Anuario de Relaciones Internacionales, Año 1997 CRONOLOGIA DOCUMENTAL

 

CRONOLOGIA DOCUMENTAL
N
aciones Unidas

Informe del Alto Comisionado de las Naciones Unidas
para los Derechos Humanos.

 

Chipre.

El Comité acogió con agrado los esfuerzos, políticas y planes que se estaban llevando a cabo para eliminar la discriminación contra la mujer.

Reconoció que los mayores obstáculos para la aplicación de la Convención eran las actitudes y prácticas sociales basadas en las ideas tradicionales y estereotipadas sobre el papel que corresponde, respectivamente, al hombre y a la mujer.

Acogió con agrado la afirmación del Estado de que los efectos de la ratificación de la Convención habían sido considerables, en particular, había servido de marco a la política orientada a reducir la desigualdad y había constituido un instrumento útil para las organizaciones de mujeres que perseguían el cambio.

Recibió con agrado la enmienda introducida en la Constitución, por la que se crearon tribunales civiles especiales que serán los competentes en materia de derecho de familia.

Tomó nota con satisfacción del alto nivel alcanzado por las mujeres y las niñas, y valoró el programa de educación orientado a crear conciencia sobre la igualdad y a eliminar estereotipos tradicionales basados en el género, especialmente entre las mujeres de zonas rurales.

Acogió con agrado la introducción de la legislación en relación a la violencia contra la mujer en la familia, en particular, la aclaración de que la violación conyugal constituye un delito. Asimismo, acogió con beneplácito el establecimiento de servicios de asesoramiento y la contribución del Gobierno para financiar un centro de auxilio para las víctimas de violencia.

Tomó nota con reconocimiento de los esfuerzos realizados por el Gobierno para hacer frente a los problemas de discriminación contra la mujer en la televisión, la radio y la publicidad, incluidos los programas sobre cuestiones de interés para la mujer, la participación de la mujer en las emisiones y la imagen de la mujer presentada en los medios de difusión.

Observó con gran preocupación la información suministrada sobre la trata internacional y la explotación sexual de mujeres, y sobre el hecho de que el Gobierno presente la baja tasa de fecundidad como razón para mantener las restricciones penales respecto del aborto.

Recomendó al Gobierno, sobre la base del compromiso contraído en la Cuarta Conferencia Internacional sobre la Mujer, medidas para fortalecer los mecanismos nacionales al servicio de la mujer, incluidos su estructura administrativa, su presupuesto, sus recursos humanos y su poder ejecutivo.

Alentó a proseguir con los esfuerzos para rectificar la legislación discriminatoria contra la mujer y señaló a la atención del Gobierno la recomendación general nº 19 del Comité, sobre la enmienda al Código Penal en lo que respecta a la violencia contra la mujer.

Instó a tomar medidas urgentes, con arreglo al art. 4 de la Convención, a fin de aumentar sustancialmente la presencia de la mujer en todas las esferas de la vida pública y política, así como promover su posición en los niveles directivos de la administración pública y el servicio diplomático.

Por último recomendó al Gobierno que ponga en práctica programas especiales de sensibilización y formación en cuestiones de género para todos los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley y, especialmente, a los jueces con competencia en cuestiones de familia.

Islandia.

El Comité felicitó al Gobierno de Islandia por las enmiendas introducidas en la Constitución y por la promulgación de la ley sobre Igualdad de Condición, si bien advirtió que la no incorporación de la Convención a la legislación interna redundaba negativamente en la aplicación de sus principios.

Acogió con beneplácito el hecho de que en los procedimientos ante el Comité de Quejas, la carga de la prueba de una acusación de discriminación por motivos de sexo, hubiera pasado de la demandante al presunto perpetrador. Asimismo, encomió también la aprobación de una ley por la cual el Tesoro Nacional se encargaría de pagar la indemnización por daños y perjuicios a las víctimas de violencia, así como la constitución de un Comité de hombres cuyo objetivo era sensibilizar a la población masculina acerca de los problemas derivados del comportamiento violento.

Tomó nota con satisfacción del adelanto de la mujer en la educación en general, que se manifestaba en el hecho de que ella representa aproximadamente el 50% de los egresados universitarios y de que se haya establecido en la universidad un centro de estudios sobre la mujer.

Expresó profunda preocupación por las grandes diferencias entre los salarios del hombre y de la mujer, tanto en el sector público como en el privado, y el hecho de que esto pudiera explicarse sólo por razones de género. Asimismo, lamentó que las mujeres de zonas rurales tuvieran, en general, menos oportunidades de empleo fuera del hogar que los hombres o que las mujeres de zonas urbanas.

El Comité consideró que la modificación de la ley sobre licencia de maternidad no era suficiente para lograr un mayor equilibrio en las responsabilidades familiares de hombres y mujeres, por lo que recomendó que el Gobierno desarrollase otros mecanismos que amplíen la participación de los hombres en las tareas domésticas y la crianza de los hijos.

Instó al Gobierno a tomar medidas tales como: instruir al personal judicial acerca de la Convención; enmendar la ley sobre Igualdad de Condición para asegurar una representación de al menos el 40% de cada sexo en los organismos públicos; incorporar en los programas de enseñanza la educación sobre derechos humanos con carácter obligatorio; y a considerar a la violencia contra la mujer una cuestión de salud pública, facilitando a las entidades que prestan servicios primarios en esta área, la notificación de casos de violencia.

Paraguay.

El Comité reconoció la existencia de factores que obstaculizan la aplicación de la Convención. Entre ellos destacó: las limitadas capacidades económicas del país y la dependencia de la producción agropecuaria; la existencia de elevadas proporciones de población en situación de pobreza y exclusión; las secuelas institucionales y culturales de la prolongada dictadura; y la existencia de una sociedad muy tradicional y jerarquizada.

Observó la consagración en la nueva Constitución del principio de igualdad entre hombres y mujeres; así como la creación de una Secretaría de la Mujer a cargo de la coordinación de las políticas públicas para este sector de la población.

Asimismo, acogió con agrado la importancia que el Gobierno le asignaba a su compromiso con la Plataforma de Acción de Beijing y, particularmente, la iniciativa de adoptar el enfoque del género en las políticas y programas, así como sensibilizar en ese sentido al personal de la administración.

Reconoció, además, las iniciativas y esfuerzos que habían realizado las organizaciones no gubernamentales por ampliar la participación política de la mujer, establecer una ley de cupos y obligar a todos los partidos políticos a fijar un número mínimo de mujeres en sus listas electorales.

Manifestó preocupación ya que, pese a los avances logrados en algunos códigos, la legislación civil y penal requería modificaciones importantes que consagraran los derechos establecidos en la Convención y los que se derivaban de la Constitución.

Lamentó el carácter limitado del mandato y de la escasez de recursos proporcionados a la Secretaría de la Mujer, y la aparente inferioridad de jerarquía político administrativa respecto de otros ministerios. En tal sentido, el Comité se mostró extrañado por la exclusión de la Ministra de la Secretaría de la Mujer de las reuniones del gabinete de Ministros, lo cual configuraba una suerte de acto discriminatorio.

Expresó su preocupación por los elevados índices de mortalidad materna y de abortos practicados en condiciones sumamente riesgosas, así como por la alta tasa de fecundidad y por las limitadas posibilidades de acceso a servicios básicos de salud y de planificación familiar.

En relación a la violencia contra la mujer, lamentó la insuficiencia de disposiciones legales para combatirla, para proteger a las víctimas y para sancionar a los agresores. En ese mismo orden de ideas, brindó considerable atención a la crítica situación en materia de prostitución y las proporciones alarmantes que este hecho registraba entre niñas y mujeres muy jóvenes, así como en las fallas legales que prevalecían en materia de adopciones, las cuales contribuían a la permanencia de un indeseable tráfico internacional de niñas y niños.

Instó al Estado Parte a continuar las iniciativas dirigidas a actualizar y compatibilizar la legislación nacional con el principio constitucional de igualdad y con los artículos de la Convención.

Recomendó la adopción de medidas para enfrentar el elevado índice de mortalidad materna y la incidencia del aborto clandestino y examinar la posibilidad de revisar las medidas punitivas de la ley sobre abortos, de conformidad con la Plataforma de Acción de Beijing.

Por último, instó a una amplia difusión de la Convención entre las mujeres, y en especial, entre las indígenas y las campesinas.

Etiopía.

El Comité expresó su reconocimiento por el hecho de que Etiopía hubiese ratificado la Convención, al igual que otros instrumentos internacionales de derechos humanos, y que hubiera aceptado la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing sin reservas.

Determinó que los principales factores y dificultades que afectaban la aplicación de la Convención eran la pobreza, las altas tasas de natalidad, y el desempleo.

Expresó su reconocimiento por la voluntad política de implementar programas para el adelanto de la mujer y por la creación de centros de coordinación en los órganos políticos de adopción de decisiones en los planos nacional, regional y local. Estimó, sin embargo, que si no se definían claramente las esferas de competencia de los dichos mecanismos, y si no se conseguía la necesaria financiación, las iniciativas podrían verse obstaculizadas.

Observó con profunda preocupación la práctica generalizada de la mutilación genital femenina, así como la incidencia de la violencia contra mujeres y niñas y la insuficiencia de medidas para erradicarla. Asimismo, mostró inquietud por la prevalencia de la prostitución y la promiscuidad entre los varones, factor que aumentaba la propagación del SIDA.

Tomó nota de la escasa representación de las mujeres en los niveles más altos de decisión y expresó dudas acerca de la eficiencia de las medidas que pudieran tomarse para erradicar la pobreza, mientras el porcentaje de mujeres en el gobierno se mantuviera tan bajo.

Recomendó al Estado parte tomar medidas tendientes a: implementar programas de sensibilización y medidas jurídicas a fin de abolir la práctica de la mutilación genital femenina; implementar programas de capacitación orientados a rehabilitar a las prostitutas e impartir conocimientos para que hallen nuevas fuentes de ingreso; incrementar el número de mujeres en las posiciones de decisión en los poderes públicos; y garantizar a las mujeres y hombres infectados con el VIH la igualdad en el disfrute de los derechos humanos.

Por último, instó a no escatimar esfuerzos para lograr un entorno estable y pacífico sostenible a fin de reconstruir el país y crear las condiciones necesarias para el desarrollo sostenible y la integración de la mujer.

Bélgica.

El Comité acogió con satisfacción la intención del Estado parte de retirar las reservas a la Convención respecto de la sección b) del art. 7 en relación con las funciones reales, y del art. 15 en relación con los bienes propios de la mujer casada de las zonas rurales.

Encomió la orientación multicultural de los programas gubernamentales sobre la mujer en que se respetaban las identidades culturales en el marco general de un sistema federal.

Expresó su satisfacción por la aclaración que hizo el Gobierno de la definición de violación en el matrimonio, y por su campaña para combatir la violencia contra la mujer mediante la movilización de los medios de difusión. Asimismo, expresó su reconocimiento por los subsidios que aportaba a los refugios para las víctimas de la violencia y a los programas de capacitación encaminados a sensibilizar a los organismos encargados de hacer cumplir las leyes en relación con la violencia contra la mujer.

Acogió con agrado la aprobación de una ley contra la trata de personas, la prostitución y la pornografía, de aplicación extrateritorial, que constituyó una medida decisiva para hacer frente a la cuestión de la explotación sexual de la mujer.

Tomó nota con interés de la despenalización de la interrupción voluntaria del embarazo y de la observancia de la confidencialidad al prestar asesoramiento a las mujeres que podían optar o no por ese procedimiento, como así también por la información suministrada en cuanto a que no se había producido un aumento en el número de solicitudes de abortos.

Expresó su preocupación por la persistente diferencia salarial y la segregación en el lugar de trabajo entre hombres y mujeres, por las altas tasas de desempleo entre las mujeres, lo que daba lugar al fenómeno de la feminización de la pobreza, como así también por la discriminación de la mujer en materia de seguridad social y tributación. En relación a ese tema, observó también, el alto número de mujeres, en comparación con los hombres, con empleos de jornada parcial, y la discriminación oculta que ello representaba.

Recomendó, para hacer frente a la cuestión de la diferencia salarial, reevaluar y reclasificar los puestos de trabajo con miras a aumentar el nivel de los empleos desempeñados por mujeres, así como adoptar medidas para abordar la discriminación oculta en materia de seguridad social y tributación entre diferentes grupos de mujeres y equilibrar el número de mujeres y hombres que trabajan a jornada parcial.

El Comité recomendó que en los próximos informes debían presentarse programas o proyectos que atiendan a las necesidades de las mujeres migratorias y otros grupos vulnerables; datos concretos acerca de las políticas gubernamentales de acción afirmativa; como así también información sobre las consecuencias de la legislación contra la trata de personas.

Cuba.

El Comité tomó nota de los efectos negativos del embargo económico en el país, lo que unido a la disolución de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y de sus aliados socialistas, tenía graves repercusiones en la economía cubana. Como consecuencia, algunos de los programas encaminados a promover la igualdad de oportunidades y a erradicar los estereotipos de género, se habían recortado o suspendido y la situación alimentaria había empeorado considerablemente.

Observó que la legislación cubana era progresista en sus disposiciones, ya que afirmaba la igualdad de sexos y la discriminación era tipificada como delito. Asimismo, tomó nota con satisfacción que el Gobierno brindara apoyo a la Federación de Mujeres Cubanas, que nucleaba el 90% de las mujeres en el país.

Advirtió que había aumentado notablemente el número de mujeres en todos los niveles y esferas de la educación, en una amplia gama de ocupaciones, incluidas la ciencia y la tecnología, la medicina, los deportes, etc, y, en particular, en la formulación de la política en los planos local, nacional e internacional.

Observó que había habido una disminución sostenida de la mortalidad materna, debido en gran medida a la mejora en la atención a las embarazadas y de los niños en los primeros años de vida. Asimismo, tomó nota de que se había proclamado como derecho humano fundamental la libertad de decidir el número y el espaciamiento de los nacimientos.

Observó que los estereotipos de género perduraban a pesar de los elevados índices de matriculación escolar y que las tareas domésticas y el cuidado de los niños seguían siendo responsabilidad de las mujeres.

Tomó nota con cierto escepticismo de que, según las informaciones suministradas, la violencia doméstica fuera poco frecuente y no se considerara un problema social. Asimismo, expresó su preocupación por el resurgimiento de la prostitución en el país, como consecuencia de la expansión del turismo y de los problemas económicos a que hacían frente las mujeres.

Lamentó que la situación económica provocada por el embargo económico haya producido una grave escasez de productos esenciales como medicamentos y anticonceptivos, lo que había planteado problemas a la población en general y a las mujeres en particular.

Recomendó al Gobierno reactivar los programas que habían resultado satisfactorios en la lucha contra los prejuicios y los estereotipos sexistas, ya que ayudaban a elucidar las actitudes de hombres y mujeres que había que modificar, sobre todo en cuanto a la necesidad de compartir el cuidado y la educación de los niños, en consonancia con el art. 5 de la Convención y con la recomendación general nº 21.

Alentó al Gobierno a activar los programas de difusión para la prevención de las enfermedades venéreas, especialmente el VIH/SIDA, dirigidos a las jóvenes, fundamentalmente las que se dedicaban a la prostitución, con arreglo a la recomendación general nº 15.

El Comité señaló la necesidad de que se ampliara la participación de la mujer en los niveles más altos del poder político y sugirió que se continuara procurando que las ellas tuvieran una voz efectiva en las decisiones que afectaban sus vidas.

Hungría.

El Comité tomó nota de que la recesión económica y la aparición de ideas neoconservadoras y neoliberales habían hecho que empeore considerablemente la situación general del país, lo que había producido que se esté retrasando la aplicación de la Convención y el cumplimiento del Estado parte de los compromisos contraidos durante la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer.

Tomó nota con satisfacción de que la Constitución y la legislación de Hungría garantizaban la igualdad de derechos de la mujer sin ninguna discriminación, y apreció las reformas legislativas y estructurales del Gobierno para garantizar el derecho social y político de la mujer y, en particular, la ley de protección del embrión, que había hecho disminuir considerablemente el número de abortos provocados.

Consideró satisfactoria la enseñanza que se impartía sobre los derechos humanos -entre ellos los derechos de la mujer- en los programas de las escuelas primarias, secundarias y en las universidades.

Acogió favorablemente el hecho de que Hungría colaborase con instituciones internacionales como la Unión Europea, el Consejo de Europa y la Organización Internacional del Trabajo en el marco del perfeccionamiento de los recursos humanos, lo que en particular ofrecía oportunidades a la mujer para mejorar su situación. Asimismo, tomó nota con interés del aumento de organizaciones no gubernamentales de mujeres, las cuales mantenían entre sí relaciones de solidaridad con el fin de que la mujer cobrase conciencia de sus derechos.

Expresó su preocupación por el hincapié excesivo que se hacía de la función de madre de la mujer, sin equilibrarla con su papel de ciudadana, y lamentó que la cuestión de la mujer no fuese prioritaria para el Gobierno, los partidos políticos y la opinión pública.

Tomó nota con inquietud de que se habían duplicado, entre 1983 y 1993, los actos de violencia y los delitos sexuales contra la mujer, instando a producir el material legislativo destinado a reprimir esos delitos.

Recomendó al Estado parte que velase por la aplicación de las disposiciones de la Convención y que cumpliese los compromisos asumidos en la Cuarta Conferencia Mundial en relación al hecho de establecer un mecanismo nacional de alto nivel encargado de definir y coordinar una política en favor del adelanto de la mujer.

Instó al Gobierno a adoptar las medidas necesarias a fin de: mejorar la representación de la mujer en todos los ámbitos de la vida política y pública; propiciar la planificación de la familia y reducir la tasa de abortos; rehabilitar y reinsertar a las prostitutas en la sociedad; ofrecer protección social a las mujeres de las minorías y a las refugiadas; facilitar la creación de una red de organizaciones no gubernamentales de mujeres para reforzar sus actividades; y finalmente difundir de manera eficiente la Convención y las recomendaciones del Comité.

Ucrania.

El Comité reconoció la existencia de una extraordinaria crisis económica que afectaba al país como resultado de la transición a una sociedad democrática orientada hacia el mercado y signada por los ajustes estructurales. También tomó nota de la grave crisis ecológica derivada de diversos factores, entre ellos, el incidente de Chernobyl. Estimó, que los dos hechos conspiraban contra la aplicación de la Convención y el disfrute de los derechos humanos de la mujer.

Consideró que la celebración de una audiencia parlamentaria en 1995, a fin de analizar concretamente las cuestiones vinculadas con la Convención, ponía de manifiesto la importancia que el Gobierno le asignaba a la misma, así como a la labor del Comité.

Asimismo, observó con satisfacción que Ucrania había ratificado todos los principales tratados de derechos humanos y que había aprobado una nueva ley sobre los efectos de los acuerdos internacionales, en virtud de la cual aquellos que hubieran sido ratificados pasaban automáticamente a ser parte de la legislación interna.

Consideró también destacable, el hecho de que el Gobierno hubiera asumido compromisos en la Conferencia de Beijing sobre importantes cuestiones vinculadas con los problemas de la vida familiar que enfrentaban las mujeres como consecuencia de la transición económica, y que hubiera establecido organismos regionales para supervisar la ejecución de esos proyectos.

Observó con preocupación que, pese a la existencia de varias entidades que se ocupaban de las mujeres y los niños, el Gobierno no había formulada una política clara y concreta en favor de la mujer, ni había proporcionado al mecanismo nacional encargado de esas cuestiones específicas, de los medios necesarios para que actuara eficazmente.

Lamentó la persistencia de los estereotipos sexuales y la sobreprotección laboral, que sólo tenían por efecto restringir sus oportunidades económicas y no constituían medios legítimos para promover la salud reproductiva de la mujer.

Asimismo, tomó nota del limitado acceso que tenían las mujeres de las zonas rurales a métodos eficaces, asequibles y aceptables de planificación familiar. lo que provocaba que un número considerable de mujeres recurrieran a abortos en condiciones de riesgo.

Expresó también preocupación, por el hecho de que la tasa de actividad económica de la mujer hubiera declinado en forma significativa en los últimos años. Las mujeres constituían del 80% al 90% de los desempleados, lo que se debía a la reducción del papel del sector público como principal empleador de las mujeres, y a que el incipiente sector privado no contrataba a mujeres.

Recomendó que, habida cuenta de la incorporación a la legislación interna de todos los tratados internacionales ratificados por el país, se estableciera de forma obligatoria la educación en materia de derechos humanos para los jueces y los miembros de los organismos encargados de hacer cumplir la ley.

Instó al Gobierno a que examinara y modificara la legislación que permitía las actividades de servicios de índole sexual, así como a adoptar las medidas necesarias para enjuiciar a los delincuentes y brindar apoyo a las víctimas mediante servicios de educación y rehabilitación.

Rwanda.

El Comité señaló entre los principales factores que obstaculizaban la aplicación de la Convención: la debilidad de los mecanismos estatales para mantener efectivamente el proceso de paz; el difícil proceso de reconciliación nacional; el derrumbamiento de la infraestructura pública y de los sistemas privados de apoyo; el gran número de refugiados y personas desplazadas internamente; el gran número de milicianos y civiles todavía armados; y la economía arrasada junto con la extrema pobreza.

Tomó nota con interés de la creación de una oficina de promoción del adelanto de la mujer, así como de un centro de coordinación para brindar asistencia jurídica, proporcionar apoyo y elaborar programas en los que se tuvieran en cuenta las diferencias de trato por razón del sexo.

Manifestó su consternación por el profundo trauma sicológico sufrido por las violaciones masivas de mujeres y niñas durante el genocidio, lo que había provocado una enorme propagación del VIH/SIDA y de otras enfermedades de transmisión sexual.

Sostuvo que la comunidad internacional -incluidos los organismos de Naciones Unidas y los gobiernos- debían prestar apoyo en gran escala para mitigar la pobreza e instaurar programas de educación encaminados a eliminar las violaciones de derechos humanos y a reconstruir Rwanda.

Consideró que hombres y mujeres debían tener igual representación en el Tribunal Internacional para Rwanda, el cual debía ocuparse también de los derechos de la mujer. Asimismo, manifestó que debía crearse una dependencia de protección de los testigos en la Oficina del Fiscal de crímenes de guerra, a fin de proteger a quienes diesen testimonio acerca de violaciones, actos de violencia sexual y otros delitos.

Sugirió que el personal de la dependencia de vigilancia de la Operación de Derechos Humanos en Rwanda debía recibir educación y capacitación en todo lo relativo a las agresiones sexuales y a las violaciones individuales y sistemáticas, como así también que se hiciera hincapié en la diversidad de experiencias y en la familiaridad con la cultura y el idioma de Rwanda.

Por último, consideró necesario organizar un debate que tenga por finalidad alcanzar el consenso sobre la repatriación de los refugiados y las personas internamente desplazadas en Rwanda, y sostuvo que la comunidad internacional sólo debería alentar la repatriación de los refugiados cuando desde la propia Rwanda hubiera claros indicios que hicieran aconsejable esa medida.