La Declaración de los Aliados en Londres
y la Carta del Atlántico: germen de las Naciones Unidas
Con el estallido de la Segunda Guerra Mundial, quedó en claro
que la Sociedad de las Naciones no había dado los resultados esperados,
e incluso que el mundo no estaba preparado para ello.
Para finales de 1940, casi toda Europa se encontraba bajo la ocupación
nazi, con excepción Suiza, Suecia, España, Irlanda y Portugal
que se mantuvieron neutrales.
El único país que combatía a Alemania, y que no había
sido ocupado, era el Reino Unido (victorioso en la épica "Batalla
de Inglaterra"), aunque muchos de los gobiernos se habían
exiliado en este país, y alentaban la lucha contra el invasor.
Además, la guerra se estaba extendiendo a otros continentes, pronto
Africa, Asia y Oceanía verían las sombras del conflicto.
El Reino Unido continuó su lucha solitaria hasta que la Unión
Soviética fue atacada por Alemania, en la noche del 21 al 22 de
junio de 1941, dando comienzo a la "Operación Barbarroja",
y rompiendo el pacto "Ribbentrop-Molotov", firmado en agosto
de 1939. Así, se abrió un nuevo frente de batalla en el
este.
Por otra parte, en medio del clima propicio que se vivía en el
continente americano, Roosevelt encabezó la cruzada para que su
país se convirtiera en el "arsenal de la democracia",
y el 11 de marzo de 1941, el Congreso votó la Lend-Lease Act (o
ley de préstamos y arriendos), que otorgaba las atribuciones para
arrendar o prestar material a cualquier país que se estimase fuera
vital para la defensa de los Estados Unidos. En principio, comenzó
prestando materiales bélicos a Gran Bretaña, pero luego
extendió sus arriendos a China y la Unión Soviética.
En el palacio de St. James, Londres, el día 12 de junio de 1941,
se firmó la Declaración de los Aliados, que fue el primer
paso para la creación de las Naciones Unidas.
El 14 de agosto de 1941, se firmó la Carta del Atlántico.
El presidente de Estados Unidos, Franklin Delano Roosevelt y el Primer
Ministro británico, Winston Churchill, se encontraron a bordo del
buque inglés HMS "Prince of Wales", "en algún
lugar en alta mar" (según dice el texto de la carta; ahora
se sabe que la reunión se realizó en las cercanías
de Terranova), y luego de celebrar una reunión, se firmó
el documento.
Si bien la Carta fue firmada originalmente por los líderes de dos
de las potencias aliadas, el día 24 de septiembre, se reunió
por segunda vez el Consejo Interaliado, y el resto de los países
aliados de Gran Bretaña adhirieron a los principios establecidos
en el documento.
En la mañana del 7 de diciembre de 1941, una flota japonesa de
portaaviones atacaba por sorpresa la base aeronaval de Pearl Harbor, en
Hawai, haciendo que Estados Unidos entraran en guerra y sumaran efectivos
para la causa aliada.
Para hacer frente al avance nazi, países ocupados y libres se unieron
en la lucha, y fueron conocidos con el nombre genérico de "Aliados"
(en el Acuerdo de St. James puede encontrarse en sus firmantes, los "aliados"
originarios). Los países que lideraron la batalla fueron el Reino
Unido, los Estados Unidos y la Unión Soviética.
La guerra seguiría su trágico curso hasta mediados de 1945,
y en esos años, se establecerían importantes hitos (Declaración
de las Naciones Unidas, Declaraciones de Moscú y Teherán,
las Conferencias de Dumbarton Oaks y Yalta) que llevarían a la
creación de la Organización de las Naciones Unidas, cuya
carta sería firmada el día 26 de junio en la Conferencia
de San Francisco.
Pero el verdadero germen apareció en los tumultuosos comienzos
de la Segunda Guerra Mundial, cuando tan sólo Gran Bretaña
se enfrentaba abiertamente con la Alemania nazi, y un grupo de naciones
decidió no sólo hacer frente a la agresión, sino
además, sentar las bases para organizar al mundo después
de la catástrofe de la guerra y mantener la paz, entonces tan ansiada.
Abog. Aníbal José Maffeo
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