DEPARTAMENTO DE EUROPA Y CEI
Presentación:
Isabel
Cecilia Stanganelli, Helena Peralta Calvo.
Documentos:
Javier
Surasky, Helena Peralta Calvo e Isabel Stanganelli
Cronología:
Cronología: Javier Surasky (Unión Europea); Claudia
Gómez, Diana Asmat y Natalia Berrino (Europa Occidental), Isabel Stanganelli
(Repúblicas Bálticas); Paola Rossi y Pablo Morales (Europa Nórdica
y Central); Pedro Tomas (Europa Balcánica) y Alejandro Simonoff
(Comunidad de Estados Independientes).
Presentación
Muchos
hechos destacan a 1997 como un año de transición en la extensa área que nos
ocupa. Los esfuerzos para el nacimiento de la moneda única europea el 1 de
enero de 1999 ocuparon no solo a los especialistas de la Europa comunitaria,
sino al ciudadano común que podemos decir que siguió con diferente grado de
adhesión tan crucial iniciativa. Y el año culminó con muchas dudas acerca
de cuáles Estados podrían –o querrían- lograr que sus guarismos se ajustaran
para entrar en el "club del euro".
A
pesar de la paz de Dayton que colaboró en la pacificación de la antigua Yugoslavia,
las convulsiones siguieron signando tanto a Europa como a la CEI asiática:
desde Irlanda del Norte hasta las Kuriles en el Pacífico, desde los atentados
con explosivos en Suecia hasta el recrudecimiento de la cuestión Grecia-Turquía
en el mar Egeo y en Chipre, pasando por las cotidianas angustias del pueblo
español por la cuestión vasca –sin olvidar a catalanes, canarios, etc.-, la
Padania separatista en Italia, los movimientos corsos para manifestar su deseo
de apartarse de Francia, la violencia desatada en Albania, Chechenia, Tadjikistán,
Abjasia, la cuestión de la población étnica rusa nacida en las Repúblicas
Bálticas, son solo algunas muestras de que la "unidad" lograda a
través de diversos organismos como la Unión Europea, OTAN, etc. no es válida
en todos los aspectos de la vida del ciudadano común.
El
Departamento de Europa y CEI siguió analizando estas y otras cuestiones del
espacio euroasiático, y profundizando su relación con instituciones afines,
tales como el Departamento de Europa Oriental del Ministerio de Relaciones
Exteriores, Comercio y Culto, el Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales
–CARI-, Embajadas, etc.
En
forma conjunta con el Departamento de América Latina y Caribe se están organizando
las Jornadas Unión Europea-Mercosur, con la coorganización de la Delegación
de la Unión Europea y la Honorable Cámara de Diputados de la provincia de
Buenos Aires, que se llevarán a cabo la última semana de septiembre de 1998.
En
la presentación de esta nueva edición del Anuario del IRI se incluyen comentarios
de Isabel Stanganelli - La geopolítica del petróleo en Asia central y la cuenca
del mar Caspio-, Alejandro Simonoff -¿Fin de la caída? Las perspectivas de
Rusia en 1998- y Helena Peralta Calvo -Hacia una moneda única-.
La
Cronología de la Unión Europea fue realizada por Javier Suraski. Claudia Gomez,
Diana Asmat y Natalia Berrino elaboraron la correspondiente a Europa Occidental,
Isabel Stanganelli la secuencia de Repúblicas Bálticas, Paola Rossi y Pablo
Morales se dedicaron a Europa Central y Nórdica, Pedro Tomas elaboró la cronología
de Europa Balcánica y Alejandro Simonoff la correspondiente a la Comunidad
de Estados Independientes.
La
geopolítica del petróleo en Asia central y la cuenca del mar Caspio (1)
En
el contexto del mundo en el umbral del tercer milenio, la cuenca del mar Caspio
y el Asia Central adquieren gran peso económico y político en toda la región
transcaucásica debido a su importancia geopolítica particular. Rusia, Turquía
e Irán, indiscutibles potencias regionales, comparten límites e intereses
con las repúblicas caucásicas de Georgia, Armenia, Azerbaiján, que en conjunto
con las repúblicas autónomas próximas pertenecientes a la Federación Rusa
forman un área compleja donde la ortodoxia turca y rusa y el Islam hacen sentir
su peso.
La
región en cuestión, que constituye un espacio postsoviético, está convulsionada
por las divisiones étnicas y sociales, por heridas e injusticias del pasado
y por su presente geográfico y económico. Los conflictos son muchos, los enfrentamientos
frecuentes y sangrientos, los escasos acuerdos suelen caer en letra muerta
antes de su firma o puesta en práctica. Este ajedrez incluye valiosos recursos
económicos, destacándose los energéticos –principalmente el petróleo- así
como los ductos que trasladarán a los mercados del mundo la producción de
la región y la proveniente de la no menos importante cuenca petrolera del
Asia Central.
De
acuerdo a la estimación de los geólogos, los depósitos del mar Caspio no pueden
ser comparados con los del golfo Pérsico, pero son considerados como de excelente
calidad y capaces de proveer una significativa alternativa energética en el
siglo XXI. En particular se estima que todo el mar Caspio es un yacimiento
de petróleo y gas natural que comienza en Azerbaiján y continúa en la costa
opuesta en el territorio de Kazakhstán y Turkmenistán. Estos depósitos revisten
una enorme importancia debido a la posibilidad de agotamiento de los depósitos
de Alaska y el mar del Norte para el año 2015.
Azerbaiján
tiene una larga historia en la producción de petróleo y gas natural. La explotación
del petróleo de Bakú comenzó a mediados del siglo XIX. Primer productor mundial
a fines del siglo pasado, Bakú se transformó en una ciudad internacional.
A pesar de su antigua producción, Azerbaiján posee considerables depósitos
de petróleo que han permanecido inexplotados: las explotaciones en la costa
y el mar comenzaron recién a mediados de esta centuria. Debido a que, a pesar
de que la industria del petróleo soviético desarrolló exitosamente sus yacimientos
en el mar y hasta fue la pionera en esa explotación, operó con medios primitivos
y nunca fue tecnológicamente capaz de desarrollar explotaciones en el mar
a gran profundidad. Azerbaiján, a través de su gobierno ha invitado a las
mayores compañías petroleras que posean la tecnología indispensable, capital
y proyectos de organización, para desarrollar sus campos y yacimientos en
el mar. Las tres mayores explotaciones azeríes, están siendo desarrolladas
por la Compañía Operativa Internacional Azerbaiján, un consorcio de doce compañías
que incluyen a British Petroleum y Amoco. Las negociaciones para el desarrollo
de estos yacimientos incluyen cuestiones complejas en lo legal, técnico y
comercial. Los problemas más importantes son la ausencia de un marco legal
para el desarrollo, uso y explotación del petróleo de Azerbaiján y las perturbaciones
producidas por los frecuentes cambios de gobierno. En la necesidad de mejorar
las perspectivas para inversiones extranjeras, el gobierno de Azerbaiján fundó
en agosto de 1992 una compañía pública de petróleo, adoptando las normas de
las compañías internacionales modernas asociadas con el petróleo y cuenta
con consultores internacionales expertos. Cada negociación con compañías extranjeras
es conducida a través de esta compañía gubernamental, mientras se está considerando
el desarrollo de empresas conjuntas.
Es
evidente que el desarrollo del sector energético tendrá efectos beneficiosos
en el futuro económico de Azerbaiján, que espera una producción de petróleo
superior a 25 millones de toneladas por año para el 2000 y superior a 45 millones
en el 2005, año en el cual la explotación de otros yacimientos en el mar ya
habrá comenzado. Puesto que el consumo doméstico previsto no ascenderá significativamente
para esa fecha, se espera exportar 21 millones de toneladas en el 2000 y unas
40 millones de toneladas en el 2005.
Kazakstán,
segundo luego de Azerbaiján entre los países productores de petróleo de la
ex Unión Soviética, también posee abundantes recursos energéticos. Debido
a la posición del país, las rutas de tránsito y los oleoductos, Kazakhstán
exporta principalmente a la Federación Rusa. El petróleo representa 15% del
total de las exportaciones de Kazakhstán. Si el programa de pacificación actúa
de acuerdo a lo establecido, las inversiones extranjeras permitirán en 1998
que el petróleo ascienda al 60% de las exportaciones del país.
Kazakhstán
ha intentado atraer inversores extranjeros con avanzada tecnología y experiencia
para la extracción de sus depósitos. Numerosas empresas extranjeras están
trabajando en el país. Las decisionesmás importantes incluyen un acuerdo con
Chevrón para desarrollar los yacimientos de Tengiz, en Kazakhstán occidental,
y un acuerdo con un consorcio que incluye a British gas, Agip y Texaco, para
desarrollar el campo de Karachaganak en Kazakhstán septentrional. Las inversiones
de Chevrón en Tengiz comenzaron en 1993 y cuando se completen se espera que
asciendan al nivel de veinte mil millones de dólares. El consorcio British
Gas-Agip ha invertido una cifra similar. Cuando estas inversiones se completen
tendrán importantes consecuencias para las exportaciones de petróleo y el
desarrollo económico de Kazakhstán.
Otro
problema que enfrentan los inversores extranjeros es cómo transportar el petróleo
a mercados del exterior. La mediterraneidad de Azerbaiján y Kazakhstán hace
que la cuestión de la selección de oleoductos haya adquirido una significancia
geopolítica enorme para el futuro de la región. Los oleoductos existentes
desde Azerbaiján y Kazakhstán atraviesan Rusia hacia el puerto Novorossisk
en el mar Negro, dando a Moscú una considerable ventaja en el proceso de selección
de oleoductos. Ante el acuerdo entre Chevrón y Kazakhstán, Moscú inicialmente
rehusó permitir el transporte de crudo a través de su sistema de oleoductos.
Luego estableció restricciones en el monto de petróleo que podría ser transportado
a través de sus oleoductos e impuso unas serie de altas tarifas. Todas estas
maniobras resultaron en un acuerdo que permitió a Rusia ser miembro del Consorcio
de Oleoductos Caspianos, que construía un nuevo oleoducto de 2000 millones
de dólares de Kazakhstán hacia Novorossisk.
El
petróleo de la Compañía Internacional Operativa Azerbaiján está siendo transportado
a lo largo de dos rutas que mayormente utilizan oleoductos existentes: la
ya mencionada ruta septentrional a través de Dagestán y Chechenia hacia Novorossisk
y una segunda, occidental, hacia el puerto de Supsa en Georgia. El petróleo
que fluye a lo largo de la ruta septentrional aportó a los chechenos sustanciales
ganancias de tránsito. En teoría, los nuevos oleoductos podrían ir en prácticamente
cualquier dirección.
Las
principales opciones son las siguientes:
1. La ruta septentrional, preferida
por Rusia. De acuerdo a esta opción, Kazakhstán podría extender el oleoducto
ya existente para ligarlo a la red de Rusia y Azerbaiján construir un oleoducto
desde Bakú hasta Novorossisk. El problema de esta opción tiene que ver con
los temores de establecer excesivo control ruso sobre el oleoducto y además
con la cuestión de la seguridad, puesto que el oleoducto debería de ir a través
de Chechenia.
2. La ruta occidental, propugnada
por Azerbaiján, Turquía, Georgia y los Estados Unidos. Este oleoducto enviaría
el petróleo hacia el puerto Supsa, en Georgia, para luego ser embarcado a
través del mar Negro y del Bósforo hacia Europa. Turquía insiste en que el
estrecho es insuficiente para el creciente tráfico de petroleros y propuso
a cambio, construir un oleoducto desde Bakú hasta el puerto de Ceyhan en la
costa mediterránea de Turquía. Sin embargo, los excesivos costos -unos tres
mil millones de dólares- y serias cuestiones de seguridad -esta ruta pasaría
a través del inestable territorio kurdo-, hace a esa opción de difícil implementación.
En cambio, el Bósforo podría ser cruzado por un oleoducto que una al puerto
de Burgas, en Bulgaria, con el puerto griego de Alexandroupolis.
3. La ruta meridional. Económicamente
esta la opción más viable. Irán tiene un sistema de oleoductos extensivo,
y el Golfo es un gran éxito para los mercados asiáticos. Estados Unidos ha
rechazado esta opción en forma rotunda.
4. La ruta oriental. Este oleoducto
podría transportar petróleo desde Kazakhstán hasta China. Esta podría ser
la ruta más costosa, cubriendo 2000 kilómetros solamente en Kazakhstán, pero
los chinos la consideran una decisión estratégica y están dispuestos a su
implementación.
5. La ruta sudoriental. La compañía
petrolera americana Unocal ha propuesto la construcción de oleoductos y gasoductos
desde Turkmenistán a través de Afganistán hacia Pakistán y luego India. Esta
ruta tiene sentido geográficamente pero no políticamente, puesto que debe
atravesar la inestable Afganistán y al polvorín indopakistaní.
La
decisión final sobre los oleoductos que transporten el petróleo del Caspio
deberán ser tomadas tal vez en 1998 y es difícil predecir ante la multiplicidad
de opciones e intereses enfrentados. Si se tiene en cuenta la fuerza del soporte
americano y ruso sobre las rutas occidentales y septentrionales, estos oleoductos
parecen tener ventajas sobre los otros.
Las
políticas de los grandes poderes en Asia central.
El
yacimiento del mar Caspio ha atraído interés de Estados Unidos por las siguientes
razones:
1. El petróleo de esta región
es considerado de muy buena calidad.
2. La mayor parte de este petróleo
está prevista para ser exportada puesto que las necesidades de los países
productores son relativamente bajas y se espera que se mantengan bajas.
3. El hecho de que los países
de la región carezcan de capital y de tecnología para actuar independientemente
en el desarrollo de la explotación, hacen que aumenten considerablemente las
oportunidades de inversión propuestas por compañías americanas como Chevrón.
De
acuerdo con las estimaciones del gobierno americano, este desarrollo puede
ayudar al crecimiento económico de estos países y a alejarse de la influencia
de la esfera rusa de influencia. Políticamente, los Estados Unidos estarán
en posición de controlar estas nuevas fuentes de energía y de diversificar
su propia fuente de abastecimiento y mantener los precios en niveles bajos.
El gobierno de Estados Unidos está sosteniendo a compañías privadas americanas
por lo menos en Kazakhstán y Azerbaiján. Otro objetivo político de Estados
Unidos incluye contener a Irán y el reforzamiento del rol de Turquía en la
región. Estados Unidos no sólo ha bloqueado cualquier ruta de oleoducto que
pueda pasar a través de Irán sino que también ha cancelado la participación
de Irán en el consorcio internacional que ha tomado la producción de petróleo
en Azerbaiján.
En
el pasado, raramente Unión Soviética utilizó las exportaciones de petróleo
y gas a para sostener sus intereses nacionales. Esas exportaciones se veían
como la mejor manera de capturar divisas y nada más. Esa idea parece estar
cambiando. Rusia parece estar más preocupada por el rol geopolítico que la
energía puede jugar. Ahora intenta utilizar sus abundantes recursos en hidrocarburos
como una manera de sostener objetivos de política exterior. El control sobre
los recursos energéticos ha aumentado la rivalidad entre Rusia y los Estados
Unidos que se evidencia en dos dimensiones: la primera tiene que ver con el
control de la producción de petróleo y la segunda se relaciona con el status
legal del mar Caspio. Rusia reclama que el Caspio es un lago interior y no
un mar cerrado, lo que significa que no está sujeto a la ley del mar. En consecuencia
la explotación sobre el Caspio y sus recursos depende de un acuerdo entre
los cinco Estados ribereños. Azerbaiján y Kazakhstán sostienen que el mar
Caspio es exactamente un mar, y debe ser dividido en sectores nacionales.
Estados Unidos sostiene la misma posición.
Estados
Unidos reconoce como legítimas las medidas relativas a la seguridad, pero
no reconoce esferas de influencia. Rusia denomina al espacio ex soviético
su "frontera próxima" y la considera justamente su esfera de influencia.
Muchos miembros de la CEI desean amigos en todo el mundo, y tienen más para
ganar con Occidente que con Moscú. También subyacen muchos temores de que
Moscú quiera sojuzgarlos nuevamente.
Los
Estados Unidos desean evitar el control ruso sobre los recursos energéticos
del Caspio y resistirán todo lo posible. Rusia por otra parte está a de tanto
de los intentos de apartarla de su tradicional esfera de influencia, pero
también está preocupada pues las inversiones en los yacimientos del mar Caspio
pueden hacer que las organizaciones financieras occidentales dejen de invertir
en sus propios yacimientos en Siberia y el Lejano Este y que capturen algo
de su mercado. En la competencia sobre el petróleo del Caspio, entonces, Rusia
observa la erosión de su posición geopolítica y la pérdida de recursos económicos
clave y sus potenciales ganancias. La primera respuesta de Moscú fue un esfuerzo
por reforzar la estructura de la CEI pero no fue exitosa. Ahora Rusia está
tratando de encontrar un camino para acordar con sus competidores. En este
contexto ha cooperado recientemente con Irán para limitar las demandas de
Azerbaiján y Kazakhstán en el Caspio y ha participado en la construcción de
un oleoducto en un esfuerzo por evitar Turquía.
Los
recursos de energía están dibujando un nuevo mapa en Eurasia. Es muy evidente
que no habrá juego si Rusia no es invitada a la mesa. Para Rusia un lugar
en la mesa significa participación equitativa tanto en la construcción y operación
de oleoductos como en el desarrollo de proyectos petroleros. El control de
los yacimientos y la eventual ruta de oleoductos determinarán el futuro político
y económico de Rusia, Turquía y los Estados de Asia Central, además de la
posición de Irán en la región y sus relaciones con el oeste, y el re-alineamiento
del triángulo estratégico entre Estados Unidos, Rusia y China. También tendrán
consecuencias estratégicas al disminuir la dependencia sobre el petróleo del
golfo Pérsico. La importancia de las rutas posibles de oleoductos es una cuestión
decisiva. El éxito de esta cuestión no solamente permitirá recibir miles de
millones anualmente en la forma de derechos de tránsito. La relevancia será
el control sobre los oleoductos, que será el más importante factor de influencia
geopolítica en la región caucásica y en Asia central en la próxima centuria.
¿Fin
de la caída? Las perspectivas de Rusia en 1997
La
profundización de las reformas ha acentuado aun más la caída de la economía
rusa. En mayo se anunciaron medidas económicas para terminar con 1as políticas
de subsidio que persistían desde la época soviética. A esta situación se le
sumó el atraso en el pago de salarios, jubi1aciones y a proveedores que llega
a casi un 30 % del Producto Bruto Interno del país por lo que se cortó
la cadena de pagos. Por ese motivo las autoridades intentaron a través de
préstamos internacionales cambiar la situación. Desde el fin de la era soviética,
el retroceso del poder estatal ha dado lugar al crecimiento del poder de la
mafia y ha extendido sus alianzas con el narcotráfico colombiano o el lavado
de dinero en Israel, por ejemplo. Este crecimiento del poder mafioso tiene
su contracara en la inestabilidad del poder político, debido al precario sistema
institucional. Esta debilidad se muestra cada vez que el presidente es internado,
dos veces este año, porque se agudiza la pelea entre los grupos que comparten
el poder: Viktor Chernomyrdin (conservador} Anatoli Chubais (reformista ultraliberal)
y Boris Berezovski (reformista de Yeltsin}, para no mencionar a la oposición
nacionalista y comunista que exige la dimisión de Yeltsin ante cada recaída
de su salud. A pesar de la delicada situación interna, tanto política como
económica, lentamente Rusia intenta restablecer su poder tanto a nivel de
su antigua área de influencia como en el mundo. Dentro de su área de influencia,
la participación rusa en los intentos por solucionar la crisis separatista
en Georgia y los problemas internos en Tadjikistán (entre grupos pro rusos
y musulmanes), son una señal para tener en cuenta. Por otro lado el presidente
Yeltsin, y su par bielorruso Alexandr Lukashenko, firmaron el Tratado de Unión
de Rusia y Bielorrusia. El tratado prevé crear una unión que apunte a conformar
un Estado único e implementar un sistema legal común, así como el refuerzo
de las relaciones en los campos político, económico y militar. La recomposición
del poder en Europa sirve para contrarrestar la influencia de la expansión
de la OTAN, y en el Cáucaso sobre todo responde a la puja por las fuentes
de energía con que cuenta esa región (petróleo y gas). Una actitud similar
la encontramos en la creciente influencia rusa en la crisis del golfo Pérsico.
La importancia del petróleo ha producido cambios en las políticas hacia el
Cáucaso, como por ejemplo, los estadounidenses que habían apoyado en el conflicto
regional por Karabaj a Armenia. La visita del presidente azerí a ese país
y la firma de importantes contratos petroleros ponen de manifiesto un cambio
en la política norteamericana en la región que preocupa además del gobierno
ruso, a los armenios. Los rusos en octubre presionaron a Estados Unidos para
que no sancione a empresas petroleras francesas en Irán debido a que algunas
de ellas están asociadas con empresas de origen ruso.
Esta
relación con Francia, no sólo es económica. A partir del viaje del presidente
Chirac a Moscú, a principios de año, se ha intensificado dándose los pasos
previos para acordar la expansión de la OTAN como así también emprendimientos
conjuntos en algunas áreas (espacial y aeronáutica principalmente). Desde
lo político, tanto los rusos como los franceses apuntan a la unidad de Europa
desde el Atlántico a los Urales, como era el sueño de De Gaulle, para
contrarrestar el poder norteamericano. Volviendo al tema petrolero, la intervención
rusa en la crisis entre Washington y Bagdad tiene su origen en sus intereses
comerciales con los iraquíes. Esta fue aprobada por Hussein primero y por
los miembros del Consejo de Seguridad después, en donde se permite a todos
los inspectores de Naciones Unidas, regresar al país para reanudar sus tareas
de inspección. También Rusia ha intensificado sus contactos con otros lugares
del mundo que desde la desaparición de la Unión Soviética habían sido abandonados.
Con la visita del canciller ruso a Argentina, Brasil, Colombia y Costa Rica
ese país busca afirmar su presencia en América Latina. Desde el punto de vista
estratégico los rusos intentan contrarrestar la expansión de la OTAN aprobada
por ellos en París en el mes de mayo junto con los otros dieciséis Jefes de
Estado miembros de la Alianza. Este acuerdo puso fin, formalmente, a la Guerra
Fría y permite la expansión de ésta. Además el Acta Fundacional de Relaciones
Mutuas establece la creación de un Consejo conjunto para consultas sobre seguridad
europea, cooperación militar y política, dando a Rusia voz pero no derecho
a veto sobre las decisiones aliadas. La ampliación de la alianza hacia el
Este comenzó con Polonia, Hungría y 1a República Checa para luego incorporar
hasta a países de la ex Unión Soviética. Sobre Yeltsin pesa la presión de
Occidente que lo debilita internamente pero no exteriormente, ya que lo ubica
como un inter1ocutor válido frente a los aliados. La oposición rusa
lo ve como una amenaza de aislar a Rusia del resto de Europa. El gobierno
demócrata norteamericano argumenta que lo hace para garantizar la democracia
en todo el continente europeo y la oposición conservadora señala que esta
ampliación le hace perder su eficacia militar y política. Para contrarrestar
esta jugada, previamente el presidente ruso junto con los presidentes de China,
Kazasjtán, Tadjikistán y Kirguistán firmaron en el Kremlin un acuerdo para
reducir las tropas en la frontera que comparten. Este acuerdo busca romper
la hegemonía de los EE.UU. y sentar las bases de un orden multipolar. Dentro
de la desmilitarización de sus fronteras Yeltsin anunció en Suecia el retiro
de tropas del Báltico. No es casual que cuando Rusia está retirando tropas
de sus fronteras se haya desplazado al Ministro de Defensa, Igor Radionov,
último hombre vinculado al nacionalista Lebed en el gabinete de Yeltsin y
a los sectores duros del Ejército. Es significativo que tras este alejamiento,
este grupo haya incrementado las denuncias sobre la precariedad en la que
se encuentra el arsenal nuc1ear ruso.
¿Rusia
ha tocado fondo y empieza nuevamente su crecimiento? Nos parece que a pesar
de su fuerte crisis en este año se ha empezado a recomponer su poder
mundial, lo que tendrá efectos sobre sus problemas internos pero también muestra
su vocación de crear un escenario distinto.
Hacia
una moneda única
El
camino delineado para llegar al primero de enero de 1999 no fue fácil. Los
Estados miembros debieron cumplir con exigentes metas fiscales. Por su parte
el Tratado de Maastrich no fue lo suficientemente claro y previsor, quedando
por resolver algunas cuestiones elementales como el trazado de una política
fiscal nacional luego de la introducción de la Unión Económica y Monetaria
(UEM), motivo por el cual en diciembre de 1996 los países miembros debieron
celebrar en Dublin el Pacto de Estabilidad y Crecimiento económico donde establecieron
bajo una "óptica blanda" cuatro criterios básicos para que un país
pueda ser admitido en la Unión Monetaria. No cabe duda que si bien el tránsito
hacia la UEM fue una decisión política –en la cual Francia y Alemania desarrollaron
un rol relevante- hoy día la principal fuerza impulsora es el sector económico
privado al cual se le promete el surgimiento de un mayor mercado y por ende
aumentos de productividad y competitividad.
La
ambición de la UEM es indubitablemente para los sectores impulsores de la
Europa Comunitaria una aspiración de índole económica.
Po
otra parte no puede dejar de advertirse que luego de tantas guerras, esta
Europa milenaria está por primera vez en camino a la construcción de una entidad
política y económica supraestatal basada en un acuerdo voluntario de partes
y no en una imposición de poder de los estados fuertes sobre los débiles.
Por ello decimos que la nueva proyección de esta Europa es sostenida por pilares
económicos aunque empujada por proyectos políticos.
Quienes
se beneficien serán quienes hayan asumido los costos que impuso la UEM los
cuales podrán –en algunos casos- ser muy duros y hasta parecer arbitrarios
comparando las diferentes realidades que engloban los estados de la Comunidad
Europea, aunque sin duda la nueva Europa también verá beneficios con el Sistema
Monetario Europeo (SME). Así, por ejemplo, el mismo no solo mejorará el funcionamiento
del Mercado y las pequeñas y medianas empresas podrán extender sus actividades
comerciales fuera de sus fronteras por la eliminación del riesgo cambiario,
sino que las relaciones comerciales externas serán menos vulnerables a las
perturbaciones cambiarias así como aumentará el poder de negociación de los
países en los foros internacionales.
La
UEM de algún modo contribuirá a reforzar la presencia de bloques políticos
y económicos en el mundo influyendo sobre el sistema monetario internacional.
Pero el dólar –aunque parezca perder poco a poco su posición preponderante-
no dejará de desempeñar su rol, al menos hasta que los actores económicos
adquieran confianza en el EURO, momento en el cual el Banco Central Europeo
cumplirá una función determinante.
Por
su parte América Latina, cuyas políticas económicas mantienen fuertes lazos
con la divisa norteamericana, deberá reelaborar una estrategia de negociación
en los ámbitos de cooperación internacional en los que la Unión Europea adquiera
poder.
Todo
indica que los cambios serán graduales debido a la inercia que caracteriza
a las operaciones monetarias internacionales y a la necesidad del EURO de
ganar confianza en los mercados. Así la Europa Comunitaria logrará desvanecer
la preeminencia del dólar confirmando la ya marcada tendencia hacia un orden
económico multipolar basado en una construcción política de un sistema de
poder horizontal y democrático.
Isabel
Cecilia Stanganelli y Helena Peralta Calvo
Coordinadoras
(1)
Dada la reciente incorporación de la CEI en el Departamento de Europa, se
procederá a realizar en esta edición del Anuario un análisis general de principios
globales rectores de la geopolítica regional.