Anuario de Relaciones Internacionales, Año 1998
Primera Cumbre de Jefes de Estado
de Europa del Sudeste
Declaración común
Heraclion, 4 de noviembre de 1997
Nosotros, jefes de Estado y de Gobierno de los países de Europa del Sudeste –el presidente Kiro Gligorov, el presidente Slobodan Milosevic, el Primer ministro Victor Ciorbea, el Primer ministro Ivan Kostov, el Primer ministro Fatos Nano, el Primer ministro Costas Simitis y el Primer ministro Mesult Yilmaz, los ministros de los Asuntos Extranjeros Sr. Ismail Cem, Sr. Blagoi Handziski, Sra.Nadejda Mikhailova, Sr. Paskal Milo, Sr. Milan Milutinovich, Sr. Theodoros Pangalos y Sr. Adrian Severin, así como el vice-ministro de Asuntos Extranjeros Sr. Mihovil Malbasic, (que participa en calidad de observador) representando los gobiernos libremente elegidos por los pueblos de los países de Europa del Sudeste, estamos reunidos por primera vez en Creta y estamos convencidos de lo que sigue:
Uniremos nuestros esfuerzos para establecer en nuestra región condiciones propias para favorecer la prosperidad de nuestras naciones velando y asegurando el mantenimiento de la paz, de la seguridad, de la estabilidad y de las relaciones de buena vecindad entre los Estados.
Todavía, estamos decididos a desarrollar aún más la cooperación en Europa del Sudeste, sobre la base de la reciprocidad y de la igualdad, porque estamos de convencidos que todos tenemos mucho por aprender los unos de los otros.
Nos comprometemos a promover el Estado de derecho, la protección de los derechos fundamentales de la persona humana, especialmente los de las minorías nacionales, el diálogo inter-étnico, las libertades individuales y una economía de mercado que permita a las empresas prosperar y crear empleos y salidas laborales para todos, en particular para los jóvenes.
Afirmamos nuestro adhesión a los principios enunciados en la Carta de las Naciones Unidas y a la Carta de París para una nueva Europa, así como a los 10 principios enunciados en el Acta final de Helsinki que no son la igualdad soberana; el respeto a los derechos inherentes a la soberanía; el no-recurso a la amenaza o al empleo de la fuerza; la inviolabilidad de las fronteras; la integridad territorial de los Estados; el arreglo pacífico de los diferendos; la no-ingerencia en los asuntos interiores; el respeto de los derechos del Hombre y de las libertades fundamentales, también incluídas la libertad de pensamiento, de consciencia, de religión y de convicción; la igualdad de los derechos de los pueblos y su derecho a disponer de sí mismos; la cooperación entre los Estados; y la ejecución, de buena fe, de las obligaciones definidas por el derecho internacional.
Estimamos que la vocación europea de nuestros países es parte integrante de su desarrollo político, económico y social.
Aspirando a hacer de nuestra región una zona de cooperación económicamente próspera, decidimos promover las relaciones de buena vecindad y el respeto del derecho internacional.
Estimamos que Europa no podrá construirse sin la participación de nuestros países y de nuestros pueblos, sin el aporte de sus civilizaciones y de sus tradiciones indispensables para la formación de una identidad europea hoy. La realización de nuestros objetivos comunes pasa por la integración europea y euro-atlántica.
Alentamos a nuestros diputados, representantes auténticos de nuestros pueblos, a colaborar y a crear, como formularon el proyecto, una instancia propia para favorecer el acuerdo y las relaciones amistosas.
Reafirmamos nuestro apoyo a los grupos regionales animados por los mismos ideales que nosotros, tales como la iniciativa de Rayaumont, debida a la Unión Europea, la Iniciativa de cooperación para la Europa del Sudeste, la Cooperación económica del Mar Negro y la iniciativa de Europa Central.
Nos unimos para desarrollar los intercambios en el dominio de la ciencia, de la enseñanza, de la cultura y del deporte a fin de que nuestros pueblos aprendan mejor a conocerse y mantengan relaciones amistosas.
Colaboraremos en el ámbito de la justicia para luchar contra el crimen organizado, para poner límites al tráfico de estupefacientes y de armas, para eliminar todas las formas de terrorismo y para combatir en forma conjunta la inmigración clandestina.
No vemos en la diversidad de nuestras culturas y de nuestras religiones un obstáculo a nuestra colaboración ni una amenaza para nuestra seguridad. Al contrario, estimamos que ella estimula la inspiración, la creatividad y el dinamismo.
Redoblaremos esfuerzos para desarrollar nuestra cooperación económica, mejorar nuestras infraestructuras en el ámbito de los transportes, de las telecomunicaciones y de la energía y para crear las condiciones que favorezcan a la inversión. Invitamos a los ministros a reunirse al menos una vez por año para evaluar les progresos realizados.
Alentamos la cooperación transfrontera y en este sentido invitamos a los responsables a reunirse regularmente y los ministros de Economía o de Finanzas, o los otros ministros competentes, en encontrarse al menos una vez por año para evaluar los progresos realizados.
Examinamos con interés diferentes proposiciones concernientes a la creación de institutos y de centros que tienen como objetivo promover la cooperación multilateral en diversos dominios.
Comprometemos a los ministros de Asuntos Extranjeros a reunirse por lo menos una vez por año para realizar consultas políticas y promover la cooperación en los campos que interesan a la estabilidad y a la seguridad regionales. Los directores de Asuntos Políticos se consultarán cada tres meses y darán cuenta de sus reuniones a los ministros.
Los Ministros de Relaciones Exteriores examinarán la posibilidad de crear un secretariado común encargado de asegurar la continuidad de las cumbres o reuniones ministeriales organizadas por los diferentes países, así como las reuniones de los grupos técnicos.
Los Jefes de Estado y de Gobierno de los países de Europa del Sudeste agradecieron calurosamente a Grecia por haber recibido la Cumbre en Creta. Decidieron celebrar su próxima reunión cumbre en Turquía en el año 1998.