DEPARTAMENTO DE AFRICA
Presentación:
Gladys
Lechini de Alvarez, Magdalena Carrancio
Documentos:
Marcelo
de los Reyes
Cronología:
Magdalena
Carrancio,Lidia Gatti, Marcelo de los Reyes, Iván Soñez
Presentación
En
la presentación del Departamento Africa se sintetizan las actividades desarrolladas
por los integrantes del Departamento durante 1997, que apuntan al conocimiento
de la problemática sociopolítica y económica de los Estados del continente
africano y sus relaciones externas. Asimismo se pretende efectuar un seguimiento
de las relaciones argentino-africanas y un relevamiento y organización de
datos e información a través de las secciones Cronología y Documentos
Del
análisis de la situación de Africa durante 1997 y de las relaciones argentino-africanas
se ha ocupado la Lic. Gladys Lechini, con los aportes de la Lic. Magdalena
Carrancio para la región del Africa Norsahariana. Con respecto a la Cronología
-realizada con un enfoque regional- la secuencia referida a la región de Africa
del Norte ha sido efectuada por las Licenciadas Magdalena Carrancio y Lidia
Gatti, en tanto el Africa al Sur del Sahara por el Licenciado Marcelo de los
Reyes e Ivan Soñez. Cabe mencionar que en la cronología correspondiente a
la región de Africa del Norte, también se incluye la del año 1996, que por
cuestiones ajenas al IRI no fue publicada el año pasado.
Africa
durante 1997
La
escena político-económica africana ha tenido como telón de fondo los avances
y retrocesos en los procesos de apertura democrática y la aplicación de los
programas de ajuste del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.
Asimismo, desde la perspectiva política, en el Africa Nordsahariana la cuestión
central estuvo vinculada a las acciones de los movimientos islamistas vía
el terrorismo, en tanto la crisis en la Región de los Grandes Lagos dominó
la agenda en el Africa Subsahariana.
Desde
los aspectos económicos, a pesar de que algunas instituciones financieras
se esfuerzan por sostener que Africa está en el camino de la prosperidad porque
muchos países han realizado bien sus deberes económicos, en la mayoría de
los casos, los pueblos africanos siguen siendo víctimas de la agudización
de las desigualdades y de situaciones de extrema pobreza.
En
estos breves comentarios, por una cuestión metodológica, la presentación se
dividirá en Africa del Norte y Africa Subsahariana, para finalmente abordar
las relaciones argentino-sudafricanas
Africa
del Norte
Los
albores del siglo XXI encuentran a la región norafricana en una importante
encrucijada afrontando nuevos y viejos desafíos. Todo hace prever que estos
años serán fundamentales frente a temas fuertemente interconectados entre
sí:
-
las medidas de apertura política que están tomando los gobiernos de la región
y la implementación de planes de ajuste estructural
-
las estrategias de cooperación económica ofrecida:
*
la gestionada por la UE -a través del dialogo euromediterráneo-
*
la liderada por EEUU -a través de las conferencias para Medio Oriente y Norte
de Africa y el diálogo mediterráneo de la OTAN
Con
respecto a los pasos hacia una mayor apertura política, durante este año diferentes
países de la región convocaron a su electorado. Y aunque hubo denuncias de
fraude, irregularidades, falta de transparencia, escasa participación popular,
pueden ser considerados avances hacia un mayor pluralismo en países de alta
tradición autoritaria. Por otra parte, estos procesos de apertura plantean,
como por ejemplo en el caso de Egipto y Argelia el problema de la contención
y el control de grupos islamistas violentos que demandan inserción en el sistema
político.
Argelia
se caracterizó durante 1997 por un clima de violencia que enfrentó al gobierno
con las facciones islamistas y que ya ha cobrado más de 60.000 muertos. Las
principales facciones son el GIA (Grupo Islámico Armado) y el EIS (Ejército
Islámico de Salvación), brazo armado del FIS. El conflicto se arrastra desde
diciembre de 1991, cuando el gobierno abolió la segunda ronda de elecciones
para la asamblea legislativa y proscribió al FIS (Frente Islámico de Salvación)
que se perfilaba como vencedor.
Frente
a esta crisis el gobierno cerró las puertas a una solución negociada y modificó
las reglas de juego, reformando la ley de partidos -ninguno puede estar vinculado
a cuestiones raciales o religiosas- y la ley electoral -que evita el sistema
de doble vuelta- y convocó a elecciones, las cuales legitimaron al gobierno
del presidente Zerual.
En
tanto en Egipto hubo elecciones municipales, con poca participación de la
oposición. La Yamá Islamiya es el grupo más activo y violento que apuntando
al régimen de Mubarak, pretende implantar una estricta observancia islámica
. El turismo, sector muy importante de la economía egipcia, ha sido uno de
los principales objetos de sus ataque: la matanza de Luxor fue el más trágico
exponente.
En
Marruecos se estableció una nueva cámara (ahora el sistema es bicameral) y
se eligieron representantes, luego de celebrar el 28 de febrero un pacto político
para ampliar la participación y garantizar la "alternancia controlada"
prometida por el rey. No obstante el gobierno enfrenta grandes problemas sociales
como consecuencia de los planes de ajuste así como reivindicaciones islamistas,
por ahora circunscriptas a las universidades, las cuales niegan implícitamente
la autoridad religiosa del rey Hassan II, deslegitimando su base de sustentación
política.
En
Túnez, hacia fines de año, el presidente Ben Ali sorprendió anunciando pasos
hacia una apertura política , a través de modificaciones en el código electoral,
en la forma del escrutinio y en la voluntad de reservar 20% de las bancas
a la minorías.
Libia
siguió con el aislamiento internacional, pero en setiembre, la Liga Arabe
decidió por unanimidad, en una reunión en Egipto, romper con el bloqueo aéreo
decretado contra Libia en 1992 por las NU.
En
Sudán, la guerra civil que enfrenta el norte y el sur desde hace más de 20
años alcanzó durante 1997 gran crudeza, al complicarse el conflicto entre
el gobierno musulmán con sede en Khartoum y los rebeldes cristianos del sur.
Con la participación de unidades militares etíopes, los dos principales grupos
armados rebeldes, el Ejército Popular de Liberación y la Alianza Democrática
Nacional decidieron aunar esfuerzos contra el gobierno sudanés de Omar Hasan
Ahmad al.Bashir. El conflicto trascendió las fronteras cuando el gobierno
sudanés denunció a Etiopía, por invadir la zona oriental de Sudán y su aviación
atacó Uganda, donde se asentaban importantes bases rebeldes. Todo esto acrecentando
el hundimiento total de economía sudanesa.
Con
respecto al Conflicto del Sahara Occidental, en 1997 se retomaron los intentos
para resolverlo, desempolvando el viejo plan de paz de la ONU (Resolución
AG658), frenado por falta de consenso sobre las metodologías para llevar adelante
el referéndum. Con la mediación de James Baker los representantes de Marruecos
y de la República Democrática Arabe Saharahui llegaron a un principio de acuerdo
sobre el referéndum de autodeterminación, estableciéndose el 7 de diciembre
de 1998 para la celebración de la consulta. Pero como no se delimitó el carácter
vinculante del plebiscito, la votación podría quedar vacía de significado
si Marruecos se negara a evacuar sus tropas en caso de un resultado desfavorable.
Por tanto el gran interrogante es si 1998 será el año de la paz en el Sahara.
En tanto, la diplomacia ejercida por Marruecos logró importantes éxitos, pues
tres países de Africa y dos de América Latina retiraron su reconocimiento
a la RASD.
La
UMA (Unión del Magreb Arabe) en tanto, sumó un año más de estancamiento en
sus negociaciones. A ocho años de su creación, sólo cuenta con manifestaciones
bien intencionadas de relazamiento pero sin medidas concretas que superen
los obstáculos que frenan su funcionamiento. El conflicto en el Sahara, que
enfrenta indirectamente a Marruecos con Libia y Argelia no ha estado ajeno
a la paralización en las relaciones intramagrebíes.
Desde
el punto de vista económico, quedó claro el condicionamiento de avanzar en
la apertura política y en las reformas económicas para continuar recibiendo
ayuda externa. En este marco, Argelia entró en negociaciones para un acuerdo
de asociación con la UE . Este se suma al iniciado con Egipto y a los ya celebrados
con Marruecos y Túnez. Precisamente este último país es considerado por Europa
como un modelo: las medidas de apertura económica puestas en marcha lo han
hecho merecedor de los beneficios del programa MEDA, implementado por la Unión
Europea para estimular las privatizaciones y mejorar la competitividad.. Por
su parte, Marruecos y Egipto se quejan de la lentitud con la que se ponen
en marcha los acuerdos de asociación, apuntando a las "duras exigencias
europeas". Por su parte, varios países europeos se oponen a abrir en
exceso el mercado de la UE a los productos agrícolas egipcios.
Se
obseva además que los estados de Africa del Norte están siendo incluidos en
proyectos de cooperación multilateral más amplios, liderados por actores extrarregionales,
preocupados por cuestiones económicas y de seguridad: la UE con la cooperación
euromediterránea y Estados Unidos con la cooperación con Oriente Medio.
En
el ámbito del Proyecto de Asociación Euromediteránea se celebró la cumbre
de Malta, en abril de 1997, continuación de la Conferencia de Barcelona de
1995, que plantea organizar una zona de libre comercio para el 2010 entre
los países ribereños del Mediterráneo. También se reunió el Foro Mediterráneo
en Argel, en julio de 1997, donde participaron los países norafricanos, con
el objetivo de llegar a un pacto de seguridad, estabilidad regional y cooperación
a través del desarrollo de medidas de confianza mutua entre los países de
la cuenca mediterránea.
Por
su parte, Estados Unidos auspició en noviembre la Conferencia de Medio Oriente
y Norte de Africa en Qatar, con el objetivo de mantener su influencia en una
región vital para la seguridad norteamericana. Túnez asistió, pero Marruecos
y Egipto boicotearon la reunión, mostrando la incidencia del proceso de paz
en Medio Oriente sobre cualquier otro tema multilateral, habida cuenta de
la paralización de las negociaciones. Este dato refleja una cierta actitud
confrontacionista con EEUU, no muy característica de estos dos países, tradicionales
aliados de Washington
También
en el ámbito multilateral, merece anotarse un dato no menor: en la Cumbre
para la Cooperación y Seguridad euroatlántica de Madrid sobre la ampliación
de la OTAN (8 y 9 de julio de 1997) aparece en la agenda la dimensión de la
seguridad mediterránea . De momento, la organización cooperará con Marruecos,
Túnez y Mauritania, pero y a pesar de los reclamos italianos, Argelia quedó
fuera. Sin embargo, pasará tiempo hasta que los países mediterráneos norafricanos
cuenten con una plataforma política en la OTAN similar a la que están teniendo
los países del este.
Africa
subsahariana
También
el Africa Subsahariana sigue envuelta en viejos y nuevos problemas. Los viejos
tienen que ver con el logro de una gobernabilidad democrática, aunque sea
"a la africana" y una estabilidad económica que permita mejorar
la calidad de vida de sus pueblos, avanzando hacia el desarrollo económico
y la paz social.
Abandonado
el modus vivendi de la guerra fría, nuevas alianzas se están produciendo entre
los estados africanos y han aparecido nuevas apetencias de las principales
potencias económicas, a través de las multinacionales, con el eje orientado
en los nuevos poderes mineros (Sudáfrica, R. D. Congo, Namibia, Angola y Zambia).
Aunque Francia parece haber abandonado el Africa francófona a los expertos
de las instituciones de Bretton Woods y ha iniciado la retirada de sus bases
militares en Centroáfrica, Chad, Gabón y Senegal, la competencia francoamericana
o europeo-americana en el continente negro es un dato importante, después
de decenios de complementariedad durante la confrontación Este-Oeste, cuando
Washington dejaba a París el cometido de ser el gendarme de Africa.
EEUU,
en tanto, abandonó a Mobutu (la razón de su amistad acabó con el fin de la
guerra fría) y respaldó a Kabila, eligió a Zenawi en Etiopia, a Museweni en
Uganda y Afeworki en Eritrea para desestabilizar y aislar al Sudán islamista.
Lo esencial para Washington es por una parte acotar a los movimientos islamistas
que en algún momento puedan atentar contra su seguridad y por la otra obtener
la apertura de algunos mercados, todavía inexplotados y el control de los
recursos hídricos.
La
crisis de los Grandes Lagos
La
crisis en el ex Zaire y su futura resolución constituyen el evento más importante
en Africa desde el fin del apartheid. La cuestión central es si el nuevo gobierno
de Kinshasa podrá establecer una autoridad central efectiva que reconstruya
la economía al mismo tiempo que ceda suficiente poder a las regiones, para
obtener el respaldo de las diferentes poblaciones que habitan su territorio
y el apoyo de los vecinos. Así, la combinación de las potencialidades de Sudáfrica
- riquezas y capacidades tecnológicas - y de Zaire -riqueza mineral y enorme
potencial hidroeléctrico- podría ser una fórmula apropiada para propender
al desarrollo económico del Africa.
Como
se mencionó, durante 1997 el Conflicto en la región de los Grandes Lagos (Zaire,
Rwanda, Burundi, Uganda) constituyó "el tema". Vinculado a históricas
disputas entre tutsis y hutus distribuidos en estos países, provocó un juego
de alianzas y rebeliones que culminó con la caída de Mobutu en Zaire y probablemente
la de su aliado, Lissouba en la República Popular del Congo.
Luego
de siete meses de guerra civil, sin demasiada resistencia local y con el beneplácito
internacional, las fuerzas rebeldes al mando de Kabila terminaron con treinta
y dos años de "mobutismo" y cleptocracia.
La
Alianza de Fuerzas Democráticas por la Liberación del Congo-Zaire (AFDL) se
constituyó el 18 de octubre de 1996 en Memera, con la participación de cuatro
grupos: el Partido Revolucionario del Pueblo, de Kabila; la Alianza Democrática
de los Pueblos de Bugera (un tutsi oriundo de Masisi), el Movimiento Revolucionario
para la Liberación de Zaire (MLRZ de Masavu Ningaba, un basi, una de las principales
etnias al sur de Kivu) y el Consejo Regional de Resistencia para la Democracia
de Kissase Ngandu
Pero
más allá de los méritos de las fuerzas rebeldes, el régimen de Mobutu estaba
minado en su interior por la corrupción y la usura, y por el trabajo efectuado
durante los siete años de transición -desde que se viera obligado a iniciar
una apertura democrática- por la oposición interior, la cual trabajó a través
de asociaciones de ayuda mutua y concientizacion política, que en la sombra
se preparaban para el cambio
Sin
embargo, una vez autoproclamado presidente en mayo, Kabila comenzó a manejarse
como su antecesor, excluyó a Tshisekedi, principal líder de la oposición y
realizó promesas democráticas sólo a futuro (abril de 1999) tras un referendum
para reformar la constitución.
Tranquilizada
la margen occidental del río Zaire, el conflicto se trasladó al otro Congo,
con capital en Brazaville. La crisis se inició en junio entre los dos principales
líderes, el presidente Lissouba y el ex presidente Denis Sassou-Nguesso, por
lo cual se suspendieron las elecciones previstas para el próximo julio. Y
a pesar de las mutuas promesas de constitución de un gobierno de unidad nacional,
la guerra civil no puedo evitarse y culminó en octubre, con la victoria de
Nguesso y su proclamación como presidente. En este marco, el Consejo de Seguridad
de las Naciones Unidas solicitó la retirada de todas las tropas extranjeras
-en alusión a las de Angola y R. D. Congo que apoyaron a Nguesso, ya que Lissouba
sostenía a UNITA y a los independentistas de Cabinda, así como a Mobutu.
La
situación en Burundi y Ruanda tampoco fue muy calma pues prosigue el sangriento
conflicto que enfrenta a dos etnias: tutsis y hutus. En Burundi se explicitó
con el intento de asesinato del presidente Buyoya, que subió por un golpe
de Estado en 1996. En Ruanda, la situación no está muy tranquila luego de
la guerra civil que tuvo lugar entre octubre de 1990 y marzo de 1994 y que
finalizó con el triunfo del Frente Patriótico Ruandés: tutsi. Durante este
año el Tribunal Penal Internacional para Ruanda (TPR) creado por la las Naciones
Unidas en 1994 condenó a muerte a dos hutus por el genocidio.
.Las
misiones de Paz de Naciones Unidas se centraron en la ayuda y asistencia a
centenares de refugiados desplazados de sus países de origen como consecuencia
de este conflicto que incluye antagonismos étnicos históricos, matanzas y
actos genocidas y la tradicional lucha por el poder político y económico.
Tanzania, por su parte, recibió más de 300.000 refugiados de Ruanda, Burundi
y el ex Zaire agravando su precaria situación económico social.
Otro
tema central: la consolidación de la democracia
A
pesar de los condicionamientos de ayuda económica a los avances en los procesos
democráticos, se produjeron en varios Estados durante 1997 situaciones de
inestabilidad política e intentos de golpes de Estado, en forma paralela al
avance en el camino de la apertura política en otros.
En
el ámbito de las situaciones de crisis, cabe mencionar el caso de Comores,
donde movimientos separatistas de algunas islas provocaron tensión a lo largo
de 1997, hecho que llevó a exigir la dimisión de presidente Mohamed Taki Abdoulkarim,
sin éxito. Eritrea vivió situaciones tensas vinculadas a su relación con la
crisis en Sudán. La lucha civil en Somalía también recrudeció este año. En
Senegal se incrementaron las tensiones secesionistas. Entre finales de 1996
y principios de 1997, se amotinaron soldados en Centroafrica, hecho que llevó
a la intervención de fuerzas africanas de Burkina Faso, Chad, Malí, Senegal,
Gabón y Togo, en tanto Francia comenzó a abandonar sus bases militares. En
Guinea Ecuatorial los avances en las negociaciones para un proceso de apertura
democrática se frustraron en junio, frente a un intento de derrocamiento del
presidente Nguema. Kenya mostró la continuación de conflictos interétnicos
entre las tribus de la costa y del interior, mientras gobierno y oposición
se acusaban mutuamente. Moi fue reelegido presidente (lleva 19 años en el
poder) y se niega a avanzar en reformas políticas democráticas. Y a pesar
de haberse producido ciertas presiones internacionales entre 1991 y 1994,
por ser Kenya una pieza clave en Africa Oriental, en diciembre de 1994 y en
marzo de 1996, el Club de París le renovó su confianza. Las demandas populares
en Swazilandia exigieron al rey Mswatti la legalización de los partidos políticos
y la celebración inmediata de elecciones libres. El conflicto se extendió
a Lesotho, donde a pesar de la tentativa frustrada de golpe en enero, sobre
finales de año se coronó al nuevo soberano Letsie III. También hubo otros
intentos en Guinea-Conakry, en febrero, para derrocar al presidente Lasana
Conte -quien había accedido al poder por un golpe militar y en octubre, en
Zambia, contra el presidente Chiluba, elegido en 1991 y alumno obediente del
FM.
Más
complicado fue el caso de Sierra Leona, donde luego de varias tentativas de
golpes de Estado al gobierno instalado democráticamente en marzo de 1996,
finalmente se derrocó al presidente Leone Ahmad Teján Kabba. Los militares
sublevados constituyeron el Consejo Revolucionario de las FFAA; intervinieron
las fuerzas de paz conformadas por varios países del Africa Occidental y las
Naciones Unidas impusieron sanciones económicas.
Con
respecto a las buenas nuevas, el dato más importante lo constituye en Angola,
la designación de un nuevo gobierno de unidad y reconciliación nacional con
la participación de la UNITA y el MPLA, luego de 19 años de guerra civil y
reiteradas negociaciones y acuerdos frustrados. Sin embargo a mediados de
año se volvió a trabar la paz por disputas sobre el control de las principales
riquezas del país: el petróleo y los diamantes -que aportan 1.000 millones
de dólares anuales-. La UNITA controla el valle del Cuango, que aporta el
60 % de la producción de diamantes y está renuente a ceder su fuente de financiamiento
en la lucha por el poder.
En
el caso del Chad, en 1996 se produjeron los primeros comicios democráticos
presidenciales en la historia y elecciones legislativas a comienzos de 1997,
con la victoria del Movimiento Patriótico de Salvación del Chad, encabezado
por el presidente de la República, Y. Déby. Las elecciones legislativas que
tuvieron lugar en Gambia son buenas indicadoras del avance en el proceso democrático
iniciado tras el pronunciamiento militar de 1994. En los comicios en Liberia,
en julio, luego de varios años de guerra civil, resultó elegido Charles Taylor
dirigente de las fuerzas rebeldes. Por las elecciones de diciembre de 1996,
el 9 de febrero de 1997, en Madagascar se produjo el regreso del almirante
Didier Ratsiraka como jefe de Estado (4to mandato) quien acordó un Documento
marco de política económica, preparado en colaboración con instituciones del
Banco Mundial
También
en Malí hubo comicios presidenciales en mayo -segundo mandato de Konare- y
legislativos en julio, con la victoria del partido oficial: la Alianza para
la Democracia. Pero los partidos de la oposición acusaron al gobierno de fraude.
Similar situación se dio en Camerún con la reelección de Biya y la abstención
de los partidos de la oposición, que acusaban al gobierno de fraude y de desarrollar
politicas de exclusión.
Las
relaciones argentino-africanas
Durante
1997 las relaciones del gobierno Argentino con los Estados del continente
africano se mantuvieron dentro de las líneas generales planteadas por la gestión
del Canciller Di Tella: bajo perfil, relaciones bilaterales selectivas orientadas
por un criterio comercialista, baja densidad político-diplomática, buena relación
con los estados del Africa norsahariana y con Sudáfrica
Con
respecto al Africa del Norte merecen mencionarse los siguientes datos:
Del
3 al 7 de febrero se produjo la visita del subsecretario Leguizamón a Túnez,
probablemente para organizar el viaje del presidente Ben Ali a Buenos Aires,
el cual se produjo el 14 de marzo, firmándose dos acuerdos agrícolas. Cabe
destacar que el presidente tunecino comparte con el argentino las mismas ideas
respecto al programa de reformas económicas, el respaldo del empresariado
y la continuidad en el poder.
En
tanto, el vicepresidente Ruckauf, devolvió la visita a Túnez,entre el 18 y
el 26 de julio.
En
las relaciones con Egipto se deben considerar el viaje de una delegación de
transporte aéreo y marítimo, entre el 4 y el 8 de junio, inicialándose proyectos
de acuerdos; la visita del Dr Barcos, del 5 al 8 de julio, que logró la firma
de acuerdos interinstitucionales; y la visita a Buenos Aires del Vicecanciller
para las Américas, Embajador Mustafá El Diwani, para realizar consultas políticas.
En
el marco del mejoramiento de las relaciones comerciales, una misión económica
y comercial visitó Túnez, Argelia, Egipto y Marruecos, del 11 al 24 de setiembre,
firmándose un acuerdo fitosanitario con Argelia.
En
cuanto al Africa Subsahariana, Sudáfrica es el principal interlocutor, aunque
pareciera que después de algunos años, se está comenzando a repensar la importancia
de todo el cono sur africano.
Del
23 al 26 de marzo una delegación de Mozambique visitó Buenos Aires, para interiorizarse
por el proceso de privatizaciones argentino y entre el 14 y el 16 de julio
viajó el canciller Leonardo Santo Simao.
El
dato más importante, no obstante, lo constituyó el viaje a la Argentina del
vicepresidente de Sudáfrica, Tabo Mbeki, el delfín de Mandela, quien planteó
la importancia de las relaciones sur-sur y ahondó en las posibilidades de
cooperación entre MERCOSUR y SADC (Comunidad de Desarrollo del Africa Austral)
En
el marco de la cooperación militar, el jefe del Estado Mayor de la Armada,
el almirante Carlos Marrón, visitó a su par sudafricano, vicealmirante Simpson
Anderson, con motivo del 75ª aniversario de la Armada Sudafricana. En esa
oportunidad se realizó el Operativo Atlas Sur III, junto a Brasil y Uruguay.
Los buques argentinos realizaron una escala en Walvis Bay, Namibia.
Para
concluir, es de esperar que las supuestas buenas intenciones que apuntan al
mejoramiento de las relaciones argentino-africanas se trasunten en acciones,
que definan de una vez por todas un perfil acorde con los nuevos tiempos.
Gladys Lechini de Alvarez y Marcelo Javier De los Reyes
Coordinadores