión debe
corresponderse con su poderío económico. Al mismo tiempo deben intensificarse
la coherencia y la unidad de todos los aspectos de las actuaciones externas de
la Unión, respetando a su vez plenamente el cometido de la Comisión.
La UE se
ha fijado el objetivo de realizar una política exterior y de seguridad común,
con la posible inclusión de un marco para la política de defensa común que
pudiera conducir en su momento a una defensa común.
Para
alcanzar dicho objetivo, se requerirá una mayor capacidad para:
-
determinar los principios y los ámbitos de la política exterior común,
- definir
las actuaciones necesarias para impulsar los intereses de la Unión en dichos
ámbitos y de acuerdo con dichos principios,
- crear
procedimientos y estructuras que contribuyan a una adopción más eficaz y
oportuna de las decisiones, en un espíritu de lealtad y de solidaridad mutua,
- convenir
disposiciones presupuestarias apropiadas.
Teniendo
en cuenta dichos objetivos, la Conferencia deberá estudiar asimismo si -y de
qué manera- el establecimiento de una nueva función específica podría conferir
a la Unión la posibilidad de expresarse de modo más manifiesto y coherente y
con un rostro y una voz más perceptibles.
Por otra
parte, la CIG tendría que examinar cómo reafirmar mejor la identidad europea en
materia de seguridad y de defensa. Para ello, deberá tratar la cuestión de una
definición más clara de su relación con la Unión Europea Occidental, que es
parte integrante del desarrollo de la Unión Europea, tomando en consideración,
en particular, el plazo de 1998 fijado por el Tratado de Bruselas. El objetivo
deberá incluir asimismo la mejora de la capacidad operativa disponible en la
Unión, con especial referencia al ámbito cubierto por las «Misiones Petersberg»
de la Unión Europea Occidental y de conformidad con la Carta de las Naciones
Unidas. La Conferencia también podría estudiar si el Tratado debe fomentar, -y
en qué medida- una cooperación más estrecha en el ámbito de los armamentos.
Por
último, el Consejo Europeo invita a la Conferencia, cuyos trabajos se espera
que finalizarán en el plazo de un año, aproximadamente, a que adopte una visión
general y coherente a lo largo de sus trabajos: su objetivo es satisfacer las
necesidades y expectativas de nuestros ciudadanos, adelantando al mismo tiempo
la construcción europea y preparando a la Unión para su futura ampliación.
Los Jefes
de Estado y de Gobierno confirmaron el acuerdo alcanzado por los Ministros de
Asuntos Exteriores el 26 de marzo de 1996 sobre la asociación del Parlamento
Europeo a los trabajos de la CIG:
Asociación
del Parlamento Europeo a los trabajos de la Conferencia Intergubernamental
Teniendo
presente la experiencia del Grupo de Reflexión y de conformidad con las
conclusiones del Consejo Europeo de Madrid de los días 15 y 16 de diciembre de
1995, el Parlamento Europeo estará estrechamente asociado a los trabajos de la
Conferencia de modo que pueda ser informado periódicamente y en forma detallada
sobre el avance de los debates y defender su punto de vista sobre todas las
cuestiones debatidas cada vez que lo considere oportuno.
Para
garantizar esta asociación dentro del respeto de las disposiciones aplicables a
la revisión de los Tratados, los Ministros de Asuntos Exteriores han convenido
en las siguientes modalidades:
1. Las sesiones del Consejo Europeo en las que se trate el tema de la
CIG comenzarán, como de costumbre, con un cambio de impresiones con el
Presidente del Parlamento Europeo sobre los temas del orden del día.
2. Al inicio de las sesiones ministeriales de la CIG se mantendrá
asimismo un cambio de impresiones sobre los puntos consignados en el orden del
día con el Presidente del Parlamento Europeo, que contará con la asistencia de
representantes del Parlamento Europeo.
3. Una vez al mes y siempre que los representantes de los Ministros lo
consideren oportuno de común acuerdo, la Presidencia organizará una reunión de
trabajo con ocasión de las reuniones de los representantes de los Ministros,
con el fin de fomentar un cambio de impresiones pormenorizado con los
representantes del Parlamento Europeo.
4. La Presidencia informará periódicamente al Parlamento Europeo y a los
Parlamentos nacionales a través de la Conferencia de Órganos Especializados en
Asuntos Comunitarios (COSAC).
5. La asociación del Parlamento Europeo comenzará con la invitación a su
Presidente y a dos representantes a la apertura de la CIG el 29 de marzo de
1996 en Turín.
6. La Presidencia garantizará el buen funcionamiento de la CIG y de la
asociación del Parlamento Europeo recordando el carácter intergubernamental de
la Conferencia, las respectivas competencias de cada parte y la necesidad de
que exista una cooperación estrecha caracterizada por la confianza entre las
instituciones.
Pacto
Europeo de confianza para el empleo,
el crecimiento y la competitividad.
El Consejo
Europeo debatió los problemas de crecimiento y empleo.
El Sr.
Santer, Presidente de la Comisión, presentó al Consejo Europeo su iniciativa en
favor de un Pacto Europeo de Confianza para el Empleo, destinado a establecer
una estrategia común y coherente entre las Instituciones europeas, los
Gobiernos y los interlocutores sociales.
El
Presidente Chirac expuso las propuestas del memorándum francés sobre un modelo
social europeo.
Refiriéndose
al Libro Blanco sobre Crecimiento, Competitividad y Empleo y en las
conclusiones adoptadas en las reuniones de Essen, Cannes y Madrid, el Consejo
Europeo reafirmó la prioridad que otorga a la creación de puestos de trabajo y
acogió favorablemente la intención de la Presidencia de conceder la máxima
importancia al debate sobre este tema en la próxima reunión de Florencia,
tomando como base el Pacto de Confianza del Presidente Santer y las
contribuciones de algunos Estados miembros. En consecuencia, encargó al Consejo
que coordinara sus trabajos y prosiguiera activamente el estudio de las
diversas propuestas destinadas a contribuir a estos objetivos.
En este
contexto, señaló que, como preparación de la reunión del Consejo Europeo en
Florencia, la Presidencia italiana pensaba celebrar en Roma a mediados de junio
una Conferencia Tripartita entre Gobiernos, interlocutores sociales y la
Comisión, sobre crecimiento y empleo.