- Instituto de Relaciones Internacionales - Anuario 2002 -
Estados Unidos - Rusia
Washington, Estados Unidos, 13 de noviembre 2001

Cumbre y visita del Presidente ruso

Declaraciones comunes sobre:
· Afganistán
· Las relaciones bilaterales
· La lucha contra el tráfico de narcóticos
· El bioterrorismo
· El Próximo Oriente

Declaración común del presidente George Bush y del presidente Vladimir Putin sobre Afganistán

Expresamos nuestro sostén al pueblo afgano en sus trabajos para instaurar un gobierno capaz de restablecer la paz y la estabilidad en Afganistán, cerrar los campos de terroristas y poner fin al rol de base que juega el país para los terroristas extranjeros. Estamos convencidos que un nuevo gobierno afgano deberá adherir a los principios del derecho internacional, respetar los derechos del Hombre, y comprender aquellos de las mujeres y sus hijos, facilitar la distribución de la ayuda para hacer frente a la crisis humanitaria actual y reconstruir sobre el plan económico de Afganistán y de la región.

Los Estados Unidos y Rusia no tienen la intención de crear un futuro gobierno de Afganistán. Los afganos mismos deben decidir su futuro. Estamos convencidos que, para que el gobierno pueda restablecer la paz en Afganistán y favorecer la estabilidad en la región, es necesario un gobierno que represente a todos los afganos, tanto hombres como mujeres, y que esté compuesto por representantes de todos los grupos étnicos. Estimamos que los talibán, en tanto movimiento, no debe tener ningún lugar en los futuros órganos del Estado afgano.

Observamos con satisfacción el nombramiento del Sr. Lakhdar Brahimi como Representante especial del Secretario general de las Naciones Unidas para Afganistán y expresamos nuestro sostén a los esfuerzos que despliega en restablecer la paz y la estabilidad en Afganistán y en la región.


Declaración común de los presidentes George Bush y Valimir Putin sobre las nuevas relaciones entre los Estados Unidos y Rusia

Nuestros dos países han establecido nuevas relaciones para el siglo XXI, fundadas en el compromiso con los valores de la democracia, de los mercados libres y del Estado de derecho. Los Estados Unidos y Rusia han superado el clima de la guerra fría. Ninguno de los dos considera al otro como un enemigo o una amenaza.
Conscientes de nuestro rol para contribuir a la seguridad internacional, estamos resueltos a trabajar en conjunto, así como nuestras naciones y con organizaciones internacionales, como las Naciones Unidas, para promover la seguridad, el bienestar económico y un mundo libre, pacífico y próspero.

Afirmamos nuestra determinación a combatir las amenazas a la paz del siglo XXI. Entre ellas figura el terrorismo, donde su horror se ha demostrado en los hechos destructivos e inéditos del pasado 11 de septiembre, la proliferación de las armas de destrucción masiva, el nacionalismo militante, la intolerancia étnica y religiosa y la inestabilidad regional. Estas amenazas ponen en peligro la seguridad de los dos países y del mundo en general. Si logramos vencer estos desafíos, podremos crear un nuevo marco estratégico para asegurar la seguridad mutua de Estados Unidos y de Rusia, así como de la comunidad mundial.

Estamos de acuerdo de que los niveles actuales de nuestras fuerzas nucleares no reflejan más las realidades estratégicas de los tiempos actuales. En consecuencia, confirmamos nuestros compromisos respectivos de aplicar reducciones sustanciales de armas ofensivas estratégicas. En lo que concierne a la defensa estratégica y al Tratado ABM, estamos convencidos, teniendo en cuenta el clima cambiante en materia de seguridad mundial, de continuar las consultas en el marco general de nuestras nuevas relaciones estratégicas. Sobre las cuestiones de no proliferación, reafirmamos nuestro compromiso común a favor de las Convenciones sobre armas biológicas y químicas, y sostenemos los esfuerzos en vistas de reforzar el Tratado de no proliferación nuclear. Las dos Partes piensan que es conveniente mejorar la protección física y la compatibilidad en materia nuclear de todos los Estados en posesión de ella, y de impedir el tráfico nuclear ilícito.

Preconizamos la constitución de una comunidad Europea-Atlántica entera, libre y en paz, sin exclusiones y respetando la independencia, la soberanía y la integridad territorial de todas las naciones. A este fin los Estados Unidos y Rusia acordaron, en colaboración con la OTAN y otros miembros de la OTAN, en mejorar, reforzar e intensificar las relaciones entre OTAN y Rusia, en vistas a desarrollar mecanismos nuevos y eficaces de consulta, de cooperación, de decisión conjunta y de acción conjunta/coordinada. Pensamos que estos mecanismos deberían reflejar el hecho de que los miembros de la OTAN y Rusia están cada vez más unidos contras el terrorismo, la inestabilidad regional y otras amenazas contemporáneas, y que las relaciones entre OTAN-Rusia deberían evolucionar en consecuencia. Nos ocuparemos igualmente en reforzar nuestra cooperación en el seno de la OSCE, organización largamente representativa para consultas, toma de decisiones y trabajo conjunto en la región.

Reconocemos que una economía de mercado, la libertad de elección económica y una sociedad democrática abierta son los medios más eficaces para asegurar el bienestar de nuestros conciudadanos. Los Estados Unidos y Rusia cooperarán, principalmente gracias a los contactos directos entre los ministros de asuntos exteriores de ambos países, a fin de realizar progresos en las relaciones americano-rusas en materia de economía, comercio e inversiones. Para arribar a esos objetivos hace falta suprimir ciertas barreras legislativas y administrativas, instaurar un ambiente de transparencia y seguridad en materia de inversiones, así como el Estado de derecho, y realizar reformas económicas fundadas sobre las leyes del mercado. Con este objetivo, es importante reducir los componentes burocráticos presentes en la economía y combatir el crimen económico y la corrupción.

Reafirmamos nuestro compromiso con los valores comunes de los Estados Unidos y Rusia que continuarán operando en forma conjunta para proteger y promover los derechos del Hombre, la tolerancia, la libertad religiosa, la libertad de expresión y la independencia de los medios, el desarrollo económico y el Estado de derecho. Conforme a estos compromisos, nos alegramos de la iniciativa de los responsables de los medios y de las organizaciones independientes de ambos países de organizar un Diálogo ruso-americano sobre el espíritu de empresa en los medios. Nos proponemos promover e intensificar los intercambios bilaterales de manera de desarrollar la comprensión mutua entre los pueblos americano y ruso. Nos comprometemos a defender los principios y valores que representan lo mejor de las tradiciones de nuestros dos países, así como cooperar para concretarlos y mantenerlos en el futuro.


Declaración común de los presidentes George W. Bush y Vladimir Putin sobre las nuevas relaciones económicas entre los Estados Unidos y Rusia

Confirmamos nuestra determinación a introducir una nueva dinámica en la interdependencia económica americano-rusa. Nos proponemos utilizar los instrumentos del comercio mundial a fin de mejorar los contactos entre nuestros pueblos, aumentar su prosperidad y consolidar mejor la integración de Rusia en la economía mundial.

Nos comprometemos a crear las condiciones que desarrollarán nuestras relaciones en materia de comercio e inversiones y ayudaremos a Rusia a realizar su potencial económico, a lograr su plena integración a un primer plano de la economía mundial. Rusia tendrá un rol para jugar en el presente siglo como motor del crecimiento mundial y como centro de un pensamiento innovador.

Trabajaremos en conjunto para reforzar la confianza en los intercambios e inversiones entre nuestros dos países. Un importante elemento de esta actividad es la integración de Rusia en el sistema comercial mundial fundado en las reglas de la OMC. Confirmamos nuestro compromiso y acordamos prioridad a los trabajos en común para acelerar las negociaciones de adhesión de Rusia a la OMC, sobre la base de condiciones standard.

Subrayamos nuestro acuerdo en combatir el lavado de dinero y la financiación del terrorismo.
Conforme a nuestro sostén al rol de los acuerdos de asuntos americanos y rusos en la promoción de nuestras relaciones comerciales, destacamos el éxito de la visita a Rusia de una delegación de hombres de negocios americanos conducida por el secretario de Estado americano de Comercio, Doanld Evans. Nos alegramos igualmente de los progresos realizados actualmente por la Comisión de asuntos ruso-americanos. Esperamos con impaciencia la presentación a principios de 2002 de sus recomendaciones iniciales a nuestros dos gobiernos. Impulsamos a continuar identificando lo relativo a las leyes y reglamentos que traban el comercio y las inversiones, a identificar nuevas oportunidades comerciales, a reforzar el Estado de derecho, e incorporar nuevos participantes en los intercambios entre nuestros dos países.

Notamos el gran progreso realizado en el refuerzo de nuestras relaciones económicas como consecuencia de nuestro reencuentro en Genes. El primer ejemplo es el acuerdo y la puesta en funcionamiento del Consorcio de Oleoductos del mar Caspio, que en este momento es la mayor inversión común americano-rusa. El segundo es la reciente etapa en el proyecto de petróleo y gas de Sajalín, que abre el camino al principal proyecto de inversión privado en Rusia, representando 12 millones de dólares de inversión de capital previsto en la región y la creación de 10.000 empleos. Declaramos sostener otros proyectos de inversiones rusas-americanas en diferentes dominios y, sobre todo, en materia de alta tecnología. A fin de asegurar la participación de representantes americanos en los proyectos de inversiones en el extremo oriental de Rusia, los Estados Unidos tienen a intención de presentar oficialmente una resolución en vías de abrir en Iounjo-Sajalín una rama de nuestro consulado general en Valdivostok.

Agradecemos los esfuerzos renovados de la Banca import-export, de la Sociedad de inversiones privadas en el exterior y de la Agencia para el comercio y el desarrollo de Estados Unidos tendientes a facilitar al comercio y las inversiones bilaterales, los medios de financiamiento para sus proyectos, y los estudios de seguridad y evaluación de proyectos, así como nos alegramos de su intención de ampliar el financiamiento en beneficio de nuestras crecientes relaciones económicas.

Las pequeñas y medianas empresas son importantes para el crecimiento de nuestras dos economías.

Estamos atentos al ambiente fiscal, legal, reglamentario y de financiación necesarios para la expansión de este tipo de empresas. Con el refuerzo de las bases del Estado de derecho y de la economía de libre mercado en Rusia, se desarrollarán las pequeñas y medianas empresas. Los Estados Unidos aumentarán el financiamiento de ciertos programas, tales como fondos para las pequeñas empresas en Rusia y de la Banca europea para la reconstrucción y el desarrollo, a fin de lograr financiamiento y asistencia a los jefes de empresas rusas y de sostener a las instituciones financieras rusas capaces de realizar su financiamiento de manera independiente y acceder a estos programas.

Un sector bancario estable, transparente y concurrente es esencial para un crecimiento económico durable. Con este fin favorecemos el compromiso de un diálogo público-privado entre bancos, empresas, instituciones financieras y autoridades financieras para identificar las acciones susceptibles de promover el crecimiento del sector bancario en Rusia respondiendo a las bases de una economía de mercado libre y moderno. Sostenemos firmemente el principio de no-discriminación en nuestra cooperación en el seno del sector bancario.

Reafirmamos nuestra determinación en la búsqueda de soluciones prácticas y obtener resultados mensurables para enfrentar los problemas más difíciles.


Declaración común de los presidentes George Bush y Valdimir Putin sobre la cooperación en materia de lucha contra el tráfico ilegal de estupefacientes

Sostenemos que el tráfico ilegal de estupefacientes es una seria amenaza para la salud y el bienestar de los individuos y para la seguridad internacional en su conjunto. El comercio de drogas es una de las principales fuentes de financiamiento del terrorismo internacional.

Estados Unidos y Rusia se comprometen a intensificar la cooperación simultánea en forma bilateral y en el marco de las organizaciones e instituciones internacionales, a fin de combatir esta amenaza común.

Reafirmamos el rol mayor de las Naciones Unidas en el refuerzo de la cooperación antidrogas al nivel mundial y reafirmamos la intención de nuestros dos países de continuar los esfuerzos en vías de aplicar las decisiones de la 20° sesión especial de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre el problema de la droga. Al mismo tiempo nos comprometemos a continuar y desarrollar nuestra cooperación antidrogas a nivel regional en los países de Asia Central.

Subrayamos que es importante poner en práctica, en la medida de lo posible, los mecanismos de la Convención de las Naciones Unidas contra el crimen transnacional organizado.

Intensificaremos los esfuerzos del Grupo de trabajo ruso-americano sobre la aplicación de leyes, principalmente las relativas a la lucha contra el tráfico ilegal de estupefacientes y al lavado de dinero de las organizaciones criminales. Pensamos que la rápida entrada en vigor del Tratado judicial en materia criminal entre la Federación de Rusia y los Estados Unidos firmado en Moscú el 17 de junio 1999, favorecerá el desarrollo de la cooperación bilateral y la coordinación de esfuerzos contra el crimen organizado transnacional y el tráfico de estupefacientes.

Estamos convencidos que la extensión de la búsqueda de los dominios de cooperación extendida entre los Estados Unidos y Rusia podrá fin más eficazmente al tráfico ilegal de estupefacientes y permitirá prevenir y tratar la toxicomanía.


Declaración común de los presidentes George W. Bush y Valdimir Putin sobre la cooperación contra el bioterrorismo

En Shanghai hemos decidido intensificar la cooperación en materia de lucha contra las nuevas amenazas terroristas, principalmente aquellas ligadas al empleo de armas de destrucción masiva.

En el marco de nuestra cooperación para combatir la amenaza del uso de materias biológicas con fines terroristas, los oficiales y expertos de Estados Unidos y de Rusia estudiaron en conjunto los medios de luchar contra la amenaza del bioterrorismo, que concierne actualmente a todas las naciones, así como las medidas sanitarias apropiadas, principalmente preventivas, de tratamientos adoptados y la gestión eventual de sus consecuencias. Continuaremos ocupándonos de mejorar la seguridad de los materiales, instalaciones, conocimientos y tecnologías que puedan ser explotadas por los bioterroristas. Confirmamos nuestra firme adhesión a la Convención de 1972 sobre la prohibición de fabricación y de depósito de armas bacteriológicas (biológicas) y toxinas y su destrucción.

Hemos demandado a todos nuestros oficiales y expertos que trabajan en estas cuestiones, que intensifiquen su cooperación y consulten sobre el refuerzo de los esfuerzos internacionales en la materia.


Declaración conjunta sobre el Próximo Oriente

Expresamos nuestra profunda preocupación por la situación en Próximo Oriente, que entrañó grandes sufrimientos para palestinos e israelíes durante el año pasado. Deseamos que cesen la violencia y el terror.

Estados Unidos y Rusia, en tanto co-garantes del proceso de paz en Próximo Oriente, exhortan a los dirigentes de Israel y la Autoridad Palestina a tomar medidas urgentes para atenuar la tensión, así como abstenerse de emprender acciones contra la otra Parte y a reiniciar el diálogo a alto nivel político. Es igualmente necesario progresar sin tardanza en la aplicación del plan Tenet y de las recomendaciones del plan Mitchell: poner un término a la violencia, instaurar una cooperación estable en materia de seguridad, aplicar las medidas de confianza y retomar la ruta de importantes procesos de negociación.

Nuestras dos naciones, en concierto con otras partes involucradas, redoblarán sus esfuerzos para facilitar un pronto reglamento de la crisis en la región y reemprender las negociaciones sobre todos los frentes -palestino, sirio y libanés- en vías de alcanzar un reglamento global para Próximo Oriente, fundado en los principios de Madrid, las resoluciones 242 y 338 del Consejo de Seguridad de la ONU y en los acuerdos existentes.