Anuario de Relaciones Internacionales, Año 1999
Como en trabajos anteriores, se efectúa por separado el tratamiento de la cuestión Malvinas, y de la cuestión Antártica.
En ambos casos, la estructura cuenta con la parte documental, ya sea la transcripción de los mismos en el área Malvinas, aportados como es habitual por el área de Islas Malvinas, Antártida e Islas del Atlántico Sur del Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto de la República Argentina, como la cita de los documentos suscriptos en el caso de Antártida.
También destaco el aporte documental efectuado por el Senador Eduardo Menem, en la referente al tratamiento de la cuestión en las Conferencias de la Unión Interparlamentaria.
Se suma a ello, una extensa cronología de los sucesos relevantes en las áreas de estudio, de noticias extractadas en algunos casos en forma textual, y en otros las partes principales del diario La Nación. Se deja constancia que todos los comentarios de esta cronología pertenecen a la redacción del diario.
Islas Malvinas
El año 1998 marca, a criterio de quien suscribe la presente, un cambio
en la consideración del conflicto Malvinas. Y como cuestión política que es, dependerá del interprete la consideración de las ventajas y desventajas de tal cambio, pero lo que no se puede negar es que el cambio existió.
Decimos que hay un cambio que comenzó a generarse por la influencia de diferentes factores. En primer lugar, el gobierno laborista británico ha proyectado cambios profundos que tienen por objeto modernizar – manteniendo su permanencia – las estructuras monárquicas (por Ejemplo, disminuyendo el aporte económico que el gobierno británico debe destinar a gastos corrientes de la familia real – según artículo publicado en La Nación, de fecha 7-9), modificando también la Cámara de los Lores, cuyos cargos son vitalicios (idem 20-11). Ello implica un cambio político y económico en lo interno, que obviamente tendrá repercusiones en lo externo. Esa redistribución de ingresos públicos influirá de alguna manera en mantener ó no el statu quo en Malvinas.
De ello no se puede deducir que el laborismo accederá a tratar el tema de soberanía de las Islas Malvinas con la República Argentina, pero si es dable pensar que habrá recortes en el presupuesto anual que envía a las Islas para atender los gastos de defensa (114.000 millones de dóalres – según La Nación, del 12-1-98). La certeza de que no aumentará el presupuesto que le demande atender los reclamos de este archipiélago del Atlántico Sur, dejará de alguna manera un tanto desprotegidos a sus súbditos, quienes deberán repensar la estrategia política y económica con sus vecinos.
De la única manera que el Reino Unido podía seguir atendiendo la posición de los isleños, era sobre la certeza de la existencia de hidrocarburos, con una explotación rentable, y consolidando un acuerdo de pesca con Argentina tanto en el área Malvinas, como en Georgias, en el marco de la Convención sobre Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos.
También Argentina experimentó cambios profundos en la consideración del problema. La gran espectativa del Presidente Menem de que su viaje a Londres, y algún éxito a destacar, sería el paso necesario para buscar su reelección, parecieron desvanecerse.
La no inclusión del tema de la soberanía en la agenda del Presidente, y la carencia de resultados concretos surgidos como consecuencia inmediata del viaje, contribuyó a elevar más el presupuesto de autodeterminación de los isleños, tal como se comprueba con los sucesos del corriente año, con la llegada de los primeros argentinos a las Islas, y la no muy esperada despedida que los isleños brindaron a los "turistas".
El Presidente se encargó muy bien de aclarar que en su viaje a Londres, proyectado para fines de Octubre de 1998, el tema de la soberanía no estaba en la agenda que se preparó. Entonces debe concluirse que el viaje estaba relacionado con otros temas, por ejemplo:
1.- El levantamiento del embargo bélico: que Gran Bretaña decretó desde 1982. Este tema debería ser tratado con la máxima transparencia. Para qué necesitamos el levantamiento del embargo?, si el Canciller Di Tella aseguró que no hay planes de inversión en este aspecto. Debe tenerse muy presente que ya la condición de "aliado extra OTAN" causó rispideces en la relación con Brasil, porque se puede inferir que la citada mención tiene como contrapartida la provisión de armas a Argentina, y causar un desequilibrio regional en cuanto al poder de armamentos. Ello podría ser un factor negativo en el ámbito del MERCOSUR (a mi criterio la única fuerza capaz de impulsar y apoyar el tratamiento del tema de soberanía).
Pese a que no fue declarado el levantamiento en forma expresa, a mediados de diciembre del año 1998, el Reino Unido lo hizo de hecho, pero se dejó bien claro que ello no significaba cambio alguno en la posición de defensa de sus territorios en el Atlántico Sur y del principio de autodeterminación. Necesariamente dicha medida se flexibilizaría por el gran aporte que Argentina hace a los contingentes de cascos azules de Naciones Unidas.
2.-Otra justificación del viaje podría estar dada por la exploración y explotación de hidrocarburos: Sobre este tema, las conversaciones avanzan muy lentamente en la Comisión de hidrocarburos y en el Subcomité Científico. Pero hay que tener presente que sólo se trata la exploración y explotación en el área de cooperación conjunta, y no en el sector que el Reino Unido llamó a licitación en forma unilateral, ya que no sólo los isleños se niegan a que Argentina pueda percibir algún porcentaje en concepto de regalías, sino que a ello se suma lo firmemente sostenido por las empresas que ganaron la licitación (Amerada Hess – Lasmo y otras).
Mientras que la plataforma petrolera Borny Dolphin llega a Malvinas para comenzar la exploración, (La Nación 29-4), el viaje del Presidente hizo que se aplazara el tratamiento en el Senado del Proyecto del Senador Eduardo Menem sobre penalidades a empresas que participen en la explotación de la zona en la que Argentina no tiene ingerencia, y no tributen regalías al gobierno argentino. En este aspecto, el Primer Ministro Tony Blair, en forma indirecta, hizo llegar al Presidente su disconformidad con la iniciativa legislativa. Lloyd, el Canciller británico sostuvo que la Ley del Senador Menem sería de efectos similares a la Helms Burton, sancionada por el Congreso de Estados Unidos con relación a Cuba, aunque el Canciller Di Tella aclaró que la similitud es errónea, porque esta ley se aplicaría en el territorio que Argentina considera como propio.
De modo que el viaje no alteró el camino por el que transita el acuerdo de hidrocarburos en la zona de cooperación conjunta.
3.-En cuanto a la pesca: Desde la firma de la Declaración Conjunta Argentino Británica de Madrid – febrero de 1990-, las partes (Argentina y Reino Unido) acordaron constituir la Comisión de Pesca y un Subcomité científico para que se trabaje con el intercambio de información a fin de preservar las especies y determinar a partir de allí que tonelaje se puede capturar. Ello incide directamente en el número de licencias que pueden otorgar las partes a barcos pesqueros. Dada la gran depredación experimentadas en especies como el calamar illex y la merluza negra ambas partes debieron disminuir el tonelaje de pesca.
Pero el Reino Unido pretende un acuerdo de largo plazo, acuerdo que se dejó de negociar hace dos años, cuando en forma unilateral, y sin que el Convenio sobre Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos lo autorice, el Reino Unido comenzó a exigir licencias de pesca a los barcos que ingresaban en la zona de Georgias, incluido en dicho tratado.
En este aspecto también el Senador Salas, por Chubut, presentó un proyecto de ley, de contenido similar al Proyecto del Senador Menem, multando a todos los buques pesqueros que no abonen sus licencias de pesca a la República Argentina. A pesar del viaje, no hubo avance en las negociaciones.
4.-El tema de las inversiones inglesas en Argentina: Este es un tema de suma importante para la política argentina, que abarca desde la independencia de España, la generación del 80, la decisión de neutralidad en la primera guerra, los acuerdos de la Baring Brothers, los servicios públicos de ferrocarriles, y hasta nuestros días. Según artículos publicados por La Nación (22-10), el principal cliente de las exportaciones que el Reino Unido destina a Latinoamérica es Brasil, seguido por México y Argentina (se disputan el segundo lugar).
En materia de comercio bilateral, el mismo Presidente en su estadía en Londres anticipó la cifra global: en 1991, era de 50.000.000, y en 1998, se superan los 1.000.000.000, 800.000 que el Reino Unido vende a Argentina y 300.000 que Argentina vende al Reino Unido. Evidentemente habría que conocer cuál es el componente de dicho comercio, pero es indudable que el balance es favorable al Reino Unido, antes y después de la visita.
5.- Y el quinto tema – no pretendiendo ser esta una enumeración taxativa – es el restablecimiento de las comunicaciones entre las Islas y el Continente. Este era uno de los grandes objetivos del Canciller Di Tella, que resultó cumplido, aunque el tiempo será quien mejor determine si los resultados favorecieron a los isleños ó a los argentinos. La prohibición de que los argentinos pisen suelo malvinense debería haber sido un tema de debate con mayor decisión desde que las partes acordaron las declaraciones conjuntas de Madrid I y II. No se hizo, y justamente se concretan cuando un país vecino, en represalias por la posición que asume el Reino Unido en el tema de Pinochet, acusado de violación a los derechos humanos durante su gobierno en Chile, y cuya extradición solicitó España, suspende los vuelos de Lan Chile. Es verdad lo sostenido por el Canciller Di Tella que la geopolítica del Atlántico Sur dio un giro copernicano, y en base a ello pudo acelerarse la posibilidad de los vuelos entre las islas y el continente. No se sabe su regularidad, es arriesgado el viaje porque no hay infraestrutura hotelera, es tanto ó mas costoso que visitar la misma capital del Reino Unido, en definitiva es un turismo para exquisitos. Con lo cual cabe concluir que el mayor beneficio de estas comunicaciones es para los isleños.
Y también para las empresas aéreas que en el marco de la globalización no entienden que haya áreas restringidas, que normalmente no son ya de los países del mundo en desarrollo, sino de las grandes fusiones empresarias mundiales.
Poco exitoso resulta para la cuestión de soberanía el antecedente de visitar un lugar que consideramos argentino, debiendo exhibir el documento requerido para ingresar a otros países.
En resúmen, pese a la influencia de la prensa británica, que pretendió de alguna manera desprestigiar la visita presidencial, en el marco del proceso a Pinochet, y la posición asumida por el ex Premier Margaret Thatcher, el viaje fue importante para tratar de mantener los lazos comerciales que ya de antaño existen con el Reino Unido. Los mercados no son cautivos, y hay que fomentarlos, pero a mi criterio, y coincidiendo con opiniones más autorizadas, no debió esperarse un éxito porque la verdad es que tampoco se fue en busca de él con relación al conflicto de soberanía.
Las noticias periodísticas daban cuenta de la posibilidad de un tratado secreto que se estaba negociando entre las partes, y que extenderían el plazo del paraguas de soberanía por un plazo de veinte años, intensificando las partes la cooperación a todo nivel. Si bien ello fue desmentido, hay dos cuestiones que quedaron bien claras: a)que la política británica del laborismo es ética (según propias declaraciones del Canciller), mientras ello no sea un obstáculo para defender sus propios intereses, aún en perjuicio de los isleños (veáse el caso de las Islas Chagos, cuyos habitantes – si bien no británicos - fueron deportados a las Islas Mauricio porque Londres decidió ceder la Isla de Chagos a Estados Unidos para que se construyera la base norteamericana de Diego Garcia – La Nación 15-11); b) que de existir un acuerdo secreto en los términos explicitados, el mismo sería favorecido por las circunstancias externas, pese a la voluntad isleña ( disminución del presupuesto británico para atender la defensa de las islas, represalia chilena por caso Pinochet, no existencia de petróleo); y c) que en este marco de circunstancias, se ve robustecido el argumento de autodeterminación isleña, ya que como sostuvimos en la tesis de la investigación sobre balance y perspectivas de este conflicto, cuanto menos solidez tenga el argumento de la soberanía más consistente se hace el argumento de la autodeterminación.
Antártida
Los hechos relevantes en la cuestión Antártica fueron extractados de la publicación de actividades que realizan los diferentes departamentos del Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto.
Como hecho importante debemos resaltar la puesta en vigencia del Protocolo del Medio Ambiente Antártico, desde el 14-1-98.
En este aspecto, también en el viaje del Presidente Menem, en su encuentro con el Premier británico, se tocó el tema, pues se requiere que Argentina desmilitarice sus bases antárticas. Téngase presente que el personal militar que reside en la Antártida, no lo hace desde el punto de vista defensivo, sino como cooperación con la investigación científica antártica. No obstante ello, el Presidente Menem se comprometió a sacar el tema del área de defensa y llevarlo a una Comisión que dependa exclusivamente de la Presidencia de la Nación.
En la visita presidencial se trató de lograr el apoyo británico para que Argentina sea la sede de la Secretaría del Tratado Antártico. El Reino Unido es el único que no apoya la candidatura, pues de tener éxito en el reclamo Malvinas, no le reconocería a Argentina el carácter de miembro reclamante de territorio en el Tratado Antártico, ya que el reclamo argentino se superpondría con el británico y con el chileno.
Se detallan las reuniones, y documentos suscriptos .
A modo de conclusión: para el tema Malvinas, coincidimos con el Embajador Mario Cámpora en que las Islas Malvinas deberán recuperarse porque es un mandato constitucional y porque no hay argumento valedero para legitimar la posesión de un territorio ocupado por la fuerza, donde se diluyó a la población autóctona, y porque debe ser una política de Estado. Pero estamos convencidos en la sabia apreciación del Embajador Lucio Garcia del Solar, que "no habrá política de Estado mientras haya relaciones carnales con Estados Unidos.
Agradecemos a todas las personas que hacen posible este trabajo, con el que aspiramos que la cuestión trascienda.
María Elena Baquedano
Coordinadora