Informe Estrategia Internacional de Control de Narcóticos (INCSR
2002)
Fragmentos: Capítulo sobre lavado de dinero y delitos financieros
Introducción
Los ataques terroristas del 11 de septiembre destacaron vívidamente
la importancia de las leyes y controles contra el lavado de dinero. Los
ataques permitieron el reconocimiento aún más grande de
la importancia de la cooperación contra el lavado de dinero en
todo el mundo. Este reconocimiento encauzó la cooperación
internacional y condujo a importantes modificaciones en las leyes contra
el lavado de dinero. La estructura de las leyes y reglamentos aprobados
durante la década pasada para enfrentar el lavado de dinero aportó
rápidos dividendos a la capacidad de la comunidad mundial para
rastrear los fondos de quienes financian el terrorismo internacional.
Los acontecimientos ocurridos desde el 11 de septiembre profundizan los
esfuerzos mundiales contra el financiamiento del terrorismo y toda la
gama de desafíos que plantea el lavado de dinero.
2001 fue un año de progreso interno e internacional en el combate
contra el lavado de dinero. Los ataques terroristas del 11 de septiembre
agregaron urgencia e intensidad a un proceso robusto ya en curso. En 2001
Estados Unidos prosiguió su vigoroso programa internacional de
entrenamiento interagencial contra el lavado de dinero, por más
de 3,5 millones de dólares, para mejorar los esfuerzos mundiales
para combatir el lavado de dinero y los delitos financieros. Otros gobiernos
y entidades internacionales también fortalecieron en 2001 sus programas
contra el lavado de dinero. La Unión Europea amplió su directiva
contra el lavado de dinero e impuso obligaciones contra el lavado de dinero
a los denominados "porteros" -- profesionales como abogados
y contadores que ayudan a inyectar dinero sucio en el sistema financiero.
Las entidades regionales contra el lavado de dinero en Europa, Asia y
el Caribe continuaron trabajando efectivamente, y las recientes organizaciones
regionales contra el lavado de dinero en Sudamérica y Africa entraron
en operación.
Un punto importante de atención contra el lavado de dinero en el
año fue la tarea cumplida por el Grupo de Acción Financiera
(GAFI), la principal entidad multilateral mundial contra el lavado de
dinero, que continuó con su práctica en países y
territorios no cooperadoras. Al final del año todas las quince
jurisdicciones de la lista original fueron retiradas de ella, mientras
que ocho jurisdicciones adicionales fueron identificadas como no cooperadoras.
Gracias en gran parte a la experiencia contra el lavado de dinero y la
pericia acumulada por el GAFI en los últimos doce años,
muchas jurisdicciones estaban bien ubicadas para actuar rápidamente
ante la amenaza del financiamiento del terrorismo. El GAFI se movilizó
rápidamente luego del 11 de septiembre para convocar a un Plenario
Extraordinario sobre Financiamiento del Terrorismo. En el plenario de
octubre en Washington, el GAFI decidió ampliar su misión
más allá del lavado de dinero, y dedicar su energía
y experiencia al esfuerzo mundial para combatir el financiamiento del
terrorismo. El GAFI aprobó ocho recomendaciones especiales relacionadas
con el financiamiento del terrorismo y preparó un cuestionario
amplio que pedía a los miembros describir la legislación
que tenían vigente o intentaban aprobar para erradicar el financiamiento
del terrorismo. El GAFI acordó distribuir el cuestionario a todos
los países del mundo y analizar sus respuestas en el 2002.
Las medidas contra el lavado de dinero tuvieron un papel determinante
en los esfuerzos de los funcionarios encargados de aplicar la ley inmediatamente
después de los ataques del 11 de septiembre, para ayudar a identificar
a los perpetradores y determinar quiénes los organizaron y financiaron.
El FBI, al reconocer la importancia de los registros financieros, estableció
un grupo interagencial de análisis de los aspectos financieros
de la red terrorista. Los sistemas investigativos y reguladores establecidos
a lo largo de los diez últimos años fueron determinantes
para descubrir esa red. Cuando los terroristas fueron identificados, muchos
registros, incluyendo transacciones con tarjetas de crédito, permitieron
obtener información inmediata para rastrear el movimiento de los
terroristas antes de los ataques, así como los vínculos
entre ellos. La banca de Estados Unidos cooperó con las agencias
encargadas de aplicar la ley para dar acceso inmediato a la información
sobre las cuentas bancarias vinculadas a las cuentas para las tarjetas
de crédito.
Simultáneamente con el establecimiento del Grupo de Análisis
Financiero en el FBI y una fuerza de tareas en Hacienda, el Departamento
de Estado estableció un grupo interagencial de tareas para determinar
cuales eran los países cuyos sistemas financieros estaban más
comprometidos con el financiamiento de esos terroristas. Se prosiguió
con contactos diplomáticos con esos países. Se formaron
equipos de expertos técnicos del gobierno de Estados Unidos para
analizar las necesidades de instalaciones y ayuda técnicas para
los países que demostraron voluntad política para bloquear
el financiamiento de los terroristas y establecer regímenes viables
contra el lavado de dinero.
Los ataques del 11 de septiembre impulsaron a las organizaciones internacionales
del mundo a tomar medidas rápidas contra el financiamiento de los
terroristas. El 28 de septiembre de 2001 el Consejo de Seguridad de Naciones
Unidas (UNSC) aprobó la Resolución 1373, que reitera las
resoluciones antiterroristas previas 1269 y 1368 de la ONU, y requiere
a los estado tomar las medidas señaladas para combatir el terrorismo
y el financiamiento del terrorismo.
El Grupo Egmont de Unidades de Inteligencia Financiera (FIU) ofrece una
red para difundir notas y pedidos de información en las oficinas
de FIU en todo el mundo. La cooperación entre los 58 miembros del
Grupo Egmont y las rápidas respuestas a esos pedidos fueron sin
precedentes.
Los ataques terroristas le dieron un fuerte impulso a muchos países
para que enmienden y refuercen sus leyes contra el lavado de dinero. En
Estados Unidos el Congreso aprobó la Ley para Unir y Fortalecer
a Norteamérica mediante la Provisión de Herramientas Apropiadas
Requeridas para Interceptar y Obstruir el Terrorismo (USA PATRIOT) del
26 de octubre de 2001. Esta transcendental pieza legislativa determinó
cambios importantes en el régimen de Estados Unidos contra el lavado
de dinero. El amplio campo de autoridad que concede la Ley USA PATRIOT
tendrá influencia importante en las relaciones entre las instituciones
financieras de Estados Unidos y sus clientes individuales e institucionales.
Mientras que las investigaciones de los vínculos financieros subyacentes
a los ataques del 11 de septiembre demuestran el valor de las medidas
adoptadas para identificar, prevenir y enfrentar el lavado de dinero,
también revelan falencias. Por ejemplo, luego de años de
discusiones, son muchos los países que todavía no exigen
la información identificativa de quienes originan las transferencias
internacionales de fondos. Mientras que la mayor parte de los países
desarrollados del mundo ahora exigen a los bancos presentar informes sobre
actividades sospechosas, muchos todavía no exigen que hagan lo
mismo las instituciones financieras no bancarias. Algunos países
todavía tienen que declarar delito el lavado de dinero, en adición
a los casos relacionados con drogas ilícitas, y muchos otros no
tienen leyes para enfrentar el financiamiento del terrorismo. El 11 de
septiembre demostró la necesidad de hacer ambas cosas. Y muchas
otras nuevas iniciativas que serán aplicadas en 2002 en los esfuerzos
contra el lavado de dinero actualmente tratan de superar todas esas deficiencias.
Por qué debemos combatir el lavado de dinero
El lavado de dinero es la manera que tiene el crimen organizado para tratar
de desmentir el adagio que dice que "el crimen no paga". Es
un intento de decirles a los vendedores de drogas ilícitas, a los
traficantes de armamento ilegal, a los funcionarios públicos corruptos
y otros criminales que pueden ocultar sus ganancias, y es darles combustible
para que operen y amplíen sus empresas delictivas. Combatir a los
que lavan dinero y fortalecer mundialmente los regímenes legales
contra el lavado de dinero reducirá los delitos financieros al
negarles a los delincuentes los medios de cometer otros delitos graves.
En una medida menor, pero real, fortalecer los regímenes legales
contra el lavado de dinero, particularmente en las áreas de identificar
a quienes originan las transferencias de giros internacionales, también
tendrá impacto en el financiamiento del terrorismo. Como mínimo,
las medidas fuertes contra el lavado de dinero significan una ayuda para
crear un conjunto de pruebas para exponer la conducta delictiva y ayudar
a las agencias encargadas de aplicar la ley a identificar a los perpetradores
y establecer casos legales contra ellos, que conduzcan a su arresto y
acusación.
Como los trágicos acontecimientos del 11 de septiembre lo demostraron
gráficamente, el crimen se ha vuelto mundial, y los aspectos financieros
del crimen son más complejos, debido a los rápidos avances
en la tecnología y la mundialización de la industria de
servicios financieros. Los sistemas financieros modernos, además
de facilitar el comercio legítimo, permiten a los delincuentes
transferir millones de dólares al instante, con computadoras personales
y antenas parabólicas. Sólo su creatividad le limita al
delincuente su elección de los vehículos para lavar dinero.
El dinero es lavado en casas de cambio de moneda, casas de corretaje de
títulos de capital, comerciantes de oro, casinos, distribuidoras
de automóviles, compañías de seguros, bancos extraterritoriales
y corporaciones ficticias, zonas de libre comercio, sistemas de giros
y financiamiento comercial, y todos tienen la posibilidad de enmascarar
las actividades ilegales. Al hacerlo los delincuentes manipulan los sistemas
financieros en todo el mundo.
El lavado de dinero generalmente involucra una serie de transacciones
múltiples para ocultar la fuente de los valores financieros, para
que esos valores puedan ser empleados sin comprometer a los criminales
que quieren utilizar esos fondos. Esas transacciones, en general, ocurren
en tres etapas: (1) Colocación, el proceso de colocar en las instituciones
financieras las ganancias ilegales, mediante depósitos, transferencias
con giros bancarios, u otros medios; (2) Estratificación, el proceso
de separar de su origen las ganancias de las actividades criminales mediante
estratos de complejas transacciones financieras; y (3) integración,
utilizar una transacción aparentemente legítima para ocultar
las ganancias ilícitas. Con este proceso el delincuente trata de
transformar las ganancias monetarias derivadas de sus actividades ilícitas
en fondos de una fuente aparentemente legal.
Estados Unidos y otras naciones también son víctimas de
los ardides para eludir el pago de impuestos que utilizan varios centros
financieros del mundo y de sus leyes sobre el secreto bancario que les
ocultan el dinero a las autoridades impositivas, socavando la recaudación
legítima de los impuestos. Los centros financieros que tienen leyes
sólidas para el secreto bancario y regulaciones débiles
para la formación de corporaciones, se hallan en todo el mundo.
Esos centros financieros, conocidos como "paraísos impositivos",
prosperan dando refugio a los depósitos de dinero procedente de
personas o empresas que evaden el pago de impuestos en sus jurisdicciones
locales y les permiten ocultar a las autoridades de impuestos ese dinero
depositado.
Dejado sin vigilancia, el lavado de dinero puede socavar la integridad
de las instituciones financieras de una nación. Debido a la intensa
integración de los mercados de capital, el lavado de dinero afecta
adversamente a las monedas y las tasas de interés dado que los
qu lavan dinero reinvierten fondos en los lugares donde sus planes tienen
menos probabilidad de ser detectados, en lugar de los puntos donde las
tasas de rendimiento son más elevadas. Los que lavan dinero también
ejercen un impacto negativo en sus jurisdicciones al reducirse los ingresos
impositivos como resultado de las economías clandestinas, al competir
injustamente con las empresas legítimas, al dañar los sistemas
financieros y al interumpir el desarrollo económico. Finalmente,
el dinero lavado fluye a los sistemas financieros mundiales donde puede
lograr socavar las economías y las monedas nacionales.
Todo el mundo reconoce ahora que debemos enfrentar firme y efectivamente
a delincuentes y terroristas cada vez más escurridizos, bien financiados
y tecnológicamente expertos, que están decididos a utilizar
todos los medios disponibles para subvertir los sistemas financieros que
son la piedra angular del comercio internacional legítimo.
El abuso continuo que cometen algunos centros financieros extraterritorialeas,
la proliferación de las transacciones bancarias en línea
en Internet y el uso generalizado de bancos y cambistas de dinero clandestinos
realzan la importancia de utilizar nuevas tecnologías y estrategias
enérgicas para combatir las estratagemas de lavado de dinero y
estratagemas de financiamiento de terroristas.
Financiamiento del Terrorismo Internacional
Los grupos terroristas difieren de otras redes delictivas en el móvil
de sus delitos. Mientras los traficantes de drogas y los grupos del crimen
organizado principalmente buscan ganancias monetarias, los grupos terroristas
comúnmente buscan metas no financieras, tales como publicidad e
influencia política. El terrorismo es un medio para alcanzar estos
fines. El financiamiento de terroristas también difiere del lavado
de dinero en otros respectos. Ordinariamente, la actividad delictiva produce
los fondos y otras utilidades que quienes lavan dinero disfrazan para
que puedan utilizarse con propósitos legítimos o delictivos.
Los fondos que apoyan la actividad terrorista se generan primeramente
mediante actividades de recaudación de fondos - frecuentemente
a través de entidades sin fines de lucro legales, aunque los grupos
terroristas frecuentemente obtienen también algunos fondos de actividades
delictivas. Puesto que la actividad terrorista requiere muy poco dinero
(se estima que los ataques contra el Centro Mundial del Comercio y el
Pentágono costaron un poco más de medio millón de
dólares), las cantidades de dinero que las células terroristas
individuales o sus miembros buscan disfrazar son considerablemente menores
en comparación con las que lavan el crimen organizado y los cabecillas
de la droga. Y para ésta última fue que se crearon inicialmente
las herramientas contra el lavado de dinero. Por ejemplo, el requisito
de Estados Unidos de que se informe de transacciones en efectivo de más
de 10.000 dólares puede no ser útil para detectar el financiamiento
del terrorismo. Esto puede requerir que se modifiquen las regulaciones
y leyes existentes.
La investigación del financiamiento del terrorismo requiere que
los funcionarios de aplicación de la ley y los funcionarios reguladores
utilicen las leyes existentes contra el lavado de dinero de maneras totalmente
nuevas. Y requerirá regímenes internacionales más
enérgicos contra el lavado de dinero.
Pequeñas Sumas con Grandes Efectos
Aun cuando no buscan ganancias financieras como único fin, los
grupos terroristas internacionales necesitan dinero para atraer adherentes
y para apoyar sus actividades. Algunas organizaciones terroristas también
necesitan fondos para hacer campañas en los medios de comunicación
social, comprar influencia política y emprender proyectos sociales
destinados a mantener el número de sus miembros y atraer simpatizantes.
Frecuentemente, los terroristas dependen también en parte de los
fondos que se obtienen del delito tradicional, tal como el robo, el secuestro
para obtener rescate, el tráfico de drogas, la extorsión,
la falsificación de documentos, la falsificación de moneda
y mercadería y el contrabando. Los terroristas pueden desviar entonces
algunas de las utilidades de estas actividades delictivas a sus esfuerzos
terroristas.
Los terroristas típicamente derivan sólo sumas relativamente
pequeñas de las utilidades de actividades prohibidas tradicionales.
Una porción considerable del financiamiento del terrorismo proviene
de contribuyentes, algunos de los cuales conocen el propósito de
su contribución mientras otros lo desconocen.
En este respecto clave, el financiamiento del terrorismo contrasta con
el financiamiento de una red de tráfico de drogas, que obtiene
virtualmente todo su financiamiento de actividades ilegales.
Orígenes del Apoyo Financiero
Los grupos terroristas combinan las ganancias ilícitas con fondos
legítimos que derivan de las ganancias de empresas comerciales
y donaciones de simpatizantes que conocen o no sus propósitos.
Explotan una gama de fuentes de su apoyo financiero, entre ellas:
-- Empresas Comerciales, que en otro sentido son legítimas. Los
grupos terroristas obtienen ganancias de negocios de los que son propietarios.
Reciben también donaciones de empresarios simpatizantes.
- - Organizaciones Religiosas y Sociales. Desde comienzos de la década
de 1990, los grupos terroristas han dependido cada vez más para
el apoyo financiero de donaciones de organizaciones sociales y religiosas.
- - Estados Auspiciadores: Varias naciones que están al margen
de la ley internacional - Cuba, Irán, Iraq, Libia, Corea del Norte,
Sudán y Siria - ha provisto asistencia material, apoyo financiero
u otros recursos a terroristas.
Movimiento del Dinero de los Terroristas
Seguir las transacciones financieras terroristas es más difícil
que seguir la pista del dinero de los grupos delictivos comunes. Si bien
muchos grupos del crimen organizado son expertos en esconder su riqueza
y las corrientes de dinero en efectivo por largos períodos de tiempo,
su participación en el comercio físico de drogas ilícitas,
armas y otras mercancías frecuentemente expone las ganancias y
los gastos relacionados con estas negociaciones prohibidas. En contraste,
las acciones terroristas generalmente son comparativamente baratas y su
financiamiento frecuentemente lo ocultan los recursos financieros mayores
designados a actividades políticas y sociales del grupo, lo que
hace más difícil descubrir el nexo ilícito.
Los grupos terroristas usan una variedad de medios para mover sus fondos,
entre éstos figuran:
-- Transporte de Moneda. Es difícil seguirle la pista al dinero
que transporta algún agente, ya que no existe una serie de registros
o documentos escritos.
-- Instituciones Financieras Tradicionales. La naturaleza internacional
de la mayoría de los grupos terroristas extranjeros los fuerza
a depender de los bancos y otras instituciones financieras.
-- Bancos Islámicos. Los bancos que operan de conformidad con la
ley islámica, que prohíbe el pago de interés y otras
actividades, han proliferado en Africa, Asia y el Mediano Oriente desde
mediados de la década de 1970. En la mayoría de los casos,
a estos bancos simplemente no se les requiere que se adhieran a una amplia
gama de regulaciones que normalmente se impone a los bancos comerciales.
Los bancos islámicos frecuentemente no están sujetos a ningún
escrutinio regulador y supervisor de los reguladores de la banca y, por
ello, no se ven sometidos a inspecciones o escrutinios bancarios. Si bien
estos bancos pueden cumplir voluntariamente con las regulaciones bancarias
y, en particular, con las pautas contra el lavado de dinero, frecuentemente
no hay ningún mecanismo de control para asegurar tal cumplimiento.
Algunas de las instituciones financieras islámicas más grandes
operan ahora establecimientos de inversión en Europa y en otras
partes.
-- Cambistas de Dinero. Los cambistas de dinero desempeñan una
función importante en la transferencia de fondos en Asia, las Américas,
el Mediano Oriente y otras regiones. Su presencia es mayor en países
donde el dinero en efectivo es un medio aceptado para efectuar negocios
y donde gran número de expatriados trabajan para remitir fondos
a sus familias en el extranjero.
-- Banqueros Clandestinos. Conocidos usualmente como sistemas alternativos
de remesa, tales como la Hawala o Hundi, los banqueros clandestinos son
frecuentes en toda Asia y el Mediano Oriente.
Respuesta de Estados Unidos
Legislación: Estados Unidos decretó legislación específica
para enfrentar el problema del financiamiento de terroristas. El título
18 del Código de Estados Unidos 2339A, emitido en 1994, enmendado
en 1996, y fortalecido nuevamente más recientemente en 2001 por
la ley USA PATRIOT, declara delito el que las personas dentro de Estados
Unidos provean, escondan o disfracen la naturaleza, ubicación,
fuente o propiedad del "apoyo material o los recursos" a ser
utilizados en una violación de cualquiera de los delitos enumerados.
Hay estatutos adicionales directamente relacionados con la lucha contra
el financiamiento del terrorismo tales como la Ley Antiterrorista y de
Pena de Muerte Efectiva (AEDPA) y la Ley de Poderes Económicos
en Caso de Emergencias Internacionales (IEEPA) que le dan al presidente
amplia autoridad para regular transacciones internacionales en ciertas
circunstancias específicas.
Enjuiciamiento: Los fondos involucrados en el lavado de dinero tradicional
son usualmente utilidades provenientes de un delito anterior específico.
Los fondos utilizados para financiar el terrorismo generalmente no se
relacionan con las utilidades de un delito anterior específico.
Los fondos terroristas se "contaminan" por medio del intento
de ayudar en un acto de terrorismo o de financiar una organización
terrorista extranjera designada. A pesar de esta diferencia, los estatutos
sobre lavado de dinero les proveen numerosas oportunidades a los fiscales
de Estados Unidos en casos de financiamiento de terroristas. Por ejemplo,
donde se puede acusar de violación de los estatutos de lavado de
dinero, la fiscalía puede buscar el decomiso de activos penal y
civil.
Hay varios delitos alternativos relacionados con el terrorismo que pueden
servir como delitos que implican lavado de dinero, incluyendo las acusaciones
de lavar instrumentos monetarios y participar en transacciones monetarias
de propiedad derivada de actividades ilegales especificadas. Proveer apoyo
material a terroristas y otras infracciones relacionadas con terroristas
son también delitos que pueden involucrar el lavado de dinero.
La acusación de lavado de dinero que usualmente se aplica a quienes
financian el terrorismo es aplicable en los casos en que los fondos se
transmiten internacionalmente con el intento de promover una actividad
ilegal especificada, tal como proveer apoyo material a terroristas, cometer
un delito contra una nación extranjera que involucra asesinato,
secuestro, robo, extorsión o destrucción de propiedad por
medio de explosivos o incendio u otros delitos especificados relacionados
con el terrorismo.
Además, la Ley de Poderes Económicos en Caso de Emergencias
Internacionales autoriza la imposición de sanciones civiles y penales
a cualquier persona que participe en transacciones prohibidas por órdenes
ejecutivas, y aplica regulaciones emitidas de conformidad con esa ley.
Respuesta Internacional
El consenso internacional de combatir el financiamiento del terrorismo
nunca ha sido más fuerte. La comunidad internacional se equipa
a sí misma con herramientas cada vez más efectivas para
impedir y responder al financiamiento del terrorismo. El Grupo de las
Ocho (G-8) naciones, las Naciones Unidas, la Unión Europea, el
Grupo de Trabajo de Acción Financiera contra el Lavado de Dinero
(FATF), y la Organización de los Estados Americanos, todos han
auspiciado conferencias y elaborado recomendaciones diseñadas para
lograr mayor cooperación y medidas más enérgicas
para combatir el financiamiento del terrorismo. Como prueba adicional
de la determinación internacional, el 28 de septiembre de 2001
el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU) aprobó la
Resolución 1373 que reafirma las resoluciones anteriores de la
ONU contra el terrorismo y exige que los estados combatan el terrorismo
y el financiamiento del terrorismo.
(Distribuido por la Oficina de Programas de Información Internacional
del Departamento de Estado de Estados Unidos)
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