Señor Presidente

Distinguidos Colegas:

Los parlamentarios argentinos acudimos una vez más a este elevado foro para reivindicar nuestros irrenunciables y legítimos derechos soberanos sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur.

Hace 165 años que Gran Bretaña usurpó las Islas mediante el uso de la fuerza, expulsando a los habitantes argentinos y reemplazándolos por súbditos británicos. Desde entonces el tema mantiene plena vigencia en las agendas anuales de todos los organismos internacionales.

El caso Malvinas tiene connotaciones especiales por todos conocidas, que tornan inaplicable el principio de autodeterminación de los pueblos que solo procede cuando lo invoca la población nativa. Así lo entendió la Asamblea General de Naciones Unidas que consagró este criterio en múltiples resoluciones.

Así lo ha manifestado reiteradamente la República Argentina, al reconocer como única contraparte en este conflicto al Reino Unido de Gran Bretaña, sin perjuicio del respeto debido al estilo de vida y a los intereses de los isleños.

Para el caso de territorios ocupados como las Islas Malvinas es de aplicación el principio de integridad territorial que, al tiempo de condenar todo intento de quebrar la integridad territorial de un país, ordena la restitución de los territorios al estado que fuera desmembrado.

Pese a normas tan claras, a nuestra permanente disposición y al excelente clima de entendimiento entre nuestros países a nivel económico y político, debemos lamentar la negativa sistemática de Gran Bretaña a tratar la cuestión de fondo que encamine la disputa hacia un avance sustancial.

Han transcurrido ocho años desde el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre los dos países y los lazos se han estrechado significativamente.

En el ámbito político resulta auspiciosa la visita del Presidente Menem a Gran Bretaña en octubre de este año, hecho que sin duda contribuirá a la profundización de la relación bilateral.

El progreso alcanzado en el intercambio comercial y cultural dan muestras que el gobierno argentino se ha propuesto como objetivo la cooperación, en la medida que no implique menoscabo de los derechos que reivindicamos.

En el área en disputa y en materia de pesca se han registrado progresos significativos en la conservación de las especies de altura y otros recursos vivos de la región. No obstante el Reino Unido incurre desde 1996 en actos jurisdiccionales y unilaterales permanentemente protestados por la República Argentina.

En materia de hidrocarburos se acordó en 1995 una acción coordinada para la exploración y explotación petrolífera mediante una declaración conjunta. Por entonces parecía que el peligro de la unilateralidad había sido subsanado.

Sin embargo, el 27 de abril de este año el gobierno británico anunció que la empresa "Amerada Hess" iniciaba la perforación del primer pozo de exploración petrolera al norte de las Islas. El mismo día el gobierno argentino declaró nuevamente que no acepta ni reconoce el pretendido derecho británico a autorizar unilateralmente actividades hidrocarburíferas en áreas marítimas pertenecientes a la República Argentina.

En este sentido el Senado de mi país sancionó un proyecto de ley de mi autoría que penaliza a todas aquellas empresas que, desconociendo los derechos argentinos, realicen actos de exploración o explotación de hidrocarburos en las zonas en conflicto.

Tampoco contribuye a crear un marco propicio al entendimiento tan ansiado, la absurda negativa británica a permitir el acceso de ciudadanos argentinos a las islas, hecho que constituye un acto de discriminación sin precedentes y cuya resolución aspiramos ver prontamente.

Mientras tanto reiteramos nuestro compromiso de raigambre constitucional de recuperar el ejercicio de nuestra soberanía por las vías pacíficas, respetando el estilo de vida de los habitantes de la región, al tiempo de propiciar la comunicación y cooperación con el territorio continental.

Señor Presidente

Distinguidos Colegas:

Somos hoy huéspedes de un país que protagonizó el acontecimiento político más importante del siglo al destruir las barreras ideológicas que dividían al mundo en dos hemisferios de tensión e incertidumbre y que -en una actitud histórica- dejó atrás las diferencias que durante decenios fueron fuente de desconfianza y hostilidad mundial.

Hoy estamos todos sentados a la mesa del futuro, tratando de construir un orden internacional diferente, basado en el respeto a las libertades fundamentales, los derechos humanos, el desarme, la democracia y la integridad territorial de los estados soberanos.

En esta tierra que supo corregir el rumbo de su existencia, en este recinto que habrá sido testigo de debates trascendentes en la vida de la humanidad, bajo este cielo histórico que cobijó líderes mundiales que prefirieron la paz al conflicto, convocamos a Gran Bretaña para que de común acuerdo pongamos fin a esta indefendible situación colonial que se mantiene en el Atlántico Sur.

EDUARDO MENEM

PRESIDENTE

GRUPO PARLAMENTARIO ARGENTINO