Anuario de Relaciones Internacionales, Año 1999
Grupo Parlamentario Argentino
99° Conferencia de la Unión Interparlamentaria Mundial
Debate sobre la situación política, económica y social
Los legítimos Derechos Argentinos sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur.
Señor Presidente
Distinguidos Colegas:
El tiempo que nos toca vivir tiene el doble signo del desafío y la esperanza.
Desafío ante la necesidad de asegurar la convivencia de cinco mil millones de seres humanos que integran un sistema internacional en el que buscan seguridad y protección.
Lleva también el signo de la esperanza de poder cumplir cada estado con sus responsabilidades, en este tránsito hacia lo que es, sin duda, un nuevo período en la historia de la humanidad.
Atrás van quedado las barreras ideológicas que durante decenios fueran fuente de desconfianza y hostilidad. Hoy el concierto de naciones está empeñado en construir un orden internacional diferente, basado en un sistema de valores compartidos: el respeto a las libertades fundamentales y los derechos humanos; la renuncia al uso de la fuerza y el desarme; la democracia, y la integridad territorial de los estados soberanos.
El mantenimiento de situaciones coloniales es incompatible con estos principios fundamentales, en tiempos en que la legitimidad debe imponerse frente a viejas efectividades cuyas secuelas se dejan sentir hasta el presente.
La cuestión de soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur no escapa a ese marco.
El Grupo Parlamentario Argentino concurre a este elevado foro para reiterar su postura frente a los irrenunciables y legítimos derechos soberanos argentinos sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur, que se encuentran ocupadas ilegítimamente por Gran Bretaña.
Ello no solo en el convencimiento de los derechos que nos asisten, sino por entender que el colonialismo implica un acto de fuerza y agresión permanente, que subyace aún bajo la aparente calma y placidez de la posesión colonial.
Felizmente hace treinta y siete años se inició en el mundo un irreversible proceso de descolonización con la histórica Resolución 1514 de las Naciones Unidas. Ello demuestra que las potencias colonialistas saben y pueden acordar y cambiar de actitud mediante el diálogo y la negociación.
Estos venturosos avances nos instan a reiterar ante este foro nuestros reclamos soberanos sobre las Islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur, cuya recuperación pacífica es un objetivo permanente e irrenunciable de la República Argentina.
Este año se han cumplido 165 años de esa ocupación ilegítima pero el transcurso del tiempo en nada ha menoscabado los derechos soberanos de mi país, que ha consolidado su justo reclamo a través de todas sus generaciones.
Ya han sido expuestos en este y en todos los foros internacionales los antecedentes históricos y jurídicos que avalan nuestros derechos soberanos y nuestros reclamos. Con satisfacción agradezco el apoyo recibido de la comunidad internacional en general.
La Asamblea General de Naciones Unidas, el Comité de Descolonización y la Organización de Estados Americanos han mantenido y mantienen el tema en sus agendas anuales de reuniones y han venido adoptando año tras año, Resoluciones y declaraciones sobre esta cuestión.
Concretamente la Resolución 2065 de Naciones Unidas, -aprobada por amplia mayoría- establece claramente que existe una disputa de soberanía entre Argentina y el Reino Unido. En sentido similar la Resolución 3160 señala que para resolver la situación colonial debe previamente solucionarse la disputa de soberanía.
Señor Presidente
Distinguidos Colegas
El 3 de enero de 1833 fuerzas británicas ocuparon las Islas Malvinas, desalojando a sus habitantes y a las autoridades argentinas allí establecidas, reemplazándolos por súbditos británicos.
Estos hechos -jamás consentidos por nuestro país- otorgan al caso de las Islas Malvinas connotaciones especiales y particulares, siendo por ende inaplicable el principio de autodeterminación de los pueblos el cual solo procede cuando lo invoca la población nativa.
La mencionada Resolución 1514 de las Naciones Unidas condena todo intento de quebrar total o parcialmente la integridad territorial de un país.
Para el caso de territorios ocupados como las Islas Malvinas es de aplicación el principio de integridad territorial, es decir el proceso descolonizador opera mediante la restitución de los territorios al estado que fuera desmembrado.
Lo contrario importaría tergiversar el espíritu de tan histórica Resolución y olvidar que la autodeterminación de los pueblos es una garantía a favor de los pueblos oprimidos y no un instrumento para reforzar la presencia de la potencia ocupante.
Recientemente el Reino Unido decidió cambiar la denominación de "Territorios Dependientes" por la de "Territorios Británicos de Ultramar".
Por cierto que, al menos en el caso de las Islas Malvinas, ese cambio de denominación no puede disimular el vicio de una ocupación ilegítima, obtenida por la fuerza, ni disfrazar o suavizar un despojo centenario.
Recientemente el Secretario de Asuntos Exteriores del Reino Unido anunció la decisión de cambiar la denominación de "Territorios Dependientes" por la de "Territorios Británicos de Ultramar". Al respecto considero que la dialéctica se agota en los hechos y que jamás convalidarán lo ilegítimo. Un nombre no puede disimular el vicio de una posesión obtenida por la fuerza ni suavizar un despojo centenario.
En lo que a las Islas Malvinas respecta, los nombres no podrán cambiar la historia.
En cumplimiento del objetivo establecido por la Constitución Nacional de la República Argentina, venimos a reiterar en esta oportunidad nuestra irrenunciable determinación de recuperar por la vía de las negociaciones diplomáticas, el ejercicio de la soberanía sobre las islas y sus espacios marítimos circundantes.
Asimismo reiteramos el compromiso de rango constitucional de respetar el modo de vida de sus habitantes, propiciando el restablecimiento de las comunicaciones y la cooperación entre las islas y el territorio continental, como forma de contribuir a un mejor entendimiento entre los habitantes de la región.
Señor Presidente
Distinguidos Colegas
A partir de 1990 la República Argentina y el Reino Unido han dado pasos importantes en la construcción de una nueva relación bilateral, mejorando sus vínculos económicos, comerciales y culturales.
Esto ha traído como consecuencia una actitud de colaboración en la zona en disputa a través de la conformación de foros de discusión y estudio en materias vitales, tales como la conservación de recursos pesqueros, exploración y explotación de hidrocarburos y sistemas de comunicación militar.
Estos hechos concretos han permitido generar un clima de mayor confianza en el Atlántico Sur.
Pero falta la instancia fundamental consistente en que las partes en litigio lleven a cabo negociaciones concretas sobre todos los temas relacionados con el futuro de las Islas, incluyendo desde luego la cuestión de la soberanía.
Por eso el Grupo Parlamentario Argentino reitera ante este foro el pedido para que Gran Bretaña acepte iniciar un diálogo sin precondiciones ni reservas, que permita encontrar una solución definitiva a la disputa de soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sud y Sandwich del Sud.
Ningún miembro de las Naciones Unidas, ni de esta Unión Interparlamentaria debería sustraerse a la obligación de resolver una disputa a través del diálogo y la negociación.
La toma de conciencia de los males que afectan a la humanidad no es una mera opción ni una cuestión de conveniencia: es el imperativo moral de nuestro tiempo.
Siendo el colonialismo uno de esos males, tenemos los integrantes de la comunidad internacional la obligación de eliminarlo para siempre de la faz de la tierra.
EDUARDO MENEM
PRESIDENTE
GRUPO PARLAMENTARIO ARGENTINO